28 de febrero de 2019

MIGRACIÓN INDOCUMENTADA, EL GRAN TEMA DE LA ADMINISTRACIÓN TRUMP

Por Darwin Estrada
Ciudad de México (Aunam). Cada día son más los inmigrantes indocumentados que cruzan la frontera en busca del “sueño americano”, el cual se ha convertido en la “pesadilla americana” para muchos de ellos, a quienes les ha costado su misma vida. Por otro lado, los que logran cruzar, se dan cuenta que la realidad es otra, sufren explotación, maltrato y discriminación de todo tipo, quedándose callados por miedo a ser deportados.


La inmigración indocumentada es un tema emblemático de las profundas divisiones en Estados Unidos: genera opiniones encontradas. Hay unos 11 millones de inmigrantes sin documentos que viven en ese país, la mayoría sin una opción clara para regularizar su situación.

Quizá el presidente Donald Trump y sus asesores no lo sepan, pero los inmigrantes trabajan, fundan empresas, pequeñas y grandes, pagan impuestos (incluso los indocumentados) y su nivel de desempleo es más bajo que la de las personas nacidas en EEUU.

Aunque haya datos variables sobre el aporte de los inmigrantes a la economía de Estados Unidos, no hay duda de que es grande, tanto que si dejaran de producir o consumir tendrían un impacto notorio.

“No somos una carga para este país”, advierte Nelly Romero, dueña de un pequeño restaurante mexicano en la misma calle Mount Pleasant, en Manhattan, Nueva York.

La retórica antiinmigrante de Trump incita la protesta por parte de una comunidad latina que entiende que las políticas del actual presidente no están siempre basadas en datos reales.

Los inmigrantes trabajan

En Estados Unidos en 2015, 26.3 millones de inmigrantes trabajaban en el país (la mitad de ellos eran hispanos). Estos trabajadores representan 16.7 por ciento de la población trabajadora, según datos de la Secretaría de Trabajo. Diez años atrás, eran un 15 por ciento.

No solo los inmigrantes son mano de obra, muchos de ellos son empresarios. Un 40 por ciento de las 500 empresas líderes en el país fueron fundadas por inmigrantes o sus hijos. Esto incluye muchos de las marcas estadounidenses más exitosas como Apple, Google o Intel de acuerdo con Jens Heinmueller, co-director del laboratorio de política migratoria de la Universidad de Stanford en California.

Además, los niveles de desempleo son bajos. En el 2015, la tasa de desempleo era más baja para los inmigrantes que para los nacidos en EEUU (4.9% frente a 5.4% para los nativos).

“En el Ward 4, donde están los barrios de Columbia Heights y Mount Pleasant, del que los latinos conforman la quinta parte de la población, la tasa de desempleo es de tan solo en 8 por ciento, comparado con el 17 en otras áreas de la ciudad”, advirtió Julio Guity de la Oficina de Asuntos Latinos de la alcaldía de Manhattan, Nueva York.

“Hay personas nacidas aquí que se aprovechan del sistema. El latino viene a trabajar para mandar dinero a sus países” dijo Guity, abogado, nacido en Honduras, frente a las acusaciones del presidente Trump.

Si bien Guity admira que los inmigrantes envíen sus ahorros a sus países de origen, también se preocupa por que se reinvierta en su país de adopción: “En muchos países de Centroamérica la principal entrada de dinero es por las remesas. Pero las políticas migratorias deben incentivar que los migrantes inviertan en Estados Unidos”.

Estos son los trabajos que hacen los inmigrantes indocumentados

Los trabajos de los inmigrantes han sido interesados a los economistas por muchísimo tiempo. Es un tema crucial, ya que se necesita saber si los inmigrantes en realidad “quitan trabajos” a la gente nacida en Estados Unidos o no. Actualmente, la mayoría de los investigadores de inmigración opinan que no. Pero un número no insustancial dice que sí.

Ahora, un nuevo estudio de Pew entrega más claridad a la conversación. Este centro de investigación publicó un blog en el que detalla la participación de los inmigrantes en el mercado laboral. Aquí destacan varios puntos de interés.

Primero, la participación de los inmigrantes en la fuerza laboral ha crecido desde los 1990. En 1995, los inmigrantes (legales e indocumentados) eran un 12 por ciento de la fuerza laboral. En 2014, de acuerdo a Pew, fue un 17. Se espera que los inmigrantes y sus hijos nacidos en EEUU impulsen el crecimiento en la fuerza laboral por las siguientes dos décadas. De hecho, apunta, sin ellos, la población que puede trabajar se reduciría, generando un serio problema para el país.

Pero, además de esos números, el estudio da una lista comprehensiva de los sectores de trabajo más comunes para los inmigrantes, junto con los trabajos específicos a los que más se dedican. El estudio encontró que los inmigrantes no son la mayoría de trabajadores en ninguna industria estadounidense, aunque sí son mayoría en algunos trabajos específicos.

La industria del empleo en 'hogares privados' fue la que tiene mayor proporción de inmigrantes. Un 45 por ciento de las 947,000 personas en esa área nacieron en el extranjero. Luego está el sector de textiles y fabricantes de ropa y cuero con un 36 por ciento y agricultura con un 33.

Se debe reconocer que los patrones de trabajo para inmigrantes legales e indocumentados son diferentes. Las industrias de inmigrantes legales se parecen más a las de personas nacidas en EEUU.

El sector minorista es la industria más grande de los legales, con un 10 por ciento. Le siguen los servicios educacionales (8%), los servicios sanitarios fuera de hospitales (7%). Entre inmigrantes indocumentados, en la construcción son un 16% de los trabajadores. En segundo lugar está el sector de restaurantes/lugares de comer o beber (14%).

Luego, el estudio de Pew también analiza las ocupaciones o trabajos específicos. El 63 por ciento de los trabajadores en el área de belleza y apariencia personal (como manicuras y estilistas) son inmigrantes, la proporción más alta que cualquier otra profesión. También son un 55 por ciento entre los operadores de máquinas de coser y seis de cada diez de trabajadores de agricultura.

Algo que quizás también vale la pena destacar es el cambio en la visión que tienen los estadounidenses sobre los inmigrantes y su rol en el mercado laboral. De acuerdo a Pew, ha habido un cambio radical: en 2006, un 55 por ciento de los estadounidenses decían que tener más inmigrantes hiere al país y solo un 28 de cada cien opinaba que ayuda a EEUU. Esta división se ha hecho más tenue: ahora, un 45 por ciento dice que los inmigrantes dificultan las cosas para los trabajadores del país, mientras que un 42 de cada cien dice que mejora la situación en EEUU.

Los indocumentados pagan impuestos

En 2014, el Centro de Investigación Pew estimaba que 11.1 millones de inmigrantes indocumentados vivían en Estados Unidos. Menos que los 12.2 millones en 2007. Así en el país hay más inmigrantes, pero menos indocumentados.

Según la administración de Seguridad Social 3.1 millones de los 11 millones de indocumentados pagaron impuestos en el 2010. Muchos de los restantes no están en edad de trabajar, o trabajan en negro o no trabajan.

Un estudio de 2016 del Instituto sobre Política Fiscal y Económica, una organización liberal, estimó que los inmigrantes indocumentados pagan $11.640 millones en impuestos locales y estatales en 2013, equivalente al 8 por ciento de sus ingresos.

Esto incluye impuestos sobre productos y servicios $6.9 mil millones de dólares), impuestos sobre propiedad ($3.6mil millones) e impuestos sobre los ingresos ($1.1 mil millones).

Esta cifra también la avala la organización conservadora, Fundación Heritage, en un estudio de 2013 que estima que el hogar indocumentado promedio paga $10,334 dólares al año en impuestos.

Los inmigrantes ganan menos

Eso sí, el ingreso medio mensual de un trabajador inmigrante en 2015 era de tan solo $681 dólares, frente a $837 para personas nacidas en Estados Unidos.

Esto refleja en parte la diferencia de sectores en los que trabajan. En el 2015 los inmigrantes trabajaban sobre todo en transporte, construcción, mantenimiento, frente a los puestos en gestión y carreras profesionales, ventas y trabajo de oficina para los nacidos en el país.

“En mi high school hay tan solo una profesora hispana, los demás son conserjes o trabajan en mantenimiento”, dijo Dulce Romero de 14 años.

Casos reales

Hay unos 11 millones de inmigrantes sin documentos que viven en ese país, la mayoría sin una opción clara para regularizar su situación. Una de ellas es una estudiante mexicana que relató su caso a la BBC.

Llegó a Estados Unidos desde México como indocumentada cuando tenía 8 años. Asegura que no puede abandonar la ciudad en la que vive, pues está rodeada de controles de seguridad y teme ser capturada y deportada. Sus padres y sus hermanas viven a cientos de kilómetros de distancia:

"No puedo salir de la ciudad en la que vivo en Estados Unidos, por miedo a la policía".

Y recuerda la polémica que desató el caso del indocumentado detenido en Estados Unidos, cuando fue a entregar una pizza a una base militar.

Los expertos en leyes dicen que la presencia ilegal en Estados Unidos no es un delito en la mayoría de los casos. Sin embargo, sí es una violación civil que pone a la persona en riesgo de ser deportada, lo cual es un proceso que toma un largo tiempo.

La entrada sin documentos a Estados Unidos es un delito menor. Entonces, alguien que está en el país sin un permiso válido podría estar violando la ley. Luego de la publicación, la estudiante explicó que su familia había ingresado con una visa de turista y se quedó a vivir ahí.

Contrario a la creencia común, así es como la mayoría de los inmigrantes indocumentados han llegado a EE.UU. en los últimos años, y no por un cruce ilegal la frontera.

Además, la administración Trump defiende su política de separar a los niños de sus padres indocumentados: “Los inmigrantes están infestando este país”.

Cada año desde 2007, la cantidad de personas que se quedaron más tiempo del permitido por sus visas (de turista o estancia temporal) es mayor a las que ingresan sin documentos, según el Centro de Estudios Migratorios.

Alrededor de un millón de inmigrantes indocumentados tienen permiso temporal para vivir y trabajar en el país como parte del programa de Acción Diferida (DACA) y el de Estatus de Protección Temporal (TPS), según el Pew Research Center.

En el caso del DACA, sin embargo, su futuro sigue sin estar claro después de la decisión de que el gobierno de Donald Trump lo revocara el año pasado.

Convertirse en ciudadano estadounidense es un proceso complicado. En general, un individuo debe cumplir con una serie de requisitos que incluyen tener residencia permanente (green card) por lo menos durante cinco años.

Pero la legislación actual hace que sea prácticamente imposible que alguien que ingresó al país de forma irregular obtenga una residencia permanente de forma legal. En algunas excepciones, los inmigrantes indocumentados pueden solicitar regularizar su situación.

Contraer matrimonio con un ciudadano estadounidense o un titular de una green card es una de las posibilidades. También aquellos que fueron víctimas o testigos de un crimen, o solicitaron asilo, pueden aspirar a una regularización.

Pero los expertos en inmigración dicen que las personas esperan años, incluso décadas, hasta que se tome una decisión. Además, los requisitos establecidos hacen que muchos terminen considerados como “no elegibles”.

La estudiante en nuestra historia dijo que no calificaba para DACA ya que su familia regresó a México después de la recesión de 2008. Eso va en contra de la regla de elegibilidad que exige la residencia continua el país para ser aceptada.

Debido a que las violaciones a la inmigración son en gran parte de naturaleza civil, a los inmigrantes indocumentados, en los procedimientos de deportación, no les garantizan el derecho a un abogado. Eso también incluye inmigrantes que se entregan a las autoridades y buscan asilo.

Los abogados y defensores de los inmigrantes dicen que la falta de representación multiplica las posibilidades de que una persona sea deportada, y que los mandatos recientes de la administración Trump tienen la garantía de agilizar la eliminación de aún más inmigrantes indocumentados.

Aseguran que eso se debe a que la mayoría de los inmigrantes no pueden pagar un abogado, lo que los deja navegar por el complicado sistema por su cuenta. También se transfieren a menudo de una instalación a otra, dependiendo de dónde el gobierno considere que hay más espacio disponible en un centro de detención.

La presencia del inmigrante indocumentado en Estados Unidos ha generado muchísima más economía y enriquecimiento. Hacen los trabajos que nadie más quiere hacer, son mano de obra barata, pagan impuestos, consumen productos del país, muchos de ellos han formado pequeñas y grandes empresas.

Sin embargo, la violación a sus derechos es sistemática; incluso, mediante la aprobación de leyes en contra de dicha población, así como la promoción constante del odio, la discriminación y el racismo. El presidente Donald Trump y su administración no valoran la labor del inmigrante indocumentado.

Las organizaciones de defensa de migrantes concuerdan en que es el momento de alzar la voz con fuerza, de hacer valer los derechos por igual y aprobar, por fin, una reforma migratoria que favorezca a los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados en ese país.


Foto: Jonathan McIntosh / Wikimedia Commons











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26 de febrero de 2019

MURCIÉLAGOS, ANIMALES INCOMPRENDIDOS

Por Yafhed Martínez Hernández
Foto: Ángel Rodríguez Moreno
Ciudad de México (Aunam). Los mamíferos son un grupo de animales vertebrados que tienen distintas características que los hacen diferentes a otros, unas de ellas es que tienen pelo y alimentan a sus crías con leche. En el caso de los murciélagos, son el único mamífero que puede volar.


Sin embargo, han tenido “mala fama” durante los últimos años ya que en algunas regiones de México se les conoce como animales que chupan la sangre de seres humanos. Este tipo de creencias sin verificar los ha perjudicado, pero cuando en casos donde la comunidad científica los perjudica es más grave.

Por ejemplo, el comunicado titulado “Vampire bat venom could hold key to new medical treatments” de la Universidad de Queensland (Australia) explica que los murciélagos hematófagos con distribución en México, mejor conocidos como “vampiro común”, es un animal capaz de producir veneno a través de su metabolismo.

Sin embargo, el investigador Fernando Cervantes del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explica: “de acuerdo al artículo, a lo que se le llama ‘veneno’ presenta un mal uso de los términos. Un veneno es una molécula cuya acción interfiere en las funciones vitales de la vida a nivel fisiológico, tornándose mortal para el organismo afectado. El compuesto que se estudia en la publicación científica, a pesar de ser llamado veneno, en realidad no lo es, ya que se refieren a la saliva de los vampiros”.

De esta manera, desmiente la supuesta presencia de veneno en estos animales, cuya malinterpretación permite la pérdida y obstaculización de la información y conocimiento acerca de estos animales y provoca una acción social de defensiva y rechazo, al colocar a los murciélagos como amenaza, condenándolos a su posible desaparición.

Lo importante, afirma, es reconocer que no todas las especies de murciélagos se alimentan de sangre: unas cumplen papeles importantes como la dispersión de semillas, controladores de plagas de insectos, polinización de diversas especies vegetales, incluidos los agaves (Agave tequilana), cuya conservación es primordial para la obtención de tequila, entre muchos otros beneficios.

“No existe ningún mamífero del tipo de murciélago que sea venenoso, ya que un veneno es un derivado de proteínas del tipo enzimático cuya función es degradar el tejido o causar parálisis en los órganos”, finaliza Cervantes.



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ENTRE RISAS Y CASAMIENTOS

Por Eduardo Patiño
Ciudad de México. (Aunam). En un soleado día de San Valentín, la Alameda, como siempre, se pintaba de rostros y de sonrisas. Los enamorados deambulaban casi sin rumbo entre los árboles y alrededor de la fuente. Al este, majestuosa, se observaba Bellas Artes, y un poco más adelante la estoica Torre Latinoamericana.


Mientras los transeúntes la rodeaban o se introducían en ella, era posible notar una pequeña congregación a su lado. En la calle Madero, las carcajadas llamaban la atención de todo aquél que pasase por ahí.

Se trataba de un improvisado registro civil, con un juez igualmente inusual. Las parejas se casaban, una tras otra, y parecían quedarse con ganas de volverlo a hacer. “Esperamos que no hayas venido contra tu voluntad”, le preguntó el juez al novio, y prosiguió con la ceremonia.

“Con el permiso de las santas autoridades divinas y militares, entre ellas el Peje…”, continuó, para después hacerle prometer al novio darle a su acompañante todas las contraseñas de sus redes sociales, sin chistar, así como cuidarle a sus bendiciones para que ella pueda salir de shopping.


A palabras de Alejandra, una de las organizadoras de tan peculiar evento, tanto ella como el juez forman parte de la Asociación de Artistas Urbanos, y se dedican a preparar distracciones en cada fecha especial, siendo este ya su segundo año. Agregó que todos los fines de semana suelen pasearse por Madero disfrazados, y así tomarse fotos con quien lo desee.

Era imposible no tomarle atención a los emocionados alaridos del público, debido a la feliz pareja que se acababa de casar. Como un último toque, la novia arrojaba el ramo a la siguiente en la fila, y así dar inicio a otro espectáculo más.

Si bien cada pareja reaccionaba distinto a las elocuencias del juez, ya sea apenándose o seguirle la corriente, todas y cada una de ellas concluían la feliz celebración como era debido: con un tierno beso de amor verdadero. Todos ellos deseosos, seguramente, de renovar sus votos el próximo año.






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FEMINICIDIO, UN LARGO PROCESO PARA SU RECONOCIMIENTO

Por Alexa Denisse Saenz Castillo
Ciudad de México (Aunam). “El feminicidio es un efecto de la ideología retrógrada machista que lamentablemente ha ido en aumento”, comentó Teresa Elizabeth Durán Moreno, química especialista en genética y actual docente de Genética Especializada en un colegio particular.


Durán ejerció su profesión durante seis años como perito para la Procuraduría General de Justicia (PGJ) del Distrito Federal (ahora Ciudad de México) y del Estado de México, en el área de Genética Forense. Allí, Teresa trabajaba dos días a la semana las 24 horas del día y “aproximadamente se veían de uno a dos casos diarios de feminicidios”.

Moreno explicó que el término feminicidio se creó a raíz de la alta incidencia de la violencia contra la mujer, la cual ha ido en aumento, sobretodo en homicidios y violaciones; por lo tanto, el gobierno de la Ciudad y el Gobierno Federal crearon un conjunto de protocolos para la investigación de cualquier mujer que haya fallecido de manera dudosa.

En la Ciudad de México existe un protocolo de feminicidio en el cual es responsabilidad del perito que investiga el homicidio de una mujer, plasmar por escrito cada una de las características que presenta el cuerpo, así como las posibles razones de su muerte.

“El feminicidio toma en consideración que además de encontrar maltrato físico, psicológico y moral, también se busca la existencia de una posible violación”, explicó Elizabeth Durán. Esto a partir de un proceso de toma de muestras, como lo son la inspección de golpes, contusiones, laceraciones y oscilaciones (moretones), en mamas, vulva y cuello.

En el caso del reconocimiento genético de una violación previa o posterior al homicidio, Moreno declaró que la investigación procede a la búsqueda de espermatozoides del donador agresor. Al encontrar dichas células, los científicos intentan obtener por medio de la búsqueda en una base de datos; el Ácido Desoxirribonucleico (ADN) del violador, con el fin de obtener su identidad.

“En conjunto con el Ministerio Publico y el equipo policial, se espera a que atrapen al sospechoso, a fin de que le tomemos muestras y las comparemos, con la intensión de ver si efectivamente es el agresor”, expresó la especialista. Agregó que, muchas veces, los casos quedan sin esclarecer y que existen ocasiones donde después de algunos años se encuentran a los responsables de diversos homicidios.

Para la forense, es claro que la cantidad de feminicidios es mucho mayor en el Estado de México que en la Ciudad; esto debido a la falta de coordinación, inversión, estrategia y de interés del gobierno del Estado para encontrar a los responsables de dichos asesinatos. Declaró que en el caso de la Ciudad de México hay una mayor organización y una atención más rápida para éstos casos.

Teresa Moreno sabe (por sus compañeros que aún se encuentran trabajando en el área forense de la PGR) que la cifra de feminicidios se ha triplicado. Es por ello que consideró el aumento de los homicidios como una consecuencia de la falta de educación y comentó que “aunque la mujer ha ganado mucho terreno en lo laboral y social, esto genera que el hombre machista se moleste por el crecimiento de importancia del rol de la mujer en la sociedad”.
Para la docente, el caso del feminicidio es producto del machismo, como una forma de ejercer el dominio sobre la mujer, pues muchos de los responsables explican que “el hombre piensa que si a ti como mujer ya no te puede mantener bajo su control, ya no te puede ganar un puesto laboral, o ya no te puede prohibir salir a tomar una copa, esa es una forma de expresarse. Una forma horrible de mantener su ideología retrograda”.






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LUZ Y FUERZA DEL CENTRO, UNA EMPRESA CONSTRUIDA POR HISTORIAS

  • “La suerte uno también se la busca, el único que no perdona es el tiempo, eso siempre avanza…”
  • Con tan solo 12 años viajó a la capital del país, sin saber leer o escribir, solo “sabía hacer cuentas”
Por: Kitsia Anzo Cortez
Ciudad de México (Aunam). En una esquina de su cama, contemplando el piso en la penumbra de la ventana: Alfonso Anzo Juárez, quien alguna vez formó parte de la compañía de electricidad Luz y Fuerza del Centro. Con 74 años se dedica a reposar en su patrimonio que construyó y ahora como jubilado, le queda como prueba inequívoca de su historia.


En una casa de no más de un piso, esperan puntuales, él y su esposa que amablemente abre la puerta, en su cuarto, lo encuentro con un semblante melancólico, producido quizás por unas cuantas canas y arrugas que adornan su rostro. Invita a tomar asiento a un lado suyo, en la cama que comparte con su esposa.

¿Hace cuánto que vive en esta casa?

Aproximadamente unos 49 años casi 50, recuerda Alfonso Anzo. Cuenta que él nació en un pueblito de San Felipe, Guanajuato, donde vivió toda clase de carencias y trabajos pesados por parte de los terratenientes de la hacienda del pueblo, de modo que se vio forzado a viajar a la ciudad para encontrar trabajo.

Con tan solo 12 años, viajó a la capital del país, sin saber leer o escribir, sólo “sabía hacer cuentas”. En el pueblo aprendió a trabajar la tierra y cuidar los animales, así como la construcción, “Mi mamá estaba sola, mi papá era muy borracho, éramos como nueve hermanos, algunos se fueron para el gabacho, yo no, yo me vine a la cuidad”.

-¿Qué le permitió encontrar trabajo si no sabía leer y escribir?

- “Antes era más fácil que ahora, para no perderme en la central, me fijaba en los colores de los camiones y pues, preguntándole a la gente, nunca falta”. Comenta que “todo era más barato antes, pero pues uno no tenía dinero, viajar en tren salía más barato, antes llevaban personas también”.

Las preguntas le hicieron recordar que le dijo a su actual esposa: Leonila Huerta, que preparara sus cosas para llevársela a vivir a la ciudad, lo cual, cumplió y ambos llegaron a la ciudad de 15 y 16 años aproximadamente.

Alfonso Anzo suspira y con un poco más de tristeza mencionó que su primera llegada a la ciudad no fue grata, pues no encontraba trabajo y a pesar de vivir con familiares suyos, estos lo corrieron al poco tiempo. “Me paseaba por el centro, me metía a los cines ahí a ver las películas, costaba como 20 centavos, pues no tenía para donde ir”, mencionó.

Al recobrar la compostura y un poco más fluido, rememora cómo fue que entró a la empresa de Luz y Fuerza del Centro, hoy extinta. “Fue como mi parte aguas yo creo, un señor al que le hice una casa, pues yo era el encargado de la obra, quedó muy contento y para apoyarme me metió a la compañía, ese era como uno de los jefes de ahí”, responde.

Dentro de la empresa se dedicaba a la construcción en lugares como Toluca, Amecameca, Xochitepec, Hidalgo, Yecapixtla y Cuernavaca, por mencionar algunos.

-¿Cómo tomó usted el conflicto del 2009 cuando se decretó extinta la empresa?

-Yo metí a la compañía a dos de mis hijos, uno lo liquidaron y a otro no. A los jubilados no nos iba a mover nada, me preocupaban ellos, afirmó.

“La suerte uno también se la busca, el único que no perdona es el tiempo, eso siempre avanza, yo siento que hice todo lo que pude hacer, aquí viven algunos de mis hijos todavía, dentro de todo, tuve una vida buena”, dijo mientras se levanta y me guía al sillón de la sala, quejándose de que sus piernas ya no le sirven, y bromea con que parece borracho.

Detalla que el problema de la empresa ya se resolvió gracias al sindicato y que el próximo año, hasta su nieta podría entrar a trabajar. “Ahora sí que espero que el apellido continúe y tengan tanta suerte como yo”, concluyó satisfecho.




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