1 de junio de 2018

EL ETERNO REGRESO A CLASES

Por Guillermo Armenta Ugalde
Ciudad de México (Aunam). ¿Vacaciones? ¿Qué es eso? Bueno, quizá ya no hay que asistir a clases, pero uno nunca sabe cuándo necesitará un bolígrafo para firmar los documentos importantes, un rotulador para dibujar o un pliego de papel de china para envolver los regalos de cumpleaños. ¿Qué más da si la entrega de diplomas y la última marcha de la escolta no se hayan efectuado?, siempre es buen momento para comprar los útiles del próximo año.


Lo último en la moda: vestidos, tenis, zapatos de tacón. El eterno combate entre transeúntes y automovilistas por cruzar primero la calle. Una de las estaciones del metro más peligrosas por los robos que ocurren en sus vagones y en la cual afluyen casi 3 millones de pasajeros. Al centro de todo, un contraste. Se trata de Plaza Mesones 123 en Pino Suarez, en pleno Centro histórico.

Conocida también como “la calle de las papelerías”, Mesones cuenta con más de 100 locales dispuestos a ofrecer diversidad de artículos de oficina y escolares. Lápices, reglas, plumas, torres de cuadernos de raya, de cuadro, de cuadro chico para las matemáticas. Mochilas con y sin ruedas, hojas de papel, carpetas. Todo al alcance de un: “puedes preguntar amigo, sin compromiso”.

Se trata de un laberinto, sus sofocantes pasillos son pequeños y en algunos sólo cabe una persona a la vez, por lo que son frecuentes los embotellamientos y los innumerables “¿sí me das permiso? Por favor”. Los insaciables comerciantes, en su mayoría mujeres, componen la mayor parte de la clientela. Tratan de conseguir el mejor precio y de saber a partir de cuántas piezas se considera mayoreo.

La movilidad se vuelve complicada por las agresivas señoras, los estrechos espacios y los veloces surtidores que, sin ninguna consideración por los demás, se abren paso cargando enormes cajas de cartón llenas de juegos de geometría, bloques de notas, adhesivos y tijeras para recortar y pegar los apuntes. Golpean a todos aquellos que se atraviesen en su camino sin piedad.

A pesar de vivir en plena era tecnológica, lo más electrónico que en Mesones se ofrecen son calculadoras sencillas. Todavía sigue predominando la demanda por las clásicas libretas y los pizarrones que albergarán a las tablas de multiplicar, las letras del abecedario y el nombre de Hidalgo, Morelos, Benito Juárez y demás héroes de la historia patria.

Otro de los símbolos predominantes son las marcas. “¿Plumas Bic o Paper mate? ¿Cuáles pintan más suavecito? Estas son de punto fino para que la letra salga delgadita y estas de acá son de gel y pintan más brilloso”. Los productos son de empresas estadounidenses, alemanas (como los codiciados Stabilos) e inclusive chinas, vendidas en el segundo piso por personas provenientes del país donde Múshu sopla su llama.

Algunos de estos locales tuvieron sus inicios a en el siglo pasado, en los lejanos últimos años de Miguel Alemán. Entre los más antiguos se encuentran Marchand y Grupo Gutiérrez, que hoy en día se autodenominan los reyes de la papelería y están presentes desde 1951.

No obstante, existe un comercio con edad similar pero sin la misma suerte. En un rincón donde sólo algunos curiosos se aproximan a ver, yace un sitio que se dedica a la venta de sellos y juegos de mesa tradicionales. Se autodenomina Ca$ino y desde hace varias décadas elabora objetos de madera que, una vez entintados, imprimen marcas sobre el papel.

“Platica mucho en clase”, “No hizo la tarea”, “Mala conducta”, “Excelente”. Son algunas de las frases disponibles que brindarán a las maestras más tradicionales el placer de colocarlas en los cuadernos de sus alumnos. Entre los más de 150 tipos de sellos, hay algunos más extraños que otros como “Asistió a misa”.

A pesar de la poca asistencia en el negocio, los tenderos no ponen de su parte para mejorar el éxito. Un hombre joven se hace cargo, pero sus oídos, dominados por los sonidos provenientes de sus audífonos, hacen caso omiso de las preguntas. “¿Este qué precio tiene? ¿De a cómo el paquete?” pasan por completo desapercibidas.

Todos sus productos son artesanales, realizan sellos personalizados con las palabras que el cliente prefiera, pero cada vez son menos aquellos docentes que colocan imágenes y palabras motivadoras, llamadas de atención y observaciones que valdrán castigos una vez que sean vistos por los padres de los desafortunados estudiantes.

Entre las multitudes y el abrasador calor, los pocos compradores que llegan pronto son atraídos por los novedosos marca textos color pastel, lo último en máquinas para engargolar y enmicar o los típicos mapas con y sin división política. Las computadoras y la internet no han desparecido estas tendencias, pero atrás quedan los días en que “la miss” sacaba su colchón de tinta y colocaba un “Felicidades. Sigue así” en tu cuaderno.




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31 de mayo de 2018

MÁS ALLÁ DE LA TRISTEZA: DEPRESIÓN EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS

  • Violencia en pareja, intrafamiliar, traumas y falta de autoconocimiento son las principales causas de depresión en estudiantes, afirman expertas.
  • La salud mental como algo de gran valor para nuestra vida diaria.

Por Enya Fernanda y Patlán Pérez Montserrat Soriano García
Ciudad de México (Aunam). La tristeza y la melancolía son dos sentimientos presentes en algún momento de la vida de todas las personas. Sin embargo, “cuando el estado de ánimo de un individuo en un determinado momento de su vida decae severamente y afecta a su capacidad para relacionarse con otros, trabajar o afrontar el día, la tristeza se convierte en una enfermedad, que se conoce como depresión”, señaló Elizabeth Alarcón, psicóloga de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la máxima casa de estudios.


Es importante señalar que no todo el mundo está deprimido. Muchos eventos de la vida, como el fallecimiento de alguien cercano, perder el trabajo o una ruptura sentimental, puede proporcionar una tristeza muy intensa sin que esto sea necesario anormal.

Muchas personas confunden la depresión con la tristeza o con el agotamiento mental o físico. Dentro de los síntomas se encuentran: la disminución de interés o de placer en las actividades que se realizan normalmente, insomnio o hipersomnia, fatiga o pérdida de energía, sentimiento de inutilidad o de culpa excesiva, pérdida de capacidad de concentración, pensamientos recurrentes de muerte o de un plan específico para suicidarse.

Durante los dos años de estancia de la psicóloga en la Facultad, se han registrado muy pocos casos de esta enfermedad. La terapeuta comentó, que dentro de las problemáticas por las que acuden los estudiantes a consulta es: violencia en pareja, violencia intrafamiliar, situaciones traumáticas durante la infancia (maltrato, abusos, pérdidas), ansiedad, entre otras.

En opinión de la licenciada en Educación Especial Teresa Cuéllar Jarquín, una causa de la depresión en estudiantes universitarios, y que tiene una raíz muy profunda, es la inseguridad producto de la falta de autosuficiencia. Es decir, que la persona en su vida previa a la educación media superior y superior, nunca padeció de las consecuencias de sus propias acciones.

“Los padres les hacen todo y no permiten que sufran las consecuencias de sus actos. Por lo mismo, nunca toman decisiones propias y cuando llegan a la universidad es que generan todos estos problemas”, afirmó Teresa Cuéllar. “Tampoco aprende a medir las consecuencias de sus decisiones y por ello no son responsables con sus trabajos escolares. Una cosa lleva a la otra”.

Aunque este problema no sólo se refleja en las fallas escolares. Cuéllar también aseguró que esta falta de autoconocimiento y regulación de uno mismo tampoco permite que los jóvenes sepan manejar problemas de otra índole que se presenten en su vida diaria. “No saben manejar momentos de crisis y por eso es fácil que todas esas emociones desencadenan en síntomas que posteriormente los orillen a la depresión”

En total han sido 9 chicos con trastorno de depresión, de un total de 195 atendidos. Tres de ellos, fueron diagnosticados con un trastorno psiquiátrico; otros tres alumnos porque habían presentado en su historia de vida situaciones traumáticas infantiles e ingerían sustancias; y los tres restantes porque afrontaban algún tipo de pérdida.


Es importante mencionar, que a cada alumno se le canalizo pertinentemente al departamento de psiquiatría, para que recibieran tratamiento a dicha enfermedad de manera más integral y continuarán su acompañamiento psicológico.

Elizabeth Alarcón comentó que la mayoría de los estudiantes que ha brindado terapia, presentan lo que podríamos denominar tristeza, desolación, sentimientos profundos de desesperanza, angustia, varios síntomas que derivan a lo que denomina “desánimo crónico”.

Este “desánimo crónico”, es ocasionado por causas diversas desde baja autoestima, relaciones tóxicas en pareja, dependencias, abuso de sustancias, insatisfacción académica, bajo rendimiento escolar, deserción escolar, problemas de violencia intrafamiliar o violencia de género.

La FCPyS ha implementado medidas que, desde el punto de vista de la psicóloga, han sido bien intencionadas. Sin embargo, señaló que la eficiencia de todos estos proyectos dentro de la facultad se ve reducida debido a la apática participación de los estudiantes, ya que no prestan la debida atención a la salud mental.

Ya que, a las campañas dedicadas al arte, deporte o cultura en general, son medianamente recibidos. A comparación de los talleres que se han impartido concernientes al tema de la salud mental aún siguen siendo tabú o percibidos para los demás como algo sin tanta relevancia, pues no se ha tenido la asistencia deseada.

Por otro lado, el proyecto de la facultad de brindar a los chicos un apoyo psicológico de manera gratuita, ha sido muy apreciada por los alumnos y ha generado mucha demanda. Elizabeth Alarcón, señala que el incremento en la participación de los estudiantes se debe a la privacidad que se quiere vivir ante la problemática tratada, pues la mayoría de los chicos que logra dejar atrás el prejuicio y acude a terapia, lo que pide es total intimidad y discreción.



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30 de mayo de 2018

LA FORTUNA DE CRISTINA PACHECO

  • Celebran 40 años de Aquí nos tocó vivir con billete conmemorativo de la Lotería Nacional
Por Andrea Albarrán
Ciudad de México (Aunam). Chorros y chorros caen de las manos de la diosa fortuna.
-Es el mejor billete, el de Canal Once. Para hoy, para hoy─ y le muestra el billete conmemorativo que la Lotería Nacional emitió para festejar los 40 años de “Aquí nos tocó vivir”, la imagen de Cristina Pacheco sonriendo.


-Bueno pero, ¿cuál es el bueno? Ándele, pero un cachito─ Y lo dobla cuidadosamente por si se convierte en el boleto a los 10 millones de pesos sorteados. Lo mira un instante y lo pone en la bolsa de su camisa. Solo necesita un poco de…

-Dile al señor que “mucha suerte”, ándale− la mujer le pide al pequeño niño que acompaña a su mamá en la venta. −No quiere, pero sí sabe decir “suerte”.

Dentro del edificio de la Lotería Nacional, giran las esferas de madera de maple. Con cada vuelta de la tómbola algún destino cambia. Su sonido es el presagio de algo.

Cuando aparece la periodista Cristina Pacheco, en el ambiente deja de escucharse la tómbola y aparecen los aplausos, los ¡bravo Cristina, te lo mereces!

Una señora se levanta en la mitad de las butacas: “Yo soy de la colonia de aquí cerca, ¿cuándo viene a visitarnos?”

Pero llaman al estrado a Cristina donde la esperan entre otras personas la directora de Canal Once, Jimena Saldaña que no deja de felicitarla: “contigo Canal Once sí se sacó la lotería”.

Los niños gritones suben exclamando las ¡Buenas tardes! A coro. Desde 2001 también se integran niñas quienes con sus voces corean los complicados números y las sumas obtenidas para los dichosos.

El premio mayor fue para el billete número 14825. Y Cristina lo celebró, aunque compartió que nunca ha ganado ni un reintegro pero su fortuna es otra: las interminables calles de la Ciudad de México a las que no se les acaban sus historias para contar.



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29 de mayo de 2018

LA CONGLOMERADA CARPA DE SANTO DOMINGO

Por Michell Fernanda Mendoza Arteaga
Ciudad de México (Aunam). El contraste era nítido ante la mirada del espectador recién llegado del metro. Las pirámides mesoamericanas de tela color café y la catedral metropolitana, hacían referencia al encuentro de dos culturas que conformaron el inicio de la historia mexicana, pero que ahora resguardaban la apertura con el mundo.


El sol había llegado a su cúspide y mientras el viento ondeaba con firmeza a la bandera tricolor que caracteriza al zócalo capitalino, el olor atípico de carne mezclada con especias, pasteles de chocolate y pastas en jitomate con nombres desconocidos, seducía la curiosidad de los caminantes para adentrarse por la calle de República de Brasil hasta a la plaza de Santo Domingo. Conforme el camino se acortaba, la mayoría de la gente sostenía un vaso de agua azul turquesa y comida fuera de lo común en mano. El misterio estaba por descubrirse.

La sección de comida de la cuarta edición de la Feria Internacional de las Culturas Amigas no evocaba a ningún momento histórico mexicano como lo hacía el diseño de su contraparte en la Plaza de la Constitución que el gobierno de la Ciudad de México había seleccionado a través de una convocatoria desde diciembre del año pasado. Ni tampoco era espaciosa pese a que más de 60 cubículos en hileras rectangulares fueron utilizados para mostrar los platillos típicos de cada país a fin de despertar el hambre de los posibles consumidores.

En su lugar, había una carpa blanca decorada con telas rojas, azules, verdes y moradas colocadas en el techo que albergaba a más de 700 personas con dos accesos para salir y de poca ventilación a pesar de que las orillas estaban delimitadas con rejas.

Pero el diseño del pabellón no era impedimento para los transeúntes, pues las familias aventuraban a sus hijos pequeños a caminar por las aglomeraciones que formaban barreras casi impenetrables en los pasillos. Entre esas paredes de gente, la voz de una madre que llevaba a su bebé en carriola podía escucharse entre la multitud:

-“Con permiso, por favor. Traigo a mi bebé”

Todo ello ante la mirada molesta de quienes golpeaba el transporte del infante al caminar, sin embargo, el ambiente curioso que levantaba el aroma de la multiculturalidad suscitada en la plaza, no permitía conflicto alguno.

Las charolas de comida dulce y salada de cada país no eran indiferentes a la mirada de los caminantes. El pastel de chocolate suizo, la lasagna de Italia, la créme brulé francesa y el colorido sushi relleno de queso philadelphia y vegetales de Japón eran los más solicitados por los mexicanos. Por el contrario, las hamburguesas y hot-dogs estadounidenses pasaban inadvertidos o a último plano.

La invitación que uno de los chefs preparadores de pizza italiana hacia los visitantes, se escuchaba en el interior de lugar. Su corteza era gruesa bañada con cubierta de salsa de jitomate, queso fundido y pimientos verdes que cubrían la superficie de las rebanadas, cambiaban el aspecto del alimento preparado en México.

Otra de las comidas más solicitadas eran las brochetas jamaiquinas conformadas por tiras de carne de res, pollo, pimiento verde, amarillo y rojo y una salsa dulce parecida a la barbiquiu colocada al gusto del comprador. Todo ello era puesto en el asador y servido en un plato con arroz blanco por una mujer de ropaje holgado color azul y cabello cubierto por un paliacate del mismo color.

A medida de que el número de personas incrementaba, los vendedores preparaban con rapidez los alimentos extranjeros de los clientes, pese a que la mayoría eran realizados por manos mexicanas. De acuerdo con 20 entrevistas realizadas en los estantes europeos y africanos, sólo una o dos personas vienen de los países a los que representan en la feria.

Las parejas compraban un plato de gran tamaño relleno de comida y se retiraban a las bancas de la plaza contigua para alejarse del caos que se suscitaba en el interior de la carpa. Desde ahí se veía el andar del metrobús y el espacio donde se exhibe la muestra de la Santa inquisición. El techo que cubría las mesas de madera, en ocasiones era traspasado por los rayos del astro rey que no daban tregua. En el ambiente podía escucharse por parte de los amorosos:

-¿Quieres más mi vida?

-No, ya no. Gracias cariño.

La plaza no tuvo ese aspecto desde siempre, pues anteriormente la fuente ubicada en el centro tenía por figura principal a un águila de piedra pero fue hasta el porfiriato que se le dedicó dicho espacio a Josefa Ortiz de Domínguez que, ante la mirada de su estatua, los numerosos comensales se alimentaban las orillas del agua cristalina.

-“Aquí hay más gente pa’ que vea, papá. Siéntese aquí, iré por comida” comentó una mujer llena de tatuajes en el rostro y cuello de vestido negro que acompañaba de su padre hasta la delimitación de la fuente.

El piso de piedra gris fue tomado como una opción para las manadas de amigos que deseaban alimentarse y conversar sin ser obstáculo para los demás, aunque la plaza estuviese casi al borde de la nula circulación. Algunos tomaban asiento en pequeños círculos mientras que otros veían la oportunidad perfecta para acostarse. El calor de la carpa era cada vez más sofocante.

“La cantidad de gente que hay en la feria es un reflejo del interés que despierta en la población de la CDMX al acercarse y asimilar otras culturas y es por la misma razón que el evento ya rebasó la capacidad del espacio que ocupa. Hay problemas de aglomeración muy cabrones gracias a los escasos accesos y salidas con los cuales cuenta dicho espacio” comentó Adrian Sánchez, comensal de la feria desde hace tres años.


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28 de mayo de 2018

LOS JÓVENES NO RESPETAN NI CUIDAN SU CUERPO: AGUSTÍN HERNÁNDEZ

Por Karla García
Ciudad de México, (Aunam). El Fondo de Población de las Naciones Unidas emitió un comunicado en 2017 en el que expresó que las decisiones de los jóvenes respecto a su sexualidad tienen consecuencias para toda la vida.


Al respecto Agustín Hernández Romero, pediatra egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirma que en la actualidad los adolescentes han perdido el respeto por su cuerpo y, por ello, proliferan las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS).

Con 30 años de experiencia, el pediatra asegura que nunca ha atendido a una persona con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), pues prefiere ser honesto con sus pacientes y ético en su labor.

De acuerdo con el entrevistado, un médico particular no debe intervenir en el tratamiento de esta enfermedad porque el costo del proceso es altísimo y no tiene garantía. “Yo prefiero ser honesto con mis pacientes y les recomiendo que llamen a Telsida para pedir informes, es más fácil que el gobierno consiga los medicamentos a precios accesibles”, expuso Hernández.

Romero explicó que el VIH es una enfermedad viral que apareció en África y que se transmitió de los changos al ser humano. Comentó que hasta la fecha no se sabe en qué momento se convirtió en una epidemia, pero que llegó a México aproximadamente en 1973.

En cuanto al padecimiento en menores expuso que la principal vía de transmisión se da en la gestación, cuando la madre tiene el virus. No obstante, afirmó que también son frecuentes los casos de violaciones. “El VIH no puede contagiarse por medio de besos o saliva, el único riesgo surge en caso de existir por alguna herida en la boca”, dijo el entrevistado.

Opuesta a la aseveración del doctor Agustín, la Secretaría de Salud, por medio de su catálogo Prevención, Diagnóstico y Tratamiento en el binomio madre-hijo con infección por VIH, señala que la transmisión del VIH de una embarazada seropositiva a su hijo puede evitarse a través de un tratamiento antirretroviral.

Según la dependencia, la serie de medicamentos antirretrovirales ayudó a reducir el número de infantes infectados en el mundo. Con la mejoría de las estrategias implementadas para evitar la transmisión perinatal del VIH, del 2010 al 2014 el número de nuevos niños infectados disminuyó de alrededor del 58%. Pero, ¿cómo saber si un niño está infectado?

De acuerdo con Hernández Romero los síntomas de un infante enfermo son debilidad, fiebre esporádica, palidez, falta de apetito, diarrea y constantes infecciones respiratorias. Explicó que el VIH es una patología engañosa y que por ello resulta complicado su diagnóstico. Además, expuso que al problema del VIH se le suma la degradación de la medicina en México.

Con preocupación el pediatra dijo que la figura del médico de calidad está desapareciendo y que ahora la gente consulta a puros recetadores.

“Las enfermedades avanzan porque en lugar de ir a centros de salud, los pacientes toman el consejo de la vecina, el medicamento que les recomendó el señor de la farmacia o pagan 20 pesos por una diagnóstico mal hecho”.

Por otra parte, según Hernández el VIH necesita un tratamiento a largo plazo que llega a ser tedioso para los infectados. Sin embargo, manifestó que las clínicas del gobierno juegan un papel importante pues en un hospital privado las personas infectadas tienen que pagar alrededor de 18 mil pesos al mes, mientras que en un centro médico público la cifra se reduce a 5 mil.

Finalmente, el entrevistado explicó que el VIH en los niños puede prevenirse con la divulgación del cuidado y respeto a la sexualidad. Afirmó que las jóvenes actuales presentan más infecciones vaginales que una mujer adulta porque no le dan importancia a los métodos anticonceptivos. El pediatra hizo un llamado a la juventud para que reflexionen sobre su cuerpo y a los padres para actuar estrictamente con sus hijos. “No hay que olvidar que caras vemos, genitales no sabemos”, concluyó Hernández Romero.

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