Las matemáticas ayudan a predecir y son más certeras que los horóscopos: Elizondo Ramírez

  • Herramientas tecnológicas, clave para el avance del conocimiento
  • Los hábitos de estudio se forman desde casa


Por: Mireya Guerra Hernández
CDMX. (Aunam). En su residencia, Rubén Elizondo Ramírez, quien también es doctor en Ciencias, pide que el diálogo surja en su oficina de trabajo, ubicada en el primer piso, ésta es pequeña, de color blanco, con piso gris de loseta y un techo con luces tan fuertes que apenas las prende a mi se me nubla la vista por el cambio de iluminación, como cuando sales al sol después de haber estado un buen tiempo a oscuras. El lugar tiene un mueble de madera repleto de papeles, pero destaca el libro de Álgebra de Baldor, mismo que se utiliza cuando es necesario en la materia que imparte, Matemáticas I y II (Algebra y Geometría); la parte superior está repleta de recuerdos, los que más ama: fotografías de su familia y un balón de futbol americano de los patriotas.

Rubén Elizondo Ramírez ha impartido clases por más de nueve años. Con la tesis Rupturas epistemológicas en la geometría a través de una alternativa digital de la geométrica hiperbólica obtuvo el grado de Maestro en Ciencias, en la especialidad de Matemática Educativa por parte del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en el 2014. Como profesor tiene una preparación de tiempo atrás.

Por lo pronto, al profesor le gusta recordar los inicios de su carrera, sonriente, con los ojos grandes y fulgentes, como si estuviera reviviendo aquellos momentos, recalca: “siempre se me daba… era una cuestión prácticamente innata en mi”. Su participación en olimpiadas, y concursos regionales del Politécnico, lo motivaron a encaminarse por la disciplina de matemáticas. Fue hasta que decidió estudiar la licenciatura en Matemáticas que tuvo que hacer una transición del Politécnico a la UNAM. “También quería conocer otro ambiente, otro estilo de trabajo, otras personas”, dice el maestro mientras se quita la gorra que tenía puesta y deja ver sus rizos castaños, escondidos entre capas de gel. 

El docente Rubén sabe que ser profesor no es tarea fácil, remarca que le apetece trabajar en el nivel medio superior, lo cual es evidente, pues no por nada fue condecorado con “La Medalla al Mérito Docente 2019, Profesor José Santos Valdés”, misma que otorga El Congreso de la Ciudad de México y la Legislatura, a través de la Comisión de Educación, y que sólo recibe un pequeño número de quienes se han distinguido por su calidad en el ejercicio de la docencia y la investigación, así como por el desarrollo de estrategias y la promoción de un ambiente favorable para la educación.

Impartir la materia de matemáticas en primer grado de bachillerato es, de algún modo, una etapa clave en la cual se puede impactar a un estudiante “tal vez alguien no se va a dedicar específicamente a las matemáticas, pero a lo mejor sí a alguna Ingeniería o área afín. Siempre he considerado que eso a nuestro país le hace mucha falta”, dice Rubén mientras bebe un poco del vaso de agua que está a su izquierda.

Sin embargo, así como existen estudiantes que se desenvuelven por el mundo de las matemáticas, hay quienes definitivamente no, resaltando una falta de interés, “creo que hay otras situaciones que están presentes…No sé cómo decirlo… En la juventud, en los estudiantes—expresa el maestro¬¬¬¬¬¬¬— llevo trabajando 9 años, y en ese lapso he visto cambios en las generaciones, veo cada vez menos ganas de trabajar”.

El doctor Rubén opina que ser adolescente actualmente es fácil, en el sentido de que todo se les da desde casa, “a lo mejor hay un tipo de condescendencia por parte de las familias, donde les dicen, bueno, pues si te va mal no te preocupes, algún día vas a pasar la materia” e incluso en educación de nivel básico los profesores no tienen oportunidad de reprobar a los estudiantes. Los alumnos que llegan a primer grado de bachillerato les resulta complejo adaptarse a la realidad; las buenas calificaciones que habían obtenido anteriormente se ven opacadas conforme los grados avanzan y se les exige aún más.

Desde el punto de vista del docente hay tres factores importantes en el proceso educativo, el estudiante, el profesor y la familia; y si alguno de ellos se desentiende de su cargo, dicho proceso deja de funcionar, sin embargo, éste comienza desde el hogar “a mí me parece que es el más importante porque al final de cuentas yo con mis estudiantes trabajo cinco horas a la semana en el CCH Vallejo, pero con esas horas nadie va a aprender matemáticas, necesitan trabajar 10, 15, 20 horas a la semana para que se aprenda bien la materia”, enfatiza Rubén mirándome fijamente a los ojos, como si fuera quien tiene o no la capacidad de aprobar el comentario.

Es evidente que los maestros juegan un papel primordial en el proceso de enseñanza, pero hasta ahí, es decir “finalmente al estudiante le corresponde el proceso de aprendizaje”, remarca el instructor. 

Limitaciones con el modelo educativo

El modelo educativo posee detalles particulares que son necesarios pulir, las herramientas tecnológicas son un paso clave para el avance del conocimiento, y no es que las matemáticas cambien como tal, pero sí evolucionan, y se necesita interpretar la información que proviene de ellas, no sólo resolver ejercicios. Un caso particular es el que pone el doctor Rubén, acerca de la materia de Geometría analítica, donde más de la mitad de los problemas que se derivan de ella dependen de herramientas tecnológicas como lo son Photomath y GeoGebra, por lo que considera necesaria la implementación de este tipo de instrumentos, “porque si uno ve el programa de estudios, está un poco desactualizado”, afirma el docente.

Al comparar a México y su sistema educativo, con los de otros países de élite de primer nivel, hay una notable diferencia, “por supuesto el modelo educativo juega un papel importante, y más con estas reformas educativas, ya ni quieren dar matemáticas como tal”, expone Rubén, un tanto disgustado, y recargándose en su escrito color café donde hay un dibujo de un león pintado a mano por su hijo y una fotografía del luchador KeMonito.

Las matemáticas en la cotidianidad 

El razonamiento matemático proporciona herramientas que funcionan para resolver situaciones de la vida diaria, cosa que desafortunadamente no todos son capaces de observar. El álgebra, la geométrica, la trigonometría y la aritmética, son importantes, esta última, por ejemplo, es fundamental al momento de hacer compras al ir por un mandado, pues implica lo más básico de esta rama.

“Las matemáticas son cómo una bola de cristal, yo no soy muy creyente de los horóscopos, pero…Las matemáticas son cómo horóscopos porque nos ayudan a predecir”, afirma Rubén con un tono particular; dichas palabras son fáciles de comprender cuando se analiza un problema de matemáticas y estos siempre están planteados a futuro “en cuánto tiempo el automóvil va a llegar a tal lado, en cuantos años esta personita tendrá la mitad de edad de la otra persona”.

Toda área requiere de matemáticas, por supuesto unas con mayor medida que otras, por ejemplo, en la Filosofía e Historia, sin embargo, la estadística siempre está presente ahí “pese a no ser la matemática más pura, más fina, más elegante, es de las más útiles para tener esa idea clara de que las matemáticas no sólo sirven para poner datos estadísticos, sino para predecir”, justifica el maestro.

Si los individuos se adentraran en la historia de esta ciencia, se percatarían de la razón, por ejemplo, de que existan los números negativos o los algoritmos, el docente Rubén cuenta brevemente:

“Por allá del siglo XV o XVI, la navegación y la astronomía eran ramas que estaban desarrollando perfectamente los portugueses, españoles e ingleses, quienes   exploraban el mundo a través de la navegación, se guiaban a través de la estrella polar por lo que tenían que hacer grandes mediciones, ¿y qué facilitaba todo esto? Por supuesto los logaritmos. La Historia, las Ciencias Sociales, las Matemáticas siempre han venido de la mano”. 


Abrupto cambio tras la pandemia

Tras ver los alrededores de la oficina del profesor es inevitable recordar la pandemia por COVID-19, y es que en los laterales se ubican largos pizarrones blancos con algunas huellas de plumón, y un trípode de cámara Neewer. Tal parece que el profesor no tuvo problema con adaptarse a las nuevas tecnologías, él mismo remarca que la evolución tecnológica, particularmente en su generación, se ha dado más o menos de forma natural, y, al contrario, lo consideraba divertido pese a que nunca había impartido la materia por videollamada.

“De verdad, por momentos llego a extrañar esa etapa…. Estaba muy cómodo, era muy fácil entrar a una sesión, dar la clase, pero no sabía exactamente que pasaba detrás de la pantalla”, expone el profesor Rubén en tono preocupado. Lo más complicado comenzaba en el momento en que los alumnos dejaban de participar, y no manifestaban sus dudas, es entonces cuando Rubén se cuestionaba si en realidad sus estudiantes estaban aprendiendo algo.

Tras el regreso por la pandemia, fue notable que los colegiados no habían aprendido casi nada, confirmando la hipótesis del docente, esto por muchos factores, “no les gustó tal cosa, no entendían, no se concentraban, su profe desapareció”, y claro, aunque había excepciones, eran muy pocas, pues a pesar de que siempre había carencias en la asignatura, ahora estaban más marcadas.  

El nivel de aprendizaje se redujo a gran escala, el profesor Rubén considera que si desde casa, la familia hubiese hecho un seguimiento al alumno, la historia sería distinta, pero claro, también reconoce que como padre de familia jamás se les enseña a hacerlo. “¿Qué te están pidiendo en la escuela, una computadora?, ahí la tienes, ¿Una conexión a internet? Ahí la tienes, ¿Necesitas un teléfono de gama alta? Ahí lo tienes, ¿Qué más necesitas? Yo ya cumplí como padre. Pues no creo que sea eso madamas”, enfatiza el doctor.

Posteriormente, el profesor se disculpa, y añade: Perdón por insistir tanto en esto, pero a mí me parece que la educación en la escuela está bien, en casa es donde está la clave, insisto, cinco horas viéndome a través de una pantalla o en la escuela presencial, no va a ser totalmente útil. 

Dúo de las ciencias: matemáticas y comunicación 

“A mí me parece que las matemáticas y la enseñanza son un proceso de comunicación, ¿No sé si la palabrita comunicación te suene familiar? —se voltea hacia mí—yo creo que la idea es contarlas, de manera que sea accesible y digerible”, revela el maestro. 

Es claro que el hecho de ser docente implica que no a todos los estudiantes necesariamente les vas a caer bien, sin embargo, algo en lo que hace énfasis el maestro Rubén, es que siempre intenta crear un ambiente de confianza y amistad, por supuesto sin rebasar los límites entre alumno-docente y dejando marcado el respeto. “Creo que algo que a mí me ha funcionado mucho es compartirles mi experiencia, les gusta ver a alguien que tenga seguridad y confianza… Yo creo que detrás de esto hay una carga emocional muy fuerte”, dice el maestro. 

Las creencias que se forman en las matemáticas, también giran en torno a los profesores de la signatura, donde se piensa que deben ser estrictos y aburridos, no obstante, el doctor Rubén lo ve de forma distinta, él desde el inicio del semestre pide a sus estudiantes que tengan metas trazadas, “no me interesa que tu seas la más lista o listo en matemáticas, pero si no hay el interés de tu parte, por más que yo te intente motivar va a ser muy complicado que pueda hacer algo por ti”, expresa el doctor mientras comienza a ver el techo, como si sus reflexiones estuvieran suspendidas en el aire.

Si un estudiante realmente se quiere comprometer con la materia de matemáticas es necesario que tenga hábitos de estudio, mismos que no todos los alumnos tienen, pues actualmente su entorno esta repleto de distracciones, “tienen el celular a la mano, conectado con el mundo, actualizado de toda la información, digo,  tampoco estoy diciendo que las redes sociales sean malas, pero yo creo que hay que usarlas acertadamente”, menciona Rubén mientras recuerda que dos de sus alumnos más destacados sólo utilizan su correo electrónico y ninguna otra red social, y han ganado diversos concursos los últimos semestres.

No obstante, el maestro reconoce que las distracciones siempre han existido, en todas las generaciones, es por ello que hace hincapié en la importancia de los hábitos de estudio y cómo estos se forman desde casa, “¿Les interesa? Siéntense media hora todos los días, y en un par de semanas que esa media hora se convierta en una hora, y en un mes más que se convierta en una hora y media más”, recomienda el docente. Es probable que este consejo en un primer momento suene un tanto rebuscado, pero esto se va formando con la práctica, con los hábitos, por supuesto, con un equilibrio entre pasatiempos, distracciones y responsabilidades. 

El profesor expresa que tener una motivación es un aspecto clave en la enseñanza, y el docente tiene esa tarea, no se trata de decirle a los alumnos “tú no naciste para las matemáticas. No, no, al contrario , si tú estás en esta escuela, no es gratis, tu hiciste un gran esfuerzo y estás aquí porque tienes esa gran capacidad”, aclara Rubén mientras une mano con mano y recarga su cara en ellas. Es necesario que los estudiantes tracen sus propias metas a mediano, corto y largo plazo.

En ocasiones los alumnos se limitan a decir que no son afectos a las matemáticas, pero el maestro Rubén cree que es importante darles una oportunidad, “¿Te gustan los horóscopos, pero no te gustan las matemáticas? Bueno, te puedo decir algo, las matemáticas son más certeras que los horóscopos. Y no, no tengo en nada en contra de la gente que confía en la astrología y mucho menos”, expresa con tono de sarcasmo, y moviendo su cabeza de un lado a otro.

Finalmente, el docente expresa que por mucho que los padres y madres de familia consideren que sus hijos están grandes, se debe estar al pendiente de ellos, evidentemente sin hostigarlos, pues comprende que los adolescentes están en una etapa complicada, donde no todo gira alrededor de la escuela, “tienen miles de problemas más, que su lista de problemas de matemáticas, esos detalles hay que comprenderlos, hay que ser sensibles y empáticos”. Y vuelve a remarcar que los tres factores que deben ir de la mano en el aprendizaje son el estudiante, el docente y la familia. 

—Bueno, ahí están los comentarios…No sé si sirve de algo todo esto que platicamos, pero bueno, espero que algo rescates— menciona el maestro de nuevo en tono burlón y agachando la cabeza

—No, no, no, claro que me sirve, muchas gracias por brindarme el tiempo. Por cierto, tu horóscopo está en octavo lugar esta semana—respondo con tono burlón también.

—Bueno, estaré al pendiente—concluye el maestro con una ligera sonrisa.





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