21 de mayo de 2022

La princesa que decidió ser periodista: 90 años de Elena Poniatowska


Por: Adrian Maya y Ulises Soriano
México. Elena Paula Dolores Poniatowska Amor, “indudablemente, es la escritora más famosa y querida de México; pero lo que la convierte en una figura entrañable es que se ha desembarazado de la altivez que la distinción de clase impone para acercarse desbordante de afecto y respeto a todas las personas sin distinciones de ningún tipo”, afirmó la antropóloga Marta Lamas en su participación durante el homenaje a Elena Poniatowska por sus 90 años de vida, en el Palacio de Bellas Artes.

El evento organizado por la Secretaría de Cultura y el Gobierno de la Ciudad de México (CDMX) abrió la oportunidad para que políticos, diplomáticos, escritores y lectores, además de admiradores de Poniatowska se dieran cita para celebrar en vida a la autora de La noche de Tlatelolco, quien lució contenta y arropada por los cientos de asistentes que al unísono coreaban “¡Viva Elena!”.

Sería impensable olvidar a Elena Poniatowska, pues se convirtió, desde muy joven, en una referente de la literatura y el periodismo mexicano, al utilizar la palabra como una extensión de la memoria, dando voz a las causas más nobles, como la historia de Rosario Ibarra de Piedra, las costureras afectadas por la negligencia patronal en el sismo de 1985 y a los movimientos estudiantiles como el de 1968.

Alejandra Frausto, secretaria de Cultura del Gobierno de México, abrió el homenaje y destacó la capacidad de la escritora para hacer preguntas como niña a pesar de su edad, al dejar de lado los filtros, las dobles agendas y sobre todo, manteniendo su aguda sabiduría. “Gracias, Elena querida, princesa que decidió caminar la tierra y ser periodista”, concluyó su participación, no sin antes destacar los luminosos trazos y letras de Poniatowska que han retratado a todo México.

La orquesta Carlos Chávez amenizó el acto al hacer vibrar las cuerdas mientras que los vientos resonaron en los corazones como un grito de alegría para los presentes. Así mismo, el senador Héctor Vasconcelos, desde la distancia, se incorporó a la celebración de las “90 juventudes” de la homenajeada con una interpretación del Impromptu número 2 de Schubert.

Posteriormente, el vals compuesto por Francis Poulenc y dedicado a la niña Elenita, revivió en manos del joven pianista Ángel Gabriel López López, quien reveló a través de las delicadas notas, la inocencia que caracteriza a la escritora que optó por el periodismo sobre su estirpe proveniente de la realeza polaca. 

La música iba y venía de un lado para otro, así como los aplausos de la audiencia; mientras tanto, Elena atendía con una sonrisa cada una de las actuaciones, felicitaba  a los intérpretes cada vez que podía voltear a verlos y sonreía con, como la llaman sus conocidos, “sus dientitos de conejo”. 

La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, destacó que la escritora de más de 50 libros ha traspasado lo políticamente correcto y se ha preocupado, por medio de sus crónicas y su lucha permanente, por darle a la mujer el lugar que le corresponde en la sociedad mexicana. De la misma manera, reconoció que la escritora de Hasta no verte Jesús mío es y seguirá siendo una de las personas más entrañables que han habitado la CDMX.

La maestra Poniatowska, en su libro Fuerte es el silencio, se encargó de apoyar y reproducir las voces que muchas veces no logran salir de su círculo por sus propios medios, por ejemplo, la historia de Rosario Ibarra de Piedra. 

Para representar estas narraciones, a través del drama, dos actrices se incorporaron al homenaje. Una de ellas encarnó la voz y gestos de Rosario Ibarra, una madre que busca desesperadamente a su hijo por todo el país. La segunda actriz encarnó a la joven Poniatowska,  sus emociones y su inicio en el periodismo. La representación terminó con el grito colectivo de “¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.

Durante su intervención, la festejada agradeció profundamente a todos y cada uno de los asistentes. Con una sonrisa infinita y sus ojos como el mar, recordó a sus amigos presentes con quienes, a lo largo de su vida, ha entablado una relación profunda e intelectual, además rememoró a sus amorosos difuntos, Carlos Monsiváis y José Emilio Pacheco, de quienes dijo “yo soy mayor que ellos, ellos debieron irse después”.  Conmovida, remató con la mano en el corazón y un gesto sencillo “estoy muy emocionada. Gracias. ‘Gracias’ es una palabra muy bella y se las digo desde el fondo de mi corazón”.

Las mañanitas fueron entonadas entre porras y una ovación de pie de los asistentes y la orquesta Carlos Chávez. Elena Poniatowska, haciendo gestos con las manos para taparse el rostro, dejó ver una sutil e inocente vergüenza y demostró la fortaleza de sus 90 años al bailar al ritmo de la melodía, además de dirigir a la orquesta por unos instantes. También, cortó el tradicional pastel que ostentaba el número de primaveras que ha vivido.

Al finalizar el acto conmemorativo, el secretario de gobernación, Adán Augusto López, en entrevista exclusiva con Aunam, afirmó con gesto adusto que Elena Poniatowska, más que una escritora, “es todo, es la vida del país. Su obra y sus palabras condensan el sentir de toda una nación en la que había marginación e injusticias”. 


En este mismo tenor, la secretaria del Trabajo y Previsión Social, María Luisa Alcalde, dijo que Poniatowska ha sido un faro para develar las problemáticas del país y “por eso estamos felices de acompañarla y, hablando desde el terreno de lo laboral, Elena se ha enfocado a darle voz a la lucha de las trabajadoras y trabajadores de diferentes campos; sobre todo, reconocer que ha sido partícipe de toda esa defensa de derechos laborales”.


El periodista Jenaro Villamil dijo que el aporte de la homenajeada al periodismo mexicano es “su capacidad de escuchar y en cuestiones técnicas, perfeccionar la realización de crónicas polifónicas lo cual la ha llevado a una maestría sin igual. Lo hace parecer sencillo, sin embargo, no lo es”. 

La seguridad del recinto cerró las puertas que daban hacia el auditorio principal después de casi una hora y media de homenaje. La indicación fue que la maestra Elenita estaría en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes a la espera de los apapachos de los asistentes, firmar libros y conversar un poco con ellos, además de tomarse algunas fotos. La fiesta finalizó con la maestra Poniatowska retirándose entre las puertas del costado del vestíbulo.





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20 de mayo de 2022

“Me están quitando la vida”: Paola Pliego



Por Darren García, Luis Neri y Manuel Ávila
CDMX. (Aunam). Un atleta dedica sus días enteros a entrenar, lo vuelve parte de su vida y hace de la disciplina su mayor fortaleza. En la agenda hay momentos que no se deben tocar, son sagrados para ellos. Todo sacrificio tiene su recompensa y conforme los resultados se dan, la mentalidad se fortalece y los sueños se alcanzan a ver cada vez con menos dificultad.

Paola Pliego no era la excepción, sus sesiones dobles todos los días ya decían algo y llamaban la atención sobre lo que el mundo de la esgrima estaba por ver. Era elogiada por portar con elegancia y brillantez una espada, su arma amiga. Pero ni sus medallas panamericanas, centroamericanas, o su primer lugar en la copa del mundo juvenil 2014 le ayudaron a ganar la batalla más dura que ha enfrentado: la corrupción, la negligencia y los malos tratos de sus compatriotas.

Entusiasmada había dicho ante la Asociación Civil “Queretanízate”, del mismo lugar donde ella nació, el estado de Querétaro, en 2016 que tenía un lugar en los Juegos Olímpicos de ese año en la rama individual. Pero, ni ella ni su madre, quien a la vez era su coach, o sus hermanas, las mayores con experiencia en el deporte y la menor tras los mismos pasos, podrían presagiar la mala noticia que llegaría.

El tiempo no hizo esperar y la vida le dio un golpe a una de las atletas que apuntaban al éxito para la delegación mexicana en Río, golpe que ha costado sanar incluso en estos días. 

Si de una competencia se tratara, ella salía a enfrentar al laboratorio de la Comisión Nacional del Deporte (Conade). Como si fuera una vez más en que hacía esta práctica, pues a muchas competencias había acudido antes, sabía que ganaría y su arma entonces era la confianza. 

La estocada final salió a relucir cuando el mismo laboratorio sentenciaba que la esgrimista “había arrojado positivo a un control antidoping y que en su muestra había encontrado 540 nanogramos de modafinilo”, de acuerdo con diversos medios, estimulante que ayuda a controlar el sueño excesivo durante el día.

A todas luces la noticia era alarmante, a poco tiempo de los Juegos de Río la deportista se encontraba entre la espada y la pared, mientras la Federación Mexicana no lo permitiera, ella no podría competir, por lo que se decidió y cambió de arma, dejó la espada y con valentía alzó la voz y marcó un hecho sin precedentes en la historia de México y el mundo. Descrito por Diario AS, así como otros medios, Paola era la primera atleta en llevar un reclamo así a las instancias legales.

Esta decisión fue tomada luego de que Paola recibió los resultados, del laboratorio de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA por sus siglas en inglés) en Colonia, Alemania, que refutaban los presentados por el laboratorio mexicano, quien recibió una suspensión de actividades en ese entonces, y por los que fue exonerada por la misma Agencia. Pero, para ese entonces, el sueño olímpico era imposible, pues el anhelado evento ya había concluído.

En 2018, en una entrevista para ESPN, la deportista queretana mencionaba sus esperanzas en Alfredo Castillo para poder revertir la situación y poder así representar a México. Alfredo Castillo dirigió la Comisión durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y fue inhabilitado, según información de animal político, por la Secretaría de Función Pública (SFP) en enero de 2021, por 10 años luego de verificar la omisión de cuentas suyas y de su cónyuge que ascendían a más de 18 millones de pesos. Fue señalado como principal culpable de lo ocurrido.

Demasiado había tenido ya Paola, quien con dolor y decepción ya había expresado que la Conade la estaba tratando de la peor forma. Recuperarse de lo que le hicieron en 2016 sería casi imposible, es el sueño de cualquier deportista estar presente en la máxima justa cada cuatro años y ellos, la Comisión, se lo habían arrebatado, le estaban quitando la vida, declaró a ESPN. 

Esa bola de nieve no se podía parar y mientras más tiempo estuviera así, los sueños de aquella niña se iban a esfumar más pronto que tarde, por lo que actuar era vital para su propio bienestar. Es así que en 2019 toma la decisión de naturalizarse y representar a Uzbekistán. Se desplazó al otro lado del mundo para perseguir sus metas.

El caso de María Paola Pliego Lara parecía que quedaría como tantos otros que suceden en México, sin resolverse. Pero en 2021 se revirtió el pensamiento, de acuerdo con Reporte Índigo, el 27 de abril de ese mismo año, “la Décima Sala del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México confirmó el fallo a favor para la esgrimista tras haber demandado a la Conade por un falso dopaje”.

Esto significó justicia para Paola, quien además tendría que recibir una indemnización de 15 millones de pesos para reparar los daños, los cuales no pueden ser medibles pues atacaron directo al estado psicológico de la atleta. Sin embargo, la Conade, actualmente al mando de Ana Gabriela Guevara, ex atleta olímpica por parte de México, dijo que no tienen dinero para pagarle, por lo que podrían ser embargados para cubrir el castigo.

Seis años han pasado hasta ahora tras el vergonzoso y doloroso incidente que sufrió Paola, pero lo ha tomado de la mejor manera para potenciarse y estar en los Juegos Olímpicos de París en 2024 y poder así alcanzar su sueño, ya que en Tokyo no alcanzó a estar porque entró tarde al equipo de Uzbekistán y se perdió algunas competencias.

Pero también lo vivido le ha hecho pensar que esta es una oportunidad para que la Conade cumpla con la ley que dé una muestra de que en nuestro país, no reconocido por eso, hace cumplir la ley, que los organismos aceptan las sentencias. Además, se puede partir de este caso para que las injusticias en el deporte mexicano cesen.

Otro aspecto digno de respetar para Paola es su gran amor hacia México, su sueño de representar a México, desde que era una jóven atleta destacada, se ha mantenido intacto incluso con los colores de otro país. En una entrevista a Diosas Olímpicas, la esgrimista destacó que nadie le quitará ser mexicana.

“Vean cómo estoy representando a México, los estoy representando todavía más porque si estoy ganando algo por otro país, también lo hago por nosotros y nadie decide si somos o no mexicanos cuando ganamos, la bandera que esté o el himno que suene, eso no lo va a cambiar, nadie me va a decir a quién represento o no”, ha explicado con gran sentimiento Paola, además de ser tajante y decir “lo represento y en mis condiciones, y lo hago aunque no lo hubiera querido hacer”, dice mientras refleja esa mentalidad que la ha sacado adelante incluso en momentos tan difíciles por los que atravesó durante los últimos seis años.

El ejemplo de que se puede ser mentalmente fuerte dentro y fuera de un escenario, el momento en que se demuestra que no solo se defiende y contraataca para ganar un mundial a corta edad, sino que se traslada a una sala, lugar en el que también habrá un juez que otorga la victoria. Es así como ganó su batalla más dura y se prepara para consumar el sueño de una niña de Querétaro.



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16 de mayo de 2022

El túnel del tiempo

Venta de libros añejos en el mercado de Antigüedades Lagunilla | Foto. Trinidad Fernanda 

Por María Fernanda Trinidad López 
Ciudad de México. La vista de los viajeros en el tiempo es detenida por un oso pardo café que camina y se detiene a comer, camina y ruge. Stayin’ Alive de Bee Guees es el fondo de la escena del protagonista, cuyo tamaño de 12 centímetros y pelaje sedoso atrapa los suspiros de quien se acerca. El juguete de los 90, marca Iwaya de Corea, está en las tierras del mercado de Antigüedades de Lagunilla en espera de su próximo acompañante de aventuras. 

Como cada domingo, anticuarios, artesanos, comerciantes y artistas visten de vintage distintas calles de la colonia Morelos, cerca del metro Garibaldi, y transportan a las personas a la época donde Michael Jackson ya era considerado el rey del pop por su éxito de Thriller. Las chacharitas que se ofrecen son incontables que ni con ayuda de las 104 mil personas que caben en el Estadio Azteca es posible nombrar todos los componentes de la orquesta. 

Si el comprador salió de su casa con el almohadazo y una pedrada de imprevistos, puede encontrar en el mercado, un lago que dividía al islote de Tenochtitlán y Tlatelolco en la prehistoria, un juego de cepillos de cabellos Art Nouveau. Cada pelo será atravesado por el color plata ley 925 y serán testigos de las cerdas suaves. Así mismo, está la opción de comprar un sombrero de paja que cubre todo el cuerpo, o de la época Victoriana (1840-1890) que era decorado en la parte trasera con flores y plumas. 

Mexicanos y extranjeros que comparten el gusto por dar otro valor a los objetos olvidados caminan por el túnel de lonas de colores que cubren las calles Ignacio Allende, Jaime Nuno, Comonfort y avenida Paseo de la Reforma. A pesar de la sombra que producen estos puestos de ambulantes con un estilo único, el lugar parece ser un baño de vapor de 25 grados Celsius, acompañado de una mezcla de géneros musicales, desde “Todavía me acuerdo de ti” hasta la canción de chiflidos que es usada en el vals de graduación o de XV años en México. 

En el trasfondo es un tianguis cultural lleno de anécdotas, como la del ingeniero Guillermo González Camarena, inventor mexicano de la televisión a color, que concurría a este espacio heterogéneo en busca de piezas para inventar su videograbadora Frankensteina, según la secretaría de Telecomunicaciones de México. Así como este personaje, los visitantes pueden alquilar muebles, espejo o lámparas que transformen la actualidad en una cantina, por ejemplo, como lo fue La Ópera, que conserva el balazo que dio el general Francisco Villa en el techo. 

En el camino, los transeúntes hallan sitios donde pueden reparar una reliquia familiar. “Si tiene un radio descompuesto, tráigamelo y él se lo compone. El precio depende del tamaño y de lo que requiera. Pero nosotros no somos careros”, dice la señora de cabello blanco y esponjoso que vende electrónicos en la entrada de Jaime Nuno. O bien, hay otros que venden a los mismos puestos cosas que ya no caben en casa, tales como lo patines blancos y pesados ochenteros que cuestan 200 pesos. 

Aquí todas y todos entran, pues lo que caracteriza al mercado de pulgas es el folclor de identidades. Si se quiere probar algo auténtico y salir de los claros-oscuros, la mamá de Mario Alberto Núñez Ensuastegui vende el arte que plasma su hijo en overoles de manta y algodón, sudaderas y shorts. Bajo la técnica de teñido a mano, la ropa hace conectar con la naturaleza por la relación cromática que guarda con ella.  


El “pásale, pásele, pude preguntar” de cada puesto guía los pasos de los curiosos y conforme aumenta el número de estos, también aumenta el sonidero de las voces. “¿En dónde estamos?” es la pregunta de un millón de dólares que no puede faltar en el camino, ya que en forma de río fluye la gente. Es así como se puede encontrar la próxima pieza que ocupe un lugar en el mueble de la sala. 

Para ello, en el caso del señor Gustavo Iván, durante la semana dedica su tiempo en buscar los productos en bazares y tianguis, o los mismos clientes y familiares le marcan para ofrecérselos. “Anteriormente restaurábamos las cosas, pero ¡qué cree!, a la gente luego no le gusta y prefiere la pátina original. Aunque sí hay clientes que nos piden que las restauremos. Obviamente también limpiamos los objetos si están muy sucios”, platica de manera amable el vendedor que desde hace nueve años se ubica en la av. Paseo de la Reforma, en frente del Chedraui. 

A unos 100 pasos más adelante aproximadamente, las niñas y los niños corren a admirar a su amigo E.T., el extraterrestre. “¡Papá, mira, es E.T!”, expresa un chiquillo que pasaba por ahí e inmediatamente fue tomado de su brazo para evitar que fuera atropellado por la multitud.  Ya han pasado 40 años desde el estreno de esta película, que habla sobre la amistad y la soledad tras el divorcio de los padres, y su presencia sigue latente no sólo en las generaciones longevas, sino igual en las nuevas.  

El laberinto llega a su fin cuando el combustible del cuerpo es mínimo. Si se quiere recargarlo, hay que atravesar entre la revista de Vidas Ilustres de José Guadalupe Posada, el boleto rosa del Sistema de Transporte Colectivo, los carteles publicitarios del limpia pisos “Fabu-Loso”, el triciclo clásico americano Schwinn y demás artículos arcaicos. Todo esto para llegar al área de comida de garnacha: platillos llenos de aceite y quesillo derretido encima de chorizo o nopales, acompañado de una “licuachela” cubierta de gomitas, miguelito y chamoy deslizándose del vaso sin tener límites.


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