22 de junio de 2011

UNIFICACIÓN CIUDADANA Y RESCATE DEL PASADO

Por Angélica Mejía Gutiérrez
México (Aunam).Las luces de los fuegos pirotécnicos iluminan el cielo, que hasta entonces, pasaba desapercibido por los asistentes. El ruido y el humo también emergen de aquel espectáculo. Es la quema de “castillos”, el evento más esperado en la celebración del Santo Patrono de San Mateo Tlaltenango.

San Mateo es un lugar que pese a la urbanización sigue conservando sus tradiciones, como las fiestas patronales, la representación del via crucis y las fiestas patrias. Su población sobrepasa los 16 mil habitantes, sin embargo, San Mateo Tlaltenango es considerado un pueblo por mantener sus costumbres llenas de historia que datan desde su fundación en 1532.

No obstante, el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) clasificó a San Mateo Tlaltenango, ubicado en la delegación Cuajimalpa, como colonia. Esta designación afecta más allá de lo visible.

Las repercusiones de dicho nombramiento resaltan en el uso de suelo que se le asigna a San Mateo, pues al modificarse se permiten más construcciones en la comunidad, afectando también con ello a las reservas ecológicas que predominan en la zona.

Otra consecuencia es el aumento en los cobros de impuestos como agua y predial. Además, se excluye a San Mateo de diversos programas de desarrollo social. Por si fuera poco, se estima que en uno de los límites de la población, el pueblo vecino, Santa Rosa Xochiac, ha invadido parte del territorio, 195 hectáreas, que corresponden a San Mateo.

“Es necesario manifestarse, hacer algo, no podemos dejar que nos quiten parte de nuestro territorio y mucho menos que se modifique el título de pueblo que tiene San Mateo, pues con ello también se pierde el apoyo a las tradiciones que tanto nos distinguen”, menciona Antonino Cortés, Coordinador del Comité Ciudadano de dicha comunidad

El Comité Ciudadano de San Mateo Tlaltenango, como parte de sus funciones, tiene la facultad de convocar a asambleas entre los habitantes de la población, con ayuda de los jefes de manzana, para discutir los problemas y plantear soluciones para las mejoras de la comunidad.

“Nosotros por medio del Comité podemos organizar a las personas para que sepan de la situación, si es necesario habrá que manifestarnos en las calles para que se respeten los límites territoriales. Se está planeando una junta para informar a la comunidad y se haga algo al respecto”, comenta con decisión el Coordinador del Comité Ciudadano.

Representación Ciudadana

La integración de una comunidad resulta complicada, y aún más, si se habla de una integración a nivel delegacional, las divergencias son constantes, pero es más fácil si se manejan los problemas a nivel comunitario, y qué mejor, si éste se regula por la vía jurídica, es decir, sustentada en leyes.

Para ello, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) impulsa la Ley de Participación Ciudadana que busca establecer principios como democracia, corresponsabilidad, pluralidad, solidaridad, responsabilidad social, respeto y tolerancia entre los habitantes de una comunidad.

Además, junto con el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) se interesan porque los habitantes ejerzan una democracia participativa, es decir, que el pueblo pueda colaborar en las decisiones de su comunidad y busquen soluciones a problemas que afectan a la colonia, fomentando así la comunicación entre habitantes y autoridades.

Los Comités Ciudadanos fueron creados para fungir como órganos de representación ciudadana, que expresen de manera organizada los intereses de los habitantes. Para cumplir con dicha función, también se establecieron los Consejos Ciudadanos Delegacionales y los Representantes de manzana.

Los Comités se integran por nueve representantes ciudadanos, elegidos por los mismos habitantes. El Consejo Delegacional se conforma en cada delegación con el Coordinador interno de cada uno de los Comités Ciudadanos o Consejos de los Pueblos y con el representante legal de las Organizaciones Ciudadanas.

El 24 de octubre de 2010 fueron elegidos los representantes de los Comités Ciudadanos en las mil 740 colonias detectadas, incluyendo Pueblos Originarios en el Distrito Federal. En San Mateo Tlaltenango, se registraron doce planillas para la elección de los integrantes del Comité.

Cada planilla se integró por cinco personas aproximadamente, pero sólo una resultaría electa. Para evitar que un grupo, que tal vez representaba alguna ideología fungiera como representante del pueblo, a la planilla ganadora se le unirían dos representantes de los grupos que obtuvieran los segundos y terceros lugares.

Así, en San Mateo votaron 1200 personas, de un registro de 12 mil, la participación fue poca, pero con los votos recibidos el Comité Vecinal quedó conformado por: Antonino Cortés Martínez, Héctor Chávez Torres, Nunila Mejía García, Felipe Montesinos Solano, Estela Pichardo Velázquez, Jorge Díaz Velázquez, Beatriz Cortés Perea y Miguel Ángel Carmona Sánchez.

Las funciones del Comité comenzaron a partir de diciembre del 2010, no obstante, aún tenía que definirse en qué se invertiría el presupuesto de 521 mil pesos, otorgado para la comunidad. Los proyectos para mejoras al poblado eran diversos, y para evitar que se impusiera un plan, el IEDF organizó una Consulta Ciudadana, para tener la oportunidad de opinar y elegir un proyecto.

Hubo quejas por parte de los integrantes de los Comités Ciudadanos, pues la fecha propuesta por el IEDF para la Consulta, el 27 de febrero, fue atrasada. Días antes de cumplirse un mes de aquel plazo, los miembros de los Comités fueron avisados que tendrían que poner a votación cinco propuestas, además de elegir a los Representantes de manzana.

“Procedimientos para llegar a un común acuerdo”

Con prisas y descontentos, el domingo 27 de marzo se realizó la Consulta Ciudadana. Las actividades del Comité Ciudadano de San Mateo, como de todas las colonias del D.F., debían comenzar a las nueve de la mañana, así lo marcó el IEDF, organismo que coordina a los Comités.

Bajo el intenso calor de la mañana, el reloj se aproximó a marcar las 11:00, hora de arranque para la Consulta Ciudadana. Pero había un inconveniente, el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) no había llegado con las boletas, las casillas aun no estaban instaladas y la gente parecía no interesarse.

Las votaciones se llevarían a cabo en la calle Miguel Hidalgo, un lugar céntrico en San Mateo. Al rededor del pequeño espacio que pronto ocuparían las urnas, se encontraban puestos ambulantes de ropa, electrodomésticos, accesorios, y diversos objetos, conocidos como “chacharas”, que al parecer interesaron a más gente que la propia Consulta.

A las 11:30, se aproximó una camioneta con el logo del IEDF, llegaron las boletas y el material necesario para comenzar la votación. Dos sombrillas enormes para esconderse de los amenazantes rayos del sol fueron las primeras en sobresalir. Cinco minutos después, las mesas se encontraban listas, las sombrillas bien puestas, las boletas dispuestas a ser usadas y las urnas en espera de resguardar los resultados.

Irónicamente, la primera persona en acercarse con toda la intensión de que su opinión se tomara en cuenta, fue un adulto mayor que había extraviado su credencial de elector y pese a que mostró su comprobante, no pudo utilizarlo y se quedó sin votar.

“Es importante que se elija una propuesta coherente para que pueda ser aprobada por la delegación, de lo contrario se quedarán con el presupuesto de 521 mil pesos”, comentaba enérgicamente una mujer de 47 años de edad, con look fresco y juvenil, vestida con falda larga de manta y blusa blanca. Sus ojos no legitimaban sus palabras, pues siempre los mantuvo protegidos por ostentosos lentes oscuros. Su nombre, Estela Pichardo, integrante del Comité.

En un cartel colocado detrás de las mesas de votación se exponían las cinco propuestas que competían por acaparar el presupuesto y hacer el mejor bien a la comunidad: guarniciones, banquetas, pavimentación con concreto, “San Mateo seguro” y “Protegiendo al agua”.

El día transcurría, los rayos del sol golpeaban directamente en el lugar de las urnas, y pesaba como la escasa participación que se había presentado. En el pueblo la difusión fue limitada, muy pocos sabían que se realizaría la Consulta Ciudadana.

“El IEDF nos dio poco tiempo para organizarnos, apenas nos avisó la semana pasada que hoy sería la consulta, y pidió que ya tuviéramos a los representantes de manzana. Hemos estado muy ocupados con eso, pues es difícil organizarnos con tan poco tiempo”, manifiesta la señora Pichardo, quien, pese a los inconvenientes de los procedimientos para llegar a un común acuerdo, no perdía el interés por hacer algo a favor de la comunidad.

A las 3 de la tarde, el clima había cambiado, ahora la lluvia se hacía presente, y el cielo se nublaba como manifestación de la poca participación. Así, terminó el tiempo para que la opinión de los vecinos de San Mateo fuera tomada en cuenta por la vía “legal”. Al cerrarse el registro de votantes, sólo se contabilizaron 83 participantes y aunque el porcentaje fue mínimo, con ellos se decidió el futuro de los 521 mil pesos del presupuesto.


“Cuentas claras”

El día 28 de abril, el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) otorgó a los representantes del Comité Ciudadano, el documento que certificó la propuesta ganadora, con veintidós votos: mantenimiento del tanque que abastece de agua a la comunidad; “Protegiendo al agua”.

Pese a que el Comité Ciudadano de San Mateo Tlaltenango ya cuenta, desde esa fecha, con los resultados de la consulta, no los ha dado a conocer a la población, por lo que los vecinos piensan que no sirvió que ejercieran su derecho a decidir en qué se invertirá el presupuesto de 521 mil pesos otorgado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).

Antonino Cortés Martínez, designado Coordinador del Comité, declaró que los resultados están a la vista de todos, y no tienen por qué esconderlos. Sin embargo, no basta con que el IEDF haya certificado la propuesta ganadora, pues aún la delegación tiene que aprobarla, para ello, es necesario que el proyecto esté dirigido por una empresa, la cual elegirán los integrantes del Comité Vecinal.

“La delegación tiene que aprobar el proyecto para otorgar el presupuesto, pero su propósito es quedarse con el dinero que le corresponde a San Mateo, además, quieren que el proyecto sea dirigido por una empresa, nuestra idea era que los mismos habitantes del pueblo trabajaran en ello, pero no lo aceptaron sino se trabaja con una empresa”, expresó el coordinador del Comité Ciudadano.

Cabe mencionar que en la Ley de Participación Ciudadana se establece que el apoyo del Jefe delegacional es un instrumento de participación directa por el cual los habitantes de una colonia o pueblo pueden solicitar un recorrido al éste, con el fin de que los vecinos formulen opiniones, solicitudes y propuestas.

La delegación de Cuajimalpa no ha expresado gran apoyo al Comité Ciudadano de San Mateo, debido a diferencias partidistas, “el delegado, Carlos Orvañanos, es del PAN y aquí hay mucho apoyo al PRD, por lo que en ocasiones es difícil el dialogo”, reveló Antonino Cortés, Coordinador del Comité.

En cuánto a la asignación del presupuesto, de 521 mil pesos, también el coordinador del Comité manifestó su queja, “San Mateo es un pueblo con casi 16 mil habitantes, y no es justo que nos otorguen la misma cantidad que a otros pueblos y colonias que tienen menor número de población”.

En tanto, los integrantes del Comité Ciudadano siguen trabajando en armar el proyecto que entregarán a la delegación para que sea aprobado. La fecha límite para entregar el diseño del proyecto es el 15 de mayo. A partir de esa fecha y hasta el 15 de junio la delegación tiene que dar respuesta sobre si aprueba o rechaza el plan, y de septiembre a diciembre debe de llevarse a cabo. Además, los integrantes del Comité Ciudadano ya tienen que ir formulando nuevas propuestas que serán revisadas y votadas el próximo año.

Comité Ciudadano, ¿De qué se trata?

El Comité Ciudadano es el órgano de representación ciudadana de la colonia o pueblo. Es un vínculo entre los habitantes y las autoridades. Mediante esta organización se puede ejercer la democracia participativa, es decir, los pobladores se pueden involucrar en las decisiones de su comunidad.

“Los Comités Ciudadanos representan una oportunidad que tienen los habitantes para mantener contacto directo con las autoridades y poder discutir las problemáticas reales que afectan a la población. Sirven para conectar a los gobernantes y a los ciudadanos”, comenta el analista político Enrique Echaide García.

“La creación de los Comités es una buena propuesta para el poder, para los que estamos controlados por el mismo, es una opción para ya echar andar las cosas y que las autoridades no hagan programas de apoyo cuando no saben las broncas reales”, manifiesta el también colaborador del blog digital “Marketing Político S.C.”, Echaide García.

Las funciones de los Comités Ciudadanos en el Distrito Federal comenzaron el primero de diciembre de 2010 y concluyen el 30 de septiembre de 2013, y no podrán reelegirse, según lo marca el artículo Quince Transitorio de la Ley de Participación Ciudadana.

Además, a través del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), con el apoyo del presupuesto asignado por la Asamblea Legislativa y con la colaboración del Jefe de Gobierno y los Jefes delegacionales, los Consejos Ciudadanos deben recibir los espacios y apoyos materiales indispensables para la ejecución de sus labores.

Ejercer la democracia participativa es un derecho y al mismo tiempo una obligación de los ciudadanos, así lo establece el artículo 2° de la Ley de Participación Ciudadana:

“La participación ciudadana es el derecho de los ciudadanos y habitantes del Distrito Federal a intervenir y participar individual o colectivamente, en las decisiones públicas, en la formulación, ejecución y evaluación de las políticas, programas y actos de gobierno”.

Manuel Cardoso, egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación y estudiante de Antropología, opina que “los Comités Ciudadanos son un proyecto importante para empezar algo, son pequeñas esferas de lucha. De la organización de la gente dependerá su funcionamiento, pues incluso sin que el Estado lo regule la población puede organizarse y tener buenas funciones. Los Comités pueden trabajar siempre y cuando no se casen con un partido político o no se interpongan intereses personales a ellos”.

En cuanto a la difusión y el conocimiento que existe en San Mateo Tlaltenango sobre el Comité Ciudadano, la mayor parte de un grupo de hombres y mujeres, de entre 30 y 50 años, dijo desconocer las funciones y los integrantes del Comité, en algunos casos, incluso se desconoce su existencia.

Luisa Miranda, habitante de San Mateo, empleada y dedicada a velar por el bien de sus hijos comenta, “no, la verdad no conozco nada del Comité Ciudadano”. Mientras que Agustín Ramírez, empleado menciona que tampoco sabe cuáles son las funciones del Comité o quiénes lo integran.

Un caso muy diferente es el de la señora Margarita García, ama de casa, de 50 años de edad, dice conocer las funciones del Comité Ciudadano y entre risas contesta que si conoce algunos de los integrantes del organismo, “es que uno de ellos es mi esposo”, concluye con una ligera sonrisa en el rostro.


“Integrantes del Comité Vecinal, trabajan a la sombra de los rumores”.

“Si, la verdad mucha gente desconoce nuestro trabajo y otra tanta nos critica porque piensan que no hacemos nada, pero en realidad estamos aquí por gusto, porque no recibimos ningún salario”, expresa sin desilusión Antonino Cortés, un hombre de 47 años, alto, moreno, de rostro pasivo y ojos pequeños, contrarios a su entusiasmo y las ganas de hacer algo por su comunidad.

“Somos portavoces de la problemática de la población, la mayoría de la gente se acerca para hacer peticiones sobre problemas que ven en las calles, como el ambulantaje, en este caso nosotros, Comité Ciudadano, no somos autoridad para quitarlos de su sitio, pero sí podemos canalizarlos a las autoridades competentes, no podemos ni debemos ser autoritarios”, manifiesta el coordinador Antonino Cortés.

En cuanto a los medios de difusión que utiliza el Comité Ciudadano de San Mateo, Antonino Cortés comenta que se informa por medio de cartulinas, que son las únicas que están pegadas aquí afuera de las oficinas, se reparten volantes, se está preparando una página de Internet y también se planea crear un perfil en Facebook, para que la gente pueda acceder a la información.

El Comité Ciudadano también ha realizado diversas invitaciones a conferencias y cursos de Protección Civil y prevención de adicciones, sin embargo, declara el coordinador del Comité, no ha habido la respuesta que se esperaba por parte de la población.

“Tenemos que dar a conocer la información, aunque también tenemos muchas carencias, todo lo que hemos manejado, lo hemos aportado nosotros, mucha gente nos crítica y dice que por qué no estamos más tiempo en la oficina atendiendo a la gente, pero también tenemos que trabajar, aquí no recibimos salario alguno, así que no hay de otra”, confirma Antonino Cortés.

“El lugar de trabajo”

Un pequeño salón con interior blanco que refleja la luz artificial de sus dos focos que la alumbran, fue adaptado para que el Comité Ciudadano de San Mateo Tlaltenango atienda las inquietudes de la comunidad. Ubicada en calle la Calle Mina, s¬-n, en el espacio que se conoce entre la población como la Sub-delegación, se encuentra la oficina del organismo.

Al interior, dos escritorios acaparan la mayor parte del salón, el espacio es reducido pero siempre hay lugar para atender a la gente. En un pizarrón blanco se anotan los horarios que cada integrante del Comité debe cumplir, dos mapas geográficos de San Mateo Tlaltenango, otorgados por el IEDF, destacan en las paredes del lugar.

La pequeña ventana deja circular un poco de aire y refrescar el sitio, tres sillas esperan ser ocupadas por habitantes del poblado que soliciten el apoyo del organismo. Atrás del escritorio principal sobresale una vitrina con la bandera de México que recuerda a los integrantes del Comité Ciudadano el país por el que están trabajando.

El escritorio desde donde atiende las demandas de la población el Coordinador, Antonino Cortés, parece estar ocupado por equipo de cómputo, impresora y teléfono. Sin embargo, revela “tenemos que ir armando nuestra computadora por partes, este monitor nos lo donó una persona de aquí del pueblo, pero falta el CPU, el teclado y el mouse. Contamos con este teléfono que también nos lo prestaron, pero no tenemos línea, debemos dos meses de adeudo, al menos lo que trabaja bien es el multifuncional, para sacar copias”.

Además, se debe de sumar la cuenta de luz y agua, que deben pagar los integrantes del Comité, por lo que Antonino comenta que hay ocasiones en las que si alguien solicita un documento les piden una pequeña colaboración monetaria para solventar los gastos, pero no es obligatoria. Y es que el IEDF sólo les otorgó al inicio de su gestión, material de papelería constituido por nueve plumas, nueve lápices, un sacapuntas, una goma, un dirurex, y un blog de 400 hojas.

Pese a las carencias, Antonino no pierde el entusiasmo, “ganas no nos faltan, aquí todos somos iguales, aunque estoy yo como coordinador cualquier integrante del Comité puede atender”. El Comité Ciudadano está integrado por nueve personas, todos se turnan para atender en la oficina y cada quien tiene un nombramiento especial, según especificaciones de la Ley de Participación Ciudadana.

De este modo, se asignan a cada uno de los integrantes una coordinación o área de trabajo específica para el cumplimiento de las tareas y los trabajos. El Comité Ciudadano de San Mateo está organizado de la siguiente forma: Coordinador, Antonino Cortés Martínez; Seguridad ciudadana y prevención del delito, Héctor Chávez Torres; Desarrollo social, educación y prevención de las adicciones, Nunila Mejía García; Desarrollo sustentable y medio ambiente, Felipe Montesinos Solano; Presupuesto y planeación participativa, desarrollo económico y empleo, Estela Pichardo Velázquez; Desarrollo y servicios urbanos, Jorge Díaz Velázquez; Capacitación y formación ciudadana. Comunicación y cultura cívica, Víctor Cortés Montesinos; Fomento a los derechos humanos, Beatriz Cortés Perea, y Fomento a la transparencia y acceso a la información, Miguel Ángel Carmona Sánchez.

“Tenemos nuestro camino y lo vamos a seguir”

“La única vez que puedes ver a la gente hacia abajo es para ayudarla a levantarse, y esa es la manera como tenemos que trabajar, nosotros somos un vínculo entre el pueblo y la autoridad”, comenta con seguridad Antonino Cortés Martínez.

“Yo digo que sí se puede, porque hay gente que se ha acercado y quiere trabajar, va a costar trabajo pero sí se puede, a lo mejor somos el primer escalón para lograr algo”, manifiesta Antonino Cortés, coordinador del Comité Ciudadano del pueblo de San Mateo Tlaltenango, quien cumple su turno de los jueves para atender, por las tardes, peticiones de la gente en la oficina del Comité.

“Empieza a haber controversia entre la gente porque piensan que no trabajamos, pero la realidad es otra. Se tiene contemplado convocar a una asamblea para el domingo 29 de mayo, con el apoyo de los jefes de manzana es más fácil reunir a más gente, si cada uno logra que vayan diez personas, seremos muchos y será histórico”, comenta emocionado Antonino.

En la asamblea se informarán las tareas que han atendido principalmente, se dará a conocer la propuesta ganadora y el proyecto, que piensan otorgarlo a la empresa “Planeta S.A.”, aunque aún falta que la delegación apruebe la propuesta para que se empiece a trabajar en ella.

El Comité Ciudadano de San Mateo Tlaltenango, pese a la poca participación que mantienen con el delegado de Cuajimalpa, ya se han reunido en tres ocasiones con el Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard.

Asimismo, mantuvieron una reunión con Alejandro Rojas, Secretario de Turismo, con quien trataron el tema de la celebración de Semana Santa, y se planteó ingresar a San Mateo como “Pueblo Mágico” para fomentar el turismo y rescatar tradiciones.

Además de entrevistarse con el Secretario de Seguridad Pública (SSP), Manuel Mondragón, quien informó que daría a conocer un proyecto de vialidad para San Mateo por parte de Seguridad Pública.

“Teniendo la primera asamblea ya se va a poder organizar a la gente. Ésta se realizará probablemente el 29 de mayo, a partir de eso se va a desprender todo, tenemos mucho trabajo, el principal problema es que hubo muchas planillas, doce en total, y todos tenían ideales diferentes, por lo que fue difícil la organización, pero en eso estamos”, anuncia Antonino.

El día de la asamblea también se dará a conocer a los jefes de las 59 manzanas que conforman al poblado de San Mateo, “se piensa trabajar por manzana, por comisiones que se encarguen de diversas áreas, como agua, vialidad, fideicomisos, etcétera”.

Es importante mencionar que no sólo los adultos pueden participar, pues hay jóvenes que también han propuesto diversos proyectos, y cuentan con los mismos derechos y obligaciones, sin embargo, es necesario que las nuevas generaciones trabajen en conjunto con la gente de experiencia para lograr un cambio.

San Mateo es un pueblo muy rico en tierra pero pobre en participación y trabajo, el factor manifiesto es la apatía de la gente, mientras dicho hábito exista el desarrollo estará frenado. “Hacen falta espacios para personas de la tercera edad, clínicas, salón de usos múltiples, no hay jardín o un parque, prácticamente no tenemos nada, sólo nuestro camino y lo vamos a seguir”, anuncia Antonino con firmeza.

Aunque es miércoles Antonino se encuentra en la oficina. Faltan pocas horas para que el día llegue a su fin. Ahora la luz artificial es lo único que alumbra las calles; es anuncio de que el horario de atención del Comité Ciudadano ha terminado. Por hoy ha sido todo; se recibieron a los padres y madres de familia que llevaron los documentos escolares de sus hijos con la finalidad de que el Comité les asigne una beca en uno de los colegios de la comunidad.

Sólo hay diecisiete becas y muchas solicitudes, pero es hora de irse, mañana elegirán a los niños que contarán con el apoyo para estudiar. Por hoy es todo, Antonino Cortés acompañado de Felipe Montesinos Solano, salen de la oficina, sus siluetas desaparecen en el horizonte.

Datos de Atención del Comité Ciudadano: Antonino Cortés Martínez, atiende los días jueves de 17:00 a 20:00 horas en la oficina del Comité Ciudadano ubicada en Calle Mina #10, San Mateo Tlaltenango, delegación Cuajimalpa, código postal 05600. Teléfono: 36-26-22-14





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LA CASITA DE LAS CIENCIAS: EDUCACIÓN NO FORMAL PARA LA DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA

Por Dina Jessica Herrera Silva
México (Aunam). ¿En dónde estás? Miras, ahora observas, ¡ya sabes cuál es el lugar en el que te encuentras!, porque ante tus ojos se ha abierto ese paisaje que enmarca la Casita de las Ciencias.

Te hallas de pie en la explanada principal del museo de ciencias Universum, el cual es un centro moderno e interactivo para la divulgación de la ciencia. Éste recibe cinco millones de visitantes al año, de los cuales la mayoría son estudiantes. El rojo intenso de los muros de recinto hace que comiences a recordar.

¿Recuerdas?, claro que sí, por lo menos una vez asististe porque algún maestro de ciencias te lo dejó. Los recuerdos vienen a tu mente mientras la fuente que se encuentra a un lado del museo escupe agua sin parar.

Abres la puerta y te recibe la vigilante Juanita, quien tiene ya 10 años de antigüedad, “-¡buenas tardes!” Tú sonríes y contestas cortésmente el saludo, pasan unos cuantos segundos cuando te piden que te anotes en el registro de visitas.

Ya no puedes esperar, sabes que ahí se encuentra el observatorio astronómico, invernadero, los laboratorios de Astrolab y Fisilab y por supuesto los talleres de artes plásticas, de cómputo y robótica que forman parte de la educación no formal de la ciencia.

La Casita de las Ciencias es el lugar en donde se llevan a cabo cursos y actividades de educación formal y no formal en divulgación que ofrece la Subdirección de Estudios y Formación en Divulgación de la Ciencia de la UNAM, ésta forma parte de Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM.

Además se encarga de organizar cursos, elaborar material didáctico y promover actividades lúdicas experimentales enfocadas a presentar metodologías alternativas para fomentar prácticas de aprendizaje en la ciencia de forma no escolarizada.

La educación no formal es toda actividad organizada, sistemática, educativa realizada fuera del marco del sistema oficial para facilitar determinadas clases de aprendizaje a subgrupos particulares de la población, ya sean adultos, jóvenes o niños.

Este tipo de enseñanza surge a finales de los años sesenta, ya que se produjo una crisis mundial de la educación, la cual se originó porque los sistemas tradicionales de educación ya no estaban en disposición de satisfacer adecuadamente la demandad social de la educación.

En otras palabras, ya no podían servir como único recurso para atender las expectativas sociales de formación y aprendizaje, incluso cuando éste se expandiera o creciera en capacidad y cantidad. Por tal motivo, se creó simultáneamente a la escuela, otros medios y entornos educativos, que no son opuestos a la escuela, sino complementarios.

María Guadalupe Morales Cabral, imparte la materia de Procesos del Manejo Mecánico de Fluido en la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC), expresó: “la educación no formal es buena, porque es mejor aprender jugando que estar estático, pues son buenas herramientas para fortalecer los conocimientos ya adquiridos”.

Por otra parte, Omar Reyes Martínez, profesor de la materia Química de alimentos de la FESC, manifestó que “la educación no formal es auxiliar como parte del proceso de aprendizaje” y hace hincapié en que “esta enseñanza es buena siempre y cuando no rebase la estructura formal y sea como apoyo”.

Asimismo, señaló que a través de la educación no formal se puede crear el interés por la ciencia a los jóvenes que la encuentran aburrida, pues de esta manera se quitaría la monotonía, en donde el estudiante la perciba como divertida y en consecuencia éste se animaría a experimentar.

Claro ejemplo de esto, son las obras de teatro de divulgación científica, las cuales tienen la función de acercar a niños, adolescentes y adultos a interesarse por la ciencia.

Nos llenamos de burbujas

¡Primera llamada, primera! Los espectadores comienzan a sentarse en las butacas del teatro ubicado dentro de las instalaciones del Museo de Ciencias, Universum. Se escuchan gritos de los niños, los padres de familia tratan de callarlos, sin embargo, su esfuerzo es inútil, pues no paran de dar exclamaciones.

Entre la audiencia se encuentran alumnos de la secundaria diurna número 4 Moises Saenz. Ellos muestran su descontento ante la espera, además de manifestar su molestia al asistir a la obra titulada Circo, Maroma y Burbujas, la cual se presenta los sábados a las 13.30 hrs y tiene un costo para el público en general de 30 pesos.

-“Vengo a la obra, porque la maestra de ciencias nos lo dejó de tarea. Sin embargo, yo no quería venir. Además a mí no se me hace interesante la ciencia, pues es muy aburrida” comenta Jaime González Peña, adolescente de ojos grandes color café, con un peinado al estilo Benito Juárez y de una estatura de 1.58 metros.

¡Segunda llamada, segunda! Las personas han guardado silencio ante la notificación del presentador. Sin previo aviso se abre el telón.

En escena se encuentran “Fabis” con una nariz roja y redonda, su cabello es parecido al de un trapeador y su vestimenta es negra con un vestido de hule espuma en forma de espiral color negro. Sus manos se encuentran protegidas por guantes y sus calcetas reúnen los colores del arcoíris.

También se encuentra “Bell Moradito”, él porta una camisa amarilla acompañada de unos tirantes negros que sujetan un short morado. Éste es el personaje simpático de la obra, a diferencia de Fabis, ya que ella es inteligente y por tanto la asistente del “Presentador”, mientras que Moradito es distraído.

Comienza la demostración de las burbujas y los actores de Cientifik teatro explican la historia del jabón, así como los principios físicos y químicos de las burbujas de jabón, todo esto con la finalidad de divulgar ciencia.

“Wow, está padrísima esa burbuja” le comenta una niña de vestido azul y zapatos abiertos de ocho años de edad a su mamá, quien sonríe ante el comentario de la infante.

La obra continua, misma que se ha presentado 10 años en Universum y tiene más de mil representaciones, Fabis pide la participación de los infantes: “Necesito a tres niñas y a tres niños para que me ayuden a demostrar qué tan grandes se pueden hacer”.

Se desata la euforia de los chiquillos: ¡Yo, yo!, ¡Por acá! Son algunos de los gritos que se escuchan, mientras tanto los alumnos de secundaria hacen expresiones de desacuerdo, no han parado de hablar durante toda la obra y emiten comentarios en reprobación a las acciones de los personajes de la puesta en escena.

¡Listo, ya tenemos a nuestros ayudantes! dice el Presentador, sin embargo una niña llora al no ser elegida para participar dentro del show, su padre le limpia las lagrimas al mismo tiempo que Bell Moradito introduce a uno de los niños seleccionados dentro de una tina grande con agua y jabón.

“¡Sorprendente! el niño se encuentra adentro de una burbuja, la cual está dividida en tres capas las dos exteriores de jabón y la intermedia de agua”, explica el Presentador.

Jonnathan, amigo y compañero de clase de Jaime, otro alumno de la secundaria diurna, expresa: “Por qué tenemos que venir a ver esto, es una tontería, ojalá que ya se termine”.

Su deseo se vuelve realidad, la obra ha llegado a su fin, mientras que los niños se encuentran muy emocionados por espectáculo que se ofreció gracias a las burbujas tetraédricas, poliédricas y hasta cúbicas que estuvieron dentro de la representación.

Por otra parte, los adolescentes de la secundaria se encuentran felices, pues su semblante refleja la alegría al ver que la obra terminó, no obstante, no han aprendido nada acerca de la obra, ya que como Giovanni expresa: ¡No aprendí nada, porque platiqué durante toda la obra!

Sin embargo, Susana Biro, divulgadora científica de la Casita de las Ciencias, opina que “el teatro es una forma eficaz para la divulgación de ciencia” que es uno de los rubros de los cuales se encarga la Educación No Formal que se imparte en la Casita de las Ciencias, UNAM.

Se ha vaciado el teatro de Universum, las luces se han apagado, sin embargo, las paredes que enmarcan las butacas y el escenario donde se presenta Circo, Maroma y Burbujas esperarán hasta el sábado para volver a ser ocupadas, con la esperanza de que sea un lleno total de la audiencia.

Las preferencias para aprender ciencia y soluciones a través de talleres



Al realizar un sondeo a cincuenta alumnos de cuarto semestre de la escuela media superior Jesús Reyes Heroles, parte del conglomerado de la Dirección General de Bachillerato de la SEP, demostró que el 31% del 100%, sí le gusta la ciencia, sin embargo 14% la considera aburridas y/o tediosas sus clases de ciencias. Asimismo un 30% del total de encuestados considera que aprendería más si se llevarán a cabo actividades recreativas de educación no formal y un 31% le gustaría que sus profesores cambiaran su modelo de enseñanza a través de las actividades mencionadas.

Como se puede ver a través del sondeo realizado, la educación científica tiene dificultades en el aprendizaje de las ciencias, pues muchos profesores reportan que después de introducir numerosos cambios educativos en los últimos años, se ha producido una nueva crisis en la que existe un desfase entre la ciencia que se enseña (sus metas, contenidos y formato) y los estudiantes.

Juan Ignacio Pozo y Miguel Ángel Gómez Crespo señalan en Aprender y enseñar Ciencia las siguientes problemáticas: Dificultades en la compresión de conceptos, dificultades o la no-adquisición de contenidos procedimentales relevantes para aplicar conocimientos científicos, desarrollo de actitudes inadecuadas hacia la naturaleza de la ciencia y el conocimiento científico, lo que ha generado una falta de motivación e interés para aprender ciencias.

La solución que se ha encontrado, según Pozo y Gómez Crespo, a dicha problemática es la implantación de la educación no formal, en donde ésta posee una gran variedad de instituciones, programas y medios por los que han surgido las siguientes clasificaciones de los contenidos y funciones de mayor frecuencia en la educación no formal, así como los destinatarios en función de su edad y los medios no formales dirigidos a determinados grupos de población con características particulares.

La casita de las Ciencias, por su función de planeación y organización de cursos para actualizar y brindar educación continua a los profesionales de la divulgación, a los docentes en ciencias y al público en general, así como actividades hacia el exterior, se encuentra dentro de las primeras dos clasificaciones.

Pero, ¿por qué se considera así? Primeramente, la Casita de las Ciencias ofrece actividades educación no formal, entre ellas los cursos de divulgación científica, los cuales tienen como objetivo dar a conocer a los profesores, en particular a los de secundaria y bachillerato, las posibilidades que ofrece para su práctica profesional la divulgación de la ciencia y su técnica.

Asimismo se ofrecen talleres de ciencia, los cuales son actividades que buscan divulgar un concepto científico por medio de actividades lúdicas, experimentales, recreativas y manuales para el acercamiento del participante con el conocimiento.

La Casita de las ciencias a través de los laboratorios de divulgación científica, mismos que están abiertos para todo el público, tocan temas de física, geología, química, matemáticas y astronomía, con la finalidad de realizar talleres, demostraciones, experimentos, construcción de equipos de física, observaciones astronómicas, así como el desarrollo de materiales didácticos para apoyar la divulgación y la enseñanza de temas relacionados con las áreas mencionadas.

Con estas herramientas, según Elaine Reynoso, doctora en pedagogía por parte de la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, misma que imparte cursos en la Casita de las Ciencias en el rubro de divulgación de las ciencias, se pretende combatir:

El desfase de la enseñanza formal con respecto al avance de la ciencia y tecnología, la dificultad que tienen los alumnos para imaginarse y comprende todo lo que se encuentra alejado de los humanos, por ejemplo, los átomos, así como la dificultad para visualizar o imaginarse objetos tridimensionales, la falta de laboratorios adecuados que permitan al alumno tener una experiencia más directa con un fenómeno y lo haga obtener una reflexión de esta experiencia y la poca o nula conexión que encuentran los alumnos entre lo que se les enseña, lo que se presenta en muchos libros de texto y su vida cotidiana.

Todo esto se debe a que los talleres influyen en la percepción del mundo, en el conocimiento del ambiente y en el desarrollo del pensamiento y lenguaje. Esto se debe a que tienen el objetivo primordial de educar mediante el convencimiento de cada persona o grupo a partir de lo que hacen y elaboran, tanto material como intelectualmente y por la discusión sobre los resultados de las actividades de las demás personas o grupos.

Serafín Pérez: fomentar la curiosidad de los jóvenes a través de ejercicios didácticos

En entrevista con Serafín Pérez, miembro de la subdirección de educación no formal que depende de la Dirección General de de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, resulta fundamental generalizar el conocimiento científico, sin otro fin diferente al de fomentar la educación a través de conocimientos prácticos para, más tarde, lograr la producción personal del conocimiento por medio de la abstracción científica.

En boca del licenciado Pérez, la mejor manera para lograr la difusión del conocimiento de la ciencia es a través de los talleres que organizan en “La Casita”. Es por ello que esta organización materializa los objetivos de divulgación científica en cursos im partidos a profesores de nivel secundario y bachillerato, así como a niños y niñas.

“Los cursos impartidos a los profesores tienen una duración de cinco sábados y se realizan tres o cuatro veces al año”; durante el curso, se desarrollan herramientas que capaciten a los maestros para incursionar en el área de la ciencia en la educación formal.

Algunos de los cursos que ofrecen a los profesores son:

Física recreativa: permite una visión amplia del campo de estudio que tiene la física clásica, hasta el conocimiento de la física moderna. A través de los materiales didácticos se permite un mejor entendimiento de algunos fenómenos físicos con los cuales se pretende explorar el conocimiento de las ciencias fiscas.

El mundo de la arqueología: por medio de la interacción de múltiples disciplinas científicas y sociales sobre el comportamiento humano, los asentamientos, las culturas mesoamericanas y las técnicas de investigación antropológica, así como el aprovechamiento de estos conocimientos con la finalidad de aplicarlos a las investigaciones de medicina forense.

Los materiales didácticos, permiten apreciar el trabajo que realizaron diversas culturas para el aprovechamiento de recursos, fabricación de herramientas de casería y el desarrollo del conocimiento en general.

La utilización y desarrollo de material didáctico se convierte fundamental: es a través de proyectos científicos e invitaciones a investigadores especialistas que se concreta un taller integral, capaz de sembrar la semilla del conocimiento formal y abstracto como producto o resultado del mismo.

Lo fundamental yace en la consecuencia que se genera a partir de la incursión en esta clase de cursos: no sólo es el conocimiento y la capacidad que se genera en los profesores, sino el resultado final que deriva en fomentar la curiosidad de la ciencia en los jóvenes a través de ejercicios didácticos probados, incluso, empíricamente.

Como parte de la necesaria adecuación para fomentar el interés de aquellos niños que acuden a La Casita de las Ciencias en búsqueda de respuestas científicas, el área de educación no formal, según comenta el mismo licenciado Pérez, se creó el curso de verano para niños y niñas de nivel primario y secundario: “A través de visitas a lugares de interés y el desarrollo de muchos talleres, durante tres semanas se incursiona a los niños en diferentes áreas de la ciencia”, comenta.

Con respecto a los temas específicos que se incluyen dentro del curso, Serafín Pérez menciona que éstos son cambiantes: “es necesario cambiar constantemente el contenido del curso. Nuestro principal reto reside en que, cada año, regresan casi los mismos niños del año anterior, por lo que hay que modificar todos los talleres”.

Por otra parte, las materias más demandadas en los cursos, la primera es la ciencia matemática. Trescientos niños cada año son los que reciben educación y adiestramiento científico, encontrando respuestas en prácticas químicas, ciencias de la tierra y el área de la física. Asimismo, menciona, los contenidos se adecuan al contexto actual: “Este año, por ejemplo, se retomarán muchas cosas de química porque es el año internacional de la química.”

El contenido de esta clase de cursos es de un valor inigualable para la sociedad. Sin embargo, su difusión, que se sujeta a invitar mediante la base de datos de la subdirección a los profesores y alumnos que ya han asistido anteriormente, no crece debido al presupuesto limitado con que cuenta la Universidad. De nuevo, apunta Pérez, “la educación no formal se ha visto un poco opacada por cuestiones de política.”

Bien, la problemática que gira en torno al conocimiento siempre será una constante. Lo que vale la pena para personas como el licenciado Serafín Pérez son retribuciones de tipo no monetario: “La mayor recompensa es observar el regreso de niños que estuvieron con nosotros, pero ahora con la intención de recibir asesorías acerca de un trabajo o dinámica del curso que se incluirá en alguna actividad escolar.”

“Ver a niños que tomaron el curso haciendo su doctorado también llena de satisfacción…” A pesar del poco personal que existe en su área, el subdirector Pérez nutre su espíritu del conocimiento al exponer los mejores argumentos posibles para que, tanto educadores como jóvenes, contribuyan al desarrollo y la divulgación de la ciencia.

Las puertas de la Casita de las Ciencias se cierran, sin embargo, la divulgación de la ciencia peligra, ahora los salones destinados a los niños se encuentra vacios, ya no existe el mismo interés para aprender ciencia. No obstante, Serafín Pérez continúa con los preparativos del próximo curso de verano, en donde tiene la certeza que otra vez verá llenas aquéllas aulas que en el día de hoy permanecen vacías.





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21 de junio de 2011

¡DALE, DALE DALE EN EL MUSEO DE ARTE MODERNO!

Por Angélica Jackeline Ferrer Campos
México (Aunam). El Museo de Arte Moderno ubicado en la Ciudad de México, inauguró la exposición Piñatarama, la cual estará en la Sala Federico Gamboa hasta mediados de septiembre del presente año.

La muestra está compuesta por cuarenta piñatas de papel maché y diseños vistosos; se pueden encontrar osos de peluche de color azul cielo, alcachofas sonrientes, aves con erecciones, helados de barquillo con piernas y cara de mujer, elefantes tiernos con flores rosas, siameses azules y muñecos de colores con sombreros.




Entre los creadores de las figuras, se encuentran los mexicanos Smithe, Buque, Roxy Love, Pachiclón y David Gámez, los argentinos Pum Pum, Gastón Gaba y Dr. Alderete así como el brasileño Allan Sieber. Del continente europeo, están los españoles Sergio Mora, Malota y Ed Carosia; de Francia, Guillaumit y el holandés Lou Lou and Tummie. También hay obras del japonés Motomichi Nakamura y del sudafricano Sindiso Nyoni.


En palabras de la curadora del MAM, Graciela Kasep “es un proyecto nacido de la fantasía y la imaginación de los creadores; es la segunda vez que se realiza”. Además, se busca poner en disyuntiva al público a través de la interpretación de las obras, puesto que pueden divisarlas desde el ámbito cultural hasta el de la ilustración de algún sitio. La exposición busca realzar la imagen de algo tan común como una piñata y elevarla a un grado estético y diverso.





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