29 de diciembre de 2018

CARRERA POR GALLETAS

Por: Claudia Roldan.
Ciudad de México (Aunam). A las siete de la mañana en punto sonó el disparo de salida que dio inicio a la Primera Carrera Oreo en México, indicando a hombres y mujeres mayores de 16 años el arranque de la competencia.


La carrera proporciono lugar a un máximo de cuatro mil 500 personas, que pagaron cuotas de entre 350 y 400 pesos para participar. Algunos de los inscritos a la justa deportiva perdieron su oportunidad para competir pues no asistieron en el lapso estipulado para recoger su kit que incluía, por ejemplo, su número y playera.

El evento fue en el Circuito Gandhi – Reforma en la Ciudad de México. Los ganadores de la carrera realizaron el recorrido de cinco kilómetros en aproximadamente 25 minutos, corriendo aproximadamente mil metros cada 60 segundos.

Con el fin de garantizar la salud de los participantes, aquellos que no concluyeron la carrera en el tiempo máximo (una hora) fueron recogidos y llevados a la meta por el vehículo oficial de Emoción Deportiva, organizador del evento.

A pesar de que el premio no fue en efectivo, mucha gente participo motivada por la recompensa. Los ganadores absolutos de la competencia de la rama femenil y varonil recibieron un premio en especie y un trofeo. Del mismo modo, aquellos participantes que se registraron antes del 11 de noviembre recibieron una medalla conmemorativa con la forma de la popular galleta.





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28 de diciembre de 2018

MARCHAN POR RESPETO A LA TRADICIÓN DE PALENQUES, JARIPEOS Y CORRIDAS

Por Erika Aline Espejel Terrón
Ciudad de México (Aunam). En medio de pasodobles y vítores, cientos de personas marcharon en defensa de los espectáculos taurinos, peleas de gallos y jaripeos que, según la iniciativa presentada en el Congreso por la diputada Leticia Varela Martínez, podrían ameritar multas hasta de 700 mil pesos.


Bajo los potentes rayos solares de medio día y al son del Huapango de Moncayo, inició la caminata encabezada por el Grupo de Tauromaquia Mexicana, seguido de dos distintivos gallos de pelea y el contingente integrado por matadores, novilleros, subalternos, empresarios, ganaderos, galleros, charros y aficionados cuyo objetivo era entregar un pliego petitorio al entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en el que solicitaban “respeto a sus tradiciones y fuentes de empleos”.

El llamado fue dado a conocer desde distintos portales como el de la Asociación de Matadores de Toros y Novillos, Rejoneadores y Similares, en unión con la Asociación Nacional de Tradiciones Mexicanas, quienes convocaron la marcha para el martes 27 de noviembre a las 11:00 horas en el Monumento a la Revolución.

Durante la caminata hasta Chihuahua 216 en la colonia Roma Norte, donde está ubicada la casa de transición de López Obrador, podían escucharse vítores como: “¡viva la fiesta brava y las fuentes de trabajo!”, ¡vivan las corridas de toros!”, “¡taurinos unidos jamás serán vencidos!”, “¡toreros!”, “¡toros y cultura, trabajo y libertad!”, los cuales iban acompañados de pancartas en las que se destacaba la importancia de incluir dichas tradiciones en el nuevo proyecto de Nación.

“Las peleas de gallos, corridas de toros y charrerías son una tradición cultural de México, no por un partido opositor se nos va a quitar nuestra fuente de trabajo”, podía leerse en una de ellas.


Ante la tercera iniciativa presentada ante el Congreso de la Ciudad de México para prohibir la violencia contra los animales, el integrante del Grupo de Tauromaquia Mexicana, Salvador Arias, expresó que las minorías culturales deben ser respetadas, tomadas en cuenta y no ser discriminadas por las autoridades, ya que éste tipo de actividades “forman parte del patrimonio cultural inmaterial de un grupo de mexicanas y mexicanos, el cual se constituye en un derecho fundamental que debe ser protegido y respetado en los términos que establece nuestra Constitución”.

Rubén Ávila, subalterno en la Plaza de Toros México hasta 2016 y asistente a la marcha, manifestó su entusiasmo ante la respuesta que obtuvo dicha convocatoria: “la finalidad es hacer entender, sobre todo a los políticos anti taurinos, que necesitamos respeto a nuestra afición, que al mismo tiempo, es parte de la cultura en México”.

Agregó que, ante todo, pide respeto hacia su libertad de escoger lo que le gusta en la vida, respeto de expresión y respeto ante lo que ama y dedicó 25 años de su vida: la fiesta brava.





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MUSICALIZAN LOS ROBOTS UNIVERSALES ROSSUM AL FARO DE ORIENTE

Por: Gonzalo Sosa Maldonado
Fotografía: Beverly Gil Morales
Ciudad de México (Aunam).- Los Robots Universales Rossum (RUR) es un grupo musical que aborda el género conocido como electrónica contemporánea, presentaron en la Fábrica de Artes y Oficios (FARO) de Oriente, un modelo cultural perteneciente a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.


La presentación tuvo lugar cómo parte de la última interpretación de los domingos infantiles dentro del FARO. Interpretaron de Kraftwerk canciones como; The model. Computer love, Radioactivity, Showroom dummies y Robots. Al igual que dos piezas que los niños compusieron llamadas Caperucita y Hansel&Gretel, finalizaron con la canción de New Order llamada Blue Monday.

El grupo RUR está integrado por siete niños los cuales tienen entre 10 a 16 años y cuyos nombres son: Zoé, Valentina, Max, Daniel, Omar, Jair y Dónovan. Uno de ellos Daniel, ha sido alumno del FARO durante 9 años, donde empezó con música de teclado. “El profesor José Ramírez me preguntó que si quería colaborar con un proyecto de música electrónica y con los alumnos que se tenían en ese momento se formó un grupo que se llamó Electronics Music”, comentó Daniel.


Max tras tres años en el taller de música recibió la invitación del profesor José Ramírez para escuchar a la banda y posteriormente unirse si llegaba a gustarle, cosa que sucedió. El mismo Max invitó a Omar al grupo, mientras que los otros Zoé, Valentina, Jair y Dónovan han sido los últimos en llegar y los más chicos.

Estos son los niños que integran RUR, nombre que fue inspirado de la novela homónima de Carel Kapek, e interpretan música rusa, alemana y mexicana, con piezas como Tchaikovsky, Varese y Kraftwerk.







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27 de diciembre de 2018

CON DEMOSTRACIÓN ACUÁTICA, CONMEMORAN 50 AÑOS DE MÉXICO 68

Por: Diana Belén Herrera Guerra
Ciudad de México (Aunam). La Alberca Olímpica de Ciudad Universitaria se unió a la celebración del 50 aniversario de los Juegos Olímpicos realizados en México. El evento contó con la presencia de jugadores olímpicos de México 68 como Sergio Ramos, exjugador de waterpolo y alumnos de diversos planteles de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que mostraron el trabajo que realizan día a día.


Las disciplinas acuáticas desempeñadas por los estudiantes fueron: Nado Sincronizado, Nado con Aletas (Monoleta y Bialeta), Nado de estilos (Crawl, Dorso, Mariposa y Pecho), waterpolo y clavados.

También participaron “Los Acualocos”, un grupo de estudiantes que están revolucionando la forma de hacer clavados en la Universidad de la Nación, ya que en su presentación incorporan elementos extras como batas de laboratorio, sombreros y faldas además de ambientar su presentación con canciones como “La Chona” y “Buen Rock esta noche”.

Consuelo Velázquez, entrenadora en jefe del equipo de nado sincronizado, mencionó que este deporte actualmente se llama “Natación Artística” y denotó lo multidisciplinaria que es esta especialidad de nado ya que en ella se integran diversos elementos como Ballet, Natación, Gimnasia, Apenea, Expresión Corporal, Fuerza-Elástica, Educación Musical, Acrobacia, Fuerza y Kinéstesis.

Todas estas presentaciones fueron admiradas por familiares, amigos, amantes del deporte en la Alberca Olímpica de Ciudad Universitaria para recordar la participación que obtuvo la federación mexicana hace 50 años y para dar un reconocimiento a varios personajes olímpicos como : Sergio Ramos, Óscar Familiar Trujillo, Carlos Morfín Nuñez y Virgilio Botella Medina que colaboraron en dichas olimpiadas.




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WATERPOLO EN LA CONMEMORACIÓN DE MÉXICO 68

Por: Nahomi Carolina López Ramírez
Ciudad de México (Aunam). Como parte de una conmemoración, con alegría, entusiasmo y festejos; en la Alberca Olímpica de Ciudad Universitaria jóvenes nadadores conmemoraron los 50 años de los juegos olímpicos de México 1968, en donde se homenajeó al Equipo Mexicano de Polo Acuático que participó en dichas olimpiadas con un encuentro de diversas disciplinas.


En el homenaje participaron miembros de equipos representativos de la Universidad Nacional Autónoma de México de natación, como lo son: nado con atletas, clavados, polo acuático y nado sincronizado. En cada rubro se realizaron demostraciones de diferentes estilos y modalidades.

Además, dos representantes de la Dirección General de Deporte Universitario (DGDU) de la UNAM otorgaron un reconocimiento a cada uno de los siete integrantes que asistieron al evento e integraron la selección de Waterpolo de México 68: Daniel Gómez, Sergio Ramos, Óscar Familiar, Carlos Morfín, Virgilio Botella, Juan García y Rolando Chávez.

El polo acuático o Waterpolo es una competición en piscina donde participan dos equipos, cada uno conformado por seis miembros y un portero, que se diferencian con el color del gorro y cuyo objetivo es anotar el mayor número de goles en la portería contraria. Un partido de este tipo tiene cuatro tiempos, cada uno de ocho minutos.

De acuerdo con la página de internet de la DGDU, los miembros de la selección de Waterpolo de la máxima casa de estudios entrenan tres horas diarias y compiten con selecciones de otras instituciones educativas de toda la República Mexicana en el Circuito Nacional de Polo Acuático, certamen avalado por la Federación Mexicana de Natación.





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GIMNASIO DE BOX MIRANDA “DAM”: BOXEO CONTRA LA VIOLENCIA

  • En un rincón de la alcaldía Iztapalapa, un padre y su hijo imparten clases de box para acercar el deporte a los niños, jóvenes y adultos de la colonia Santiago Acahualtepec
Texto y fotografías: José Luis Ruperto
Edición de vídeo: Sofía Wislawa Cruz
Ciudad de México (Aunam). El alba cae sobre la Avenida de las torres, su camellón comienza a llenarse de personas que salen a pasear a sus mascotas y niños que salen de la escuela. Después de cruzar la Calzada Ermita Iztapalapa y tras pasar un semáforo hay algo bastante peculiar: El Gimnasio de box Miranda “DAM”, bastante llamativo por sus rejas pintadas de color rosa y verde, al borde de un cuadrilátero.

El profesor de box Andrés Miranda (centro, derecha) y su grupo de alumnos de todas las edades.

Ese es el sitio en donde el instructor de box Andrés Miranda le enseña a niños, jóvenes y adultos las artes del pugilismo con la intención de alejarlos del consumo de las drogas y el alcohol, algo muy recurrente en la demarcación Iztapalapa que en 2016 ocupó el primer lugar en consumo de cocaína; además del segundo en inhalables y drogas médicas.

Andrés es apoyado en su labor por su hijo Aarón Miranda, un ex boxeador amateur que a lo largo de su carrera deportiva sumó poco más de 50 peleas disputadas. Para Andrés, las actividades en el gimnasio son un homenaje a la memoria de su hijo fallecido: Dante Miranda. Según relata, el dolor y sentimiento de duelo los canalizó a la enseñanza del box. Su trabajo como entrenador es importante porque en la comunidad de Santiago Acahualtepec, uno de los 16 pueblos de origen colonial que integran Iztapalapa, no hay muchas alternativas para poder acceder al deporte.

Hace cinco años que el proyecto de los Miranda por hacer del box una forma de inculcar el valor de la disciplina y el respeto en las nuevas generaciones comenzó a crecer. Las clases en un inicio eran en la calle, frente a un kiosco ubicado a pocos metros del ahora gimnasio, cuya construcción fue posible por el acercamiento que tuvo el gobierno delegacional para brindarles un lugar con las condiciones adecuadas para la práctica del pugilismo.

Al ser un espacio brindado por la comunidad, al interior se inculca el respeto: “No estamos en la calle”, les dice Andrés Miranda a sus pupilos, a quienes también les solicita prescindir de hablar con groserías. Pese a lo demandante que resulta ser el boxeo, la filosofía que manejan los Miranda es que no existe el dolor, el no puedo. En cambio, los prepara para sincronizar su mente y cuerpo.

A pesar de los años que tiene el mayor de los Miranda en el gimnasio, no le gusta considerarse como profesor, pero si la gente lo reconoce de esa manera él lo agradece. Su inicio como boxeador fue a causa de que uno de sus hermanos ya boxeaba. Después entrenó en el gimnasio Roma de la colonia Morelos, en donde estuvo sólo un año y medio. Luego de su salida de ese gimnasio él desarrolló su propio entrenamiento en la vecindad donde vivía. Consiguió crear fundamentos y hasta la fecha él los comparte con sus alumnos.

Cuando no está en los encordados atento de su equipo, se dedica a la venta de Enciclopedias. “Me considero un embajador de la cultura”, platica. Tal labor le exige documentarse sobre los libros que ofrece por ello tiene un bagaje de diferentes área del saber; una de ellas las matemáticas.

El destino de su hijo Aarón parecía diferente, todo apuntaba a que sería futbolista. Sin embargo, el destino acabó por llevarlo al box. Ahora, al igual que su padre aprovecha sus conocimientos para transmitirlos a sus aprendices: “Cuando los llevo a pelear y veo que le echan muchas ganas, es una satisfacción”, comenta.

Para ambos la clave de mantener una trayectoria consistente en el box es hacerlo con amor porque de esa manera se tiene disciplina y energía, vitales para canalizar la “rebeldía” de los niños y “chavos banda” al deporte. Además, los Miranda no conciben al boxeo como un deporte violento, para ellos es una disciplina que requiere de autocontrol; por ello, a los alumnos nuevos se les explica que el box no es necesariamente un deporte agresivo.

Si bien el gimnasio Miranda “DAM” busca la cualidades boxísticas, se ha propuesto como prioridad incitar a la práctica del deporte y difundir los beneficios producidos por la actividad física en la actividad cotidiana.

Los discípulos

Entre las cuatro paredes del lugar convergen personas de todas las edades, desde niños pequeños hasta adultos. Uno de ellos es Leonardo Daniel, un chico de complexión espigada que cursa la secundaria. Él decidió incorporarse a las clases porque en su camino de regreso a casa siempre pasaba frente al gimnasio y le llamó la atención aprender a boxear. “Te hace sacar lo mejor de ti”, dice. La sensación que le produce ponerse los guantes y entrenar es de sus preferidas. Su sueño es llegar a pelear en un “evento grande”. Lo que no sabe es si lo hará de forma profesional o amateur, una división aún muy marcada en el box.

Alexia, una adolescente con tres meses de entrenamiento, comparte el mismo gusto. Lo que más le agrada es que puede mejorar su condición física y divertirse al mismo tiempo. En su mirada hay concentración y cada golpe que le conecta a la “gobernadora” (un colchón para ejercitar los puños) es certero. “Es un deporte muy bonito”, platica.

Alexia le conecta un golpe a la “gobernadora”.

Uno de los alumnos que llegó con la intención de averiguar si el boxeo era para él, fue Javier Madrigal. Tras haberse fracturado el radio y haber sufrido una lesión en la mano derecha por jugar fútbol supo que esa actividad no era para él. Para Javier la rehabilitación fue una experiencia muy desagradable y después volvió a reincidir en la misma afección, entonces supo que tenía que buscar otra actividad deportiva.

Cuando él tenía 12 años, su hermano visitó por primera vez el Gimnasio “DAM”, Javier también intentó hacerse participé de los entrenamientos, pero la pretensión fue infructuosa, pues solo lo hizo por una semana. En él existía desconfianza porque su mano “ya no tendría una tercera oportunidad”, unas semanas más tarde su hermano también desistió de continuar en el box.

Pasaron 4 años, hasta que un día Javier se encontraba navegando en YouTube y se encontró un vídeo de Ryan García, un boxeador de 20 años de edad que en ese momento contaba con 15 peleas invicto, 13 de ellas por la vía del knock out. Motivado por tal hazaña, Javier decidió regresar al box para aprender y mejorar. Ahora se siente satisfecho por la preparación otorgada por su profesor Aarón Miranda y por contar con compañeros que le ayudan a perfeccionar su técnica.

Javier Madrigal (playera morada), durante el entrenamiento en el Gimnasio Miranda “DAM”.

Con historias diferentes entre sí, pero con la misma pasión por el box, entre los poco más de 30 alumnos existe compañerismo. Desde el más pequeño hasta el más grande, todos hacen su mejor esfuerzo en cada sesión y hacen sonar el impacto de los guantes rosas, rojos, negros y blancos, tanto en el turno matutino como en el vespertino. Para quienes buscan llegar a las grandes ligas del box les espera un largo camino y deberán tener presente que toda su vida estarán aprendiendo.

El panorama

Espacios deportivos como el Gimnasio Miranda “DAM” son necesarios en la demarcación “sobre las losas del agua”, pues estadísticas revelan que seis de cada diez iztapalapenses no realizan ninguna actividad física. Ante tal panorama, en el mes de mayo de este año Clara Brugada Molina, en ese tiempo candidata de Morena a la alcaldía, declaró que Iztapalapa sería la más “deportiva”.

Dos meses después, Brugada resultó electa alcaldesa. Dentro de sus primeras acciones para lograr el ambicioso objetivo de hacer de la actividad deportiva algo cotidiano en la vida de los iztapalapenses, estuvo rehabilitar espacios como el Parque Ecológico Cuitlahuac. En la anterior administración, grandes deportivos como el Santa Cruz Meyehualco y el Francisco I. Madero, habían caído en el abandono y el deterioro. Ahora la apuesta es rescatarlos.

Pero la atención no solo se tendrá que poner en los lugares más visibles. También habrá que atender proyectos como el de los Miranda, que a través de la labor en su entorno han demostrado que es si es posible hacer cambios grandes. Cabe señalar que Eel padre es quien se hace cargo de los gastos que genera el gimnasio, por lo que las cuotas que recibe se usan para solventar esos costos. Mientras se concretan las acciones en materia del deporte iztapalapense, los Miranda han sembrado las semillas de los que se pueden convertir en los campeones y campeonas del mañana.







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