19 de marzo de 2021

Los desafíos pre y post-pandemia en la educación superior


  • “Se puede aprender más allá de lo convencional y para esto la educación a distancia tiene que ser la que marque la pauta”: Francisco Marmolejo
  • El académico participa en el Encuentro Internacional de Educación a distancia
Por Karla Itzel Santacruz Pineda y Arely Palma Camacho 
CDMX (Aunam) . “Pensar en regresar a la normalidad que teníamos antes, después de la pandemia, es no aprovechar esta gran oportunidad histórica para repensar o rediseñar esa educación importante para el futuro”, comentó el doctor Francisco Marmolejo Cervantes durante el Encuentro Internacional de Educación a distancia, que se llevó a cabo en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2020, en su edición virtual.

El doctor Marmolejo, vicerrector de la Universidad de las Américas en México y consultor internacional de Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en la sede de París, relató los problemas que ha tenido que padecer el sistema educativo presencial y online, como la desigualdad para el acceso de la educación superior, la calidad de los planes de estudios y la innovación.

El conferencista comparó las tasas de acceso a la educación superior en México y Corea del Sur de 1950 hasta antes de la crisis sanitaria, en el caso de México en estos años, el acceso a la educación pasó de ser accesible en un 2% a un 36%. Sin embargo, a comparación de Corea del Sur, el cual presentaba un porcentaje casi igual al de nuestro país, aumentó hasta en un 80%. El Dr. Francisco explicó que el incremento en Corea del sur ha sido gracias al interés insertado en la población por estudiar y hacer de esto una base importante para el desarrollo socioeconómico.

De igual forma, el vicerrector de la Universidad de las Américas explicó que otro problema es la cantidad de jóvenes que desertan de sus carreras. Aproximadamente un 30% de los estudiantes, entre 25 y 29 años, iniciaron sus estudios universitarios, pero no pudieron concluir.

Por otra parte, el consultor internacional de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señaló que el sistema educativo tradicional padecía del “Síndrome MDM (Más de lo Mismo)” ya que a pesar de que las universidades son distintas en cuanto a sus visiones y misiones, reproducen el mismo sistema, como el caso de las instituciones tecnológicas, que aunque su propósito era construir una alternativa al método tradicional, se apegaban a él.

Asimismo, indicó que una de las preocupaciones para la formación académica universitaria de forma presencial, era los contenidos que los estudiantes estaban aprendiendo puesto que de acuerdo con los  resultados realizados del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) en 2012, apuntaron que los alumnos de 15 años en adelante eran  analfabetas funcionales, es decir, “saben leer, pero no entienden lo que leen” aseveró Marmolejo.

Del mismo modo, añadió que las universidades se basan en una estructura rígida,  por medio exceso de carga laboral y enfoques a específicos contenidos, lo que causa la pérdida de conocimientos en ciertos temas o la nula comprensión de ellos.

“Y a todo eso le agregamos el asunto de la pandemia, de repente nos llegó y no sabemos cómo manejarlo. Ha pasado lo impensable, prácticamente en dos meses la educación superior mundial colapsó”, manifestó el especialista en educación. Además, Marmolejo agregó que  en el caso de Estados Unidos tardaron dos semanas en llevar las clases presenciales a virtuales, mientras que en México y Qatar fue en cuestión de días.

Ante ello, destacó que esta situación ha provocado una brecha digital, pues las dificultades principales de este nuevo sistema híbrido es la inestabilidad de conexión de Internet y la inaccesibilidad a computadoras para algunos estudiantes. Además, comentó que los profesores tuvieron que convertirse en personas multitareas: han tenido que buscar nuevos métodos de enseñanza y enfrentar las limitaciones técnicas y de tiempo.

Por tanto, el expositor subrayó que esto dejó como lección la insuficiencia y preparación de las universidades, lo difícil que es llevar las clases presenciales a lo virtual y cuestionamientos sobre el método de enseñanza tradicional.

No obstante, aseguró que hay una nueva oportunidad para renovar la educación superior,  al crear planes de estudio que logren que las universidades sean multidisciplinares, donde ubiquen la forma de hacer que los estudiantes se desarrollen creativamente sin tener que seguir con la memorización. 

Finalmente, el académico concluyó con que “no partamos de la idea -de no se puede-, sino que partamos de la idea de que no hay que rechazar opciones, hay que evaluarlas y hay que calcular cuáles son las más asequibles. No olvidemos que estamos viviendo el experimento más grande que ha tenido la humanidad en la historia contemporánea”.



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La ansiedad entre los universitarios en tiempos de pandemia

  • El sistema en línea no es eficiente para el alumno:  Alejandro Landaverde
  • El aislamiento social afecta la salud mental, el nivel de concentración y el aprendizaje de manera significativa
Por Ximena Fernanda Montero Aquino.y Luis Ernesto Aguilar Rojas
Cdmx (Aunam). Cursar dos semestres en línea en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM es un terrible acontecimiento, señaló Alejandro Landaverde, estudiante de dicha institución, quien al igual que sus compañeros enfrenta los efectos de la pandemia como el aislamiento social que ha afectado su salud mental, el nivel de concentración y el aprendizaje de una manera significativa.

Al preguntarle: ¿qué tan bueno era el sistema de clases en línea?, respondió: “es terrible, no se aprende nada y nadie toma en cuenta que no siempre podemos tener un internet bueno o eficiente, así que usualmente tengo falta y eso me baja de calificación”, y al escucharlo, el descontento en sus palabras era notorio.


A lo largo de la plática, Landaverde hizo énfasis en que “las clases en línea en realidad no han servido para el aprendizaje como se prensaba en un principio, pues no tenemos un método adecuado o bien establecido”.

Respecto a la calidad de las clases, Landaverde opinó que “depende de qué tipo de maestros tengas aprendes un poco, pero no como debería, pues el estar en casa hace que nos confiemos, no estudias como deberías, tiendes a hacer trampa con mayor facilidad y los conocimientos no se aprehenden como deberían”.

En cuanto a las tareas, el estudiante de la FCPyS  opinó que en algunos casos son innecesarias, ya que piensa que: “los maestros lo único que hacen es dejar tareas para que obtengamos los conocimientos necesarios, pero realmente no se aprende como se debería, y si me preguntaran, recomendaría que las tareas disminuyeran, porque al momento de demostrar lo aprendido los estudiantes no pueden hacerlo”.

Alejandro comentó a través de la pantalla que “el sistema educativo no se interesa por el alumno, ellos sólo quieren que pasemos o que pase el año y digan que cumplieron”, y relata que padece de ansiedad por la carga de trabajo en exceso que los maestros dan en las clases en línea.

Cuando se le preguntó acerca de su ansiedad causada por las clases en línea, se notó que Alejandro empezó a hablar con enojo, sus movimientos kinésicos eran muy notorios, y aunque la entrevista fue a través de una pantalla, se llegó a comprender su enojo, ya que al hablar de su experiencia refirió : “me molesta que los directivos o las personas de altos mandos no hayan querido retrasar a todos un año por igual, así realmente ninguno se atrasaría”.

Landaverde comentó que es muy cierto, ha existido discriminación para las personas que carecen de computadora o muchas veces por la culpa del internet no puede tener asistencia y eso genera que los profesores piensen que no existe un interés en la clase, pero realmente no puede hacerlo por su internet. 

“De manera notable me he sentido diferente a como en las clases presenciales, existe un desgaste mental y visual, hay días en los que en verdad me pregunto si es necesario entrar a clases para escuchar a un profesor hablar todo el tiempo, sin ejemplos, ni algo tangible, me siento sin ganas de levantarme, sin ganas de hacer tarea y siento que nadie puede entender lo que está pasando , no es buen momento de ser estudiante”, es lo que respondió, cuando se le preguntó: “¿Consideras que tu salud mental se ha visto afectada por las clases en línea?”. 

La charla con el entrevistado siguió: ¿en algún momento deseó dejar de estudiar por las condiciones en las que se encontraba?

“No, porque si dejo de estudiar puede que no me den beca, y necesito ese apoyo por las condiciones en las que me encuentro, mejorar mi internet sería parte de esa necesidad”

Al concluir la entrevista se le cuestionó: “¿Qué implementarías o quitarías de las clases en línea?”, y sin dudar señaló “que el profe hiciera preguntas a toda la clase para cerciorarse que están aprendiendo, actividades diferentes a únicamente dejar tareas, y lo que implementaría sería que quitaran el exceso de tareas, que muchas clases fueran asíncronas, y unas cuantas síncronas ya que eso disminuiría mucho el estrés, dijo.



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