Sexualidad durante y después del embarazo


Por Yulissa Arcos | 

CDMX (Aunam). Las relaciones sexuales durante el embarazo generan mitos y miedos entre quienes las experimentan. Por ello, Café virtual sobre sexualidad, proyecto impulsado por la Clínica Alétheia-Psicoterapia y psicoanálisis, aborda este tema en su novena edición. 

Hombres y mujeres experimentan diversas alteraciones hormonales cuando esperan un bebé. Ellas sufren cambios físicos que pueden hacerla sentir menos atractiva y sensible, mientras que ellos pueden tener mayor deseo sexual. Es común que las parejas tengan dudas y temores con respecto al sexo: ¿lo podemos hacer mientras estamos embarazados?

Tener relaciones sexuales no es motivo de peligro para el embrión, a menos que el embarazo tenga especificaciones médicas como reposo. Incluso puede ser benéfico para el bebé debido a la producción de oxitocina que se genera durante el sexo; esta hormona favorece las contracciones y ayuda al proceso de parto. Por otro lado, el movimiento pélvico ayuda a mejorar su posición. 

Algunos de los mitos que frenan la sexualidad son: la mujer está en un estado frágil y vulnerable, el semen estimula la matriz y acelera el proceso de parto y la posibilidad de lastimar al embrión al momento de la penetración; tampoco existe evidencia científica de que el bebé pueda tener futuros traumas. En ese sentido, es importante entender que el coito no es la única forma de sexo. 

Pero ¿cómo retomar la actividad sexual después del embarazo? Es natural que en el periodo de postparto las mujeres experimenten sensibilidad debido a la cantidad de hormonas que desprenden; perciben una transformación de amantes a madres y pueden sentirse menos atractivas para su pareja. Los hombres, por su parte, llegan a cambiar su visión de sexualidad y ver a la vagina como el lugar sagrado donde nacieron sus hijos. 

Es imprescindible reforzar la comunicación con la pareja y extender la comprensión y el cariño entre ambos. Reiniciar la sexualidad con caricias y estímulos sin perseguir el orgasmo ni presionar al otro. También, es recomendable que la vida sexual en el posparto esté acompañada de anticonceptivos y orientación profesional pues existe el riesgo de un nuevo embarazo en este periodo. 

No es saludable tener relaciones en el mismo cuarto donde se encuentra el bebé. La actividad sexual desprende feromonas que son captadas por los niños quienes llegan a presentar conductas hipersexualizadas en el futuro. Por la misma razón, no es favorable que duerman en la misma cama o demasiado cerca de sus padres, sino en su propia cuna o lecho. 

Es frecuente que padres y madres no sepan abordar su propia sexualidad y la de sus parejas durante y después del embarazo. Por ello, es importante enfrentar las complicaciones desde la comprensión y siempre con ayuda de un profesional. Informarse sobre los temas que los aquejan y dejar de lado los datos no especializados o poco confiables. 

Flor Fuentes Paniagua, psicóloga social de la UAM y Víctor Hidmann López, director de la Clínica Alétheia. 








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