28 de diciembre de 2020

¿Y si me infecto de COVID-19?


Por Yulissa Arcos | 
México (Aunam). Mauricio Rodríguez Álvarez, profesor de microbiología y parasitología la Facultad de Medicina y vocero de la Comisión universitaria para la atención de la emergencia del Coronavirus de la UNAM, desarrolló la charla ¿Qué hacer para no enfermarme de COVID-19? Y ¿qué hacer si me enfermo? El experto realizó algunas recomendaciones para evitar más contagios. 

En primer lugar, es importante conocer la condición sanitaria de la región en la que nos encontramos, de esta manera se podrán ajustar las medidas de prevención. Tal información ayudará a administrar los posibles riesgos, identificar a la población vulnerable y prever la atención oportuna y de calidad. Por ello, el doctor enfatiza en no compartir información falsa que altere el orden público. 

En México, el semáforo epidemiológico ha funcionado como un eje de coordinación para las normas de higiene y seguridad. Considera factores como: ocupación de hospitales, positividad en pruebas, casos ambulatorios y hospitalizados, así como defunciones. Este sistema ha funcionado para analizar las limitaciones de cada región y establecer orden, sin embargo, no es suficiente. 

En caso de contraer SARS-CoV-2, el especialista enfatiza en la importancia de buscar atención médica lo antes posible, además de mantenerse aislado con las medidas de higiene pertinentes. De lo contrario, la enfermedad tiende a evolucionar a un diagnóstico de gravedad que provoca complicaciones, incluso la muerte. 

Los riesgos son clasificados en altos, moderados, bajos y muy bajos. Los primeros se presentan por contacto directo (besos, intercambio de alimentos, bebidas o utensilios de comida) con enfermos o asintomáticos. Generalmente, la infección se produce en espacios pequeños como la oficina, el transporte o una sala de espera; lugares donde la proximidad entre personas es inevitable. 

Los riesgos bajos se presentan en la convivencia con enfermos o asintomáticos donde ambos utilicen protección (cubrebocas y distancia), también se presentan en sitios de uso común con personas sanas. Aquellos catalogados como muy bajos se presentan en contacto con personas a más de metro y medio de distancia donde ambas utilicen protección. 

A lo largo de la pandemia se han implementado algunas medidas que, según Mauricio, son innecesarias pues previenen flujos que no presentan peligro. Uno de ellos son los tapetes sanitizantes; el virus difícilmente se contrae a través de los zapatos. Las mascotas, los artículos del super y los envíos por paquetería tampoco representan un problema significativo para la producción de contagios. 

La ventilación es uno de las medidas más importantes; en los espacios cerrados o muy reducidos se comparte el aire. Las exhalaciones humanas desprenden pequeñas gotas de salivas o mucosidades que se quedan en la atmósfera y se transfieren a otras personas. Cuando se proporcionan corrientes de aire estas partículas tienen la posibilidad de perder su infectividad. 

Por último, el experto afirma que la jornada de vacunación se aproxima. Estos proyectos industriales son altamente controlados en cuestión normativa para brindar seguridad y calidad: “(…) tenemos que tener confianza de que se están llevando las pruebas con todos los requisitos regulatorios y con todo el rigor científico que se necesita para poder demostrar y corroborar la seguridad y la eficacia”, menciona.

 
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Frustra el sufrimiento del paciente y sus familiares, señala el médico José Luis Barrientos



  • La pandemia ha evidenciado a médicos que dan todo y a quienes huyen de sus compromisos
  • Lamentable que la gente se informe más con los “opinólogos” que con expertos 
| Por Frida Barrientos Zamora y Uriel Valdovinos Sánchez | 
CDMX (Aunam).Especialista en cardiología y medicina interna, José Luis Barrientos de los Santos cuenta con 26 años de experiencia en el cuidado de la salud de los mexicanos. Su pasado humilde no detuvo su convicción de estudiar medicina y de ayudar a la gente. Hoy en día hace honor a su profesión, al trabajar en la primera línea de batalla contra el Covid-19.

Durante 30 años vivió en Zapotitlan, un pueblo ubicado al sur de la Ciudad de México. Ahí nació y creció junto a seis hermanos. Su infancia y adolescencia, como la de muchos, estuvo marcada por las dificultades económicas, pues mantener a la pequeña casa ubicada en un festivo barrio de Tláhuac, no era tarea fácil para sus padres: Mercedes y Luis. No obstante, recuerda con cariño cada momento bueno y malo. Actualmente, vive en Iztapalapa no muy lejos de su primer hogar. 

Desde la primaria, mostraba interés por el funcionamiento de los organismos vivos. Asimismo, le atraían los grandes hospitales; conocerlos y develar sus secretos, así como, ser útil con las personas necesitadas. Estas fueron las motivaciones principales de José Luis para estudiar medicina, aunque no siempre estuvo tan convencido, también consideró ser ingeniero electrónico o músico. 

La Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional y los hospitales Adolfo López Mateos del ISSSTE y el de alta especialidad de Petróleos Mexicanos - Picacho, fueron los encargados de formar académicamente al cardiólogo e internista. Durante su servicio social en El Verde, un pueblo de la sierra sinaloense, le enseñó a valorar la vida; convivir en un medio marginado, pero de gente agradecida. Lo sensibilizó como médico y reafirmó su ideal de atender a todo aquel que lo necesitara. 

Después de cinco años en la escuela donde adquirió la mayor parte del conocimiento teórico, hizo su internado. Fue un año donde su responsabilidad se trasladó por completo al  hospital, en esta época pudo darse cuenta de lo extenso de las jornadas de trabajo, además de que por primera vez sintió que la vida de un paciente estuvo en sus manos.

El médico señala que la experiencia, visión e intuición son los aspectos que la vida laboral de su profesión le han enseñado, mismos que no se aprenden en la escuela. “Cuando uno está en la práctica se da cuenta que no todo lo que venía en el libro se aplica a la vida real, cada persona es diferente al igual que sus enfermedades y por eso uno tiene que sensibilizarse con los pacientes para así poder darles un trato adecuado”, mencionó.                     

“Es frustrante percibir el sufrimiento de la persona y de sus familiares. Percibir la tragedia y saber que nosotros médicamente no podemos ofrecer mucho es difícil”, apuntó. Por ello, José Luis refiere que esta es la peor parte de dedicarse a la medicina. Es un momento en que el médico siente en el corazón que tiene que ser fuerte, entender que la vida es así, pues si uno se queda con el sentimiento que le deja cada paciente al que no puede ayudar, sería casi imposible ejercer.

La otra cara de la moneda es la satisfacción de poder ayudar a las personas. Ver que su trabajo ha dado resultados positivos en el paciente y que éste sepa que gracias a alguien se logró ese resultado. En suma, lo más placentero para un médico como él, no es el agradecimiento que pueda recibir de las personas, ni el renombre, sino ver que lo hecho ha sido útil. 

Con la llegada de la pandemia, el doctor Barrientos se ha percatado que en la profesión médica “hay quien lo está dando el todo por el todo, a quien se le nota la vocación y quienes simplemente han huido de sus compromisos como profesionales de la salud”.

El doctor José Luis desde hace meses atiende sin descanso a los pacientes COVID, por ello se ha sentido mal de que ante una situación de crisis, como la suscitada por el coronavirus, la gente recurra más a los “opinólogos” para informarse y no a los expertos en la materia como él, quienes a diario combaten ésta y otras enfermedades. 



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27 de diciembre de 2020

Facilitan las plataformas digitales la difusión de fake news: López Veneroni

Por Saira Carrasco e Itzel Garduño | 
Ciudad de México. (Aunam) La distorsión de datos y hechos en los medios de comunicación no es un fenómeno nuevo, sin embargo, hoy en día es más fácil la circulación de información que no es del todo cierta gracias a la existencia de redes sociales y plataformas digitales, comentó el doctor Felipe Veneroni a través de una conferencia virtual en el Seminario de Redes Sociales y Entornos Digitales de la UNAM.

El licenciado en comunicación por parte de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM y doctor en teoría política por la Universidad de Cambridge, habló de los factores que juegan un papel importante en el estado actual de la post verdad, entre los que se encuentran; la crisis de credibilidad de las instituciones, la saturación de información en el espacio público, el bajo nivel educativo, pero sobre todo la facilidad de la tecnológica para replicar cualquier tipo de dato.




Para comprender a qué se hace referencia cuando hablamos de post verdad, Veneroní comentó que: “es la capacidad de ciertas formas discursivas (retóricas), para desdibujar la línea entre la verdad y la mentira, en el que la relación entre las palabras y las cosas es inexacta e inasible”. Estas son estrategias narrativas para dificultar la distinción entre información comprobable y la que no lo es. 

Cuando existe una crisis de credibilidad y descontento en instituciones como los gobiernos, los medios informativos, la banca etc., la sociedad empieza a llenar este vacío generado por la incertidumbre con fake news, las cuales circulan rápidamente y funcionan principalmente cuando estamos en un contexto de gran tensión política y social, agregó.

El doctor comentó que, aunque existe una falta de evidencia para sustentar los argumentos y pese a que generalmente se contradicen con la realidad, el discurso de la post verdad es efectivo gracias al público al que se dirige: “por regla general se trata de un sector con una educación precaria o deficiente, que rara vez se informa en su entorno y que lo único que desea es mantener su calidad de vida por limitada que esta sea”.

En general la tecnología juega un papel muy importante en la difusión de las fake news, a través de las plataformas digitales con las cuales es muy fácil reproducir de manera masiva cualquier tipo de información sin analizar o verificar el origen y contenido de la misma.

Aunque es cierto que en estas plataformas no sólo circula información que no es del todo cierta -ya que también encontramos información política o científica relevante-, la falta de análisis crítico y las situaciones sociales tensas en las que vivimos, no nos permiten distinguir entre ambas, para Felipe, las plataformas digitales son un claro ejemplo de cómo un avance tecnológico tan útil e importante puede convertirse, al mismo tiempo, en un espacio de distorsión discursiva.

“No seré nunca un defensor de las restricciones y la regulación de estos espacios. Pero resulta necesario estudiar los procesos por los cuales estas plataformas digitales constituyen uno de los mecanismos más importantes del encono discursivo”, afirmó el licenciado en comunicación, ya que considera que el estudio de estos espacios es relevante porque sólo así podrían diseñarse políticas públicas, sobre todo educativas, que fomenten entre niños la cultura de la verificación informativa. 

El ex director de Radio Universidad, comentó algunos de los pasos que deberían seguirse para identificar las noticias falsas con las que nos encontramos diariamente: estudiar la fuente, leer más allá del titular, verificar quien es el autor, considerar los posibles sesgos en la información, revisar la relación entre la fecha y la nota, por mencionar algunos.

La saturación de información en la que nos encontramos inmersos es algo que no podemos evitar, sin embargo, el ser analíticos y selectivos con las noticias que consumimos y difundimos en las plataformas digitales debería ser un acto de responsabilidad social. Al final de la conferencia, Felipe Venori, dejó claro lo importante que debería ser el tener una educación que nos ayude a ser selectivos con la información que consumimos todos los días.


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