29 de marzo de 2021

Primavera y esperanza



Por Pablo Saldaña
CDMX (Aunam). Para llegar 15 minutos antes de la cita, un servicio de transporte de aplicación móvil llegó 9:20 por la mujer de la tercera edad quien se atavió con unos pequeños aretes, un chal de colores y lo principal: un cubreboca blanco con azul y gafas protectoras con careta incluida. La esperaba un recorrido de 15 minutos en los que la emoción iba subiendo conforme el auto avanzaba sobre Calzada de las Bombas.

La cita era a las 10 de la mañana, pero en la casa de la señora Angela amaneció desde antes de las siete. Había que bañarse y desayunar algo antes de salir rumbo a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), campus Xochimilco, una de las tres sedes acondicionadas para aplicar la vacuna contra el SARS-CoV2 en la alcaldía Coyoacán de la Ciudad de México.

En Coyoacán, la llamada Brigada Correcaminos aplicará 137 mil 310 vacunas contra Covid-19 a adultos mayores en tres sedes: el Centro de Estudios Superiores en Ciencias de la Salud de la Secretaría de Marina, en Calzada de la Virgen 1800; el Centro de Exposiciones de Ciudad Universitaria, en Avenida del Imán 10, y en la UAM Xochimilco, en Calzada de las Bombas.

A la derecha pudo apreciar la Alameda del Sur, espacio construido entre 1986 y 1987. El verde del parque, producto de la primavera, contrastaba con los edificios siguientes, una zona más grisácea que inaugura el edificio de la Dirección General de Autotransporte Federal y continua por varias colonias y unidades habitacionales. El tema de conversación al interior del vehículo era obvio: la vacuna.

Llegar a la UAM Xochimilco fue una sorpresa: mucho movimiento de automóviles y personas entre las que destacaban aquellas que vestían un chaleco color verde, quienes se apresuraban a asistir a los recién llegados. Usaban además unas paletas decolores para indicar la dirección en que la gente debía caminar, y corrían armados de una silla de ruedas si detectaban dificultad para movilizarse en algún asistente. “bienvenida, buenos días, por favor siga a mi compañera, ella le indicará por dónde ir”.
 
No solo recibían a la gente con una sonrisa. También les daban una naranja y un mazapán por si no hubieran desayunado, pues la recomendación es acudir bien dormido la noche anterior y bien desayunado. El dulce de cacahuate y la fruta buscan reducir cualquier posible ayuno.

“Qué bonito detalle”, comenta Angela, a quien entre sus tres hijos y un nieto estuvieron convenciendo los últimos meses de ir a vacunarse. Pasó por temor, negación, duda, resignación y, al final, aceptación. “Yo de primero no me quería vacunar, porque cuando me puse la de la influenza me fue mal; pero me convencieron y fui… y no me pasó nada, solo un poco de dolor en el brazo”, comentaría horas más tarde en el “centro informativo” de la colonia: la Pollería Tere.

A paso lento, los convocados al centro de inoculación en la “Casa Abierta al Tiempo” entraban al recinto educativo que del miércoles 24 al martes 30 de marzo forma parte de la Estrategia Nacional de Vacunación contra COVID-19. Ahí, Servidoras de la Nación, trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México, personal de la universidad y ciudadanos voluntarios daban las primeras indicaciones y priorizaban la atención de personas con capacidades diferentes, además de proporcionar gel sanitizante.

La primera carpa estaba prácticamente vacía, bajo la gran lona blanca muchas sillas estaban dispuestas en espera de la gente de más de 60 años. Era como una gran sala de espera, previa al registro, pero por la agilidad del proceso y la afluencia no era un descanso necesario. 

El segundo punto eran las mesas de registro. “¿Se registró usted por internet?”, era la primera pregunta, que de recibir una respuesta positiva desembocaba la solicitud del folio, ya sea impreso o en la pantalla del celular. En caso contrario, “no hay problema, ahorita la registramos”. Hombres y mujeres anotaban los datos: nombre, edad, Clave Única de Registro de Población [CURP]. 


La cordialidad y una sonrisa en el rostro eran el sello distintivo. “¿Ha tenido usted Covid en los últimos meses? ¿se ha puesto alguna otra vacuna en los últimos 15 días?”, “No, ninguna...”. la servidora de la nación que atiende a doña Angela verifica el apellido ‘Amador’. Sí, está dentro de la fecha. La mujer pregunta si pueden vacunar a una persona que tiene una enfermedad degenerativa pero aún no cumple la edad. “No, señora”, le responden.

A dos sillas de distancia una señora octogenaria pregunta si pueden aplicarle la vacuna a su esposo, pues le toca hasta el domingo, y recibe una respuesta positiva. No es la norma, pero algunos “siervos” ceden. Les dan a los adultos mayores su hoja de registro y les piden que sigan a las personas con las paletas o banderolas decolores para que les indiquen los pasos a seguir.

Una señora no logra el registro, por no llevar ningún documento probatorio de vivir en la alcaldía. Ni modo, habrá que ir hasta su casa por él. En otros casos es claro que intentaron adelantar unos días su vacunación. “No, hija, me tendré que esperar a que le toque a Benito Juárez”, se alcanza a escuchar a un hombre de abdomen oblongo y calva pronunciada. Sonríe a pesar de la negativa: “la lucha se hizo”, dice.

Una señora con chaleco caqui forma a varios registrados y los conduce al segundo espacio, siempre bajo unas amplias lonas blancas que protegen a todos del sol de la mañana que ya empieza a calentar el ambiente. Hay que esperar un poco en lo que termina la ronda previa y hay un pequeño espacio de charla entre nervios por lo que les espera.

Se escuchan entonces las historias de contagios, muertos y recuperados que cada uno de los presentes tiene que contarle al otro. Es difícil no tener una historia que contar en un país con 2,409,459 casos confirmados; 200,211 defunciones, y 1,752,125 personas recuperadas al 24 de marzo de 2021.


Algunos acompañantes, los menos, pues la entrada para ellos es más restringida, empiezan a guardar sana distancia para evitar aglomeraciones; unos envían fotos por el celular o hacen llamadas a los demás miembros de la familia para informar sobre cómo va el proceso. “Registrada, ahora esperamos turno para el piquete”, dice el mensaje de whats que reciben los hijos de la señora Amador, una está en su casa en Coyoacán, el otro, en Monterrey.

Una mujer de cabello rojizo, pañoleta azul en el cuello, pulseras de plata en los brazos y vestido elegante le cuenta al señor de pantalón deportivo y playera del América que ella sí se vistió especial para el suceso; el hombre se quita la gorra y se acomoda el pelo, mientras sonríe. Una mujer de unos treinta y tantos lo toma del brazo y le dice “papi, ya te toca”. 

En la siguiente carpa están los de blanco. Médicos y enfermeras muy jóvenes en su mayoría, pues se trata de estudiantes de la UAM de las carreras de medicina, estomatología, enfermería y nutrición, que realizan su servicio social en el Plan Nacional de Vacunación contra Covid-19. Brindan asistencia médica, dan información y responden las preguntas de los adultos mayores asistentes, bajo un estricto protocolo sanitario.  

Los estudiantes y pasantes no están solos, hay profesionistas de la Secretaría de Salud local y docentes de la casa de estudios. En general, aplican las vacunas, hacen el registro de dosis, colaboran en la red de frío y coadyuvan en el área de observación posterior a la vacuna. 

Las mesas de vacunación están acondicionadas con una hielera, insumos médicos y cada una cuenta con seis sillas donde se sientan las personas a recibir el piquete. Dan la información sobre el producto, que en Coyoacán se trata de Pfizer, y enumeran las posibles reacciones que pueden tener: dolor de cabeza, febrículas, malestares gastrointestinales, dolor de cuerpo, y recomiendan no tomar nada para contrarrestarlas.


“Normalmente los malestares pueden durar dos días, si fueran creciendo o duraran más, les recomendamos ir al centro de salud más cercano, no importa si es o no asegurado, ustedes llegan y dicen que van por reacciones a la vacuna y tienen que brindarles la atención”, informa una joven médica de cabello negro que le cubre toda la espalda. 

Es aquí cuando un siervo de la nación se acerca a un acompañante que toma fotografías para solicitar que no lo haga. “¿Está prohibido…?”, “No. pero es para proteger datos personales de quienes se están vacunando”. Tiene lógica. El joven guarda su celular y le hace la indicación a la mujer sentada con el suéter a medio poner que yace sentada en espera que se retirará para no entorpecer el flujo de personas.

Un par de oficiales de la Secretaría de Marina recorren las mesas para preguntar cómo van las dosis, registran las que se han usado y planean el tiempo y la logística necesaria para surtir nuevas, pues por las características del producto se debe tener un control estricto de cuántas salen de los congeladores y cómo se transportan y se usan. A paso erguido y rígido se dirigen a una zona de acceso restringido, donde un par de civiles ayuda a la vigilancia. 

Ese protocolo explica la disposición de seis sillas por mesa vacunadora. Un paquete incluye seis dosis y solo se abre si están ya todas las personas sentadas, en espera. Se da la información médica, se resuelven dudas específicas y cuando ya todos están listos se abren los paquetes y proceden a vacunar. De seis en seis.

Una mujer que no aparenta tener más de 60 años le da una lista enorme de medicamentos que toma, para un número igual de considerable de padecimientos, al hombre de bata blanca que le indica que puede seguir tomando todos con tranquilidad. Otro señor bromea sobre las ventajas de tener un chip con wifi en el cuerpo, en referencia a las noticias falsas que han circulado todos estos meses en redes sociales.

La joven pasante de medicina pasa jeringa en mano, pone la inyección, tapa y desecha la aguja y continúa con la siguiente persona. La cadena se repite con exactitud en el resto de las mesas. La mayoría afirma que ni el piquete ni la entrada del líquido duelen. “Tiene usted buena mano, joven”, le dice un señor al médico. Ambos se sonríen.


A lo largo del proceso también se aprecian letreros que indican sitios de seguridad y los baños públicos a disposición de los adultos mayores. La señora Angela va pendiente de todo y lo comenta con el joven que la lleva del brazo, a la par que le cuenta su experiencia: “No me dolió, fíjate que la doctora fue muy amable y nos explicó bien. Tienen mucho orden y están muy bien organizados”.

Viene entonces la segunda ronda de nervio: la espera de reacciones. Mientras tanto, reciben la hojita de registro para la que será su segunda dosis y les proporcionan un folleto sobre alimentación con caricaturas de El Fisgón. En esta cuarta carpa con muchas sillas acomodadas de la misma forma que en la primera, esperan sentados durante 30 minutos antes de poder marcharse. Nuevos rostros, o más bien, nuevos cubrebocas y algunas caretas hacen la ronda, son más profesionistas de la salud que verifican que no haya molestias graves. 

La carpa se llena pronto, pero nadie refiere malestar considerable. Entre los presentes, algunos leen el folleto y sonríen de vez en vez con el humor ácido de Rafael Barajas, nombre real del autor de los monos que informan sobre los estragos de la cultura de mala alimentación que reina en el país. Unos más hablan por teléfono con sus familiares. Aquellos del fondo concluyen la charla pendiente. Un señor saca el mazapán y empieza a comerlo, al lado de la señora que aprovecha el reposo para sacar estambre y agujas. 


La señora Angela escucha con atención a la servidora de la nación que informa que serán de 21 a 40 días de espera para la segunda. Les pide a todos guardar el comprobante y acudir con él y una identificación el día y hora que le será informado vía telefónica o a través de los medios de comunicación. En todo momento hay personal listo para indicar las rutas a seguir tras la espera. El estacionamiento de la UAM Xochimilco es testigo de cómo avanza la vacunación en México, que al momento cuenta más de 6 millones 243 mil dosis aplicadas.

Tras casi 30 minutos de espera, es tiempo de salir y retomar las actividades del día. En total, una hora fue el tiempo invertido para este primer paso hacia la salvedad contra el coronavirus. Hombres y mujeres con el representativo chaleco hacen un paseillo y aplauden a las personas de la tercera edad, mientras comentan con voz elevada pero afable: “¡Gracias por venir! ¡A seguirse cuidando, por favor!” y brindan más aplausos. 


Al salir de la Metropolitana, en el camellón de Calzada de las Bombas hay otra carpa instalada con asientos para quienes esperan la salida de su padre, madre, abuelo, abuela o pareja. Doña Angela camina un poco en dirección a Avenida Cafetales para dejar atrás los carros estacionados y las personas que llegan y se van en vehículos particulares, taxis, autos de aplicación, combis que vienen del metro Universidad, micros de la ruta 103 desde Salto del Agua, entre otras cuatro rutas más.

Una vez que deja atrás la aglomeración, le pide a su hijo que pida el taxi. Mientras esperan voltean a ver un calistemo frondoso, lleno de flores con forma de cepillitos color rojo que, en el camellón, anteceden una hilera de jacarandas que pintan de morado y esperanza la primavera.





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¡Conoce los síntomas, diagnóstico y tratamiento contra el TDAH!


Por Yulissa Arcos
México (Aunam). El TDAH o Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad es un padecimiento que se presenta con mayor frecuencia en niños y adolescentes; puede persistir en la edad adulta. Así lo informó Julio Moreno López, médico cirujano, especialista en psiquiatría y alta especialidad en paidopsiquiatría, durante la conferencia realizada por el Instituto de Salud para el Bienestar, INSABI.  

De acuerdo con Moreno el TDAH no es un trastorno de la conducta sino del neurodesarrollo. Por lo tanto, se presenta durante la infancia, aunque puede debutar más tarde. Las investigaciones que se tienen sobre este padecimiento datan del siglo XIX: no es una afectación actual. El experto recalca la importancia de conocerlo y estudiarlo para la detección temprana. 

Los síntomas de TDAH pueden variar en cada paciente, pero los indicios básicos son: inatención, hiperactividad e impulsividad. La inatención se percibe ante la falta de interés y aburrimiento ante diversas situaciones, mientras que la hiperactividad se relaciona con constante inquietud. Esta última puede causar otras morbilidades y complicaciones más graves relacionadas con el consumo de sustancias nocivas.

Existen otros comportamientos derivados del TDAH como la inconclusión de tareas, intolerancia, impaciencia. En la adultez se relaciona con diversos riesgos: accidentes automovilísticos o en la vía pública, menores logros académicos, problemas o insatisfacción de pareja, divorcios, dificultad para convivir con la familia y empleo por debajo del potencial o desempleo. 

Otras características asociadas son conductas antisociales, agresivas o desafiantes, trastornos específicos del aprendizaje, dificultades en la coordinación, retraso en desarrollos específicos (como el crecimiento), pobre autorregulación emocional y menor puntuación en la evaluación del Coeficiente Intelectual, CI. El TDAH presenta relación con trastornos psiquiátricos como la ansiedad y la depresión. 

El diagnóstico debe hacerse estrictamente en terreno médico y establecido por un especialista quien determina el grado del padecimiento de acuerdo al nivel de disfunción y aflicciones que causan los síntomas. Los indicios más significativos son aquellos identificados antes de los 12 años y se estudian a través de pruebas neuropsicológicas y diagnóstico diferencial. 

Los estudios diagnósticos deben incluir la opinión de los familiares y allegados del paciente pues es fundamental analizar el ambiente y contexto en el que desarrolla el padecimiento. Cabe recalcar que el Trastorno por Déficit de Atención puede ser atendido bajo tratamientos que conducen a la remisión, sin embargo, no desaparece en su totalidad.

El objetivo principal del tratamiento es disminuir los síntomas que causan mayores afectaciones, por ello, debe ser un procedimiento individualizado. En los casos leves y moderados se utiliza un tratamiento conductual, mientras que en casos graves se suministran fármacos para tener mejores resultados. El experto afirma que los medicamentos estimulantes (anfetaminas) son sustancias seguras y efectivas. 

Es indispensable que aquellas personas que presenten síntomas acudan con un especialista que ayude a diseñar el tratamiento pertinente de acuerdo con los casos particulares de los pacientes. No es recomendable automedicarse ni predisponer un diagnóstico poco confiable. Por otro lado, es fundamental llevar a cabo las indicaciones de los médicos en cuanto a los tratamientos ya establecidos.
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28 de marzo de 2021

Vivir el confinamiento como músico y universitario en la UNAM

  • Imanol Almela comparte cómo los músicos mexicanos se han ausentado de los escenarios por la pandemia
  • Como estudiante de la UNAM opina que la empatía entre alumnos y profesores es vital para el desarrollo de las clases en línea 
Foto: Marco Antonio Coutiño

Por Yesica Guadalupe Cortez Lujan y Marco Antonio Coutiño Ramos 
CDMX (Aunam). Imanol García Almela, músico, estudiante y profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comentó en entrevista online que sus motivaciones como artista y tenacidad como aprendiz universitario, se desvanecen tras varios meses en casa a causa de la cuarentena: “la mayoría de mis días se han vuelto monótonos” afirmó. 

García Almela comentó con tristeza que extraña los aplausos del público. “La cuarentena me ha hecho valorar lo que es estar arriba de un escenario”. Debido a la nueva normalidad, a las normas de sana distancia y a la cancelación de varios eventos en vivo por la pandemia por Covid-19, el ánimo de los aficionados por su música pasa desapercibido. “La energía del público se extraña, no hay nada que se le compare”, comentó nostálgico.

El confinamiento ha probado la independencia musical de este joven guitarrista y la de su banda The Lunáticos, que toca música rock. Todos se encuentran resguardados en casa para evitar un posible contagio, ensayan en línea a través de plataformas digitales, apuntó. Además, refirió que gracias a internet y sus dispositivos móviles, los miembros se escuchan tocar entre sí y evitan compartir un mismo lugar para grabar. 

A pesar de estas condiciones, persiste el interés de los integrantes por permanecer juntos y hacer música, por ello, el pasado 2 de noviembre estrenaron su nuevo sencillo titulado “Fe”, el cual está acompañado de un videoclip de 3:00 minutos que se puede descargar en Youtube con el hashtag #Encasa. 

Con más de 90 mil reproducciones, Imanol comentó que la banda decidió no realizar conciertos en línea, ya que consideran  que su público no estaría dispuesto a pagar por verlos tras una pantalla. Sin embargo, compartió que tras haber ganado la beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca ), sus proyectos para el 2021 son muchos, entre los que destacan el lanzamiento de su próximo álbum y eventos alrededor del país con las medidas sanitarias pertinentes.

Imanol también compartió su experiencia académica en la nueva modalidad a distancia. Como alumno que recorre las aulas de la UNAM y profesor adjunto en la carrera de Ciencias de la Comunicación está interesado en hacer de la enseñanza un proceso ingenioso y un constante diálogo entre alumnos y educadores. Compartió que “La docencia no viaja en un solo sentido, sino en dos. No es un acto de poder”.

Refirió que como guitarrista de rock, las clases en línea de la FCPyS se viven diferentes, los horarios se saturan de actividades, la cabeza de pensamientos; de canciones, asignaturas y clases. De modo que, la organización es lo más importante en el día a día de un artista universitario.  La disciplina  en dos mundos diferentes es valiosa: en la facultad Imanol se mantiene comprometido; responsable y en la música, innovando todo el tiempo, pues afirma: “hay que mantenernos vigentes”.   

Finalmente,  aconsejó a otros artistas, que al igual que él sufren las consecuencias del confinamiento. “Vivan, no hay que pensar en el pasado ni en el futuro, no hay que vivir en los recuerdos ni en la incertidumbre sino estar en el momento”. Subir contenido a las redes sociales permitirá estar presentes y evitar el olvido del público, concluyó.


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Fotografía de danza: retos y dificultades

Nemian Danza Escénica, Fotografía de Gloria Minauro

Por Yulissa Arcos
México (Aunam). La danza es una diciplina que requiere esfuerzo y constancia. Retratar su belleza parece una actividad sencilla, pero ¿realmente lo es? Gloria Minauro, Gerardo Castillo y Gabriel Ramos, fotógrafos especializados en las artes escénicas, hablan sobre los retos que hay detrás de la fotografía de danza. 

Gloria, Gerardo y Gabriel forman parte de Isóptica, una agencia fotográfica enfocada en el arte y la cultura. Su objetivo es sensibilizar a través de las escenas artísticas y mostrar la expresión creativa de coreógrafos, directores, compositores, escritores, intérpretes y realizadores. Realizaron la cobertura de La cosa más parecida a la vida de Firenza Guidi y han participado en diversos eventos impulsados por la UNAM.

Gloria ha dedicado gran parte de su vida en capturar diversos momentos artísticos. Durante su adolescencia un amigo le enseñó a utilizar la cámara; asistía a eventos de danza para perfeccionar sus técnicas. París en primavera fue una de las primeras obras que fotografió y fue ahí donde “nació un romance con la fotografía”. Desde entonces se esforzó por conocer más del campo y desarrollarse en él. 

Por su parte, Gabriel Ramos tuvo su primer acercamiento a la foto gracias a su padre quien era un fotógrafo aficionado y tenía una cámara muy elegante. Más tarde, estudió Artes Plásticas en la Universidad Veracruzana donde adquirió mayor conocimiento en el tema y obtuvo su primera cámara manual. Fue en el cuarto de revelado donde se dio cuenta de pasión por la fotografía. 

Gerardo Castillo considera que su relación con la foto fue “menos romántica”. En la preparatoria cursó una carrera técnica en fotografía y posteriormente, en la universidad, encontró en la foto una variante del dibujo (campo que también le interesaba). Para Gerardo la imagen es una forma de expresión y las artes escénicas un lugar donde hay mucha libertad. 

A lo largo de su carrera han intentado interpretar los lenguajes artísticos para lograr las mejores imágenes. Sin embargo, cada obra tiene elementos distintos que hacen complicada la captura: la iluminación, la música, el tiempo y las coreografías son factores determinantes. Por ello, es fundamental que mantengan la concentración y un ojo activo a la hora de cada función. 

El objetivo principal de la fotografía de danza es transmitir las emociones de los intérpretes a través de la imagen: qué dicen, quién lo dice y cómo lo dicen. Es una forma de traducir lo que están viendo en vivo. Para Gerardo, es fundamental encontrar el discurso de la obra que está en diálogo con él. Por ello, cuando los intérpretes no entienden su personaje el trabajo se complica. 

En la mayoría de las ocasiones, las presentaciones son una incógnita para los fotógrafos. Es hasta la tercera llamada donde toman la decisión de cómo tomar sus imágenes; siempre hay nerviosismo y emoción por cazar el mejor momento. Cada uno ha desarrollado sus sentidos: Gloria intenta comprender la música y la respiración de los intérpretes, Gerardo busca sigue la sucesión escénica y Gabriel se mantiene activo en los hechos que se presentan. 

A pesar de su experiencia, la fotografía de danza resulta incierta para ellos. Los fotógrafos especialistas en artes escénicas se enfrentan a retos que van desde la pérdida de fotos hasta el enojo del público. Sin embargo, conocen la importancia de su labor para la preservación de la memoria y acervo históricos. 

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