17 de diciembre de 2018

FABIOLA NÚÑEZ, ENTRE EL REMO, LA MEDICINA Y UN DESTINO “UNWRITTEN”

  • Después de no practicar ninguna actividad física, Fabiola Núñez Zurita pasó a ser médico del deporte y ahora es medallista centroamericana de remo
  • Su próximo objetivo: Los Juegos Panamericanos de Lima 2019
Fotografía y texto: José Luis Ruperto
Ciudad de México (Aunam). Es una fresca mañana de domingo en el Bosque de Tlalpan en la Ciudad de México. Ahí Fabiola Núñez Zurita, atleta mexicana de remo (deporte que consiste en la propulsión de una embarcación con la fuerza muscular de uno o varios remeros), ha finalizado su entrenamiento del día. Ella corrió a un ritmo agradable a través del lugar. Comparado con lo demandante de surcar en un bote las aguas de la Pista Olímpica de Remo y Canotaje Virgilio Uribe, esta fue una sesión poco intensa.

Fabiola Núñez Zurita, egresada de la Facultad de Medicina de la UNAM, porta su presea de oro obtenida en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018

El día también le sirve para descansar de sus ocupaciones rutinarias como jefa del Departamento de Atención Médica de la Dirección General del Deporte Universitario; en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y como médico del deporte. De no estar en su bote, ella viste su impecable bata blanca y atiende a los integrantes de los equipos representativos de la UNAM y al público en general.

Pero en el último día de la semana, la deportista luce un rostro alegre producto de su más reciente logro: La medalla de oro junto a Kenia Lechuga Alanís, en la modalidad doble, peso ligero; en las pruebas de remo durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018. Fabiola porta con orgullo su uniforme de seleccionada nacional y un discreto pero llamativo dije en forma de remo. De forma afable se dispone a hablar con AUNAM sobre lo que ha implicado para ella combinar el remo y la medicina.

“A mi de que se me mete algo entre cejas nadie me lo quita”

En sus primeras dos décadas de vida Fabiola no había practicado ningún deporte. Durante su infancia ella perteneció al Movimiento de Juventudes Cristianas y como parte de las actividades que ahí se realizaban, en ocasiones salía de campamento, pero el ejercicio no figuraba dentro de sus actividades frecuentes: “Yo no hacía nada de ejercicio”, recuerda la ahora remera.

Pero las cosas cambiarían para la médico. Al llegar a la universidad, ella tenía sobrepeso y tenía interés en realizar alguna actividad que le permitiera estar en movimiento y conseguir un mejor estado físico. Fabiola vió en el canotaje la oportunidad de poder conseguir lo que ella buscaba. Sin embargo, durante su primera visita a la pista de remo y canotaje Virgilio Uribe, llamó su atención el remo. Ella vio al entrenador del equipo de la UNAM y le hizo saber su interés por integrarse al equipo. “Estás segura de que quieres entrar”, cuestionó el entrenador. Además le explicó que era un deporte muy duro y que su edad ya no era la adecuada para comenzar pues ya tenía 22 años, incluso le mencionó que buscará otra opción. Pero Fabiola no desistió: “Ya me había empeñado en que quería entrar ahí y a mi de que se me mete algo entre cejas nadie me lo quita”, comenta la atleta.

Corría el año 2002 y Fabiola remaba por primera vez, pero solo lo haría por año y medio más. LLegó el momento de hacer su internado y después su servicio social, por lo que se vio orillada a dejar de remar por dos años. Su gusto por el deporte de los botes y los remos la llevó a buscar una alternativa y así fue como durante su servicio social ella adquirió su propio remoergómetro (máquina utilizada para simular la acción de remar), con la finalidad de no dejar de entrenar.

Gracias al remoergómetro, Fabiola pudo mantener su condición física, a pesar de encontrarse en Manzanillo, Colima durante la realización de su servicio social. La atleta se había fijado una meta para su regreso a la Ciudad de México: Ingresar a la selección nacional de remo. Terminó la carrera de Medicina y empezó a trabajar como médico general, hasta ese punto aún no tomaba alguna especialidad porque primero quería llegar al deporte de alto rendimiento.

Luego de reincorporarse de manera formal a los entrenamientos en 2006, la remera consiguió ser seleccionada nacional en 2007, lugar que conserva hasta el día de hoy. El hecho representó un cambio importante en su vida porque los entrenamientos se tornaron más demandantes y aunque solo entrenaba una vez por las tardes, Cuemanco (su lugar de entrenamiento) no le quedaba cerca.

“Reordené mi rutina pero a la vez fue algo muy positivo, pues al final es algo que te exige disciplina”, detalla Fabiola. En parte también la motivó a seguir con los entrenamientos ver beneficios como bajar de peso, mejorar su resistencia aeróbica y poder hacer hacer mejor las actividades de la vida cotidiana, aunque afirma (entre risas) que no dejó de ser un cambio en su rutina.

“Siempre me gustara seguir remando”

En la actualidad el remo se ha configurado como una de las partes más importantes en la vida de Fabiola. “Ya no me veo sin remar, incluso yo creo que eventualmente me voy a retirar del deporte competitivo. Pero creo que siempre me gustara seguir remando”, platica la médico del deporte. Para ella el remo es un deporte que disfruta mucho y la deja estar en contacto con su elemento favorito de la naturaleza: el agua. Pese a la posibilidad de ir cansada, estar en su bote le permite estar en paz y le ha brindado sensaciones gratificantes que le han permitido ser lo que es hoy.

Su gusto por el remo, le ha permitido conjuntarlo con la medicina. No obstante, llevar ambos ámbitos en su vida ha requerido de mucha voluntad por parte de ella. La seleccionada nacional revela que en ocasiones si hay se dejan muchas cosas, pero ella no lo ve como un sacrificio, en cambio si lo percibe como una cuestión de organizarse.

Aunque a veces “hay que dejar de ir a eventos familiares”, Fabiola asegura que es imprescindible priorizar actividades de acuerdo a los objetivos planeados e intereses personales. Ella considera que cuando se dedica el tiempo y esfuerzo suficiente a algo se consiguen buenos resultados.

La eminente atleta no solo construye su propio talento, también contribuye a que jóvenes deportistas de la UNAM puedan continuar con su crecimiento deportivo mediante la atención médica que les brinda: “A mi por eso me gusta mi trabajo”, afirma. Su atención es empática, pues en algún momento ella también estuvo del “otro lado” y comprende lo importante que es para un atleta mantener su buen estado físico ante una competencia en puerta. La prevención de lesiones en sus pacientes para el cumplimiento de sus objetivos la hace feliz.

Road to Lima 2019

La médico en el corto plazo planea seguir en su trabajo en Medicina del Deporte de la UNAM y continuar con el remo. Esta vez tiene la mira puesta en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. A decir de la remera, su enfoque competitivo ha cambiado: “Antes siempre tenía la mirada en los Juegos Olímpicos, era como el objetivo principal y los otros eran pasos intermedios. Ahora después de tantos años y después de que fuí a pre olímpicos de Río y no logré calificar, cambié un poco el enfoque. Más bien como que estoy yendo a pasos más cortitos”, explica la egresada de la Facultad de Medicina de la UNAM.

A la deportista le gustaría ir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero eso dependerá de su desempeño en la justa continental a celebrarse entre los meses de Julio y Agosto de 2019, en la capital peruana. Por el momento ella no siente prisas y apunta en los eventos más cercanos.

Fabiola se siente motivada al darse cuenta de que su rendimiento mejora a medida que se acercan los eventos del próximo año. A su vez ella también tiene presentes las experiencias buenas y malas que ha tenido durante su trayectoria deportiva. No haber calificado a los Juegos Olímpicos de Río 2016 tras su participación en el preolímpico de Valparaíso, Chile en la modalidad doble, junto a Montserrat García, fue un momento muy frustrante.

Incluso tras ese resultado llegó a pensar en el retiro y ponerle un alto a su carrera deportiva. Sin embargo, ella se dió cuenta que tenía que aprender del hecho y mejorar. “Hasta la peor experiencia siempre se puede volver algo positivo”, tomó como lección Fabiola.

En cambio ganar el oro en los Juegos Centroamericanos de Barranquilla 2018, ha sido uno de los sucesos más gratificantes para la remera: “Esa sensación de ir ganándole a Cuba y de ir sacando cada vez más distancia y cruzar la meta adelante, yo creo que ha sido de las mejores experiencias”, recuerda. El logro aún fue más significativo porque contribuyó a que México ganara como país en el medallero de la justa.

Al escribirse esta entrevista en el mes de diciembre, ella ya había conseguido clasificar a los Juegos Panamericanos de Lima 2019 en remo doble, peso ligero. El logro se dio en el evento Pre Panamericano realizado en Río de Janeiro, Brasil, donde Fabiola finalizó en la quinta posición junto a su coequipera Kenia Lechuga Alanís. Como campeona centroamericana aspira a una medalla en el certamen que reúne a todos los países de América.

Tanto a México como la UNAM estarán representados en Fabiola. Sus remos y su bote serán su pasaporte a cumplir un sueño. Ningún resultado será seguro pero sí lo será la completa entrega de Fabiola a la competencia, y a hacer del agua su medio para alcanzar el anhelado olimpismo. Al final del día como lo tiene tatuado en su pierna izquierda “unwritten”, nada está escrito.












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EL ABORTO: UN DISCURSO DE RUPTURA

Por Erika Aline Espejel Terrón
Ciudad de México (Aunam). Nelly Lucero Lara Chávez, doctora en Ciencias Políticas por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, explicó que el aborto forma parte de un derecho por el que han luchado las mujeres a lo largo del tiempo, en donde ellas deciden sobre su propio cuerpo.

Nelly Lucero Lara Chávez, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en la UNAM.

Frente a la iniciativa de reformas al Código Penal Federal y a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la diputada de Morena, Lorena Villavicencio planteó despenalizar el aborto durante las 12 primeras semanas de embarazo en todas las entidades federativas, tal como sucede en la Ciudad de México desde 2007. A lo largo del país, la sociedad abre una discusión que confronta dos posturas: a favor o en contra.

Desde un posicionamiento feminista en lo ético, político y filosófico, la también especialista en temas de género, Nelly Lara expresó que, la estructura familiar destaca en la sociedad mexicana.

“El feminismo muestra un discurso de ruptura, sale de márgenes en los que las mujeres hemos sido socializadas, porque hay que reconocer que vivimos en pueblos donde la religión, el Estado-Nación y la familia nos enseñan que debemos ser de cierta manera desde que somos niñas. Bajo esa lógica nunca aparece nuestro derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida”.

La doctora en Ciencias Políticas señala que el aborto es una práctica de interés para el feminismo, ya que existen conocimientos que atraviesan un eje de temporalidad que dan cuenta de una práctica no reciente.

“Ahora se hablan de ciertas pastillas, pero si vas con una mujer de un pueblo te dirá que existen como cinco plantas que ella reconoce como abortivas. […] Aquí el caso es que esa práctica que, de todas formas las mujeres van a ejecutar, se haga en las mejores condiciones posibles. Y éstas, al menos de salud en nuestro contexto, las brindan los espacios hospitalarios. Para eso se lucha, para que se den las condiciones necesarias, porque el aborto, ahí está”.

Tras la marcha convocada el pasado 20 de octubre por integrantes del Partido de Encuentro Social y diversas organizaciones sociales, a favor de “la Vida y la Familia”, Nelly Lucero expresó algunas consideraciones:

“Cuando nos topamos con estos grupos que siguen la corriente de defender la vida, al feminismo le interesa su precedencia, y lo que encontramos es que estas organizaciones vienen de instituciones religiosas o de alguna vertiente partidista. Lo que se convierte en criticable no es que vengan de esa corriente de pensamiento, sino que estas propuestas generalmente están conformadas por agrupaciones donde los hombres tienen el poder”.

La especialista manifestó que no debería existir un ente regulador de algo que refiere a una decisión de las mujeres, ya que los sujetos en las organizaciones deciden por la mujer a pesar de que es una experiencia que no atraviesa por su vida. “En ese sentido es muy legítimo que las mujeres digan “si nosotras somos las que atravesamos esta experiencia, entonces tendría que ser propiamente nuestra decisión”.

Respecto al argumento presente en el Frente Nacional por la Familia (FNF), que agrupa a más de mil organizaciones católicas en México, en el que asumen que existe vida desde el momento de fecundación, Lara Chávez opinó que tal confrontación tiene que ver con la configuración de los grupos de conocimiento.

“Yo sé que organizaciones de carácter científico han llegado a laborar incluso con instituciones de mucho poder simbólico, político y económico, por ejemplo la iglesia. Son contratados para que, desde un discurso de la cientificidad, demuestren que la vida existe desde ese momento, y sabemos, al menos desde la academia, que si algo está atravesado por relaciones de poder, es la manera en la que se configura el discurso científico”.

La doctora en Ciencia Política recalcó la importancia de confrontar los distintos discursos de conocimiento, ya que éstos determinan la mirada frente a los fenómenos, sin tomar en cuenta otros elementos como los retos que deben enfrentar las mujeres que recurren a la interrupción de su embarazo.

“Me queda claro que los costos emocionales, más allá de los costos físicos, significan un gran golpe para las mujeres. ¿Qué pasa con sus emociones cuando están enfrentando una decisión que rompe con todo lo que te dijeron que tenías que ser desde niña? El discurso tradicional plantea que la maternidad va siempre adherida a las mujeres”.

Nelly Lara plantea que el aborto es un tema que causa polémica ya que abre una posibilidad de libertad para la mujer porque permite a las mujeres cuestionarse algo que en generaciones anteriores no se hacían: “Nuestras madres y abuelas no se preguntaban si querían ser madres o no, sino que, dentro de la imposición del orden genérico, tenían que serlo”.

“Desde propuestas feministas ante el neoliberalismo, ante políticas que están conformando un nuevo orden social, vemos que nos quieren seguir leyendo como mujeres que deben reproducirse cuando en el mundo, desde la cuestión ecológica, ya no brinda las condiciones de vida necesarias para que otro ser vivo se quede aquí”.

Para la académica, el contexto obliga a las mujeres a plantearse otras preguntas que rompen con el discurso tradicional en el que la sociedad ve la imposibilidad de separar a las mujeres de la maternidad.




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16 de diciembre de 2018

“LOS TIEMPOS NO SON LOS DE ANTES": A 50 AÑOS DE MÉXICO 68

En la ceremonia se realizó una fotografía aérea de los aros Olímpicos
Hubo desorganización, revelaron
Por: Fernanda Alejandra García Espinosa
Ciudad de México (Aunam). Estudiantes, atletas, exatletas y público en general, conmemoraron los primeros -y únicos- Juegos Olímpicos llevados a cabo en la capital mexicana en 1968, en el Estadio Olímpico Universitario.


El evento consistió en un encuentro atlético entre la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la ceremonia de encendida del pebetero Olímpico, y un partido de fútbol.

Durante la competencia se realizaron pruebas de Atletismo de medio fondo, velocidad y saltos: 1500, 100, 200 y 400 metros planos; salto de altura, salto con garrocha y salto de longitud respectivamente, dejaron de lado los lanzamientos de jabalina, disco, bala y martillo.

En el recinto el ambiente era animado, los atletas de ambas instituciones se mostraban entusiasmados y bromeaban entre ellos. “Que fuera IPN-UNAM lo hizo mucho más íntimo, pues ya entre nosotros nos conocemos. Aunque por supuesto que hubo rivalidad, predominó el espíritu de convivencia y celebración. ¡Acabo de correr en el Estadio Olímpico! Hasta siento un poco de nostalgia” comentó Víctor Medel, estudiante de Urbanismo en la Facultad de Arquitectura y ganador de los 400 metros planos.

Los atletas de la comunidad puma coincidieron en que competir en el Estadio Olímpico fue una experiencia muy grata, no obstante, entrenadores dejaron de lado la emotividad del momento para hacer una crítica al evento en sí, y al Atletismo a nivel institucional.

Pero...

Susana Herrera, Guillermo Guzmán y Alejandro Sánchez.

Según entrenadores, el evento coordinado por el Instituto del Deporte (Indeporte), se caracterizó por la desorganización: no se publicaron los horarios de competencia, no se indicaron los accesos, no se permitió la entrada al público mas que en la zona superior, los organizadores no contemplaron la asistencia de personas de la tercera edad y no hubo una difusión adecuada, lo que se tradujo en una muy baja asistencia.

“No le echamos la culpa a nadie, sólo decimos que un evento de esta magnitud simbólica debió de tomarse con mayor seriedad y cuidado, ¿no?”, afirmó Susana Herrera, entrenadora y exatleta mundialista de 800, 1500 y 3000 metros planos.

Herrera comentó que esta clase de eventos internos confirman el declive del deporte universitario (UNAM) en cantidad de participantes así como en el nivel competitivo. Pese a que el encuentro se efectuó en la etapa de pretemporada de los atletas, las marcas fueron bajas y los deportistas pocos.

El descenso, opinó la entrenadora, tiene que ver con el apoyo que brindan las autoridades de la Universidad. Cuando ella fue atleta, contó con becas económicas, alimenticias, uniforme, implementos y viáticos.

“Los chavos están muy entusiasmados, y no los culpo…pero ellos no ven todo esto. Su entusiasmo viene a raíz de que no han tenido la posibilidad de competir ahí, un espacio al que deberían tener acceso porque aquí estudian, aquí compiten y para eso está: para usarse, pero esas ya son trabas institucionales” comentó Alejandro Sánchez, entrenador y exatleta olímpico (1968) de 400 metros con vallas.

Él atribuye el descenso del rendimiento deportivo al estilo de vida de los deportistas: alimentación; disponibilidad de horarios de entrenamiento y descanso; e ingreso. En la cuestión institucional, a que los espacios están descuidados, los apoyos son precarios y hay pocos atletas juveniles que desde el bachillerato estén preparados. “Los tiempos son otros” asevera el entrenador.

De este modo, los exatletas invitan a las autoridades a invertir en el deporte para que esta nueva generación no se conforme con conmemorar unos Juegos Olímpicos, sino que tenga la oportunidad de asistir a unos.




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