9 de febrero de 2024

“Confusa Algarabía”, entretenimiento capitalino tras la Independencia

Por: Ulises Soriano
CDMX. “Confusa Algarabía. Espectáculos públicos en la Ciudad de México después de la Independencia (1821-1846)”, pretende acercar a sus lectores a la vida cultural y de esparcimiento durante los primeros años de vida independiente de la capital, explicó Cristóbal Sánchez Ulloa, autor de este libro.

Durante la presentación realizada en el Archivo Nacional de la Ciudad de México, el investigador puntualizó: “Quería abarcar esta primera época del México independiente pues algo que guía el libro es cómo en los espectáculos se discutía sobre la nueva nación”. La obra está dividida en cuatro capítulos dedicados a las corridas de toros, el teatro y la ópera, los títeres, los coloquios y las pastorelas, además de los globos aerostáticos.



“Confusa Algarabía”, además de 10 años de investigación realizada en el Archivo Histórico de la Ciudad de México, fue nutrida con la consulta de periódicos de la época en la Hemeroteca Nacional y la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada y otros documentos pertenecientes al Archivo General de la Nación, relatos de viajeros y memorias de Guillermo Prieto y de Antonio García Cubas, el Diario Histórico de Carlos María Bustamante.

Para el autor, el texto no solo es un material de estudio, así mismo indaga en las emociones y con esto: “la gente puede entender mucho mejor los vínculos que nos pueden conectar con las generaciones del pasado por medio de las diversiones, algo muy humano”.

Sánchez Ulloa relata en el libro cómo proliferaba la crítica política, la relación de los empresarios y los eventos, además del papel del gobierno usando los eventos recreativos como medio “civilizador” y “educador de buenas costumbres”. El texto “tiene muchas anécdotas y episodios muy coloridos pues justamente así eran los espectáculos de esa época”.

 Durante la presentación en el Archivo Histórico de la Ciudad de México, el autor estuvo acompañado por la directora del Archivo, Regina Tapia Chávez; la investigadora del Instituto Mora, Laura Suárez de la Torre, así como por Áurea Maya Alcántara, maestra en la Historia del Arte de la UNAM.


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8 de febrero de 2024

A 85 años del INAH: compromiso por escuchar y acompañar a pueblos originarios


Por: Ulises Soriano
CDMX. Al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) le corresponde alentar una visión innovadora, no solo proteger monumentos y bienes culturales, sino también escuchar y acompañar a los grupos sociales y pueblos originarios que “producen y dan sentido de identidad a dicho patrimonio”, puntualizó el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Diego Prieto Hernández.

La ceremonia por el 85 aniversario del INAH estuvo encabezada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM), ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Durante el evento, el arquitecto Manuel Gamio Petricioli, nieto de Manuel Gamio Martínez (1883-1960) –pionero en el ejercicio de la antropología profesional en México a inicios del siglo XX–, entregó al titular del INAH un dibujo de la fachada de la Pirámide de la Serpiente Emplumada de la Zona Arqueológica de Teotihuacan, el cual fue propiedad de su abuelo y ahora formará parte del acervo del Archivo Nacional de Arqueología.

Tras este acto, López Obrador entregó seis reconocimientos a miembros destacados de la comunidad del INAH: a Manuel Vallejo Zamora, quien desde hace 43 años funge como personal de taquilla en el Museo Nacional de las Intervenciones; a Rodolfo del Castillo López, restaurador-perito del Centro INAH Sonora, con 44 años de servicio en la institución; y a María Teresa García Zárate, adscrita al INAH desde hace 46 años y actual jefa de la biblioteca de la Subdirección de Laboratorio y Apoyo Académico del instituto.


Así como a Lina Güemes Herrera, investigadora y docente con 65 años dentro del INAH –cuyo reconocimiento fue recibido por Víctor Acuña Alonzo, director de la Escuela Nacional de Antropología e Historia–; a Jorge Angulo Villaseñor, arqueólogo e investigador emérito con 69 años de experiencias académica y directiva; y a la lingüista Susana Cuevas Suárez, especializada en el idioma amuzgo de Guerrero y Oaxaca, con 51 años de experiencia dentro del INAH, y quien ofreció un discurso de agradecimiento en nombre de las y los homenajeados.

La velada cerró con el estreno mundial de la obra “Alma N'Dali” (Almas de buena luz), del artista visual Antonio Isaac. La pieza fue realizada “exprofeso” para la ocasión en formato de Live Cinema y constituyó una propuesta audiovisual donde el creador explora, a través de una representación simbólica, la conexión de nuestro pasado ancestral con manifestaciones contemporáneas que retratan la condición humana.

Estuvieron presentes la secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez Amaya; el titular de Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, Adelfo Regino Montes; la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Lucina Jiménez López; la exdirectora del INAH, María Teresa Franco Gonzáles Salas, y la directora del MNCM, Alejandra Gómez Colorado.


Fotos: Presidencia

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Entre sonatas y preludios, concierto de piano en Bellas Artes


Por: Ulises Soriano
CDMX. "El arte del piano", ciclo organizado por la Coordinación Nacional de Música y Ópera, presentará este 9 de febrero a las 18:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, al pianista Claudio Herrera.

El pianista comenzó su formación musical en la Ciudad de México, después viajó a Francia para estudiar piano, música de cámara y dirección orquestal en el Conservatorio Nacional de Nancy.  Realizó estudios de perfeccionamiento en el Conservatorio Nacional Jacopo Tomadini de Udine, Italia y estudió en el Instituto de Arte de Járkov, Ucrania, con Sergei Polusmiak. 

Laureado en el Concurso Internacional de Piano "Gian Battista Viotti", en Italia; en la gala interpretará piezas del compositor francés, Claude Debussy, como "Preludios libro I"; "Danseuses de Delphes"; "Voiles", entre otras piezas. Es de destacar los dos libros de "Preludios" para piano de Debussy, los cuales fueron creados entre 1909 y 1913.

Además de obras del alemán Ludwig van Beethoven, "Rondo", Op. 51 núm. 1; y Sonata núm. 17, Op. 31 núm. 2. Cada una de las piezas, seleccionadas de forma cuidadosa, tienen el objetivo de generar asociaciones en imágenes o sensaciones, las cuales permiten que el intérprete pueda encontrar sus propias impresiones, sin la influencia del autor.





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FILPM 45: en números rojos, regresa el encuentro presencial entre lectores y autores


Por: Ulises Soriano
CDMX. La Feria Internacional del Palacio de Minería (FILPM), en su edición número 45, abrirá sus puertas al público del 22 de febrero al 4 de marzo en números rojos, pues el año pasado hubo una reducción de 37% de asistentes; además, Grupo Editorial Planeta no estará presente, como sucedió el año pasado con el Fondo de Cultura Económica.

Fernando Macotela, director de la FILPM desde hace 23 años, expresó “estamos en números rojos” pues la División de Educación Continua de la Facultad de Ingeniería debió otorgar recursos para continuar, “pero vamos por buen camino”. Ante la ausencia de Grupo Planeta, en los 60 metros cuadrados que ocupaba su stand, la Ciudad de México instalará un libro club.

Durante la feria, ofrecerán una diversidad de actividades para todo tipo de público y participará la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 61 dependencias y otras 36 instituciones, fundaciones y academias.

Fernando Macotela dio a conocer, en conferencia de prensa, la vasta programación de más de mil actividades, destacan las presentaciones de libros, charlas, mesas redondas, conciertos, talleres, recitales de poesía, lecturas en voz alta, jornadas juveniles de divulgación científica, jornadas de literatura de terror, actividades de cine.

La edición 45 destacará, según el presidente de la FIL, por el aumento de la pluma femenina, pues más de la mitad de las publicaciones a presentarse son de autoras, y habrá 32 actividades vinculadas con el tema de género organizadas por la UNAM y otras instituciones.


El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), Hugo Setzer Letsche, destacó: “Este año celebramos con gran satisfacción un nuevo encuentro presencial entre lectores y autores, después de tres años de desafíos debidos a la pandemia. La presencia de editoriales mexicanas en este magnífico recinto proporcionado por la UNAM y la Facultad de Ingeniería marca un hito en la recuperación de la empresa editorial”.

Sinaloa será el invitado de honor a esta FILPM. A nombre del gobernador del estado, Rubén Rocha Moya, Juan Salvador Avilés, director General del Instituto Sinaloense de Cultura (ISIC), dijo: “la programación que haremos llegar a los lectores y visitantes ha sido un ejercicio intenso”. Dentro de la programación del Estado de Sinaloa, habrá la presentación de 45 libros, 17 son de la producción editorial del ISIC, 12 conversatorios, uno con la asistencia del gobernador Rubén Rocha, 4 talleres y 3 conferencias.

Además, destacó la participación del Colegio Nacional de Sinaloa, la Universidad Autónoma de Sinaloa, el catálogo del Instituto Sinaloense de Cultura, entre otros. “Hicimos que la feria fuera un eco de los grandes escritores de todos los tiempos cómo Gilberto Owen, Enrique González Rojo, y pintores como Antonio López Sainz, cuya obra es nuestra imagen de la feria”, comentó Avilés.

Habrá la entrega de dos premios: el Premio al Servicio Bibliotecario Adolfo López Gallardo 2024, a cargo de la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM y, por novena vez, el Comité Mexicano Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) otorgará los Reconocimientos Memoria del Mundo México.

También habrá jornadas juveniles del 26 al 28 de febrero; un ciclo sobre la nueva ciencia del envejecimiento y, por primera vez, uno de inteligencia artificial, en donde participarán grandes especialistas de la Academia Mexicana de Computación del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica del Instituto Politécnico Nacional, entre otras numerosas instituciones.

La Feria abrirá al público del 22 de febrero al 4 de marzo de 2024, en un horario de lunes a viernes de 11:00 a 20:30 hrs (costo de entrada 20 pesos), sábados y domingos de 10:00 a 20:30 hrs (costo de entrada 25 pesos). Palacio de Minería, Tacuba 5, Centro Histórico. Ciudad de México.



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6 de febrero de 2024

"Colores en que habitamos", un retrato amoroso de México


Por: Ulises Soriano
CDMX. Conocer los rostros de mujeres indígenas, sus tradiciones y prácticas religiosas para después adentrarse en las fachadas de casas, templos y espacios públicos de diversos estados como Hidalgo, Veracruz, Chiapas, Campeche, Oaxaca, Michoacán, el Estado de México y Morelos, es posible a través de las fotografías de Mariana Yampolsky.

"Colores en que habitamos", es una muestra por los intereses cromáticos y arquitectónicos de la artista nacionalizada mexicana en 1954, cuyas imágenes fueron declaradas Patrimonio Documental de México por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

52 imágenes a color del Archivo de Mariana Yampolsky, acervo perteneciente a la Universidad Iberoamericana, son expuestas en el primer piso de El Rule Comunidad de Saberes, recinto a cargo de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.

Marianne Gertrude Yampolsky Urbach nació el 6 de septiembre de 1925 en Chicago, Estados Unidos; llegó a México en 1945 para ingresar en "La Esmeralda" y estudiar pintura y escultura. Consolidada en nuestro país como dibujante, grabadora y profesora de literatura inglesa, resguardó y dio visibilidad a las tradiciones mexicanas. Fundó el Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Salón de la Plástica Mexicana.

La muestra curada por Claudia González, Xochipilli Rossell y Valeria Sánchez Michel, "posa la mirada en cosas que también le interesaban en blanco y negro como son los niños y el retrato, pero también nos permite leer la arquitectura vernácula desde otro lugar", pues expone detalles o fragmentos de ciertos espacios íntimos de quienes pintaron esas paredes, compartió durante la inauguración Valeria Sánchez Michel, el pasado 31 de enero.

A través de una mirada curiosa, la exposición da cuenta del cariño de la artista por México, al retratar la preservación de la arquitectura de este país mientras descubre y aprende de la técnica constructiva con el respeto de sus encuadres y tonos. “Un archivo sólo cobra vida en el momento que se puede dar a conocer" y esta exposición es parte de la vitalidad de todo archivo, sentenció Sánchez Michel.

La obra fotográfica de Mariana Yampolsky ha sido difundida en alrededor de 15 libros, más de 50 exposiciones individuales y aproximadamente 150 colectivas. Sus imágenes forman parte de colecciones internacionales, públicas y privadas.

La muestra "Colores en que habitamos" de Mariana Yampolsky estará hasta el próximo jueves 29 de febrero en El Rule Comunidad de Saberes, ubicado en Eje Lázaro Cárdenas 6, al lado de la Torre Latinoamericana.



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Fugitivos


Por: Ulises Soriano
Emerger de la estación Bellas Artes a mediodía, un viernes, es encontrarse con el tumulto de cinco chavos de playera blanca con franjas verdes en las mangas, pants del mismo color y tenis blancos, que han tomado la sabia decisión de irse de “pinta” de la Secundaria 4. Sus pesadas mochilas, supuestamente llenas de cuadernos, tintinean mientras caminan a un costado del palacio de mármol. La fechoría está por ocurrir; solo hace falta el lugar más alejado de la autoridad y de sus posibles delatores. Juguetean entre ellos. ¿Coquetean con el peligro del alcohol?

Frente a la fachada art decó, un hombre alto, afrodescendiente, con la coronilla descubierta, y bigote canoso, porta una gabardina de piel bajo el inclemente sol. Sus manos grandes sostienen más de cinco libros y, con un acento peculiar los ofrece a transeúntes o a las parejitas un poco más cariñosas sentadas en las jardineras. Algunos huyen, otros se resignan y escuchan; nadie compra.
Para llegar al otro lado de la avenida, frente al edificio de La Nacional, primer rascacielos de la ciudad, inaugurado en 1932, es necesario sortear repartidores de aplicaciones pedantes, pero presionados por el tiempo, además de soportar el tufo a caño emanado del subterráneo.

Entre los chicos fugitivos de las aulas hay una pareja que hace sus primeras armas en el amor, con la tradicional manita sudada. Él es más bajito y ambos usan lentes. El cabello de ella despide una estela de perfume dulce y provoca que, antes de cruzar la avenida, él se detenga a deleitarse con ese olor embriagante y le robe un “piquito” mientras se impulsa con los pies para alcanzarla.

El semáforo en verde moviliza a la humanidad. Algunos se aventuran a Madero, otros deciden recorrer Eje Central antes, y para los que ya no se cuecen al primer hervor: San Juan de Letrán. Caminar por esa avenida es una odisea, pues es necesario hacer un control de daños en cada calle: bolsa derecha el celular, a la izquierda la cartera. “¿Están? Sí, aquí están”, revisa aquel que juega el papel de líder de la “expedición”.

Aquel líder, de temprana risa macabra, explica a dónde hay que ir. Corpulento de cuerpo y cabello con rayos dorados y una gaviota marcada en la nuca, empuja a sus secuaces, los molesta. Se escucha su voz a la distancia: “¡Cámara, ya casi llegamos al departamento de mi jefe! Nunca está, ‘tons’ nos podemos echar las caguamas”. Los otros dos asienten y frotan sus manos. La parejita parece haberse unido a última hora, son más inocentes. Solo se miran entre ellos y mueven los hombros resignándose.

Un hombre joven y algo sudoroso por el trayecto se interna a la Friki Plaza. Barajea un mazo de cartas brillantes; carcomido en parte por el acné, su semblante decidido y ansioso, esboza una sonrisa que asegura una victoria en el “Yu-Gi-Oh!". Más adelante y antes de cruzar avenida Independencia, un olor a mantequilla y vainilla inunda toda la zona. Los hornos, a pesar de ser las doce del día, trabajan para que en la panadería Ideal las pastisetas no falten.

Luego, las zapaterías de calidad buena o dudosa provocan que señoras con bolsas pesadas y zapatos polvorientos, además de desgastados, se detengan frente al aparador y vean cuál desean comprarse; sin embargo, sus ojos dicen “pronto”. Sobre la misma acera, después de cruzar Artículo 123, uno se topa con una esquina chata. Ahí, un aparador escandaliza a algunos, para otros es una invitación a darle rienda suelta a sus bajas pasiones.

La sex shop expone vibradores y succionadores que presumen velocidades alucinantes, dildos de diversos tamaños, formas y colores, lencería transparente, antifaces, lubricantes, entre otras cosas. Ellos, los novios prófugos de las aulas y deseosos de liberarse de sus otros compañeros, se detienen ante el cristal tomados de la mano. Ella no lo deja seguir. Repasan una y otra vez el aparador, seguido de esto, se miran al mismo tiempo y se sonrojan, se ríen tímidamente.

Él le mueve la mano invitándola a entrar; ella se resiste mientras sus mejillas se ruborizan. Otro movimiento más y, antes de dar el paso para explorar el interior de la tienda, son sorprendidos por la espalda por sus otros compañeros. “Calenturientos”, les dice Roberto, el líder, y les “invita” a caminar sobre Artículo 123.

Entre edificios descoloridos, con ventanas abiertas de par en par y una maraña de cables que atraviesa los cielos, los fugitivos avanzan unas cuantas puertas. Para entrar al “Viena”, una construcción de fachada agrietada y rosa deslavada y con algunos grafitis, hay que dar la vuelta hasta la calle de López; ahí estaba el departamento del padre de Roberto.

En la puerta simétrica, no solo en forma, también en adornos, un puesto de quesadillas mostraba un comal rebosado de pambazos que escurrían de chile, quesadillas grasientas sobre una rejilla y unas cuantas gorditas calentándose. “A ver, pidan, porque es lo que vamos a comer”, sentencia “Rober”. Mientras el señor armaba el itacate, la pareja se tomaba de la mano con nerviosismo. “Osito, ¿vas a tomar? Es que me da miedo que tomes”, le decía ella mientras lo abrazaba. “No quiero tomar. Este wey está loco; en cualquier momento puede llegar su padre y nos corre”.

Pagaron y se dispusieron a cruzar el umbral de la puerta Art Decó. El piso negro con puntitos blancos les dio una bienvenida fría y con olor a humedad, algo rancio y añejo. Subieron al elevador y se perdieron en aquella oscuridad para comenzar a vivir la vida de adolescentes en la clandestinidad de una broma “inocente”, de besos compartidos y elegidos; pero también de experimentar aquellas amistades positivas...





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