EN SINALOA, EL TRABAJO PERIODÍSTICO ESTÁ MARCADO POR LA VIOLENCIA: NELDA ORTEGA

Por Valeria Guadalupe Camacho Ramirez y María Inés Somoza Sánchez
Culiacán, Sinaloa (Aunam). El periodismo es una labor magnífica pero también tiene ciertas limitantes, aseguró Nelda Ortega, periodista que ejerce desde 1998, sobre todo cuando se ejerce desde un país tan violento como México, un estado como Sinaloa, donde día a día “nos va marcando una pauta de eventos violentos al que nos enfrentamos diario en la cobertura de información”.


El ámbito político, el tema de la corrupción, entre otros, son factores que inciden en cómo abordar un tema, en cómo se va a publicar para aportar al lector la mayor información posible y forme sus propios criterios, concretó la reportera.

En entrevista para Aunam, aseguró que los trabajadores de los medios se enfrentan “a diferentes factores como la violencia, corrupción en todos los ámbitos (políticos, académicos, sociales.). La ética es muy importante al momento de redactar tu información sin perder de vista el objetivo. Es difícil, y en el transcurso de los años nos podemos percatar de que más del 95 por ciento de asesinatos a periodistas aún no son resueltos y eso incide en el temor de los periodistas…”

Entonces, ¿cómo abordar un tema sin poner en riesgo tu integridad física y la de tu familia?

“Se tiene que pasar por diferentes filtros: en mi caso, tengo jefe de información, el director editorial que es Ismael Bojórquez. En lo personal he tenido el cuidado de no firmar muchas investigaciones que he hecho, sobre todo desde el año pasado, después del asesinato de nuestro compañero Javier Valdez, hemos sido muy cuidadosos en ese sentido… Soy de la idea de no ponerse en riesgo. Es primordial confirmar la información con los filtros, ser muy cuidadosos al momento de redactar y valorar todos los elementos que se van a integrar a esa publicación”.

Para ella, el crimen organizado interviene en todo el país y asfixia a la libertad de expresión. “Tal vez el periodismo de investigación es más objetivo, pero, aun así, una piensa en cómo protegerse a sí misma y a sus seres queridos por tantos riesgos que existen”.

Aunque asegura que nunca ha recibido una amenaza por su labor, que haya puesto en riesgo su integridad física o la de su familia, nunca. “He sido muy cuidadosa en ese sentido, pero estoy consciente de que no estoy exenta de que ocurra algo o de que lo que publique toque intereses políticos, de la delincuencia organizada, o de quien sea que tenga el poder o los elementos para hacerme daño”.

Rememora un incidente cuando recién empezó a ejercer en 1998; en el municipio de Rosario fue corresponsal: “Fue un incidente con un regidor; en un evento público, en una sala de cabildo delante de muchas autoridades me gritó; me advirtió que iba tomar cartas sobre el asunto puesto que publiqué una nota donde unas personas lo acusaban de tráfico de armas en la sierra de Rosario; él se molestó mucho. Lo busqué para la réplica, no me quiso atender y en el evento público me señaló”.

En ese tiempo no eran tan marcadas las amenazas contra los periodistas. Estaba trabajando en periódico Noroeste y realizó la publicación en una carta abierta, una sección local del Noroeste “Usted lo dice”. Redactó el incidente e hizo responsable al político de cualquier cosa que ocurriera.

“No trascendió, después me ofreció disculpas. En ese momento iba empezando en el periodismo y sentí temor. Si esa situación ocurriera en esta época, (las redes sociales, la velocidad en la que se difunde la información en cuestión de minutos a nivel global) creo que hubiera tenido un impacto diferente. Pienso que el señor hubiera recibido muchas críticas, no sé cómo hubiera quedado yo”. En Río Doce nunca ha recibido una amenaza “gracias a Dios”.

“Por otro lado, me involucraron en una columna de Culiacán; me hablaron de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y me preguntaron que, si había recibido alguna amenaza, pero les contesté que no. También hay compañeros que desgraciadamente se prestan a situaciones en las que quieren obtener ratings en sus páginas o en redes sociales”.

Muchas personas piensan que se goza de la libertad de expresión. ¿Usted considera que se goza de esa libertad? ¿Por qué?

“Sí hay libertad de expresión, sin embargo, se abusa de la libertad de expresión en algunos casos. Quienes ejercemos un periodismo responsable sin tener que abusar de esa libertad de expresión no nos vemos cooptados por otras situaciones, pero si somos más cuidadosos”.

Ejemplifica que la política, narco política, las personas corruptas y la delincuencia organizada se han infiltrado en las redacciones y, obviamente, coartan la libertad: “Hay ciudades en la República Mexicana en las que se da un evento violento e inmediatamente la redacción recibe la llamada ‘no lo publiques’ y la redacción no publica, por temor a represalias. Es tanto el poder que tienen algunos grupos de delincuencia que se dan esa autoridad de hablar”.

¿Qué importancia le da a la compra de publicidad en los medios de comunicación, es decir, lo que el gobierno quiere dar a entender y que el medio de comunicación por la venta se tiene que atener?

“Más que nada, es la percepción del lector. Yo como lector decido lo que veré o no veré, lo que compro, o lo que no compraré porque sé que solamente es una replica de los boletines que está enviando el gobierno del estado y no me aporta nada más”.

Afirma que los lectores son muy listos. “Si ven que Rio Doce aporta un enfoque diferente a lo que el resto de los medios de comunicación publicaron porque hicimos una investigación a fondo y lo comprobamos, es probable que al lector le interese más este tipo de información”.

Si un medio de comunicación está siendo beneficiado por el gobierno, ese medio de comunicación, aunque sepa de algunos datos que debieran de ser publicados, no los publicará, asegura la periodista, y añade: es incorrecto, es falta de ética, de responsabilidad, porque está solapando y dañando a la comunidad.

¿Cómo considera la relación entre la prensa y el gobierno de Enrique Peña Nieto?

“Muy complaciente hasta cierto punto. Ahorita ya está en declive, pero si han sido muy complacientes, a pesar de que se presentaron investigaciones como ‘La casa blanca’ y ‘La gran estafa’, investigaciones periodísticas excelentes. Creo que este sexenio da para mucho más”.

Comenta que Peña Nieto invirtió millones en Televisa, en Tv Azteca, y son medios independientes los que encabezaron esas investigaciones; se metieron a escudriñar hasta el último peso, es decir, toda la ruta del dinero y todos los procedimientos que se violaron o que se aparentaron para llegar ahí.

“Recientemente Enrique Peña Nieto ha cometido muchos errores políticos y creo que serán más, pese a las investigaciones que se han hecho. Ahora con el cambio del gobierno espero que salgan a relucir esos errores como una fiscalización de lo que está heredando la próxima administración. Se le debe a la sociedad mexicana esa fiscalización”.

Cada gobernante quiere dar una buena imagen, arguye, pero muchas veces se difunde información falsa sobre estos mismos, no obstante, se tiene presente que uno de los objetivos de los medios de comunicación es informar, aunque en bastantes ocasiones se deforme esta información por la misma sociedad o por los mismos gobernantes.

Y lamenta: “en Río Doce del año pasado, quedó una gran cicatriz con el asesinato de Javier Valdez. Muchas personas se impactaron, periodistas se sintieron ofendidos por el asesinato de una persona tan respetada”.

¿Cuál es el motivo de la muerte de Javier Valdez?

“Ismael Bojórquez ya lo ha declarado y fue la publicación del reportaje del personaje ‘Dámaso’; no estuvo de acuerdo con una entrevista que le concedió, pidieron que no se publicara, lo valoraron Javier y el director editorial; la gente de él insistió que no se publicara. Ellos decidieron publicarlo y esto causó la molestia. ¡Fue un parteaguas en Sinaloa, en el país, en el mundo...! Fue doloroso, nos cambió la vida a todos”.

Asegura que está de más hablar de las virtudes de Javier Valdez. “Nos dejó una escuela, especialmente la defensa de la libertad de expresión, sobre no quedarnos pasmados esperando quien va a llegar a defendernos. No tenemos una sociedad que nos acompañe, que sea solidaria, porque nos están dejando solos y, además, debemos ser cuidadosos en lo que publicamos. Es un antes y un después del asesinato de Javier”.

Tras el asesinato del periodista, se formó un colectivo de reporteros en Mazatlán por la Paz y la Libertad de Expresión para cuidar, monitorearse entre ellos mismos.

“No podemos permitirnos vivir bajo la violencia. No es vida salir y estar con la incertidumbre de que te puede tocar una balacera, aunque no tengas nada que ver. Tampoco se trata de vivir con esa psicosis. ¿Cuántas personas que tienen la conciencia tranquila salen y los desaparecen solo porque estuvieron en el lugar o en el momento equivocado?”.

Añade que cuando se ve alguna nota en el periódico sobre algún ejecutado, los individuos involucran a esta persona como “alguien que andaba mal o andaba con alguien que no debería” sin saber, en muchos casos, que este sujeto no tenía porqué estar muerto.

El financiamiento de los medios

Nelda Ortega piensa en que lo importante es salvaguardar la libertad de expresión. “Tal vez una opción sería que la iniciativa privada fuera más solidaria y que no se dependiera exclusivamente de los ingresos del gobierno”.

Ismael Bojórquez, director de Ríodoce, siempre ha sido muy claro: la línea editorial no se vende, no está comprometida. Una cosa es que se la creación de un convenio para ofrecer la publicidad en la edición impresa, eso es punto y aparte, es comercial y no editorial, puntualiza Ortega.

“Un sueño sería el de una visión solidaria que indique que se apoyará a un medio en la compra de una publicidad porque hace un buen ejercicio de informar”; pero, acota, las empresas tienen ingresos, gastos, activos, pasivos y deciden con quien sí y con quien no, quién es flexible al ceder a mis intereses.

¿Y qué esperan los medios de comunicación con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador?

“Hay una primera decepción por la cancelación de los foros de pacificación en Culiacán que no se hicieron. Estamos dolidos por el asesinato de Javier, exigimos mayor seguridad en el estado y resulta que cuando vimos una esperanza o una luz de apertura de esos foros se cancelan y no solamente en Sinaloa, sino en otras partes. No tengo un buen sabor de boca ante esa decisión que tomó”.

Para Nelda Ortega, la expectativa es una mayor apertura y libertad para poder ejercer un periodismo más crítico. Espera ausencia de asesinatos a periodistas: “La primera expectativa es un alto a los asesinatos de los periodistas en el país, que ya no exista esa amenaza...”.



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