7 de mayo de 2024

“El básquetbol me ha dado todo”: Abraham González

Abraham González. Foto: Ángel Chávez

Por Ángel Chávez, Ricardo Sánchez y Ximena Urbina 
CDMX. En medio de tierra, polvo, hormigas y balones, el equipo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPYS), Las Panteras, llevó a cabo uno de sus entrenamientos rutinarios en Gallineros, las canchas al aire libre del Complejo Deportivo del Campus Central en Ciudad Universitaria. “¡Pónganse a correr! Son 12 minutos”. Es la orden directa del entrenador Abraham González a los deportistas. 

La docena de minutos casi se duplicó, pero no para los jugadores ―sería tiránico dar vueltas por más tiempo con el fulminante rayo de sol de media tarde atacándote sin protección―, sino para González, quien en poco más de un tercio de hora recordó sus 17 años de carrera en el basketball, primero como jugador y luego como entrenador.  

“Sin rodilla” a los 13 

Nativo de la Ciudad de México, desde los seis años sus padres, ambos entrenadores de básquetbol, lo orillaron y prepararon para jugar. Sin embargo, esta afición no le perteneció siempre. “Yo quería jugar fútbol, pero mi papá no me dejó”. A pesar de que el balompié era el deporte que veía en la televisión constantemente, como cualquier mexicano promedio, sus padres lo fueron acercando al básquetbol que, como otros, se ve opacado en el reflector por el considerado “deporte nacional”.

A partir de ahí, esa nueva afición por encestar se desarrolló a raíz de la constante práctica e iniciativa por mejorar. Abraham entrenó en los equipos que dirigían sus padres durante toda su infancia, hasta que a los 13 años un obstáculo nubló su camino: sufrió una lesión de ligamento cruzado durante un campamento. “Caí, como que mi rodilla se atoró y me jalaron, y ahí quedó. De hecho fue en un partido, en la final del campamento, ahí se quedó la rodilla”.   

Aunque en la actualidad una lesión de ligamentos cruzados, según explica el  columnista de medicina deportiva Ian McMahan para The Guardian, no significa el final de una carrera, sí deja cierta incertidumbre en relación al desempeño futuro del jugador. Lo normal es juzgar y evaluar el potencial dañino de ligamentos cruzados en adultos, pero Abraham era todavía un niño cuando tuvo el accidente.

“Me dijo la doctora que si quería jugar me tenía que operar, pero no quisimos porque estaba muy chiquito”. Abraham enfrentó entonces un largo año de recuperación y terapia, aunque eso solo respecto a la parte física. Klay Thompson, superestrella de la National Basketball Association (NBA), declaró en su momento que lo más complicado de una lesión de ligamentos cruzados es superar el tema mental.

Sumado al año obligado de ausencia para sanar su joven cuerpo, Abraham pasó otros 365 días vagando en un mundo de incertidumbres. ¿Volver o no al básquetbol? La respuesta la encontró en la pasión y competitividad, además de que en ese entonces no veía vida alguna fuera del deporte. Las ganas vencieron al duro golpe que suponía estar ese tiempo inactivo; lo mejor apenas estaba por venir.      

Las grandes ligas

Abraham, el jugador situado hasta la izquierda, como parte del equipo del CNAR. Foto: Recuperada del sitio web del CNAR.

A los quince, después de dos años de recuperación física y psicológica, Abraham jugó para el Club San Andrés. Gracias a sus compañeros de equipo se le presentó la oportunidad de hacer pruebas para ingresar al Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR), perteneciente a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE). 

Las pruebas físicas y de habilidad sucedieron en competencia directa contra otros jóvenes de su edad provenientes de toda la República; cada vez que daban inicio, los participantes recibían un número que los distinguía del resto, así era más fácil identificar quién ya no tendría la oportunidad de asistir al día siguiente.

La incertidumbre de las pruebas se prolongó por tres días, durante los cuales era común dejar de ver algunos rostros. Pasar a la siguiente etapa constituía un logro por sí mismo. Codearse e imponerse sobre los que seguramente eran los mejores basquetbolistas de su edad en México ―cifras de la CONADE indican que cerca de 500 atletas, divididos en 22 disciplinas, formaron parte del CNAR― no es cualquier cosa. 

Acabados los días de prueba, Abraham fue uno de los seleccionados. Inició un proceso en el que estaba obligado a comer, dormir, estudiar, entrenar y respirar rodeado de básquetbol, ya que al ser menor de edad debía integrarse al CNAR como atleta interno; en otras palabras, solo podría abandonar el recinto los fines de semana. 

Esta oportunidad, única en el mundo del deporte, permitió que sus tenis pisaran tierras lejanas. Disputó enfrentamientos, representando a México, que tuvieron lugar en distintas naciones como Países Bajos, Italia y España. “Jugábamos contra selecciones de otros países, fueron de los partidos que más me gustaron”. Era el sitio donde podía medirse con aquellas juventudes destacadas mundialmente en su deporte. 

España es un caso paradigmático. Con más de 370 mil jugadores pertenecientes a la Federación Española de Baloncesto y una estimación hecha por la misma institución de más de dos millones de practicantes, el básquetbol es el segundo deporte más practicado en ese país, detrás, cómo no, del fútbol. Si a esto le sumamos las dos Copas Mundiales de Baloncesto que han ganado, es razonable afirmar que se trata de un país altamente competente en este deporte; después de EE.UU. es la nación donde más popularidad ha ganado.

México, por otra parte, sin mundiales ni datos oficiales, mucho menos en las ligas de adolescentes, no está en la mejor de las posturas contra ese gigante ibérico. No obstante, lo anterior sólo es cierto a nivel institucional, ya que el equipo de Abraham tuvo la posibilidad de plantarle cara a escuadras de este y muchos otros lugares. En un torneo realizado en España, que tuvo un mes de duración, lograron quedar semifinalistas siendo vencidos por el Real Betis Baloncesto.

Esta carrera en el CNAR tuvo un final burocrático. Con la entrada de Ana Gabriela Guevara a la dirección de la CONADE, el programa del CNAR donde Abraham participaba fue reemplazado por otro llamado NBA Latinoamérica. “Prácticamente no había ningún jugador mexicano. Decía Latinoamérica pero todos eran de Brasil, Uruguay o España”.   

Tras haberle invertido más de un año de su vida, la puerta de la CONADE se cerró. Con el objetivo de retomar sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria No. 5 “José Vasconcelos”, que había dejado en pausa por el ingreso al CNAR, se unió a Los Vaqueros, el equipo representativo de dicha institución. Comenzó una nueva etapa en su carrera: el baloncesto en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

De aprendiz a maestro

La participación de Abraham en los torneos interprepas, partidos entre las nueve preparatorias de la UNAM, estuvo llena de éxito. Ganó los dos torneos en los que pudo participar. Ricardo Sáenz, hoy uno de los jugadores que entrena, pero en su momento rival de Prepa 1, cuenta que “cuando comenzó el partido y Abraham metió sus primeros puntos comprendí que (...) iban a verlo a él, a su juego. Toda una comunidad reunida por el talento de una sola persona fue impresionante”.

Durante el final de su etapa de preparatoria, cuando la mayoría de edad le impidió por reglamento jugar una última temporada con Los Vaqueros, comenzó a entrenar para el equipo de Pumas Juvenil, donde se reúne lo mejor de todos los planteles de bachillerato. A pesar de que se atravesó la pandemia por COVID-19, Abraham continuó entrenando y junto con su entrada a la FCPYS se hizo de un lugar en Pumas, el equipo representativo mayor de toda la UNAM.       

Su paso por Pumas fue accidentado. Cuenta que durante la participación del equipo en la Liga ABE, la principal competición universitaria de baloncesto en México, solo pudieron hacerse de siete victorias. Una de las razones de este mal resultado, explica, tiene que ver con el hecho de que las escuelas privadas suelen atraer mayor talento que las públicas gracias a las becas. Los deportistas con mejor rendimiento prefieren estar en las filas privadas, lo que crea una brecha considerable.

Después de esta época, de tantos años, decidió dejar de practicar básquetbol. “Pensé que ya había jugado todo lo que tenía que jugar. Como que me aburría hasta cierto punto”. Su decisión se vio respaldada por el deseo de enfocarse en su carrera universitaria, puesto que las jornadas de entrenamiento con Pumas llegaban a veces hasta durar cinco horas y le impedían llevar su vida académica en orden.

La relación de Abraham con el básquetbol, que hasta entonces había sido de casi toda la vida, terminó. Tal vez así se hubiera quedado, en no más que retas ocasionales con amigos, pero la vida siempre sorprende. En el momento en que buscaba realizar su servicio social acudió a la Coordinación de Deportes en la FCPYS, sus labores serían las de difusión o creación de contenido; no obstante, el coordinador, Randú Téllez, tenía otra cosa en mente.

Randú, quien conocía el historial deportivo de Abraham aún sin que él le hubiera contado,  le ofreció saldar su deuda con la sociedad entrenando al equipo de la Facultad. El deporte que había decidido hacer a un lado regresó una vez más para recordarle aquel momento de su infancia en que determinó que no se podía imaginar la vida sin básquetbol. Así, a sus 22 años y con una larga carrera por detrás, se convirtió en entrenador. 

En esta nueva etapa, que prácticamente acaba de empezar, se enfrenta a situaciones hasta entonces desconocidas. La cuestión burocrática y administrativa, por ejemplo, es un obstáculo que ha ido sorteando poco a poco. Sin mencionar la falta de apoyo que los deportes sufren en toda la UNAM, ya que, desde su opinión, no se les considera como prioridad. “Obviamente es más divertido llegar, ponerte los tenis y convivir con tus compañeros”, refiere en relación a la comparativa entre la responsabilidad de ser entrenador y la de ser jugador. 

Abraham tiene en mente continuar por este camino que aún sigue descifrando. Gracias a los consejos de sus padres, a quienes ahora recurre no para ser entrenado, sino para saber cómo entrenar,  comprende y se apega aún más a su labor. 

Al final solo se trata de pasión, de entrega, de disciplina. “El básquetbol [significa] pues todo. Me ha dado amistades, oportunidades, estudio (...). Estar implicado desde chiquito me ha llevado a conocer todos estos lados, todas estas personas, las oportunidades en la escuela. Y yo creo que más que eso no le puedo pedir al deporte”.

Abraham da indicaciones a Las Panteras en medio de un partido. Foto: Ángel Chávez



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Antes de llegar a la extinción: "Ayólotl, corazón de agua"


  • Una obra para las infancias que promueve el cuidado de los ajolotes que están a punto de desaparecer
Por: Frida Sauballet Banda 
CDMX. El Teatro del Pueblo presenta "Ayólotl, corazón de agua", una obra que representa una mirada hacia las problemáticas bioculturales que existe en Xochimilco: los ajolotes en peligro de extinción. 

A partir de una investigación en el lugar y el diálogo que mantuvieron con los habitantes, la compañía Astilleros Teatro recabó la información necesaria para presentar por medio de  Xóchitl y su tío Felipe una historia que plasma los diferentes factores que ponen en riesgo  a la localidad y las propuestas que pueden aportar al cuidado del lugar. 

En conjunto con el proyecto Vocaciones científicas, realizado por la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Cooperativa Cultural Chinampayolo, Osvaldo Valdovinos logra realizar una historia con títeres de mesa capaz de sensibilizar y concientizar al público infantil. El elenco lo conforman María Teresa Adalid, Oswaldo Valdovinos, Itzel Casas, Karina Miranda y María Teresa Adalid, quienes dan vida  a los títeres de mesa. 

Como un viaje en el tiempo, Xóchitl una niña que vive en la zona chinampera da cuenta junto a su tío Felipe de que el lago de Xochimilco ha sido contaminado por el ser humano, y es que más allá de los intereses particulares que benefician a unos tantos, los ajolotes y algunas personas han perdido su hogar y aunque los intentos por recuperarlo han sido muchos, las personas han contribuido con sus actos al daño irreparable de ciertas zonas. 


Si bien el escenario pinta devastador, la inocencia y perseverancia de Xóchitl contagia al público para que lleven a cabo acciones que den como resultado un panorama alentador. Sobre todo porque el ajolote es un símbolo de nuestro país, forma parte de la mitología prehispánica y nos recuerda su valor cultural, pues según la cosmovisión mexicana: “cuando los ajolotes desaparezcan, el ser humano también lo hará”.

Al respecto, la actriz Itzel Casas pone énfasis en que: “Originalmente el ajolote era parte de la alimentación de nuestros antiguos, padres y abuelos, pero con el uso excesivo, más la tala, y la contaminación, poco a poco se fueron extinguiendo. La ciudad fue consumiendo lo que era Xochimilco”.

Cabe destacar que, en el año de 2014 fue llevado a cabo un censo que determinó la existencia de 36 ajolotes por km2, ante ello Luis Zambrano González investigador del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) mencionó que se trata de una situación alarmante tomando en cuenta que en 1998 había seis mil ajolotes por km2 y  en menos de 20 años hubo una disminución de seis mil ajolotes a 36 por km2. 

Acercarle a las infancias una puesta en escena que plasme tal  problemática cobra gran relevancia sobre todo por lo que dice la actriz Maria Teresa Adalid: “Las nuevas generaciones tienen un poco más de conciencia en la cuestión del impacto ambiental, entonces podemos complementar su educación con una obra de teatro y además podemos ser el vínculo entre la gente especializada y otorgárselo a los niños”. 

Para presenciar esta gran historia y ser parte del cambio, “Ayólotl corazón de agua” estará en función del 4 al 26 de mayo, los sábados y domingos a las 13:00 horas, en el Teatro del Pueblo, ubicado en República de Venezuela 72, Centro Histórico. 


 


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6 de mayo de 2024

Conversatorio literario en Polakas. Gonzalo Martré: Safari y el periodismo

Foto: Omar Martínez. 

  • El escritor y periodista platicó sobre su inspiración para escribir Safari en la Zona Rosa
  • El novelista, cuando fue periodista,, ejerció la sátira 
  • Martré, de 95 años de edad, escribe una nueva novela 
Por Omar Martínez
Gonzalo Martré, escritor y periodista mexicano, fue invitado a un conversatorio con alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes le realizaron preguntas sobre el origen de sus novelas y su trayectoria en los medios de comunicación. 

Estudiantes de las materias de Sociología del Cine I y Literatura y Sociedad II Mexicana, de la carrera de Ciencias de la Comunicación, participaron en la charla ‘Encuentros I’ donde dialogaron con el legendario escritor mexicano.  

El encuentro de universitarios con Martré ocurrió en la Sala Lucio Mendieta de la facultad de la UNAM, donde la mesa de participación fue moderada por los profesores Víctor Enrique Abreu Fernández y Antanas Alberto Elihú Hernández Amador, de las asignaturas antes mencionadas. 

El novelista de 95 años de edad inició el diálogo y pidió a los asistentes que le comenzaran a cuestionar; antes expresó que debido a complicaciones de salud, hablaba despacio y en voz baja, lo que no fue impedimento para el conversatorio. 

Una de las primeras preguntas por parte del alumnado hacia Martré fue que relatara la inspiración que encontró para escribir Safari en la Zona Rosa, que es uno de los primeros textos de Gonzalo, de los más vendidos y la primera novela de difusión nacional que aborda abiertamente la homosexualidad. 

El autor explicó que hace 70 años las personas homosexuales, que hoy es más conocido como LGBTQ+, eran golpeados y perseguidos, por lo que escribir la obra resultó enfrentar situaciones complejas para la época en la que vivía. Abordó y relató que estuvieron involucrados aspectos morales, sociales y políticos. 

Señaló que a los homosexuales, en los años 50, 60 y 70, los señalaban como “gente indeseable” por la mayor parte de la sociedad; por ello, algunos escribían pequeñas novelas, pero estos textos no circulaban en las librerías, solo entre la misma comunidad.

El escritor aseguró que él había leído algunas de las novelas, y pensó que ya era tiempo que alguien publicara una novela que circulara libremente en las librerías, para dar a conocer la vida homosexual en la Ciudad de México. “En lo posible ir librando de la maleficencia al escribir una obra de temática homosexual”, dijo Martré.

Agregó que un amigo que tenía le contó que en la Zona Rosa de la capital del país había un centro nocturno llamado “El Safari”, un lugar de reunión de personas homosexuales; explicó que esto era muy poco visto en la Ciudad de México, ya que en aquellos tiempos estos sitios eran clausurados por las autoridades en cuanto se enteraban de su existencia.

Relató que acudió al lugar, el cual era bien equipado. Además, le comentaban que ahí cantaba Chavela Vargas. Martré declaró que el lugar pudo operar debido a que pertenecía a Fernando Romero, quien era jefe de la Policía y era homosexual, por lo que duró abierto alrededor de siete años.

Invitó a leer la novela para aquellos que no lo han hecho, ya que en Safari manifiesta las actividades que realizaban en el lugar, donde acudían hombres homosexuales y mujeres lesbianas a divertirse sanamente; en el sitio escuchaban música y charlaban, además de hacer amistades. 

Estos relatos inspiraron a Martré para escribir la novela: “Yo pensé que era buen tema escribir sobre las relaciones de hombres y mujeres homosexuales en el Safari. Me hice amigo de unos y otras. Poco a poco sin ser yo homosexual fui admitido en sus círculos”, explicó el autor.

Al ser cuestionado sobre su vida como periodista y si en su trayectoria escribiendo en los periódicos recibió algún tipo de amenaza, Martré aseguró que nunca recibió amenazas.

Relató que fue periodista durante 20 años en diarios como Excélsior y El Universal, además de ocasionalmente colaborar en algunas revistas. Indicó que se especializó en la sátira, donde satirizaba a los políticos y costumbres de la época. 

Como despedida del conversatorio y contestando una pregunta de un alumno, Martré adelantó que escribe su última obra de un tema que está desarrollando: el “machismo”, y que llevará dicha temática al hombre mexicano, ya que el país ocupa el cuarto lugar a nivel mundial en este tipo de discriminación. Expuso que planea terminar la novela a final de este año. 



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2 de mayo de 2024

El legado de Anatoli Lokachtchouk en una puesta en escena


Por Frida Sauballet 

CDMX. El Centro Nacional de las Artes abrirá sus puertas para homenajear al artista circense Anatoli Lokachtchouk. Entre acrobacias, humoradas y virtuosismo interpretativo, 20 artistas revivirán las enseñanzas de su maestro. 

El espectáculo “Donde tenemos reír, tenemos vivir” estará a cargo de grandes personalidades de las artes circenses que han sido ganadores de premios y han formado parte de shows de talla internacional. El elenco estará conformado por los artistas Jesús Díaz, Valerio Vázquez, Malcolm Méndez, Marcela de la Vega e Ivan Skinfill. 

Bajo la dirección de Jesús Díaz, el tributo a un maestro sui generis, será presentado a través de una colección de actos a cargo de sus antiguos y recientes estudiantes. Resaltarán números que el propio Anatoli dirigió, hasta creaciones originales de su alumnado.

Anatoli Lokachtchouk tuvo gran influencia en México, pues después de una gira con el Circo Ruso Soviético, radicó en México desde 1979 y realizó una escuela. También fue fundador y director artístico del Escuadrón Jitomate Bola, convirtiéndose en un referente de la técnica clown en México, así como el malabarismo y la acrobacia. 

En nuestro país destaca su influencia en el Programa Internacional de Formación en Artes del Circo y de la Calle del Cenart, pero también el legado que dejó en el circo soviético, pues fue un artista laureado por el Ministerio de Cultura Soviético. 

De acuerdo con el crítico de artes escénicas Fernando de Ita, “si el clown y el arte circense se valoraran, con la misma balanza que se hace en Europa, particularmente en Rusia, la estancia de Anatoli en el Centro Nacional de las Artes podría compararse con la tarea pedagógica de Seki Sano”.

Como una muestra de gratitud a las enseñanzas del maestro Anatoli y la promoción del arte circense, con un elenco que quizá no se volverá a repetir, será llevado a cabo el espectáculo “Donde tenemos reír, tenemos vivir” el sábado 4 de mayo, a las 18:00 h, en el Teatro de las Artes. La entrada será gratuita. 



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30 de abril de 2024

“Del conejo a la tierra”, el disfrute de dos artes en un solo lugar

  • La vida del “Padre de la ciencia ficción”, George Melies, es llevada a escena con la obra “Del conejo a la tierra” en el Centro Cultural Helénico

Por Ximena Miranda
CDMX. Con su magia, intereses alquimistas y experimentos, George Melies marcó una etapa para el cine con su creatividad para llevar a la pantalla toda la ficción que no era posible en la vida real, dejando su legado hasta el día de hoy.

La obra “Del conejo a la tierra” lleva del asombro por los trucos de magia llevados a cabo en vivo, hasta la risa por el guion que muestra la vida de George de forma dinámica y divertida, sin dejar fuera el estremecimiento que produce ver cómo consigue o no sus sueños. 

Con la actuación de Gabriela Guraieb que cobijó al público con su energía dulce y fresca, Pablo Marín personaliza las dificultades y esperanza de crear, Antonio Vega se transforma en múltiples personajes que producen encanto y desencanto, y Sandra Cecilia deleita y da paisaje sonoro a la obra con su voz. 


La escenografía, compuesta por tres paredes, una mesa y una fachada que simula una tienda de juguetes, toma vida con las proyecciones de la luna, estrellas, naves espaciales y las ideas de Melies, creando una combinación maravillosa. 

Después de la pandemia por COVID-19 en 2020, esta representación logró llegar al teatro con el trabajo de Iztel Lara como dramaturga, David Olguín como director, Sandra Dubszki y Samuel Sosa en la producción, con la compañía artística “Artes hartas” y Cardinal Films. 

“Esta obra la estrenamos hace 4 años, antes de una pandemia, y la vdd es que nos costó mucho regresar y estoy muy agradecido con todos por la paciencia, el tiempo, por el esfuerzo, por mantenerse creyendo en el proyecto y es un gran logro el que hoy estemos aquí”, comentó el productor Samuel Sosa.

La escenificación comenzó temporada este viernes 26 de abril y concluirá el 09 de junio, con funciones los viernes a las 20:00, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00 horas, en el Centro Cultural Helénico.




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27 de abril de 2024

Angelicales madrinas para El Mago y sus 200 representaciones


  • Se llevó a cabo en el teatro Hidalgo la develación de placa, amadrinada por Angélica María y Angélica Vale
Por Ximena Miranda Herrera
CDMX. Con un elenco integrado por Lucero Mijares (Dorothy), María del Sol (Tía Ema/Glinda) y Eugenio Montessoro (El Mago), entre otros grandes artistas, el teatro Hidalgo estalló en emoción, risas y aplausos en la función número 200, con la presencia de Angélica María y Angélica Vale como madrinas de la placa.

La tradicional historia de “El Mago de Oz” es llevada a escena con una producción de Juan Torres y la dirección de Ricardo Díaz, con su mensaje de amistad, escuchar nuestra voz interior, ser valientes y recordar siempre el lugar al que se pertenece, congela el tiempo durante dos horas y lo vuelve mágico.

A la entrada del teatro se colocó una alfombra amarilla que hacía referencia al camino que recorre Dorothy, por ella caminaron las actrices y actores, las madrinas de la placa, entre otros artistas espectadores de la obra como Gustavo Munguía, Silvia Gutiérrez y Norman Delgadillo. 

Angélica Vale expresó, en entrevista con Aunam, que se sentía muy contenta y emocionada por la escenificación y el papel de Lucero Mijares, a quien le tiene un gran cariño, así como a otros amigos de la compañía, como María del Sol y Eugenio Montessoro. 

La orquesta en vivo producida por Quincy Jones y las voces de las y los artistas interpretando la música y letras de Charlie Smalls, acompañan esta versión musical de “El Mago”. Con la potente voz de María del Sol interpretando a “Tía Ema” inició la primera escena. 


La escenografía, compuesta por un arco que adorna el escenario con nubes que cambian de color azul, verde, rojo y amarillo, una pantalla al fondo con proyecciones de ambiente con bosques, campos y cielo, de los lugares por donde pasaba Dorothy y sus amigos, y un equipo mecánico que gira al centro del escenario permitiendo desplazar a los artistas por el camino amarillo. 

El vestuario, maquillaje y peluquería, a cargo de Jair Campos, robó los aplausos y gritos del público por sus toques coloridos, brillantes y dinámicos que ofrecieron una inmersión total a la historia en escena. 

El evento finalizó con la revelación de la placa y unas palabras del productor, reconociendo el gran esfuerzo, trabajo y crecimiento de las y los artistas durante este proyecto. La temporada en este recinto concluirá el 26 de mayo. Funciones los viernes a las 20:30, sábados a las 19:00, y domingos a las 17:00 horas. 




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15 de abril de 2024

Filmoteca UNAM conmemora 85 años del natalicio de Jorge Fons


Por Isabel Tinoco Noble
CDMX. La Sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario proyectará tres funciones de la película Fe, esperanza y caridad el miércoles 17 de abril, como homenaje al director Jorge Fons. El acceso es gratuito hasta completar el aforo.

Jorge Fons Pérez, nacido 23 de abril de 1939 en Tuxpan, Veracruz, fue un galardonado cineasta, pionero del nuevo cine mexicano, formó parte de la primera generación de egresados del entonces Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM (CUEC), tomó lecciones de actuación, dirección de actores y de escena. Inició su carrera en montajes, realizó comerciales y cortometrajes, después se aventuró a filmar un largometraje, pronto, fundaría el Teatro de Tlalnepantla junto a algunos compañeros.

Una parte de su filmografía está basada en novelas de reconocidos autores como Vicente Leñero en la película Los albañiles (1976) y Mario Vargas Llosa en la película Los cachorros (1971). Fons estaba interesado en narrar las relaciones cotidianas, conflictos sociales y dramas personales en sus filmes, Trampas de Amor (1968) y Tú, yo, nosotros (1972), películas colaborativas, son muestra de ello. 

El Quelite (1970), Rojo amanecer (1989) y El callejón de los milagros (1995) son sus principales obras en solitario que lo consolidaron como un maestro en las artes cinematográficas, esta última fue la producción mexicana más premiada de la historia del cine nacional. El director recibió diferentes premios como el Mayahuel de Plata en 2005; el Ariel de Oro y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes, ambos en 2011; la Medalla Filmoteca UNAM en 2010; y la Medalla Cátedra Ingmar Bergman en 2018. Fons falleció en la Ciudad de México el 22 de septiembre de 2022.

Fe, esperanza y caridad es un largometraje colaborativo en el que participan Alberto Bojórquez (fe), Luis Alcoriza (esperanza) y Jorge Fons (caridad), la trama incluye  tres dramáticas historias, en Fe, una mujer viaja a una ciudad distante en busca de un milagro para salvar a su marido de una enfermedad. En Esperanza, un hombre acepta ser clavado en una cruz como parte del vía crucis, con la esperanza de ayudar a su madre. Por último, en Caridad, la caridad de una anciana millonaria en una ciudad perdida provoca una serie de reacciones que tienen consecuencias fatales. 

El miércoles 17 de abril, la Filmoteca UNAM, recuerda al maestro Fons Pérez con tres funciones de Fe, esperanza y caridad, de entrada gratuita en tres horarios: 12:00, 16:30 y 18:45 en la Sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario.

Escena de "Fe, esperanza y caridad".



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9 de abril de 2024

Denuncian docentes de Universidades del Bienestar resolución injusta en sus reclamos laborales



Por: Ulises Soriano
México. La Coalición de Trabajadores por los Derechos Laborales en las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García (UBBJ) denunció la situación de más de 40 trabajadores de las Universidades del Bienestar, quienes desde 2021 han enfrentado un proceso legal contra el Organismo Coordinador de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez (OCUBBJ) por despido injustificado, falta de prestaciones de seguridad social y salarios devengados. 

El abogado de los profesores despedidos, Juan de Dios Hernández Monge, informó que tras casi tres años de juicio laboral y un retraso injustificado por parte de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) 11, los trabajadores decidieron ampararse para garantizar su derecho a una justicia pronta y expedita. No obstante, las resoluciones emitidas por la JFCA favorecieron al OCUBBJ, absolviéndolo de los actos reclamados por los docentes, a pesar de contar con pruebas para demostrar la relación laboral. 

Según Hernández Monge, esta resolución establece un peligroso precedente en la defensa de los derechos laborales y constituye una afrenta a cientos de trabajadores de las UBBJ, quienes son considerados "beneficiarios sociales" sin ningún derecho laboral. La JFCA no consideró las abundantes pruebas para demostrar la relación laboral de los docentes, tales como horarios de trabajo, órdenes del patrón y recepción de salarios, elementos esenciales según la Ley Federal del Trabajo. 

A pesar de la resolución adversa, la Coalición ha reiterado su denuncia por la sistemática violación de sus derechos laborales y el derecho al debido proceso. Anunciaron una serie de acciones legales para hacer valer sus derechos, incluyendo la interposición de un amparo directo ante el Poder Judicial de la Federación.

La resolución de la JFCA y su impacto en la defensa de los derechos laborales de los trabajadores de las UBBJ genera preocupación en diversos sectores, quienes ven en este caso un precedente el cual podría afectar a trabajadores en situaciones similares en todo el país. La Coalición ha recibido muestras de solidaridad y apoyo de organizaciones sindicales y defensoras de derechos humanos las cuales están comprometidos a respaldar su lucha por la justicia laboral.

En medio de esta controversia, la Coalición de Trabajadores por los Derechos Laborales en las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García permanece firme en su búsqueda de justicia y en su compromiso de defender los derechos laborales de todos los trabajadores de las Universidades del Bienestar.


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1 de abril de 2024

Timbres postales para celebrar los 65 años de Canal Once


Por Monserrat Hernández Bernal
CMDX. Por toda la República Mexicana, y más de 190 países alrededor del globo, viajan adheridos a cartas y paquetes, los timbres conmemorativos del 65 aniversario de Canal Once emitidos por el Servicio Postal Mexicano, mismos que fueron cancelados el 19 de marzo en el Palacio de Correos.

La directora general de Correos de México, Rocío Bárcena Molina, rememoró parte de la historia de la televisora y su presencia en la vida de los mexicanos; incluso habló sobre su participación en uno de los primeros programas para niños en el canal. 

El director general de Canal Once, Carlos Brito Lavalle, presentó un video del detrás de cámaras del canal, el cual reflejó todas las emociones vividas a través de los años.


El sello emitido es un homenaje a la emisora nacida del compromiso del Instituto Politécnico Nacional por transmitir conocimiento a través de contenidos educativos y culturales, y hasta nuestros días ha significado un proyecto a largo plazo de construcción de ciudadanía; esto lo ha convertido en un referente de la televisión pública.

El proceso de cancelación, explicó Bárcena Molina, "estrena" la planilla y así entra en uso para las cartas y paquetes. Además, hay una campaña para el uso del público en general, pero sobre todo para las infancias, donde carteros y carteras visitan escuelas primarias para enseñar cómo mandar una carta.

Aquellas cartas que “con esencia de nuestro perfume”, comentó la directora de correos, “se mandaban con emoción” no es lo mismo a lo que representa en la actualidad mandar un mensaje. “Tal vez la tecnología ha abordado mucho este medio, pero siempre será un buen día para recordar que una carta en papel es tan dulce y fugaz. El poder sentir en mano el papel y la escritura de aquellas personas que, con aprecio y palabras de su sentir, han mandado una carta” es lo que merece la pena.





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Realizarán tercera fiesta de arte teatral para las infancias


Por: Carlos Torres
CDMX. Ocho espectáculos teatrales dedicados a las infancias buscarán acercarles al arte escénico y a sus derechos culturales, además de proponer diversas maneras de educar y entretener en el tercer festival “Fiesta de las infancias y sus derechos”, organizado por la Dirección del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de Ciudad de México.
 
Los recintos teatrales Esperanza Iris, Benito Juárez y Sergio Magaña, además de diversos espacios públicos, gracias al programa “Teatro en Plazas Públicas, Teatro en tu Barrio”, serán las sedes de estos eventos; con la finalidad de romper la idea de que el teatro no es para todos y mostrar la existencia de distintas maneras para concientizar al público sobre diferentes problemáticas.

Compañías de Argentina, España y México son las encargadas de estos espectáculos: “El pozo de los mil demonios”, de la mexicana Maribel Carrasco, una historia para concientizar sobre el cuidado del agua; la presentación será el 7 de abril en el Esperanza Iris a las 18 horas.

El 21 de abril, en el mismo recinto llega “México, el color de su música”, interpretada por la Orquesta Juvenil de Cuerdas del Instituto Kwaspisz y el 27 y 28 de abril, la compañía argentina “Canticuénticos” buscará enamorar al público con canciones como “La mamboretá”, “El lorito teté” entre otras. 

El 5 de mayo, el trío de artistas argentino-brasileño Pim Pau, estarán en el recinto de Donceles 36, celebrando su aniversario número diez y buscarán enseñar a divertirse y aprender a través del baile, juegos y movimientos corporales.

Por otro lado, el Teatro Benito Juárez será sede de la presentación de “Trino en búsqueda de su poder interior” escrita por Paulina Soto y dirigida por Alberto Lomnitz, un show de títeres de sombra y multimedia el cual narra la historia de un niño discriminado por sus cicatrices a causa de la viruela y su aventura para huir del acoso. Esta obra estará los sábados y domingos, del 27 de abril al 12 de mayo.

El Teatro Sergio Magaña exhibirá los sábados y domingos, hasta el 21 de abril, el espectáculo “¿Por qué el amor es invisible?”, la travesía de Simón y Lolo, quienes, ante la repentina desaparición de su padre, emprenden un viaje con destino a la luna. Esta obra fue escrita y dirigida por Ingrid Cebada. 

El programa de “Teatro en Plazas Públicas, Teatro en tu Barrio” será los fines de semana, hasta el 21 de abril, en espacios públicos de la Ciudad y presentará dos obras: “Tzukán. Serpiente protectora de cenotes”, dirigida por Andrómeda Mejía y a cargo de la compañía “Los tres pies del gato” y Teatro UNAM; una obra sobre pequeños habitantes de las noches, los cuales disfrutan de hacer travesuras y jugar mientras existe en las profundidades de los cenotes, una serpiente llamada Tzukán encargada de proteger el agua.

La segunda obra es “Crash, espectáculo ecoloclown”, dirigida por Nubia Alfonso; una presentación sobre Tita y Nubi, quienes habitan en un mundo contaminado y examinan la basura de sus alrededores para aumentar su colección de objetos. 

El costo de los boletos varía según la obra, sin embargo, todas tienen un descuento de al menos un 50 por ciento para llegar al máximo público posible. Para más información sobre las funciones visite la página: www.teatros.cultura.cdmx.gob.mx o la aplicación de TeatrosCDMX, además los boletos pueden adquirirse en Ticketmaster o en las taquillas de los teatros.


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21 de marzo de 2024

Pandillas en CDMX y Del Cabo, tan lejos y tan cerca: Ignacio Cano


Por: Andrea Bonilla Blesa
Violencia y criminalidad han sido dos de los temas más frecuentemente explorados por el doctor Ignacio Cano en su decorosa carrera, temática que continúa vigente en su actual trabajo, titulado “Reclutamiento y estructuración interna en las pandillas juveniles: un estudio comparativo de África del sur y México”.

Han pasado 32 años desde que José Ignacio Cano Gestoso recibió su título de doctor en sociología por parte de la Universidad Complutense de Madrid, 32 años desde que recibió un premio nacional del Centro de Investigación Sociológica de España por la tesis que le permitiría recibir ese título. 32 años de una trayectoria destacada, que lo ha llevado a viajar por varias partes del mundo, a lo largo de distintos continentes.

Sus estudios han sido realizados principalmente en países europeos; en ese continente obtuvo no solamente su doctorado, sino que persiguió también estudios postdoctorales, en las universidades de Surrey y Lancaster dentro del Reino Unido. Sin embargo, no toda su educación se concentra en Europa, ya que también realizó postdoctorados en Estados Unidos, específicamente en las universidades de Michigan y Arizona.

Su vida laboral se ha concentrado principalmente en Latinoamérica, ha desempeñado su labor de investigador en instituciones como la Universidad Centroamericana de El Salvador, el Instituto de Estudios Religiosos, y el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Además, ha trabajado para la Universidad Federal Fluminense y en la Universidad Federal de Juiz de Fora, en Brasil, y realizó investigaciones sobre derechos humanos en Guatemala.

Uno de sus más recientes viajes laborales lo llevó a Sudáfrica, en específico a Ciudad del Cabo, donde realizó investigaciones para el Safety Lab y el African Police Oversight Forum. Fue durante su estancia en este país cuando surgió la idea para uno de sus actuales proyectos de investigación, el cual se alinea con dos de sus más comunes intereses de investigación: la violencia y la criminalidad. En este caso, el estudio se centra en analizar las pandillas en Ciudad de México y Ciudad del Cabo.

Este proyecto es descrito por el doctor Cano como “un estudio comparativo de las pandillas en México y Sudáfrica, centrado sobre todo en procesos de reclutamiento y en su estructura interna”, dentro del cual compara las pandillas actuales en Sudáfrica con las pandillas mexicanas en dos distintos momentos: el actual, y su estado hace 15 o 20 años.

La razón de esto es que, como él explica, mientras que el tema de las pandillas es sumamente relevante en Sudáfrica, en México “ha perdido mucha fuerza, nuestros estudios acá en México han visto que ya no hay tantas pandillas, ni tienen tantos integrantes como hace 20 años” lo cual vuelve necesario la inclusión de dos épocas distintas en el análisis comparativo.

Para entender este tema, lo primero que se debe comprender es la definición de “pandilla”, a qué se refiere ese término. Como indica el doctor Cano, llegar a un entendimiento sobre lo que es una pandilla puede ser complicado, al no existir una definición universal aplicable a las diferentes realidades en las que se presentan. No obstante, dentro de su proyecto de investigación, el sociólogo las entiende como “un grupo que por un lado tiene un componente emocional fuerte y por otro lado está involucrado en actividades delictivas.”

Para que un grupo pueda ser considerado una pandilla, ambos elementos deben estar presentes. Sobre esto, el doctor Cano explica que “si hacen simplemente actividades delictivas pero no hay un componente identitario, cultural y emocional, entonces lo consideramos crimen organizado y ya está, y si se trata de grupos de apoyo mutuo de jóvenes que pasan simplemente su tiempo juntos pues son entonces grupos juveniles, pero no le llamaríamos entonces una pandilla”. Además, añade que la prominencia de estos elementos puede variar, siempre y cuando ambos estén presentes.

Es de hecho en esta variabilidad de los elementos esenciales en la cual recae una de las principales diferencias que el doctor Ignacio Cano ha encontrado entre las pandillas juveniles sudafricanas y las mexicanas. En el caso mexicano, “las pandillas mexicanas están más cerca del polo en el que dominan las cuestiones identitarias”, mientras que las pandillas sudafricanas “están mucho más cerca del otro extremo, tienen actividades profesionales criminales y sí tienen un elemento identitario y de apoyo mutuo, pero se dedican directamente a esa actividad”.

Este factor diferencial crea, a su vez, algunas de las otras distinciones que se pueden señalar en cada caso. Por ejemplo, los pandilleros mexicanos, debido a que sus pandillas no están tan enfocadas en las actividades criminales y, por lo tanto, tienen un menor flujo de dinero, suelen desempeñarse laboralmente en algún otro campo, sea lícito o ilícito, para sostenerse. Los sudafricanos, por otra parte, viven del dinero que obtienen de las pandillas y no necesitan otras fuentes de ingresos.

Debido a que las pandillas sudafricanas tienden a enfocarse principalmente en la actividad criminal profesional, mientras que las mexicanas ejercen la criminalidad de manera informal, surgen diferencias importantes tanto en la estructuración interna de las pandillas como en sus procesos de reclutamiento, objetos de enfoque en la investigación del doctor Ignacio Cano.

Sobre la estructura, apunta que “es mucho más compleja, mucho más detallada que acá en México, que existen líderes, y luego están los integrantes que a veces se llaman soldados y ya está pero en en el caso sudafricano hay toda una jerarquía mucho más minuciosa”. Las pandillas sudafricanas, además de tener estas estructuras determinadas, tienen cadenas específicas de suministro, mercados delimitados geográficamente, y clanes. Las mexicanas igualmente tienen algunos de estos componentes, pero son más informales.

Los distintos niveles de formalidad en las pandillas también se ven reflejados en sus respectivos procesos de reclutamiento, a pesar de tener ciertas características en común, en particular la habilidad de soportar e infligir dolor. Para unirse a una pandilla mexicana, el prospecto debe soportar trece segundos de golpes por parte de los miembros de la pandilla; en Sudáfrica, quienes buscan volverse pandilleros deben mostrar su disposición a cometer actos violentos, una forma de hacerlo, por ejemplo, es recibir una pistola y dispararle a alguien con ella.

En México, este proceso es espontáneo y pasivo, implica el acercamiento voluntario de los jóvenes hacia la pandilla. En Sudáfrica, según los estudios del doctor Cano, además de existir esta posibilidad “hay en paralelo un proceso de reclutamiento proactivo en el que se buscan ciertos perfiles que le vienen bien a la organización”.


“Vimos que había, por ejemplo, reclutadores profesionales dentro de la organización, gente que veía quiénes les interesan y con qué perfil, es una actitud mucho más profesional que la situación en México” explica el sociólogo, y añade un ejemplo “en el caso sudafricano se buscan a veces chicos de clase alta que tienen buenas conexiones para que se pueda lavar el dinero de la organización, entonces se aproximan a ellos con carros, lujos, etc., etc., y van intentando captarlos para la organización, ya con esa idea de que participen en el lavado dinero”.

Esta observación es interesante puesto que reta la concepción típica del perfil de un pandillero, el cual consiste de un joven varón, usualmente de clase baja, con problemas familiares y escolares, que busca al interior de las pandillas la oportunidad de ganar dinero y sentirse protegido. El doctor Cano no niega la existencia de estos perfiles, pero añade que existe una gran diversidad de factores que motivan a un joven a volverse pandillero.

“Lo que nosotros hemos encontrado es que una parte de los jóvenes que integran las pandillas dicen que se integran porque tienen problemas en la familia, porque no les gusta la escuela, porque no tienen forma de comprarse los tenis que deseaban; pero otra parte nos dijeron que no tenían grandes problemas económicos ni familiares, pero que buscaban la adrenalina, el estilo de vida, el poder andar con muchas mujeres y con coches vistosos; los argumentos fueron muy variados”.

La explicación anterior hace referencia a otro factor que puede motivar a un joven a volverse miembro de una pandilla: la imagen. Para algunos, unirse a una pandilla puede ser cuestión “de estilo de vida, de adrenalina, del riesgo, de esa cosa de irse juntos a divertir los sábados, de pelear contra otros grupos. Muchos te dicen que eso fue lo que les atrajo”.

Pero esta aspiración va más allá de la imagen individual de los jóvenes pandilleros, la estética misma de las pandillas como tal, específicamente en el caso sudafricano, está muchas veces relacionada con el deseo de tener y presentar un estilo de vida, frecuentemente referente a la cultura estadounidense.

El doctor Ignacio Cano explica que “tiene que ver con la industria cultural norteamericana, con las películas, la moda, la juventud de los años 40 y 50, se aspiraba a ese estilo de vida, a esa estética, y de ahí viene un poco la incorporación de esos elementos” y agrega “por ejemplo, una de las pandillas más importantes allá se llama Americans, otra se llama JFK, que es Kennedy. Hay muchísimas referencias culturales a ese mundo soñado, idealizado que es el mundo de Estados Unidos”.

Las pandillas mexicanas, al igual que las sudafricanas, están estrechamente relacionadas con Estados Unidos, pero en un sentido inverso, y esto se debe al nacimiento, a la raíz de las pandillas mexicanas, que surgen dentro del vecino norteamericano y posteriormente migran hacia México.

“En el caso mexicano de la cultura chola, de las pandillas cholas en Estados Unidos, son mecanismos de resistencia cultural en un ambiente de prominencia anglosajona porque luego son traídos de vuelta a México y retomados acá en las áreas metropolitana de la ciudades”, apunta el experto.

La creación de pandillas como forma de resistencia es una de las comunalidades entre las mexicanas y las sudafricanas. La diferencia recae en el contexto que provoca la resistencia. Las pandillas cholas, como se mencionó, nacen como resistencia a la prominencia de los rasgos culturales anglosajones y también como consecuencia de migraciones hacia las ciudades. En el caso sudafricano, la causa se encuentra en el Apartheid.

“En Sudáfrica, el surgimiento de las pandillas también se da en áreas urbanas, también está compuesta por población juvenil y está vinculada al régimen político del Apartheid y a la transferencia de poblaciones forzadas que hubo en los años 50 y 60, miles de personas fueron trasladadas a otros lugares, tuvieron que empezar a vivir en lugares que no conocían, y siempre dentro de una homogeneidad racial” comenta el doctor Cano, quien concluye que las pandillas actuales en Sudáfrica son consecuencia de un gobierno racista.

Se puede, a partir de las anotaciones del experto, notar que los motivos de existencia de las pandillas en los países que están siendo analizados en su investigación son similares, pero los contextos de cada uno de ellos han logrado que sus manifestaciones sean distintas.

Además, es importante señalar que, a pesar de las resaltadas diferencias entre las pandillas mexicanas y sudafricanas, en el núcleo de ambas está no solamente un nacimiento inspirado por factores similares, sino también un importante vínculo identitario, cultural y afectivo.

El doctor Cano afirma que en ambos casos “la fidelidad central tiene que ser la pandilla, y eso es muy semejante aquí allá, la verdad de que la pandilla lo es todo y uno tiene que estar dispuesto a dar la vida por la pandilla, y por lo tanto la pandilla es el grupo de referencia más importante, el grupo de referencia en términos prácticos y en términos afectivos”.

Estas similitudes y las ya detalladas diferencias están al núcleo de la investigación del doctor Ignacio Cano, un proyecto al que le ha dedicado tiempo y esfuerzo, y que seguramente terminará por ser una valiosa lectura una vez que su trabajo haya concluido.

Ignacio Cano. Foto: IIS-UNAM



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17 de marzo de 2024

Pim Pau, la infancia a través del movimiento

Por Carlos Torres.
CDMX. El trío musical argentino-brasileño Pim Pau, regresará a la Ciudad de México para celebrar los diez años de inicio del proyecto, el cual surgió gracias a la unión de Lucho Milocco, Eva Harvez y Cássio Carvalho mientras ejercían la docencia en la cudad de Buenos Aires, Argentina.



Lucho Milocco, ofreció más detalles sobre su presentación el próximo 5 de mayo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. El repertorio saldrá de su nuevo disco Upa, publicado en diciembre del año pasado y está dedicado a la infancia de cuna o infancia temprana.

El intérprete también destacó una parte fundamental para entender a Pim Pau: el proyecto nació de la pedagogía y está centrado en el movimiento y los juegos para enseñar, pues “la interacción con el infante, como parte fundamental del proyecto como docentes, intenta integrar a la familia a una propuesta lúdica a través de lo corporal, sin subestimar la infancia.”

Con referencia a sus expectativas de su tercera presentación en México, el artista comentó: “Para nosotros, venir a México, siempre genera mucha expectativa por la relación que tenemos con el público, que es muy afectuoso y para nosotros es muy lindo eso, esperemos que sea eso, una fiesta”.

Pim Pau es un proyecto rompedor, el cual prioriza el lenguaje corporal y los juegos para el aprendizaje de los menores, siendo siempre conscientes de sus capacidades y sin subestimar a los infantes, sin duda la presentación de este trío sudamericano será algo memorable y disfrutable para toda la familia.





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13 de marzo de 2024

Voces unidas en la lucha


Por: Angelina Noemí Sein González y Daniel Terán Escamilla
CDMX. En la proclamada Glorieta de las Mujeres que Luchan, sobre Paseo de la Reforma, comenzó la travesía, marcada por la fuerza y la solidaridad característica de las calles. El sol de la tarde bañaba la urbe, mientras miles de mujeres se congregaban, preparándose para tomar las calles del centro de la ciudad.

Acompañados por los gritos de consignas las cuales clamaban por justicia, igualdad y un país libre de violencia, fue como nos sumergimos en la marcha de la marea bicolor, la cual, llena cada 8 de marzo la Ciudad de México.

Un mundo de pancartas, voces y esperanza inundó las calles antes grises y rutinarias. Y en el transcurso de la marcha, las pancartas eran alzadas como estandartes de un cambio urgente y necesario. "¿Por qué se espantan por las que luchan y no por las que matan?", cuestionaba una de ellas. Entre el mar de voces, resonaban clamores como "Todas las madres merecen ver a sus hijas volver", expresiones crudas de una realidad desafiante. 

Las pancartas son un reflejo de una gran diversidad, desde reclamos por justicia para las víctimas de violencia hasta exigencias por derechos sexuales y reproductivos. Cada letra, cada trazo, era un grito contenido liberado al viento. Las palabras envueltas con el aroma dulce del humo de colores y el eco de tambores, creaban un universo de resistencia y sonoridad y las mujeres, con sus rostros pintados de coraje y esperanza, eran defensoras una de la otra.

Entre el mar de consignas, en un costado del Zócalo capitalino destacaba un grupo de mujeres luchando: víctimas de violencia vicaria, las cuales exigían justicia y el pago de pensiones alimenticias. "Amiga, pide la pensión", clamaban con las fotos de los deudores en sus manos, recordándonos la lucha por la igualdad no termina en las calles, sino en cada hogar y tribunal de justicia. Sus rostros reflejaban dolor, pero también esperanza. “Hicimos esto porque queremos justicia”, dijo María, madre soltera y además, aseveró: “no es solo dinero, es el derecho de nuestros hijos a una vida digna”.


En medio del bullicio, una de las colectivas extravió a Daniela y la angustia imperó. El tiempo se detuvo mientras buscaban a su hermana desaparecida. Cientos de mujeres gritaban “¡Daniela! ¡Daniela!”, unidas en la búsqueda de una compañera perdida y finalmente, la encontraron, abrazada por desconocidas, ahora eran cómplices de su seguridad. La solidaridad fue palpable, una red de apoyo que envuelve a todas.

Así, entre consignas, pancartas y abrazos solidarios, finalmente apareció el corazón de la Ciudad de México. En el Zócalo, la energía de la marcha era el palpitar de una ciudad viva. Hay esperanza, pero también está la certeza de un camino largo por delante. La lucha feminista es un río caudaloso, el cual seguirá fluyendo hasta que todas las mujeres vivan libres de violencia.
 
Y mientras el sol se ponía en el horizonte, llevábamos en nuestros corazones el recuerdo imborrable de una jornada de lucha, de sororidad y de esperanza para un futuro más igualitario, justo para todas; testigos de la fuerza de las mujeres, de su resiliencia, de su lucha. En cada paso, en cada pancarta, en cada abrazo, el centro de la ciudad se transformó. ¡Que tiemblen los machistas, porque la revolución es feminista!





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12 de marzo de 2024

“Cada una se hace feminista con su propia historia”


Por: Ulises Soriano Delgado
CDMX. El teléfono suena en punto de las 10:20 de la mañana del 8 de marzo. “F” ya está en la puerta del edificio habitacional. Al abrir la puerta, aparece una mujer de 21 años, cabello negro con mechas azules deslavadas y cejas decoloradas, de estatura no más allá de un metro con sesenta centímetros y complexión robusta. Pasa y camina hasta la casa. Su andar es contundente y aprisa. Al llegar pregunta por una tlapalería para ir por una lata de pintura después de platicar.

“F” toma asiento en el comedor, luego de dejar su pesada mochila en el sillón. Accedió a brindar su testimonio, en tanto, su identidad se mantenga bajo secrecía para evitar cualquier represión por parte de las autoridades, además de darle asilo, pues su madre no desconoce su asistencia a la marcha del 8M, pero, sobre todo, que ella forma parte del bloque negro.

Luego de desayunar, “F” pone su historia sobre la mesa. “¡Imagínate lo normalizado de todo esto! Solo había vivido lo ‘normal’: que me tocaran, me voltearan a ver en la calle y me dijeran piropos; pero en 2019, dos semanas después de cumplir los 19 años, en agosto, saqué a mi perra a pasear en el parque, a dos cuadras de la casa de mi abuelita; ya era noche, llevaba falda y me percaté que un señor me seguía. Corrí a casa. De pronto, este hombre me tomó por el cuello e intentó taparme la boca; si no es porque alcancé a gritar, desconozco lo que hubiera pasado”.

Después de llegar a su casa, no dejó de llorar y la rabia la invadió. Su abuela la contuvo, sin embargo, “no paré de gritarle hasta de lo que se iba a morir” al sujeto, el cual fue detenido por los vecinos hasta la llegada de la policía. Siguió un proceso administrativo en contra de aquel hombre por agresión física, sin embargo, solo fue acreedor a una multa y a la reparación de los daños. Mientras relata su historia, sus ojos se tornan brillosos, pero su semblante no infunde tristeza, exhibe encono y se ruboriza.

En 2020 asistió a su primera marcha del 8M en un contingente pacifico a raíz del evento y sentenció: “Cada una se vuelve feminista con su propia historia”. En aquella marcha, recordó, cantó y sintió la consigna “Somos malas / podemos ser peores / y al que no le guste, / ¡se jode, se jode!”, y eso la llevó a reflexionar y con su experiencia como bloque negro en marchas estudiantiles pasadas, decidió sumarse para el siguiente año.

Rosa mexicano

Durante el camino a la tlapalería, mientras el sol de las 11:30 de la mañana pegaba con fuerza, “F” contó cómo se prepara para la marcha al ser parte del bloque negro. No muestra incomodidad, pero sus respuestas son concretas, aunque nadie transite por las calles. “Físicamente es lo menos pesado, es algo que llevo haciendo por años. Voy al gimnasio y como estoy en un grupo de scouts, mi condición no merma, además, hacía taekwondo y judo. Dónde sí afecta es en lo mental”.

Cada 8 de marzo, las mujeres salen a manifestarse, argumentó, pues las desapariciones y feminicidios siguen ocurriendo, “una vez que estás ahí, existe un hermoso sentimiento de sororidad, pero al mismo tiempo, escuchas historias como la mía que te cimbran. Emocionalmente creo que nunca estaré preparada al 100 por ciento, además, cada que se acercan estas fechas salgo con más miedo a las calles porque la violencia aumenta”.

“F” vive con un coraje enclaustrado en su corazón y mente, sobre todo en esta fecha, pues son “días de vivencias fuertes, además de recuerdo y reflexión”. Llegando a la avenida Cuitláhuac, esquina con la México-Tacuba, entró a una Comex y el encargado, al verla con su pañuelo morado en la cabeza y ataviada con una playera morada, saltó del mostrador y le ofreció pintura en aerosol. “Mire, en este mostrador tengo el rosa mexicano, es el más vendido hoy”. “F” tomó la lata de pintura y pagó los noventa y cuatro pesos.

De regreso, en casa, mostró el contenido de su mochila rosa: un martillo y dos playeras negras: una para encapucharse y la otra, para cubrir la mochila. Además de sus botas tácticas, las de los scouts, lleva un pantalón Levis negro, ”el estilo no debes de perderlo”, asevera. Volteó la playera que ya usaba, la cual, tenía unas letras japonesas y al terminar, su semblante perdió algo de calma, como si todos sus sentidos hubieran terminado de despertar.

“En los movimientos estudiantiles estoy más que identificada, pero por lo menos hasta hoy, como parte del movimiento feminista y del bloque negro en estas marchas del 8M, no he recibido amenazas de ningún tipo y me queda en claro que tampoco he sido identificada”, expresó la entrevistada mientras esperaba con ansias la hora y el punto de reunión, el cual le sería enviado por WhatsApp, la única forma de comunicarse de las chicas del contingente.

“No hay bodegas ni mucho menos. Accionamos y hacemos la iconoclasia con lo que tenemos en casa, el martillo es de mi abuelita. Los ‘puerkos’ ―haciendo referencia a la policía― creen que tenemos bodegas y demás, pero no es así, o por lo menos, nunca nos han invitado a mis otras compas y a mí”. Negó por completo que ellas llevaran bombas molotov, pues no solo ponen en riesgo su vida, sino de las chicas manifestantes pacificas. Muchas de sus compañeras, dijo, tanto han aprendido ciertas cosas para resguardar su vida y a curar ciertas situaciones, sin embargo, se valen de los servicios médicos o de Brigada Marabunta.

Su teléfono sonó en punto de la una de la tarde: el lugar de reunión era la Glorieta de los Insurgentes, aproximadamente en cuarenta minutos. Su rostro mostró emoción, pero su lenguaje corporal denostaba tensión. Las manos las secó con su pantalón, desamarró y amarró sus botas; respiró una y otra vez y una ligera capa de sudor invadió su frente. 

Revisó todo por última vez, untó sobre su cara bloqueador solar y mostró su rostro encapuchado. Negó las fotografías, sin embargo, sus ojos rodeados por diamantina expresaban el miedo de la realidad vivida en México día con día; además, su mirada era firme y decidida. Retiró la capucha de su rostro y tomó su mochila y la cubrió con una tela negra. Mientras la puerta del departamento era abierta, “F” respiró profundamente y avanzó con el pie derecho. Sabía que no había vuelta atrás.

“Esas morras/ sí me representan”

En camino al metro Popotla, reflexionó una vez más sobre la visualización del movimiento feminista. “Antes, había quienes estaban en contra y se quejaban por las pintas que hacíamos en los monumentos, sé que su percepción ha cambiado, ahora tenemos más apoyo”. Contó que los únicos lugares en los que hay iconoclasia son en las vallas, las iglesias y los bancos, además de edificios, sedes de empresas transnacionales.

Cuando subió al metro, encontró a otras chicas que con dirección a la marcha. Intercambiaron miradas y con el puño se dieron ánimo; “F” no conocía a ninguna de las dos chicas, pero el simple hecho de venir ataviadas con blusas y paliacates morados invitaba a la sororidad y a un sentimiento de que ninguna estaría sola. Al pasar por metro revolución, una contingente acababa de bajar de un tren en sentido contrario. Aquellas desconocidas también descendieron y comenzaron a pintar una pared con aerosol.

“F” comenzó a cantar desde dentro del vagón “¡esas morras / sí me representan!”, y cuando la marea la escuchó, replicaron el cántico. Durante los siguientes veinte minutos, en el viaje entre el metro Hidalgo a Balderas y de ahí a Insurgentes, “F” estaba nerviosa. En la glorieta, solicitó que la esperara en las escaleras que llevan a la calle de Génova. En punto de las 2:13, encontró a sus compañeras debajo de una estructura que sostiene la estación del Metrobus para unirse al contingente que estaba arreglándose el cabello, todas ellas vestidas de negro.

A las 2:21 de la tarde, recogió su cabello con una cola de caballo, y entró a una bolita de la que salió encapuchada. Su rostro desapareció una vez más para sumarse a la colectividad de mujeres que llevan la boca llena de grito y pugnan por un México sin feminicidios y sin violencia contra la mujer. 

A las 2:28, junto con otras dos chicas más, caminó por Génova, detrás del contingente de la tianguis trans. Cuando las ven pasar, una vez más suena el cántico “esas morras / sí me representan”. En el momento en que ellas llegaron a Reforma, desaparecen de la vista, sin embargo, hay aplausos y el cantico. Frente a unas vallas, se escucha el rugir de los martillos. Son ellas: es “F”, quien empieza a hacer iconoclasia. 


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