Samuel Parra, a través de sus escritos


Por: Wendy Moreno 
Sinaloa (Aunam). Samuel Parra es originario de Mazatlán, Sinaloa, es licenciado en Ciencias de la Comunicación, egresado de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Máster de Literatura Mexicana Contemporáneo por la Universidad Autónoma Metropolitana. 

Este escritor sinaloense que se caracteriza no solo por ser escritor sino por ser un periodista extrovertido, surrealista, y sádico, ese alguien que es irreverente en sus letras y que cree firmemente en la máxima de que la realidad siempre supera a la ficción. 

Ha trabajado en los medios de comunicación desde el año 2001, ha sido ganador del Premio “Memoria en el Alma” que entrega la Academia de Artes y Letras de India, durante la selección de 38  novelas internacionales en el 2017, así como también ganador del Premio Literario de Cuento Infantil que le otorgó la Fundación “Niños de Barranquilla” con su libro “La princesa de los Elefantes”. Parra ha tenido un gran recorrido dentro de la literatura, teniendo influencia de grandes escritores y buscando la manera de transmitir al mundo una visión real a través de las letras. 

¿Cuáles fueron sus primeros acercamientos a la literatura? 

Siempre me inquieto lo que bullía en la ciudades y pueblos del interior lo primero que encontré en esos acercamientos a ese proceloso interior que me era desconocido era una orgullosa irritación respecto de lo que podía ser lo proveniente de un Mazatlán presuntamente altanero, que no solo ignoraba ese interior insatisfecho, si no que emplea un lenguaje que la gente no comprendía o rechazaba y no era lo mismo en el orden filosófico o sociológico y aun critico pero lo que predominaba, era una fuerte de encastillamiento, algo así como “no nos importa, no necesitamos que nos enseñen nada o sabemos todo lo que hay que saber y un poco más” todo ese previo como para empezar a conocer una persona de escritor, una persona que escribe realmente y alguien que mantiene una relación con esa distancia que hace la lengua un objeto perceptible, definido, diferente de un uso de una manera técnica negativa o de un tema interesante, da como resultado lo que uno tiene a su alrededor y comienzas a buscar esas historias que te rodean y buscas terminar con esa suerte de encastillamiento, es decir, buscas lo que está más allá.

¿En qué momento decides que quiere escribir o empieza a hacerlo? 

Los inicios de la literatura, la presencia del grupo británico los Beatles es crucial y está muy presente en mis textos como telón de fondo, también la de toda la estela que ellos generaron y permanece hasta hoy mismo en innumerables bandas contemporáneas que practican y conservan muchos de aquellos fundamentos básicos que aunque hoy nos parecen obvios no existían antes de la aparición de Rock and Roll y todos los estilos derivados del mismo a partir de los años 50 los Beatles son unos de los arquetipos de todos aquellos increíbles artistas, no por estar trillado el asunto o poco original vamos a minimizar su importancia. La constitución de las gentes de nuestra generación y de la inmediatez anterior y posterior al menos sencillamente no pueden ser entendidos sin la influencia de esa música, posteriormente y a lo que nuestra se refiere la movida de los años 90 80, fue en esa particular década, esa época prodigiosa fue donde yo descubrí a ese escritor a quien admiro Oscar Wilde escritor irlandés del siglo IX que lamentablemente por su condición homosexual fue perseguido y llevado a prisión pero para él es mi gran influencia en la vida literaria, siempre hay una arte de Inglaterra que está en mí, son los Beatles y Oscar Wilde. 

¿Para convertirse en escritor tomó clases de literatura o es autodidacta? 

Para convertirme en escritor es una constante de muchos años en el sentido por ejemplo que cuando empecé a trabajar en el periodismo, y obviamente una tarea constante es escribir y leer, de igual manera cuando ya decides convertirte en escritor debes decidir si lo haces como hobby o como un hábito de vida ya que estas decidiendo que contar historias será hasta que no puedas más y obviamente he tomado distintos cursos con distintos escritores como Émer Mendoza, Antonio Parra, Liliana Rojo, Cesar Rodríguez; en entre otros más pero el punto es que uno no puede ser autodidacta porque debes estar siempre en constante evolución en aprender nuevos sentidos narrativos para que el tuyo propio se vaya formando. 

Además de escribir novelas y cuentos, ha trabajado como periodista en algunos periódicos locales, ¿cuál ha sido la experiencia de escribir para prensa escrita? 

El periodismo actual también se está transformando, pero espero que de él nazca otro mejor y que deje de cumplirse la frase de Oscar Wilde: “El periodismo moderno justifica su existencia por el principio darwiniano de la supervivencia del más vulgar”. Un periodista lo que hace es jugar con los tres elementos básicos de la narración: Planteamiento, nudo y desenlace, como ocurre en cualquier novela. Una vez los tiene bien definidos, los explaya en un guión muy meticuloso para captar la atención del lector, crear suspenso y convertir el producto en adictivo. Esa es la clave de los buenos escritores. 

El espectáculo se ha instalado en los medios de comunicación y se promocionan auténticos “shows”, porque eso hace vender periódicos y aumenta las audiencias. Estamos, a mi juicio, en una época de tremendismo …y eso no es nada profesional. 

¿Cuánto tiempo trabajó como periodista? ¿En cuál sección escribió? 

Trabajé para medios de comunicación desde el 2001 en prensa local (Mazatlán) y nacional como Revista Emequis, El Universal, El Sol de Morelia, El Sol de Aguascalientes, Expresso de Sonora. Escribí una columna llamada “Chubby Nights” para la revista Sedúceme, la segunda “magazine” porno más vendida en México después de Play Boy. Actualmente colaboro “Free Lance” con la Revista Caimán Barbudo, de La Habana Cuba. Escribí cinco años para la sección de Cultura “Expresión” y ocho años en “Hard News”.

Los escritores somos historia, pedazos de una crónica que se construye al paso que se anda, correr o escapar es inútil porque, los testimonios de “otros”, invaden la privacidad de nuestra vida “íntima” en las redes sociales. 

¿Cómo les ha afectado la pandemia del COVID-19 a los escritores? ¿han tenido impedimentos para publicar sus obras? 

Un click, la “selfie” o compartir el estado anímico virtual se convierte en el placebo que tomamos sin receta médica, el hastío que nos producen las noticias, la “declaracionitis”, la parodia de gobierno incapaz de enfrentar aquello que no tiene cuerpo, pero tumba a millones; no tiene cara, pero muchos lo conocen; pisa con fuerza la tierra, pero no deja huellas... sólo cicatrices. 

Mientras tecleo estas líneas, recuerdo a mi Maestro Jacinto Rodríguez Munguía, periodista y escritor, lo conocí cuando hice una estadía en la Universidad Iberoamericana, para la Fundación Prensa y Democracia, allá por el 2009, en la Ciudad de México. Nos toca la mala suerte de vivir el fenómeno viral de la Influenza AH1N1, el finado Distrito Federal colapsa; los conductores del programa “Hoy” alertan a los ciudadanos de mantener la calma, no salir de sus casas, usar cubre -bocas y evitar el contacto con terceros. 

Aquello es una bomba de tiempo, estamos contra la pared a merced de la televisión porque las redes sociales carecen de poder y experiencia para movilizar e influenciar masas. Días después, mi maestro escribe una crónica cruda, real, lista para desenvainar el sable y encajarlo en los ojos de los lectores de la Revista Emequis, que comanda el Master Periodista Ignacio Rodríguez Reyna, “El Nacho”, de acuerdo al estilo sinaloense de anteponer los artículos “el” o “la”. 

Cada quien vive la realidad a su modo, esa palabra está en desfase continuo porque olvidamos que el universo es curvo y cada vez nos acercamos más al agujero negro de la ignorancia.

Quizá el escritor Lewis Carroll es un adelantado a su tiempo, en su libro “A través del espejo”, nos enseña a caminar hacia atrás para llegar al lugar deseado. Que así sea, primero un paso, después otro, total, frente a nosotros no hay solución todavía, pero esta historia se contará de mil y un maneras. 

¿Cómo les ha afectado a las editoriales la pandemia del COVID-19 en cuanto a las ventas de libros? 

Sin duda alguna, los canales de venta digitales han sido un enorme soporte de la industria editorial durante la pandemia. Pese a que las circunstancias actuales no han sido del todo favorables para la industria editorial, los esfuerzos por mantenerse a flote continúan y, como en todos los rubros, las librerías también se han adaptado a la nueva forma de consumo de sus clientes. Los canales digitales de venta han llegado para quedarse, pero la experiencia de recorrer los pasillos de las librerías en busca de una nueva lectura siempre será una opción incomparable. 

¿Considera que la pandemia del COVID-19 ha inspirado a los escritores para crear nuevas historias sobre esta temática? 

No. La literatura sólo se disfraza. El disfraz, esta obsesión que yo tengo con el disfraz o la máscara si se quiere, ¿no? El poder usar diferentes máscaras o diferentes disfraces. Si yo estoy en la Ciudad de México de pronto, no he estado ahí en dos años por la pandemia, pero cuando voy allá de pronto cambia mi acento un poco, cambio el español, empiezo a hablar de usted, esa cosa que se hace en “Chilangolandia”. Osea que poco a poco me empiezo a vestir en ese disfraz. No me doy cuenta que lo hago en el momento, pero sé que lo hago. Sé que tengo todas estas máscaras o estos disfraces que puedo quitarme y ponerme. Entonces, dos cosas de esto me llaman mucho la atención. Uno es qué tanto esos disfraces se van volviendo mi identidad. 

¿Cuáles cambios se han generado en la literatura con la llegada del COVID-19? 

No ha habido cambios, solo el terremoto de la industria editorial.

En lo particular, ¿usted ha escrito novelas o cuentos en esta temporada de pandemia? 

Desarrollé dos antologías sobre el Covid con escritores de originarios de Rusia, Nagorno- Karabaj, Tenerife, Madrid, Cartagena de Indias, Medellín, Frontino, Ciudad de México, Tamaulipas, Monterrey, Aguascalientes, Zapopan, Mazatlán, Morelia y Tuxpan, Veracruz.

¿Los escritores han recibido algún tipo de apoyo por parte del gobierno para escribir sus obras en estos tiempos de pandemia? 

Lo ignoro. Cada quien “jala agua a su molino”. 

¿Cuál consejo les da a los jóvenes que quieren ser periodistas y escritores en estos tiempos de pandemia? 

Si tuviera que escoger entre tomar la pluma para seguir en la escritura, el cuchillo para continuar en la lonchería o la computadora para volver al marketing, elijo el arma punzocortante. Me quedo intranquilo si no mato a alguien en mi mente. 




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