4 de noviembre de 2023

¿Hay quien no celebre el Día de Muertos en México…?


Por Camila Godoy Ramírez 
México.  Alrededor de quienes practican el Día de Muertos cada año, existen los que no tienen un acercamiento con la tradición y, por lo tanto, no la practican. Esto debido a factores como la economía, el tiempo o las creencias religiosas, las cuales implican no celebrar estas fechas como el resto del país.  
 
Noemí Ramírez Servín, una mujer de 50 años, no tiene una relación cercana con la festividad del Día de Muertos desde que era tan solo una niña, por lo que lleva toda su vida sin practicarla. El motivo de esa lejanía es su ideología religiosa, ya que practica el cristianismo desde que estaba pequeña, y sus padres jugaron un papel importante porque la criaron con esa fe.  
  
Lo que suele hacer en estas festividades es salir a comer o a caminar incluso en lugares en donde se exhiban ofrendas, porque como indica ella, “No me cierro a saber sobre la tradición y a saber en qué consiste, es interesante ver como las personas alistan sus altares para sus seres queridos fallecidos, y a pesar de que no llevo a cabo ninguna actividad con respecto a esto, es interesante conocer”.  
  
Indica que ella respeta las creencias de cada persona, y que cada que tiene la oportunidad de comentar su punto de vista y su creencia, lo hace, ya que quiere que su pensar sea conocido por más personas, siempre mediante el respeto mutuo entre las diferentes ideas que puedan existir.  
  
Otra persona que no practica ninguna actividad referente al día, es la joven de 16 años, Alizón Martínez Ramírez, quien desde pequeña ha tenido claro que estas fechas no van acorde a su ideología. Su madre ha sido la principal fuente de sus creencias y de su postura no solo frente a esta festividad, sino también frente a otras fechas que conmemoran miles de mexicanos.  
 
Menciona que “no es una festividad con la que siento empatía ni es una festividad que me atraiga del todo, toda mi vida he estado fuera de ese contexto y solo observo cada año lo que pasa en estas fechas desde un lugar diferente, esto no me desagrada porque crecí con otra ideología, aun así, no está de más saber de qué se tratan los elementos de esta conmemoración”. 


Los que sí celebran… otras dos miradas

Día de Muertos y Halloween son fechas cercanas, la primera va del primero al dos de noviembre, mientras que la segunda es la noche del 31 de octubre. Es por ese motivo que estas fechas se pueden confundir, pero son festividades muy distintas.  
  
Halloween es celebrado en países anglosajones como Estados Unidos, Canadá, Irlanda y Reino unido, y trata de espantar a los espíritus malignos que buscan venganza la noche del 31 de octubre, y en la que los más jóvenes se disfrazan para salir a su vecindario y pedir “dulce o truco”.  
  
Por otro lado, indica Carlos Hugo Hermida en su reportaje publicado en Universo UV, “Día de muertos, tradición que aviva a los mexicanos”, la celebración nacional es de origen prehispánico, el pueblo honra a sus familiares que fallecieron con altares u ofrendas sobre las tumbas o en las casas, cosa que puede variar dependiendo la región del país.  

Dichas ofrendas tienen características muy significativas para la tradición, en ellas colocan fotografías de las personas fallecidas, las comidas, dulces o bebidas que preferían; veladoras, incienso, imágenes de santos, flor de cempasúchil, papel picado para decorar, pan de muerto que se realiza y se vende en estas mismas fechas, entre otros elementos. 
  
En esta celebración hay otras actividades que son representativas e incluyen la esencia de esta fecha; por ejemplo, danzas y cánticos que representan el ciclo de la vida; y las personas van a los cementerios para limpiar y arreglar los sepulcros de sus seres queridos, adornándolos con flores de cempasúchil.  
  
Las calaveritas literarias forman parte de esta fecha, ya que como indica Hermida, “son versos escritos de manera satírica en los que se hace referencia a una cualidad o defecto de un personaje, o se reflejan acontecimientos de interés general”. A diferencia de Halloween, en México los niños y jóvenes pide calaverita, tradición que consiste en pedir dulces entre comercios y casas.  
  
En los mercados mexicanos se encuentran productos característicos del día de muertos, como calaveritas de azúcar y de chocolate, flor de cempasúchil, dulce de jamoncillo que tiene su origen en la semilla de calabaza, canastas para rellenarlas de dulces y colocarlas en los altares adornados con papel picado.  
  
Los mercados y los comercios locales forman parte de esta tradición, debido a que a través de ellos se pueden conseguir de manera eficaz y sencilla para los habitantes de un pueblo o de una localidad, productos que ayuden a poner y completar sus altares.  

En México, existen diferentes posturas sobre el Día de Muertos y deben considerarse para generar una mejor compresión y sana convivencia de todas las personas que integran la sociedad.  


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¡Hay fiesta! Los que se fueron vuelven un rato más

  • Comida, flores, incienso, veladoras y tal vez una botella, son la receta para hacer una ofrenda 
  • Hay que demostrarle cariño a un ser querido y preservar una tradición milenaria

Por: Carlos Eduardo Lechuga Castillo
El Día de Muertos, festejado el 1 y 2 de noviembre, ha sido una tradición milenaria de México, festejada desde antes de que los españoles pisaran tierras mexicanas por primera vez, y a pesar de los procesos históricos, este día se celebra dependiendo del lugar del país.

¿Qué es lo que hace al día tan reconocible? 

Son las ofrendas que las personas hacen a sus familiares que dejaron este mundo, aunque últimamente las ofrendas que se han hecho también incluyen a las mascotas que tuvieron que partir o incluso a artistas fallecidos.

Para esta festividad también muchas personas van a los panteones a visitar las tumbas de sus familiares o personas cercanas a ellos, así mismo, la gente de encarga de decorar las mismas tumbas, todo con la temática del día de muertos.

Marcelina Careda Sandoval, de 73 años y originaria de San Salvador el Seco en el estado de Puebla, afirma que se trata de recordar a las personas que ya partieron de este mundo dejando que sus almas puedan volver en estos días.

Recalcó que se ha encargado de preservar la tradición enseñándosela a sus hijos durante 27 años que lleva poniendo ofrenda y visitando a sus difuntos en el panteón, así como sus abuelos se encargaron de enseñarle de la tradición a ella en su natal Puebla.

La señora agrega que su ofrenda es dedicada a sus abuelos que se encargaron de enseñarle la tradición, además de sus padres, hermanos y sus esposos, ella cuenta que su ofrenda se compone de pan de muerto, fruta, tamales y café de olla hechos por ella y flores e incienso, de las cuales ella cuenta que sirven para que los muertos puedan llevase el olor de estos con ellos.

Contó sobre como la forma en cómo se celebra el día en la Ciudad de México es muy diferente a como se hace en San Salvador el Seco: “Allá es más hermoso”, destacó que en provincia mantienen el uso de materiales como el petate y barro, y las ofrendas son mas grandes.

Por otro lado, ella destaca que la tradición de pedir dulces en la ciudad no existe en la provincia; en cambio, ellos tienen una tradición donde varias personas van a pedir ofrenda en las casas para el campanero, para después llevarla a la iglesia y repartir todo lo obtenido.

Concluye que el preservar la tradición es importante para jamás ser olvidado, así como de ver a la muerte de una manera menos trágica, llegando a hacer una broma acerca de que su esposo fallecido iba a llegar esa noche a disfrutar de la ofrenda mientras lo recordaba con alegría.

Por otro lado, Guillermo Lechuga Domínguez, de 63 años y originario del estado de Hidalgo, y Domitila Espinoza Laguna, de 67 y originaria del Estado de México, llevan la tradición de poner una ofrenda por 50 años, todo esto enseñado por los padres de ambos.


Ellos mencionan que la forma en la que se les enseñó fue en la creencia de que los muertos vienen a comer la comida que les dejan, porque las cosas que ponen en la ofrenda eran la comida favorita de los difuntos; además de que también les dejaron algunas bebidas alcohólicas porque “a ellos les gustaba tomar, por eso les dejamos unas botellas”.

Mencionan que las veladoras puestas en la ofrenda son para poder guiar a las almas y darles luz. También han intentado preservar la tradición, enseñándosela a nuevas generaciones, especialmente a sus nietos mas jóvenes

Concluyen que el significado que el Día de Muertos tiene es el poder saber que los familiares que han fallecido los visitan una vez al año y que se puede compartir un espacio con ellos otra vez, como menciona Domitila; “yo sí creo que mi mamá me viene a visitar” y ambos recalcaron porqué se debe conservar la tradición año tras año.

El Día de Muertos, no solo se trata de poner una ofrenda con comida y terminar ahí, sino que dentro de esa ofrenda o de esa visita a los panteones existe algo por detrás, algo que muchas veces puede ser indescriptible con palabras, pero existe un significado para las personas detrás de todo lo que se hace.

El significado del día gira alrededor de cómo muchas personas ven la muerte, la cual habitualmente luce trágica y como si la persona que falleció dejara de existir; pero mediante la celebración les recuerdan y muestran el aprecio que les tenían en vida, y que se les sigue teniendo, dejándoles su comida favorita, en una milenaria tradición, muy especial para todos los mexicanos.




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Invita la UNAM a homenajear al cine mundial

Por Luis Enrique Karam Hernández, Alexa Tamara Peña López, Sofía Valentina Sáenz Pérez y Juan Fernando Santana Santiago 
Mexico. El Centro Cultural Universitario (CCU) albergará el ciclo “52x24 instructivo sentimental para el cine del siglo XX" en asociación con Radio UNAM, para la exhibición de renombrados clásicos de la cinematografía los jueves de noviembre y diciembre del 2023.

Cada jueves, en la Sala Carlos Monsiváis del CCU de la Universidad Nacional Autónoma de México, los amantes del cine podrán disfrutar de proyecciones especiales con entrada gratuita hasta completar el aforo. 

Pero esto no es todo: los martes Radio UNAM transmitirá un programa donde cinéfilos y cinéfilas comentarán la película que se exhibirá el jueves. Este programa proporcionará una perspectiva única sobre la relevancia del filme, su contexto histórico y su contribución a la cinematografía mundial. 

Un aspecto destacado de este ciclo es la participación de personajes públicos que compartirán anécdotas, ilusiones y desilusiones relacionadas con estas películas entrañables.

Las cápsulas con los comentarios de los invitados se transmitirán los martes a las 10:30 por el 96.1 FM y se repetirán los miércoles a la misma hora por 860 AM. 

Las películas que vienen: 


2001: Odisea del espacio
Dir. Stanley Kubrick / Reino Unido / 1968 / 148 min
Noviembre 9 / 16:30


Muerte en Venecia
Dir. Luchino Visconti / Italia / 1971 / 125 min
Noviembre 16 / 16:30


El padrino
Dir. Francis Ford Coppola / EUA / 1972 / 170 min
Noviembre 23 / 16:30


Amarcord
Dir. Federico Fellini / Italia /1973 / 123 min
Noviembre 30 / 16:30


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3 de noviembre de 2023

Recuerdos mantienen vivo el Día de Muertos


Ricardo Madrigal Segura y Miguel Ángel Mota Gil
CDMX. Araceli Vázquez, una ama de casa de la zona sur de la Ciudad de México, piensa que el significado del Día de Muertos “es una festividad muy arraigada en nuestra cultura, donde honramos a nuestros seres queridos ya fallecidos y celebramos la vida y el tiempo que pudimos compartir con ellos”.

En su ofrenda no puede faltar el pan de muerto, las flores de cempasúchil, la calaverita de azúcar y chocolate, papel picado, veladoras, frutas, comida, copal y por supuesto las fotos de los seres queridos.


Para Monserrat Ponce Villalobos, disfrazarse “es la forma en que yo conmemoro este día tan especial para nuestra cultura y es una tradición que está en mi familia desde mucho antes de que yo naciera”. 

“Creo que es parte de nosotros como mexicanos y no solo es algo que repetimos porque sí, tiene un trasfondo de profundo respeto y amor por nuestros seres queridos que ya no están con nosotros, pero de alguna manera siguen presentes en nuestra memoria. Debemos de preservar las costumbres que tienen un significado y enseñanzas tan importante para nosotros”, concluyó la joven. 


El Día de Muertos tiene su origen en las costumbres indígenas de las culturas nativas de Mesoamérica, que tras la conquista y el sincretismo cultural dan lugar a una festividad que evoluciona con el paso del tiempo. 

El culto a la muerte era común entre las culturas prehispánicas. En la visión indígena, el Día de Muertos implica este tránsito de las ánimas que regresan del inframundo al mundo de los vivos para convivir con los familiares y compartir los alimentos que se les ofrece en los altares. Antes de la conquista de México Tenochtitlan, el culto a la muerte era uno de los elementos básicos de la cultura; cuando un miembro de la familia fallecía, los cuerpos se envolvían en un petate y sus familiares organizaban una fiesta con el fin de guiarlo en su recorrido al Mictlán.

Los antiguos mexicas, mixtecas, texcocanos, zapotecas, tlaxcaltecas, totonacas y otros pueblos originarios, adaptaron la veneración de sus muertos al calendario cristiano, la cual coincidía con el final del ciclo agrícola del maíz. De acuerdo con el calendario católico, el 1 de noviembre corresponde a Todos los Santos, día dedicado a los “muertos más jóvenes” o niños, y el día 2 de noviembre a los Fieles Difuntos, a los adultos. 

Las festividades incluyen una gran movilización de personas que buscan adquirir sus productos para montar sus ofrendas, además niños disfrazados pidiendo dulces muestra de la mezcla cultural, fruto de la globalización.

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Altares y ofrendas llegan al corazón de los coyotes


Por: Sofia Valentina Sáenz Pérez y Luis Enrique Karam Hernández 
México. En el corazón de Coyoacán, las calles se llenan de coloridos altares, ofrendas y personas disfrazadas que se reúnen para celebrar y honrar a sus seres queridos fallecidos. Los altares y ofrendas públicas sirven como puntos de encuentro, reflexión, y son elaborados por voluntarios y organizaciones locales que, a menudo, honran a artistas, escritores y líderes políticos, junto con otros menos conocidos pero queridos.

Artistas locales y nacionales presentan sus obras, que a menudo exploran temas relacionados con la muerte, la tradición y la memoria. Además, hay una variedad gastronómica amplia, desde el pan de muerto y el mole hasta los tamales y los dulces típicos.

La alcaldía de Coyoacán suele organizar eventos culturales, como representaciones teatrales y musicales, que están relacionados con la festividad. El escenario es una mezcla de tradiciones prehispánicas, mestizas y contemporáneas que crea un ambiente en el que la comunidad se une para honrar a sus seres queridos fallecidos y celebrar la vida a través de la muerte.

Leticia Aquila Ramírez, del barrio de Santo Domingo, comparte que en su familia rezan el Rosario y preparan una ofrenda para recibir a sus seres queridos fallecidos. La mesa de muertos incluye elementos como chocolate, cerveza, vino, café y agua, que son ofrecidos a los invitados. Ella destaca la importancia de transmitir esta tradición a las generaciones más jóvenes y la responsabilidad de los padres para hacerlo.

Enfatiza que la celebración del Día de Muertos en México representa la esperanza de que los seres queridos fallecidos regresan cada año con amor y respeto. Afirma que mantener viva la tradición es “responsabilidad de los papás, porque los jóvenes de alguna manera están adaptándose al nuevo mundo y si el papá no le muestra al hijo esa tradición que traemos de los ancestros, el muchacho no lo va a aprender, no lo va a querer ni siquiera conocer”. 

“Yo tengo jóvenes de 18, 20 y 22. Toda la vida le hemos mostrado hay que ir a traer las flores y (…) hay que hacerlos parte. México es un país de muchas tradiciones y respetamos mucho la cultura de nuestros ancestros, de nuestros antepasados”, concluyó.

Ángel Cruz, un residente de la Ciudad de México entre Coyoacán e Iztapalapa, cuenta cómo su familia celebra el Día de Muertos. Su ofrenda está dedicada a su abuelo, hermano y bisabuelo, y contiene elementos que reflejan los gustos e intereses de cada uno. 

Menciona que, aunque ha habido cambios en la festividad, sigue siendo una tradición importante y una forma de conmemorar las costumbres prehispánicas y mexicanas. También señala que ha evolucionado en parte debido a influencias externas, como Halloween, pero insiste en la importancia de mantener la tradición constante y auténtica. 

Considera que ha evolucionado el día de muertos, “vi actualmente muchos cambios hay más y más adorno en partes de la ciudad, pero creo que es por una muy mala razón; sí hay más festividad, pero fue por James Bond. No me agrada que sea por eso, pero bueno qué bueno que ya se mantenga con la tradición constante”.

Para su familia importa, en el sentido que es una tradición 100% mexicana, porque es una forma de recordar costumbres, principalmente prehispánicas y mexicanas, “creo que esta es la forma de demostrar sincretismo más más palpable, o sea de los muertos y los niveles de Mictlán son muy prehispánicos, creo que es una combinación muy bonita que ya se presenta de diferentes maneras”.

El Día de Muertos en México es una celebración que une a las familias, forja conexiones entre vivos y muertos, y demuestra que el amor y los recuerdos trascienden la vida misma. Cada ofrenda es un relato de vida, un recordatorio de la importancia de mantener vivas las memorias de aquellos que ya no están físicamente presentes.

Existe la creencia que estas ofrendas ayudan a guiar a las almas de los fallecidos de regreso a la Tierra para que puedan disfrutar de los aromas y sabores que solían gustarles. 

La Unesco declaró, en 2008, la festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, reconociendo su importancia y significado en la cultura mexicana.

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Honrar a los difuntos y divertirse: variadas formas de celebrar



Por: Ángel David Cortés Franco y Mariana Juárez López
México. El Día de Muertos en México es una festividad tradicional que se celebra el 1 y 2 de noviembre, una ocasión para honrar y recordar a los seres queridos que han fallecido; es una mezcla de las tradiciones indígenas mexicanas con las influencias católicas, y es reconocida por su colorida iconografía de calaveras. 

Conmemoran a los seres queridos

Erick Alvarado Chávez, de 28 años, platica sobre su experiencia durante el día de muertos, festividad que toda su vida ha presenciado en el fraccionamiento “Atizapán Moderno”, ubicado en el Estado de México, en el cual nació y creció: “Para nosotros el día de muertos siempre ha sido una fecha muy importante ya que somos fieles creyentes de que nuestros seres queridos bajan del cielo para acompañarnos, estar con nosotros y recordarnos que nos están cuidando desde donde se encuentran”.

“En mi familia, acostumbramos a realizar una ofrenda, en la cual colocamos alimentos y bebidas favoritas de nuestros difuntos familiares, el altar generalmente es decorado con papel picado, veladoras, flores, frutas y pan”.

Por otro lado, Lilia Rodríguez Mercado, de 43 años, cuenta su perspectiva de cómo celebra el Día de Muertos junto a su familia: “En cuanto a las tradiciones y costumbres, seguimos preparando ofrendas en nuestros hogares y visitando el cementerio para decorar las tumbas de nuestros seres queridos. En el altar, colocamos fotografías de los difuntos, como velas, flores de cempasúchil, comida y bebida que les gustaba en vida. También es común hacer calaveritas de azúcar y disfrutar de platillos tradicionales”. 

Cuando era menor, recuerda, los disfraces solían ser más tradicionales o se enfocaban más en provocar miedo, “pero en la actualidad noto que las nuevas generaciones prefieren escoger algo más llamativo o decorado, ya no les importa tanto el asustar sino más bien el divertirse”.

Durante esta festividad, las familias crean altares en sus hogares con ofrendas de comida, flores, velas y objetos personales de los difuntos. También se visitan los cementerios para limpiar y decorar las tumbas, para mantener vivos los recuerdos de los seres queridos. Y en cada localidad hay particularidades diferentes.

Iztacalco

En la Calle Tepetate, alrededor de las 20:00 horas, los portones de las casas comenzaron a abrirse para repartir dulces a los pequeños, asustar e incluso para reproducir películas con ayuda de un proyector.

Bailes, música, puestos de comida son algunas de las cosas que se encuentran por esta zona. El entorno es muy amigable y cómodo, la gente suele ser agradable. No importa la edad ni mucho menos para divertirse, aquí todo es por igual, incluyendo el repartir dulces tanto a niños como adultos.

Atizapán Moderno

En este fraccionamiento, ubicado en Atizapán de Zaragoza, las calles se iluminaron desde tempranas horas para lucir los disfraces de los participantes mientras caminaban en búsqueda de dulces por las calles de la colonia.

Como cada año, jóvenes y adultos acompañan a los más chicos para dirigirse a pedir tan anhelada “calaverita”. Hay dulces en todas las presentaciones, para los gustos de cualquiera, desde el caramelo macizo como las paletas o caramelos, como los “winis”, o en polvo como los “dragoncitos”, son algunos de los que se encuentran entre las bolsas que cargan con entusiasmo los infantes disfrazados.

Centro de Coyoacán

Uno de los lugares más visitados en estas fechas es el Centro de Coyoacán. El ambiente en esta zona suele ser muy llamativo, ya que está conformada por diversas decoraciones, música y comida. Hay personas disfrazadas y otras compran ahí mismo uno que otro accesorio. La originalidad y creatividad predominan.

¿Y los disfraces?

Las personas de todas las edades se visten con trajes creativos y a menudo espeluznantes con el objetivo de asustar, sorprender o simplemente divertirse. Pueden variar desde clásicos como brujas, vampiros, y fantasmas, hasta personajes populares de películas, celebridades, superhéroes y más. 

Los disfraces suelen incluir accesorios como máscaras, maquillaje y pelucas para complementar la apariencia. A menudo se elige vestirse como "Catrina" o "Catrín", personajes esqueléticos con trajes elegantes. Estos disfraces llevan detalles coloridos y elementos relacionados con este día.

Esta tradición permite a las personas expresar su creatividad y disfrutar de fiestas, actividades de recolección de dulces y eventos temáticos. Los disfraces desempeñan un papel destacado en esta celebración, ya que ayudan a crear el ambiente de diversión.


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1 de noviembre de 2023

Presentan Castrejón y Benítez un Cementerio que da vida


Por Pablo Saldaña
CDMX. En “Rayuela”, los personajes juegan a ir al cementerio, que es como llaman al diccionario, ese libro atiborrado de palabras muertas y en desuso, toman la primera palabra que salte a la vista y escriben un texto. Es un reto a la imaginación que pocas personas afrontan y más aún pocas salen vivas y triunfantes.

Las escritoras Cynthia Benítez y Natalia Castrejón lo hacen de forma magistral. Juegan entre el dolor, las ausencias, las penurias, el humor, la sátira y las pasiones humanas más primarias y sublimes sin dejar de lado su formación periodística, que le aporta crítica social y viveza narrativa a cada uno de los relatos que componen este diccionario ordenado de la A a la Z. Ninguna letra se queda sin cuento. 

Las nóveles plumas presentan su libro de microrrelatos y fotografías “Cementerio de Palabras”, editado por Aquelarre de Tinta. Es un libro objeto de hechura artesanal que tiene una historia de cinco años, en los que las autoras recopilaron palabras, fotografías y microficciones alrededor de la muerte, sus duelos y quereres. 

Todo nació como un ejercicio lúdico y un reto para las redes sociales, pero poco a poco fue tomando forma de ataúd, donde cada madero, cada clavo implicó también que las literatas fueran dejando algo de ellas ahí, dentro del féretro que les serviría para enterrar miedos y autoflagelaciones intelectuales para dar a luz un libro y dos mujeres plenas.

Y es que, como asegura la contraportada “muchas cosas yacen ocultas, pero las palabras adecuadas pueden traerlas a la luz”. Eso ocurre en los relatos incluidos, que por si fuera poco cuentan con su propio playlist, al que se puede acceder a través de Spotify y la página 11. El prólogo escrito por Norma Muñoz Ledo es otra sorpresa gozosa. 

Viaje por el Cementerio


El recorrido empieza con un mal de ojo, esa mítica creencia del poder maligno o al menos “pesado” de una mirada, y un insecto con alas; nos lleva de visita al báratro o averno; nos hace fenecer, nos mira con ojitos pizpiretos; en varios puntos cobra peaje, llevan al dolor del corazón, al revoltijo de tripas y la necesidad humana de morir y renacer reconstruido. 

A veces el camino es sinuoso, a ratos terso. Pero siempre disfrutable. Como cuando la lectura nos hace descubrir que la vida es un castigo perpetrado por el Señor de la Oscuridad o que la belleza se esconde en goces espasmódicos y revolucionarios. Nos lleva del Chile revolucionario a la Línea 12 del metro chilango.

Castrejón y Benítez no dan tregua. “Cementerio de Palabras” es un crimen perfecto, donde las complicidades, el amor y los sentimientos a flor de piel marcaron el sino de ambas. Como muestra, las palabras de ambas durante la presentación en sociedad de su hijo, ocurrida en el Salem Witch Coffee Invierno, en la colonia Del Valle Norte. 


“Me siento muy afortunada y agradecida de tener una compañera, colega, amiga con la que… estamos casadas de alguna forma somos como esposas (…) y este es nuestro bebé”, dijo Natalia Castrejón en palabras hacia su coautora. Cynthia Benítez también dedicó el libro a su alma par, la mejor “detective de palabras que están en espera de ser rescatadas del abismo”. 

Benítez era emotividad a borbotones, que en más de una ocasión estuvo a punto de llevarla a soltar un sublime llanto. Para ella, este Cementerio sirve también para sepultar sus inseguridades de llamarse a sí misma escritora, es la oportunidad de reconocerse y saberse creadora y entender que el periodismo y la literatura fluyen por sus venas. Y no está dispuesta a negarlo más; por lo que ya viene un nuevo proyecto en camino que lleva tejiendo algunos años y espera pronto darlo a conocer: su primera novela.

Castrejón también entierra algo en el féretro y emerge viva, dispuesta a ser, a crear y desarrollarse. El Cementerio la moldea como escritora, fotógrafa y periodista presta para una vida atiborrada de emociones y crecimiento. 

La obra literaria refleja ese espíritu de ambas egresadas de la carrera de Ciencias de la Comunicación, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, por separado y unificado. Es una obra que se lee ficción, pero con perfume vivencial y un tenue sabor que va de lo imaginario a lo autobiográfico. 

Julio Cortazar, autor de Rayuela, puede descansar tranquilo. Hay dos poderosas combatientes ganando el juego. Y también logran que quien se petateé con su lectura, renazca. 

Endemoniada, libre y rediviva: así saldrá del Cementerio toda persona que se adentre con el corazón y la mente abiertas.

 



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En la presentación estuvo presente la directora del Aquelarre de Tinta, Fer Andablo, quien invitó a más escritoras a acercarse a la editorial para publicar nuevas narrativas, antipatriarcales e innovadoras. Para más información, así como poder adquirir su Cementerio personal, se puede consultar la página: https://linktr.ee/aquelarredetinta



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