Mortales mezquinos: Margo Glantz

Por Paola Yanick Santiago Bolaños |
México (Aunam). Margo Glantz, escritora, académica de la Universidad Nacional Autónoma, emérita del Sistema Nacional de Investigaciones y twittera (@Margo_Glantz) con 90 años de edad, comenzó la transmisión vía la plataforma zoom.


Ella forma parte de las grandes maestras y maestros reconocidos por parte de la actividad de Coordinación Cultural de la UNAM celebrada por diez años consecutivos con el fin de dar lecciones sobre su profesión a una larga lista de generaciones.

Luz Elena Gutiérrez Velasco fue la única entrevistadora y compañera presente en la videollamada, comenzó a hablar de Glantz y sus pasiones: Sor Juana Inés de la Cruz, erotismo y uno de sus bastantes libros Las Genealogías (1981) donde plasmó de manera creativa las interrogantes hacia su pasado… Margo vive de la literatura.

El tema del que hoy era la literatura durante la pandemia del Covid-19 y Margo Glantz contó obras de autores en confinamiento a lo largo de la historia, en distintas épocas.

Su voz rasposa, grave y con conversación fluida relató el confinamiento actual, universal; la idea de globalización se concentró en la enfermedad, todo el mundo está incluido: “Es tan potente que modificó el acercamiento con unos y otros, ahora es cosa inmaterial, es zoom”.

“En lugar que yo esté en la universidad dando clases con gente o dando charlas con gente con la que yo pudiera hablar y con la que me pueda yo abrazar al salir de la charla, tenemos que hacerlo en zoom, un invento que ha proporcionado muchísimos millones al inventor japonés”, recalcó.

“Esta charla es para hablar sobre la enfermedad, de autores enfermos o confinados; Daniel Defoe y su novela Robinson Crusoe es el libro más extremo de confinamiento, naufraga solo en una isla desierta durante muchos años”, dijo. Este autor también plasmó en una de sus obras la posible ola en Inglaterra en 1665, afortunadamente no sirvió pues esta enfermedad fue una falsa alarma, “es muy interesante, lo voy a releer”, reafirmó.

De los autores confinados en distintas épocas históricas se viven muchas cosas similares a las actuales, estamos viviendo una severa enfermedad, que ataca, no se sabe cómo trabaja exactamente ni cómo se termina.

“Vi que en España la gente que comenzó a desconfinarse corrió a Zara, eso es pavoroso, los hilos de colas me causan pavor”, contó. Las medidas de confinamiento en España hacia la primera fase para la escalada a la “normalidad” permitió abrir las tiendas más pequeñas del grupo Inditex con ciertas reglas para clientes y dueños. “Es cierto lo que dice Defoe, la sociedad no aprende nada”, lamentó.

El pan de cada día de la escritora es publicar en su Twitter noticias, anécdotas y opiniones. “Reconfinarse para hacer largas colas?” consiguió 1,500 retweets.

“La gente no aprende nada del confinamiento, la etapa de quedarse guardados no es una oportunidad para volver sobre sí mismos, volver a los recuerdos, tratar de recuperarse, reflexionar, cambiar conductas que han conducido a la sociedad hasta donde está ¿Quién es el que sufre la pandemia y qué produce cuando termina? Las largas filas y Defoe lo comprobaron, la sociedad no aprende nada, la masa es un rebaño de consumo”, insistió.

“Se justifican algunas personas con que esas empresas dan empleos en las maquilas del norte, sin embargo, son lugares con enorme posibilidad de contagios hoy en día, impresionante como la gente cae en la trampa que pensamos que la pandemia iba a confrontar, yo también voy seguido a Zara pero me parece lamentable que sea lo primero que suceda”, confesó.

Por otra parte, la realidad es que hay situaciones que impiden la escritura de la literatura, existen tareas diarias que impiden contar las historias. “Fray Servando pudo contar acerca de su confinamiento años después”, comentó.

Es verdad, Margo Glantz no puede escribir actualmente sobre su confinamiento y la pandemia, hasta que pase es mejor contarlo, pues reflexiona mejor y da como resultado una literatura de sobrevivientes.

Algunos otros autores abordados fueron Giacomo Casanova descrito como aventurero, mujeriego, fraile, además, vivió en el siglo XIX, relató su huida de la cárcel y contó su confinamiento; Mario Bellatín relató la vida de una prostituta con SIDA, otra pandemia terrible que existe o cómo olvidar las experiencias de las monjas, también imposibilitadas para escribir por la tifus como el caso de Sor Juana Inés de la Cruz.

La literatura de contagio escrita durante la pandemia no es de esperanza, las obras de los autores en diferentes pandemias demuestran que a pesar del avance tecnológico la gente sigue actuando de forma mezquina, consumiendo de forma desmedida y lucrando con la salud.

“La época actual es tan terrible como la griega, la literatura sirve para entender cómo somos y a pesar de lo que hemos vivido seguimos siendo siniestros, salir de la pandemia y comprar un vestido me parece pavoroso, siniestro, ya me agoté, ya no puedo más”, afligió finalmente Margo.





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