9 de mayo de 2019

"EL PAÍS DE LAS 2000 FOSAS" GANA PREMIO BREACH-VALDEZ

Por Nilsa Hernández
Ciudad de México (Aunam). “El país de las 2000 fosas” fue el reportaje ganador de la segunda edición del premio Breach/Valdez de Periodismo en Derechos Humanos. Alejandra Guillén, representante del equipo de investigación de Quinto Elemento Lab, describió cómo fue la realización del mapeo de hoyos de sepultura clandestinos encontrados de 2006 a 2016 en México.


Determinó que diario se encuentran aproximadamente dos fosas y que en 2011 fueron registradas 375, como saldo de la “guerra contra el narcotráfico”.

El galardón fue entregado por Griselda Triana López, esposa de Javier Valdez, quien junto con Miroslava Breach son los periodistas conmemorados en este premio por su labor en el resguardo de los derechos humanos en 2017, año en el que ambos fueron asesinados. La también presidenta del jurado que eligió al ganador, destacó que el Estado mexicano debe defender y resguardar a los integrantes del llamado “cuarto poder”.

Durante su discurso en la ceremonia de premiación, Giancarlo Summa, director del Centro de Información de las Naciones Unidas en México (CINU México), informó que al menos 24 periodistas fueron asesinados entre 2017 y 2018 y que la mayoría de los ataques fueron realizados por funcionarios del Estado.

Ante esto, destacó el homicidio del profesor indígena y director de una estación de radio comunitaria en Oaxaca, Telésforo Santiago Enríquez, ocurrido el pasado jueves.

Anne Grillo, embajadora de Francia en México, agradeció a Daniela Rea (ganadora de la primera entrega del premio Breach/Valdez) por su reportaje “Romper el silencio. 22 gritos contra la censura”, el cual es una reconstrucción gráfica de reporteros callados por los grupos narcomenudistas del país.

También destacó, al igual que Eric Mayoraz (embajador de Suiza en México), que seguirán reconstruyendo un diálogo junto a los integrantes del Estado para mejorar procesos que ayuden a proteger la vida e integridad de los periodistas.

Durante la ceremonia, llevada a cabo en la Casa de Francia, tres trabajos recibieron Mención Honorífica: Del medio Norte Digital, “Los desplazados”, de Carlos Omar Barranco; Alejandra Guillén, de Así como suena, por “Los desaparecidos de Jalisco” y para Laura Castellanos, por “Estos 108 mexicanos fueron asesinados por defender nuestros bosques y ríos”, publicado por mexico.com.

El reportaje galardonado fue realizado por los periodistas Alejandra Guillén, Mago Torres, Marcela Turati, David Eads, Erika Lozano, Paloma Robles y Aranzazú Ayala, y fue publicado el 12 de noviembre de 2018 en la plataforma digital Adónde van los desaparecidos/Quinto Elemento Lab.







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CROSSFIT, DE DEPORTE EMERGENTE A ESTILO DE VIDA

Por Marco Antonio Ángel Vargas
Ciudad de México (Aunam). Mente y cuerpo trabajando juntos, conectados, cada uno persuadiendo a su contraparte para a mitad del WOD no declinar. Pero el tiempo es relativo, dar un salto parece cosa de un segundo para alguien en condiciones normales; sin embargo, para un crossfiter, tras quince minutos de ejercicio de alta intensidad, ese brinco puede convertirse en una nueva marca que recompense años de pasión y disciplina.

Foto: Edwin Escamilla, quien toma la selfie, junto a varios de sus amigos y clientes de su box, en una competencia de 2018.

Uno de los deportes emergentes y más populares de la actualidad es el CrossFit. CrossFit nació en 1974, después de que el estudiante universitario Greg Glassman confeccionara un sistema de ejercicios multiarticulares, constantemente variados y de alta intensidad, con los menores intervalos de descanso, para el entrenamiento de policías y militares en California.

El objetivo del Glassman era crear una serie de actividades físicas que permitieran a todo individuo que las practicara acondicionar su cuerpo para diversos y complejos escenarios. El resultado fue un éxito: su inventor creó un modelo de acondicionamiento físico que rápidamente comenzó a ser adoptado por paramédicos, bomberos, fuerzas armadas e, inclusive, jugadores de fútbol americano.

La voz se corrió pronto de militares y atletas de alto rendimiento a personas que sólo realizan alguna actividad física por necesidad o gusto. Entre las conversaciones de la gente se convirtió normal oír a quienes compartían su experiencia con un sistema de entrenamiento que toma las aptitudes de otras disciplinas deportivas e incentiva al cuerpo humano a dar su mayor esfuerzo en la menor cantidad de tiempo.

Como ejemplo del acelerado y consolidado desarrollo del CrossFit a nivel global, anualmente se efectúa la celebración del CrossFit Open, evento que registra el avance periódico de su comunidad a lo largo del mundo, y posteriormente clasifica a sus mejores exponentes para los CrossFit Games, la competencia más importante de este deporte –algo así como la Copa del Mundo en el fútbol–.

Para entender mejor la adrenalina y los beneficios que se desprenden del CrossFit, Edwin Escamilla Mendoza, instructor y propietario del gimnasio Beauty & Beast CrossFit, habló en entrevista durante la realización del Open 19.5, publicado el 22 de marzo, acerca del crecimiento de esta disciplina como un completo sistema de entrenamiento físico y un nuevo y saludable estilo de vida.

Edwin Escamilla, de 35 años de edad, actualmente posee la certificación de la empresa CrossFit Inc. en nivel 1 por “Introducción a la Metodología de CrossFit y Movimientos Fundamentales”. Desde hace cinco años es dueño del box Beauty & Beast CrossFit, ubicado en la calle Lago Gran Esclavo, número 6, colonia Jardines de Morelos, en Ecatepec de Morelos, Estado de México.

El box de Edwin, lugar donde se hizo dicha entrevista, es resultado de un lustro de trabajo, planeación y pasión por lo que hace: CrossFit. Su acercamiento a este deporte ocurrió al inicio de la década, cuando el uso exponencial de los smartphones y las redes sociales permitió que cientos, y luego miles de usuarios, compartieran sus gratos resultados y experiencias tras practicar un actividad hasta entonces poco conocida.

Cuando se le pregunta a Edwin por qué una práctica deportiva que adhiere y mezcla técnicas y habilidades de otras disciplinas –como la halterofilia, la gimnasia, el atletismo y más recientemente la natación– ha tenido tal recepción y transcendencia, él responde: “CrossFit no para. Le dieron en el clavo a un entrenamiento apto para todos, pero que por su exigencia no es para todos”.

Sobre los requisitos que debe cumplir alguien que practica o quiere practicar CrossFit, el coach de Beauty & Beast resuelve de inmediato: “Ganas. He conocido a clientes que vienen por mera estética, para bajar unos kilos o para ponerse el vestido de la boda, y al poco rato se desesperan […] Se nota cuando alguien viene y lo hace por gusto”.

Respecto a su preparación y desempeño como instructor, Edwin asegura estar en constante aprendizaje debido a las múltiples especializaciones y subsecuentes conocimientos que del CrossFit se desprenden ; asimismo, se muestra receptivo a los distintos aprendizajes que cada cliente le deja tras el trato diario.

En ese sentido, cuando se le pregunta al entrevistado si hay un perfil de clientes a los que es preferible entrenar, él se anticipa sin titubear: “Todos valen la pena y de todos aprendo […] Puedes entrenar a cualquiera de la mejor manera”.

Gusto, paciencia y disciplina. Son tres facultades que pueden resumir el quehacer diario de un deportista de élite. Pero también, son tres palabras que describen a todo profesional que hace para sobrevivir aquello que de verdad quiere –por mera voluntad y propio compromiso– y que deberían formar parte del desarrollo de todo individuo durante el trayecto de su vida.

Por esta razón, cuando se pretende definir si hacer o enseñar CrossFit implica la adopción de un nuevo estilo de vida, Edwin ofrece una escisión personal, la cual considera pertinente para visualizar dos concepciones que se desprenden de este concepto, pero que son completamente contrarias.

Por un lado, aparece el estilo de vida como una construcción social que pretende ilustrar, superficialmente, determinado nivel social. Para Edwin Escamilla, decir que uno practica Crossfit, “te otorga cierto estatus, pero va más allá de ser una etiqueta o una simple moda”.

Por otra parte, argumenta que el CrossFit es un estilo de vida debido a que implica el trazo de un proyecto donde: uno, se da el acercamiento a este deporte a través de la curiosidad o la tendencia; dos, se produce el gusto y el goce por practicar algo distinto; tres, se efectúa un compromiso con uno mismo para mejorar en eso que se disfruta; y cuatro, hay un cambio total de chip enfocado a un entrenamiento y una alimentación que esté a la altura de la alta competencia.

Explicado esto, el coach de Beauty & Beast CrossFit prefiere apegarse a esta segunda concepción sobre porqué el CrossFit hoy es una realidad y se ha convertido en el estilo de vida de miles de atletas. “Crossfit ha agarrado lo mejor de otras disciplinas […] por eso considero que en los próximos años va a abarcar de todo y será el entrenamiento físico por excelencia”.

Logo reciente de Beauty & Beast CrossFit, pintado en una pared de las instalaciones.

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8 de mayo de 2019

MUJERES CRONISTAS EN LA FIESTA DEL LIBRO Y LA ROSA UNAM 2019

  • En el Foro Fuente, reflexionaron sobre el oficio de escribir y hacer crónica
Texto: José Luis Ruperto
Fotografía: Sofía Wislawa Cruz
Ciudad de México (Aunam). Durante la Fiesta del Libro y la Rosa UNAM, en el Centro Cultural Universitario, se realizó el conversatorio “Mujeres cronistas”. Con la finalidad de reflexionar sobre el papel de la mujer en la crónica, Luisa Iglesias, Magali Tercero y Diana Gutiérrez, compartieron con el público sus perspectivas sobre la escritura de la crónica.


La moderación de la mesa corrió a cargo del escritor Juan Manuel Servín, quien explicó que el origen de la charla fue un proyecto en el que participó como antologador en un libro próximo a salir, que tuvo el propósito de convocar a escritoras mexicanas, para que escribieran una crónica en torno al Centro Histórico.

“El arte es o no es, desde cualquier género biológico en el que se manifieste la literatura es o gran literatura o no lo es, pero no importa el sexo”, reflexionó Juan Manuel.

Una de las cuestiones puestas sobre la mesa fue la de las posibles diferencias entre los textos escritos por mujeres y aquellas elaborados por hombres. “Desde el espacio radiofónico, por no ser hombre y no usar corbata, ya de entrada soy una chava tonta que nada más pone rock en la radio y no sabe de periodismo”, dijo la guionista y conductora del noticiero IMER, Luisa Iglesias al hablar de las barreras con las que se ha topado.

Magali Tercero dijo sentirse triste por la situación de escasa paridad, pues en los noventa cuando empezó a escribir pasaba lo mismo. La también colaboradora de la revista Gatopardo, comentó: “No escribo ni como hombre, ni como mujer. Yo escribo”.

Por su parte, Diana Gutiérrez autora del fanzine de moda “Pinche chica chic”, al responder qué género le pondría a su escritura, dijo que “tendría que preguntárselo a los lectores”. Señaló como importante remitirse a la historia y producir una emoción estética.

En entrevista para AUNAM, Diana Gutiérrez, expresó sentirse contenta por haber participado en el evento pues siempre es interesante “charlar en recintos universitarios donde hay chicos que se están formando” y poder compartir visiones de vida.

Luisa Iglesias comentó que no todos tenían la misma opinión, lo cual fue “súper saludable y súper rico”. Luisa quien también es autora de relatos de terror, compartió que en algún momento le dijeron que no podía escribir por ser una “mujer darketa”, ante lo que tuvo que probar que sabía de la alta literatura.

“¿Por qué tendríamos que estar probando lo con contrario?, ¿por qué no podríamos ejercer la literatura y la información sin que nos esté viendo por como eres?, cuestionó. La escritora concluyó que el primer paso para cambiar las estructuras de marginación o de poder es hacerlas visibles y, aunque faltan estrategias, hay que ser pacientes.






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7 de mayo de 2019

MUJERES PERIODISTAS SOMOS DOBLEMENTE VULNERABLES: MONTSERRAT ORTIZ

  • Los reporteros de medios grandes tenemos más apoyo, pero no porque el sistema de justicia sea efectivo, sino porque nuestro sistema tiene intereses
Por Laura Canales y Montserrat García
Ciudad de México (Aunam). “No voy a detenerme, me han dicho que lo haga, pero no quiero dejar estos temas, porque son necesarios”, afirma Monserrat Ortiz, quien se ha especializado en periodismo de género y defensa de los derechos humanos. Luego de sufrir amenazas de violación y muerte por denunciar en un reportaje en adn40 a un presunto agresor de mujeres, se incorporó al Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, instancia que brinda actualmente apoyo y protección a 771 personas en riesgo.


En entrevista en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de dónde es egresada, nos comparte su experiencia y opinión sobre el ejercicio periodístico en México.

–¿Consideras que existe libertad de prensa en México?

–Sí existe, pero debes lucha por ella. México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. Estamos muy retrasados para garantizar los derechos de los periodistas y la libertad de expresión, pues existen desde mecanismos legales y hasta amenazas que ponen en riesgo la integridad física, lo que obliga a censurarte. Podemos hablar de los temas aunque haya líneas editoriales de los medios y una agenda gubernamental estricta, pero siempre está el riesgo de que a alguien le moleste la información y quiera silenciarte.

–¿Alguna vez te han censurado?

–En mi medio, no. Pero por cuestiones de seguridad he tenido que censurarme. Una vez publiqué un reportaje donde denunciaba las amenazas que un hombre le hacía a su ex pareja desde la cárcel. A los pocos minutos de que se publicó el reportaje, balearon la casa de la víctima, por lo que le pedí a mi jefa que bajara la nota de todas las redes sociales. Por seguridad de la víctima y por mí, pues aunque no firmé el reportaje me pueden identificar por mi voz. Tuve muchísimo miedo porque esa gente es muy peligrosa.

Las autoridades –comenta– también ejercen un tipo de censura al negarte la información. Con autoridades del Edomex me ha sucedido que no me dan una entrevista porque “siempre le pego al Edomex por los feminicidios”. Incluso si el tema es otro.

A través de sus reportajes, Montserrat ha dado voz a mujeres víctimas de violencia. En un país donde, de acuerdo con el INEGI, el 62.77% de las mujeres mayores de 15 años ha sufrido algún tipo de violencia, la intención de Montserrat es hacer escuchar las historias de las mujeres que no se encuentran en la esfera pública y, de esta manera, presionar a las autoridades desde el periodismo.

Sus investigaciones periodísticas han contribuido a dar visibilidad a víctimas en busca de justicia, como en el caso de Fátima, una niña de 12 años que fue brutalmente violada y asesinada en una comunidad del Estado de México, entidad que, de acuerdo a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), ocupa el primer lugar nacional de feminicidios, con 106 cometidos tan sólo en 2018.

-¿Cuáles son los riesgos de ejercer el periodismo como periodista y mujer?

Los periodistas sean hombres o mujeres estamos expuestos a riesgos, pero además como mujer te enfrentas a la violencia de género de variadas formas. Desde el funcionario que saludas y te quiere abrazar hasta en la calle donde hay personas que te agreden. Una vez al hacer un reportaje sobre unos murales en el metro, un hombre se me acercó y me dio un codazo en la espalda. También me ha pasado muchas veces que al llegar a hacer alguna entrevista, los funcionarios no se dirigen a mí sino al camarógrafo. En otra ocasión al estar grabando unas imágenes en Morelos sobre contaminación de agua, un guardia nos pidió al camarógrafo y a mí que nos retiráramos; pero sólo le habló a él y sí yo decía algo, respondía “ya cálmala”, “ya llévatela”. Incluso me han condicionado información a cambio de sostener “relaciones sexuales”. Como mujeres periodistas vivimos una doble vulnerabilidad

En febrero, Monserrat Ortiz fue amenazada de abuso sexual y muerte después de publicar un reportaje donde daba a conocer las historias de tres mujeres que sufrieron agresiones por parte de Carlos “N”. “Te voy a violar y después te vas a morir, Ya sé donde trabajas te voy a esperar y no la vas a contar”, dicen textualmente los mensajes que Carlos “N” envío a la reportera a su cuenta de Facebook.

“En el momento sentí mucho miedo –narra la reportera–, al leer el mensaje me doy cuenta que el discurso es cien por ciento misógino, pues no sólo se expresa mal de mí sino de todas las mujeres”. De acuerdo con Artículo19 el acoso y hostigamiento sexual en redes sociales en internet es uno de los principales riesgos que corren las periodistas, algo que no sucede de manera recurrente con hombres periodistas.



–¿Tuviste apoyo de tu medio y de las autoridades?

Cuando mis jefes se enteraron, me pidieron que les contara lo que sucedió y sacaron una nota para protegerme y asentar el antecedente. También recibí el apoyo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, gracias a ellos se pudo activar el mecanismo de protección; de la organización Articulo19, de CIMAC, de diputadas y senadores y una infinidad de muestras de solidaridad por parte de mi familia, amigos y compañeros de trabajo.

Las autoridades me apoyaron y me trataron muy bien, pero también observé que como estoy en un medio grande y tengo mayor visibilidad, recibí la protección de manera rápida. Muchos periodistas, principalmente en medios locales, pequeños, no tienen esa posibilidad. La mayoría son free lance y no tienen seguro, ni siquiera un contrato. Son los periodistas de medios locales los que más asesinan.

El mecanismo ha sido eficiente conmigo, porque tengo privilegios al pertenecer a una empresa grande. Pero la autoridad ha sido negligente con otros compañeros, les pide pruebas, y no toma en cuenta las amenazas. Y luego ya es demasiado tarde. Yo sé que la eficacia del Mecanismo conmigo no es porque nuestro sistema de justicia sea eficaz, sino porque nuestro sistema de justicia tiene intereses.


–¿Cómo ha avanzado la investigación?

Ya pasó la fase de pruebas y la policía cibernética ya hizo su trabajo con los mensajes de texto. En la primera audiencia el tipo no se presentó, entonces va a haber una segunda audiencia y una tercera y si no se vuelve a presentar, probablemente lo arresten para que vaya. Su delito no es grave, no le pueden dar una sentencia, lo que sí una reparación de daño.


–¿Qué opinas del movimiento MeToo?

Yo también hice mi denuncia, lo puse en anónimo. Hace poco la Dra. Marta Lamas dijo que estaba mal publicar cosas en el anonimato porque podría prestarse a venganzas, que es mejor denunciar. Respeto y admiro a la doctora, pero creo que nunca ha estado en el metro y no le han metido la mano por debajo de la falda. A lo mejor sí es cuestionable el anonimato, pero yo que viví una experiencia de acoso, el anonimato te libera, te desahoga. Te dicen ve y denuncia, pero vas al MP y ponen en duda tu testimonio: “–Oye pero no vienes violada, ni golpeada; –pero me está hostigando; –¿ tienes pruebas?; –me quiso violar; –¿tienes pruebas?” Puedes estar horas y no te levantan una carpeta. El anonimato de MeToo es legítimo, hay hombres poderosos de los medios que están aprovechando su poder y eso debe parar. Si no funcionan los mecanismos para obtener justicia, sobre todo cuando es alguien con mucha jerarquía, entonces el movimiento sirve para establecer un antecedente. Cuando hay varios nombres que se repiten, entonces debes reconocer que algo pasa.

Considero que los hombres tienen la obligación de participar. El feminismo es equidad entre hombres y mujeres, pero creo que se ha distorsionado en el feminismo radical. Deben participar para darse cuenta, primero, de que tienen privilegios y, después, para disminuir la brecha.

Monserrat Ortiz afirma que el periodismo de género es su pasión y que el miedo no la detendrá. Al contrario, quiere especializarse en género y estudiar Derecho, “quizá Victimología, porque no existe una victimología de género en el país”. Además reconoce la importante responsabilidad que tienen los periodistas al dar a conocer las historias: “Pues somos quienes seleccionamos la información y decidimos cómo contar la historia, por lo que debemos tener cuidado en la forma para no vulnerar y revictimizar a las víctimas”.










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