Por Ana Sofía Torres Lomelí
México (Aunam). Las abejas están desapareciendo… A primera instancia parece no ser importante, pero el problema es realmente serio. Se trata del Trastorno de Colapso de Colonias o TCC. En muchos países, las poblaciones de la polinizadora productora de miel, Apis mellifera, están disminuyendo y esto trae consigo consecuencias graves. La principal es que muchos cultivos y la producción de alimentos descenderán.
También podría afectar seriamente a la economía de los países afectados, es decir, a los apicultores, a los encargados de los cultivos e incluso a las personas comunes, quienes tendrán que pagar mucho dinero por consumir simples frutas y verduras, productos de la polinización que las abejas realizan.
Para entender este problema, primero es necesario definir qué es la polinización. Es el intercambio de polen entre las flores y es fundamental para que las plantas produzcan cualquier tipo de semilla o de frutas. Su objetivo es la reproducción, mantener la vida sobre la tierra.
El proceso de reproducción vegetal consiste en el traslado del polen desde las partes masculinas de la flor, llamadas anteras, hasta las femeninas, conocidas como estigmas, ya sea de la misma planta o de otras plantas que se encuentren a cierta distancia las unas de las otras.
El transporte del polen depende de los insectos que lo trasladan de flor en flor. Ellos visitan las flores para buscar su néctar o polen; y mientras lo hacen, transportan los gránulos que contribuirán a la polinización.
Como ya se mencionó, hay muchos insectos que se encargan de este proceso, sin embargo, las abejas melíferas son polinizadoras por excelencia, esto porque: Tienen el cuerpo cubierto de pelos que recogen fácilmente miles de gránulos de polen cuando se adentran en las flores; en cada uno de sus viajes sólo visitan una especie de flor; recogen la cantidad suficiente de polen para su propio alimento, así como para las necesidades de su colonia; y una abeja puede visitar miles de flores de una misma especie en una sola jornada, recogiendo el néctar y el polen y esparciendo interminablemente los gránulos de polen por todas las flores.
Diferencia entre abejas reinas y obreras
Dentro de las mismas abejas también hay diferencias; unas son obreras y otras reinas (las más importantes). Físicamente, esta se diferencia de las obreras por tener un abdomen más alargado, también por el desarrollo de sus ovarios y porque sus alas no llegan a cubrir su abdomen. Los ojos de la reina no se juntan arriba de la cabeza pues son más pequeños en comparación de los ojos de las obreras. Las patas de la reina son más largas que las de una abeja y el tercer par de patas carece de corbículas (parte de la tibia de la pata posterior de las abejas).
Las abejas obreras tienen tareas muy específicas. Limpian los panales quitando las escamas y otras suciedades que se encuentran dentro de las celdas. También producen calor con sus cuerpos para la cría.
La obrera nodriza trabaja alimentando a la cría. Le da comida especial a la larva de la reina, es decir, jalea real. La comida de la larva de la obrera es diferente porque en los últimos tres días reciben una mezcla de miel diluida con agua y polen.
Otra abeja obrera importante es la cerera. Fabrican la cera y construyen o reparan los panales según sea necesario. Después de nueve días de edad, el cuerpo de la obrera empieza a producir pequeñas láminas de cera, producidas con las glándulas que están en la parte inferior de su abdomen.
Las bodegueras reciben el néctar que traen las recolectoras a la colmena. Ellas llevan el néctar a las celdas sobre la cámara de cría en donde se convierten en miel madura en pocos días. Por otro lado, las defensoras vigilan que nadie moleste a las colonias. Para defender, pican y no dejan entrar abejas pilladoras y otros animales que intentan robar miel.
Las recolectoras, ya mencionadas, salen de la colmena para buscar los cuatro elementos necesarios dentro de una colmena: néctar, polen, agua y propóleos. Es durante los primeros vuelos que ellas aprenden la localización de su colmena para poder regresar.
Las obreras son responsables de cuidar a la reina y de distribuir las feromonas sociales dentro las colmenas. Cuando el clima es muy caluroso, actúan como ventiladores que impulsan el aire exterior más frío hacia el interior de las colmenas, mientras que en el interior otras abejas proceden a expulsar el aire caliente usando sus alas.
¿De qué se trata el Trastorno de Colonia Colapsada?
La apicultura es una de las actividades más realizadas en todo el mundo, ya sea para la producción de miel, polen, cera, jalea real, o bien, para la polinización de diversos cultivos.
México cuenta con 42 mil productores. En el estado de Chihuahua existen aproximadamente 250 apicultores y más de 37 mil colmenas. Aquí muchas colonias de abejas mueren cada año debido a plagas y enfermedades.
Sin embargo, hay un problema en muchos países del mundo como Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y México, denominado Trastorno de Colonia Colapsada, en el cual se han encontrado colmenas vacías. Se han reportado pérdidas del 60 por ciento o incluso 80 por ciento.
El TCC es responsable de la muerte de millones de abejas, así como de pérdidas económicas considerables para la agricultura.
Lo que pasa es que las abejas no regresan a las colmenas, comportamiento inusual en ellas. Científicos han informado que las posibles causas de este fenómeno sean: parásitos, ácaros y enfermedades en las abejas y crías; aparición de virus; mala nutrición entre abejas adultas; estrés ambiental o biológico en las abejas adultas; residuos químicos y la contaminación en la cera, y perturbaciones por las ondas de radio o Wi-fi.
Apis mellifera, abeja afectada
La especie de abeja que está sufriendo este fenómeno es la Apis Mellifera (es su nombre científico). Originaria de África y Europa, fue introducida a América en el año 1600. Esta abeja construye su nido en espacios cerrados, el cual consiste en una serie de panales paralelos.
Constituye un gran valor económico para los humanos debido a sus productos, especialmente la miel, pero su mayor importancia está en el trabajo de polinización que realizan.
Hay aproximadamente treinta razas diferentes de Apis Mellifera. Se pueden dividir, a grandes rasgos, en abejas europeas y africanas. Las que existen nuestro continente son una heterogénea mezcla de razas de abejas europeas excepto la abeja africanizada, que es el resultado de un cruce de europeas con africanas donde predominó el carácter agresivo de estas últimas.
¿Cómo inició el problema?
En entrevista, el estudiante de doctorado, Miguel Rivas Soto, platica que en otoño de 2006 en Estados Unidos, muchos apicultores, entre ellos Dave Hackenberg, se dieron cuenta de que sus colmenas empezaban a desaparecer.
Se quedaban solas, vacías. No había abejas adultas y tampoco rastro de cadáveres alrededor de las colmenas. Este fue el primer caso registrado de varios que hicieron después apicultores en Estados Unidos y otros países
Desde que se presentó este fenómeno, se han propuesto muchas razones de su existencia, por ejemplo, la presencia del Varroa destructor, el cual es un acaro que se fija a las abejas y estas van muriendo causando un despoblamiento de la colmena.
Luego, se dieron cuenta que por abandonar la colmena, las abejas no necesariamente debían estar muertas, si no que se perdían y no regresaban a la colmena.
Hoy en día se sabe, gracias a investigaciones, que el causante de este síndrome en los colmenares es un componente químico que se usa en los pesticidas (neonicotinoides), los cuales hacen que las abejas se mueran o que se fatiguen en el camino. “No vuelven porque se desubican, salen a buscar las flores y no saben cómo volver” declaró el biólogo Rivas.
Los neonicotinoides se usan en un insecticida llamado Imidacloprid, el cual es altamente efectivo. Está etiquetado como utilizable para el control de plagas, tratamiento de semillas, insecticida, para el control de termitas y pulgas y como un insecticida sistémico (cucarachas y hormigas).
Se ha encontrado que actúa directamente en el sistema nervioso central de los insectos. El Imidacloprid difiere de pesticidas en aerosol convencionales porque es utilizado como tratamiento de semillas y del suelo. Se forma un revestimiento de insecticida en la semilla, el cual migra desde el tallo hasta las puntas de las hojas, y, finalmente, en las flores y el polen.
Cuando las abejas, abejorros, sírfidos y mariposas recogen polen o néctar contaminado de las flores con neonicotinoides, se envenenan.
Por lo tanto, se puede decir que los culpables somos los humanos porque llevamos a cabo estas peligrosas prácticas de cultivo sin darnos cuenta de que afectan a estos maravillosos polinizadores. En necesario tomar medidas gubernamentales para prohibir la venta de estos pesticidas
Consecuencias del TCC
“Hay una frase que dicen que dijo Einstein, no me consta porque no hay evidencia, que eso provocaría que el ser humano desaparezca en cinco años” respondió Miguel Rivas al preguntarle qué pasaría si las abejas mueren drásticamente.
Si las abejas desaparecen, las plantas ya no tendrán intercambios sexuales, los humanos ya no disfrutaremos de los frutos de los cultivos y los campesinos perderán una fuerte entrada de ingresos.
Los países emergentes verán obstaculizada la exportación de materias primas y alimentos, así como la producción de millones de dólares. Todo por la desaparición de estos diminutos animales.
Los estudios de Europa han arrojado que si la polinización la tuvieran que hacer a mano, es decir, que la gente fuera de flor en flor, costaría sólo para Europa 238 millones de pesos al año. “Significa pagarle a la gente algo que la naturaleza hace gratis” expresó el biólogo.
La economía mundial tendría un impacto de 14 billones de dólares en EUA y de 430 millones de libras esterlinas en el Reino Unido. A parte, el problema tendría que ser afrontado por las políticas de los países diferentes países afectados ya mencionados, porque los precios se dispararían estratosféricamente, y debido a que mucha gente vive de la polinización como negocio, afectaría su economía; también le pegaría a la economía de la gente que cultiva y a la de la gente común.
Hay estudios que dicen que la tarea de las abejas se está reemplazando por animales nativos como abejas nativas, moscas, etc. es decir, se trata de un proceso de competencia directa. Las abejas acaparan el mercado con la polinización, pero si se conservara la estructura de los bosques o de la vegetación nativa sobre las áreas de cultivo, esa misma tarea la podrían hacer los animales nativos, por eso se piensa que el impacto tal vez no sea tan grande.
Investigaciones sobre el tema
Existen centros de investigación norteamericanos y europeos en donde han trabajado como líderes en el análisis de este fenómeno.
Por otro lado, en Chile ha surgido una organización no gubernamental llamada Plan Bee, que aparte de unirse dichos estudios, se encarga de educar a la sociedad para prevenir daños más graves y mejorar las condiciones económicas de productores apícolas y agrícolas.
Su objetivo radica en estudiar cuáles son los factores que dificultan la proliferación de las abejas en Chile y cuáles son las principales causas de su muerte para así, poner en valor su importancia, potenciar su desarrollo, colaborar con el ecosistema, educar a la sociedad y mejorar las condiciones económicas de los productores apícolas y agrícolas.
¿Qué hacer para ayudar a las abejas?
La doctora Margaret J. Couvillon de la Universidad de Sussex en el Reino Unido, junto con un grupo de investigadores, se dedicaron a observar las “danzas” de las abejas; se dieron cuenta de que estas danzas son una forma de comunicación entre ellas para indicar en dónde y a qué distancia se encuentran las flores.
El biólogo y estudiante de doctorado, Miguel Rivas, opina que una posible solución para el problema de TCC podría ser plantar flores para ayudarlas en sus viajes de recolectar néctar; pero ¿cuál época del año es mejor para hacerlo? Los investigadores descubrieron que las danzas de las abejas son más duraderas en verano porque los recursos son más difíciles de obtener y aumenta el esfuerzo de recolección.
Por lo tanto, una buena solución sería plantar flores de verano para contribuir a la supervivencia de la abeja Apis mellifera.
En otro orden de ideas, no se sabe con exactitud si el efecto del TCC también está afectando a las poblaciones de abejas nativas. Eso hace el problema mucho más grave porque estas últimas podrían ser la salvación de esta situación, pues ellas se encargarían de realizar todo el trabajo de polinización, en lugar de obligar al ser humano a realizar esta ardua tarea, y por supuesto, lo harían gratis.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario