Ansiedad, estrés y depresión; cóctel negativo para la salud mental

Por Lorena López y José Antonio García |
México (Aunam). La salud mental es una de las preocupaciones principales en medio de esta pandemia de Covid-19 para la Secretaría de Salud, quien ha desarrollado cursos, cuestionarios y ha puesto líneas de ayuda para que cualquier persona pueda conocer su estado de salud mental y cómo mantenerla durante la cuarentena.


En entrevista con Aunam, la psicóloga Montserrat Alejandra Ramírez Leyva comparte cuáles son las principales implicaciones para las personas que mantienen el confinamiento, así como recomendaciones para mantener una mente sana durante la Jornada Nacional de Sana Distancia.

La cuarentena ha implicado que millones de personas tengan que resguardarse en casa, y según la psicóloga Ramírez, “el cambio de rutina, las limitantes físicas de nuestras relaciones interpersonales, la incertidumbre y el miedo, se vuelven un cóctel de factores que en muchas ocasiones tienden a desembocar en manifestaciones emocionales como irritabilidad, desesperanza, síntomas depresivos, ansiedad, ataques de pánico, estrés, etc.”, provocando el deterioro de la salud mental.

Todas las emociones negativas son completamente normales, de acuerdo con la especialista, por lo tanto hay que reconocerlas, experimentarlas y dejarlas fluir; sin embargo, es fundamental evitar que limiten las actividades cotidianas. De esta forma, es importante contar con una rutina en casa y siempre tener presente que “las crisis, generalmente, son transitorias”

Enfrentar el miedo, la ansiedad o el estrés no es sencillo. Algunas aspectos que ayudan son: estar pendientes de la información oficial y no pasar todo el tiempo viendo las noticias y enfocarse en aquellas cosas que sí se pueden hacer como “seguir las medidas de higiene marcadas por la Secretaría de Salud y continuar reforzando nuestros lazos sociales con otros a través de plataformas digitales”.

“Esta crisis sanitaria es un evento nuevo, desconocido e inesperado y para el cual no estábamos preparados a socialmente”, menciona la profesional egresada de la Universidad de Guanajuato.

También, menciona que “es una prueba para checar nuestros recursos emocionales, para hacerle frente a una crisis de estas características” y que “en algún momento nos podemos sentir sobrepasados por la situación, por lo que los síntomas de abandono, desesperanza, miedo al futuro, pensamientos catastróficos, entre otros, son comunes”.

Es importante identificar en qué momento se requiere de ayuda psicológica. Según Montserrat Ramírez, si las estrategias para hacer frente a la crisis comienzan a parecer insuficientes y cuando se siente que “la situación nos está rebasando”, se debe acudir a un profesional de la salud mental. “Es importante estar al pendiente de nuestras respuestas emocionales, cuando consideramos que estas se están volviendo más difíciles de controlar es momento de solicitar acompañamiento de un profesional”, afirma.

Debido a que la cuarentena no permite realizar consultas psicológicas, las consultas en línea para tratar problemas relacionados con la salud mental son una opción que se ha presentado; sin embargo, hay diferencias marcadas entre una y otra modalidad.

“Limita la interacción con el otro, es decir, a través de los medios digitales es complicado observar a detalle las reacciones tanto emocionales como corporales del otro”, menciona la psicóloga Ramírez.

Desde el inicio de la pandemia, una serie de videos, fotografías y notas que exageraban la información comenzaron a circular colocando a México como el segundo país con noticias falsas. De acuerdo con Luis Ángel Hurtado, profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, alrededor del 88% de personas que utilizan redes sociales para informarse han sido expuestas a las llamadas fake news. Todo esto tiene un gran impacto en la salud mental.

“La desinformación o sobresaturación de ideas negativas o de información falsa puede llegar a generar que las personas experimenten pensamientos catastróficos sobre la realidad o que consideren que nada va a mejorar” explica la especialista. De la misma manera, puede llevar a un extremo en el que las personas sean irresponsables y dejan de seguir las medidas de higiene necesarias.

Uno de los problemas que han tomado fuerza entre las personas resguardadas es el cambio en los horarios del sueño, que posteriormente, al sumarle aspectos como la ansiedad, depresión y estrés, pasa a ser conocido como insomnio.

El insomnio, según la terapeuta familiar en formación, se presenta “porque nuestra rutina cambió o incluso se volvió muy difusa y nos está costando trabajo volver a retomarla”; por lo que, es necesario tomar medidas para establecer una rutina en casa y mantener la higiene mental.

Entre sus aportaciones, la psicóloga compartió algunas recomendaciones para combatir el insomnio, las cuales son: tener una rutina para ir a dormir (acostarse y despertarse a una hora fija); hacer Stop Thinking (detectar pensamientos negativos o irracionales, “decir conscientemente STOP ” y tratar de guiar el pensamiento hacia ideas reconfortantes); procurar ingerir alimentos o bebidas dos horas antes de la hora planeada para dormir; usar la cama exclusivamente para el descanso; alejar aparatos electrónicos o mantenerlos apagados por lo menos 30 minutos antes de ir a la cama; hacer ejercicio durante el día y realizar ejercicios de relajación (respiración consciente, meditación).

La falta de sueño, sumada al estrés, ansiedad, ataques de pánico y todos los demás sentimientos negativos afectan directamente la forma en la que se realizan las actividades cotidianas. “En ocasiones podemos estar irritables, tristes o experimentar ansiedad y nuestras respuestas conductuales estarán guiadas por cómo nos sentimos, lo que en ocasiones repercute en que no podamos realizar actividades cotidianas como estábamos acostumbrados a hacerlas y también en nuestras relaciones con otras personas”.

Después de la pandemia se podrán ver afecciones en la salud mental, por ejemplo, habrá personas que desarrollen o agraven sus síntomas de estrés, depresión y ansiedad por la incertidumbre.

“Incluso habrá quienes atraviesen duelos por la pérdida de alguna persona cercana o por la propia salud vulnerada, pues habrá quienes tuvieron el virus y se recuperaron; pero tal vez tuvieron secuelas, además de que tuvieron que enfrentar la enfermedad solos debido al miedo al contagio”, refiere.







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