MUJER ‘INVISIBLE’: UN BOOM LAMENTABLE DE LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA

Por Karla Mariana López Antonio
Ciudad de México (Aunam). El cine es una industria que durante toda su historia ha sido esencialmente masculina, no solo en México sino en todo el orbe. La gran mayoría de los filmes que existen fueron dirigidos, producidos, fotografiados y escritos por hombres, marcando así una desigualdad para el trabajo de la mujer cineasta.


Es por cuestiones de género que las mujeres no tienen tanta participación en esta industria, además de la actuación. Ejemplo de ello, es el hecho de que en los noventa años que han existido los premios Oscares, que cada año premian lo mejor de las películas, solo cinco mujeres han sido nominadas a mejor dirección y solo una ha ganado la estatuilla: Kathryn Bigelow en 2009 por su pelicula The Hurt Locker.

“En la historia del cine siempre ha sucedido esto, lo que pasa es que ahorita se le está dando otro tipo de visualización, y finalmente lo que sucede en el ambiente cinematográfico es un reflejo de lo que pasa en la sociedad. Tenemos estructuras de poder”, dice Adriana Bellamy, profesora de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC) antes conocida como CUEC.

La autora Patricia Gaytán retoma estadísticas brindadas por el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) para afirmar esta desigualdad. Según estos datos, en 2017 las mujeres cineastas dirigieron 42 filmes, la cifra más alta desde el primer conteo en 2007; de éstos, 42 por ciento fueron documentales y el 58 restante de ficción. En relación con 2016, hubo más películas producidas o escritas por mujeres, con un incremento de 34 y 30 por ciento, respectivamente. En 52 de cada cien producciones, las mujeres participaron como directoras, guionistas o productoras.



Es decir, las estadísticas plantean que el número de mujeres que dirigen cine ha crecido, pero si hablamos de las 10 películas más taquilleras desde el 2000 al 2017, ninguna fue dirigida por una mujer. ¿Entonces, cuáles son las películas que están dirigiendo?

Gaytán, que ha hecho una investigación más profunda en México sobre este tema, plantea que de esos 176 largometrajes, 34 por ciento fueron producidas y 30 por ciento escritas por mujeres, lo que implica que ni siquiera 40 de cada cien de las películas mexicanas es producida o escrita por una mujer y esto sin adentrarnos a espacios de creación como la dirección o la dirección fotográfica, donde la participación de la mujer es casi nula.

Ella concluye que existe una inequidad de género en la industria del cine mexicano y que no responde únicamente a la falta de espacios y apoyos a la mujer como creadora, sino que responde a una serie de prácticas, usos y costumbres de una sociedad mexicana que aún vive dominada por un sistema binario inequitativo.

Esta situación es un reflejo de la actual sociedad en la que vivimos, radica en el sexismo detrás de quienes deciden, quiénes pueden producir y dirigir películas y qué discursos cinematográficos se deben narrar.

“Las personas te dicen ‘cada vez hay más historias de mujeres, mujeres en el cine’, sí o sea si hay más guionistas mujeres pero ¿cuántos de esos guiones se realizan? O ¿cuántos puestos realmente de poder dentro de las empresas productoras son ocupados por mujeres?, la última palabra suele ser tomada por un hombre”, comenta Ana Laura Pérez, crítica de cine.

Siempre ha estado presente esta desigualdad, pero es a partir del uso del internet y de las redes sociales que el tema ha salido a discusión, con movimientos como el #MeToo de 2017, donde mujeres denunciaban las agresiones sexuales y el acoso sexual que han sufrido, y al cual muchas mujeres importantes de la industria cinematográfica se unieron. Este movimiento surge a raíz de las acusaciones de abuso sexual contra el productor de cine y ejecutivo estadounidense Harvey Weinstein.

También Ana Laura Pérez comentó acerca del Movimiento #MeToo: “Creo que empezó a suceder porque hubo voces grandes, nombres reconocidos que salieron y dijeron, por que posiblemente si una actriz desconocida a la que acaban de acosar hace tres meses en un set, no la hubiera tomado en cuenta”.

Por lo que ya no solo estamos hablando de una desigualdad laboral sino de abusos de poder que se presentan también dentro de la industria cinematográfica.

Ana Laura Pérez continúa: “Cualquier mujer que haya sufrido abuso sexual, acoso o violencia, sabe que no es fácil salir y señalar, cuando tú sales y señalas, te terminan señalando a ti, es encontrar maneras de culpar a la víctima”.

Por eso mismo, en muchas ocasiones, mujeres han sido víctimas de algún tipo de abuso al querer consolidarse en la industria cinematográfica no se atreven a denunciar por tampoco tener renombre. “De por sí las nuevas generaciones de hombres que buscan introducirse en el cine no la tienen nada fácil, aun peor si eres mujer”.
“Es muy triste pensar que, incluso, dentro de la crítica tengas que echar el doble para tener tu lugar, para ganarte el respeto, puedes haber estudiado, puedes haber hecho diplomados, participado en festivales lo que sea, pero de todas formas tú tienes que llegar y demostrarlo”, explicó Ana Laura Pérez, en su experiencia como mujer dentro del ámbito de la crítica de cine.

Es evidente que la mujer no tiene las mismas oportunidades que un hombre dentro de la industria del cine, son ellos quienes llevan el mando. Esta problemática es un reflejo de la sociedad en la que vivimos, de los mecanismos de pensamientos que existen y sobre todo el concepto que se tiene de mujer, ideas que luego ya están tan arraigadas que en ocasiones las mismas mujeres no son conscientes de que existen.

Sin embargo, el simple hecho de que ya se ponga a discusión esa desigualdad de género ya marca un avance, cuando años atrás pocos se lo cuestionaban. Movimientos como el #MeToo han ayudado a evidenciar estos abusos de poder, a que se le empiece a ver de una manera crítica, esperando que cada vez más el trabajo de la mujer cineasta pueda ser reconocido y equitativo.

Pero, ¿cuál es la opinión de un cineasta hombre sobre este tema?, Victor Hugo Tiborio, quien es colaborador de la página web Zoom F.7 la cual se encarga de la difusión de contenidos sobre cine, expresó:

“Tomaría más en consideración el clasismo. Alguien ha obtenido el trabajo por contactos, por dinero, o por la apariencia física, ya sea con actrices, editores, o directores”. Él no lo ve tanto como un asunto de desigualdad de género, sino que es un asunto de clasismo.

“Hoy en día ya hay espacios para mujeres cineastas, se han hecho festivales de cine especiales y concursos, así como oportunidades para las mujeres interesadas en distribuir, específicamente en la Cineteca Nacional, sin embargo en esta industria las personas que tienen esos espacios son a través de contactos, por dinero, no por méritos ni por buenas ideas”. Para él, aquí no importan las cualidades, sino cuanto poder tengas dentro de la industria, aunque la mayoría de las ocasiones los que tienen este poder… son los hombres.

Foto: Víctor Manuel Núñez.


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