PARA SALVAR EL AGUA, NO TODO ES DINERO NI ECONOMÍA

Por Eduardo Torres Flores
Ciudad de México (Aunam). “El agua no es un mineral ni un constructo que deba valorarse económicamente”, comentó en el inicio de su participación en el Foro El Oro Azul: Un recurso que se agota el investigador Daniel Murillo Liceo.


El miembro del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) abrió su discurso con la anterior advertencia debido a que se manifestó en desacuerdo con el título del foro, ya que, como agregó en un segundo punto, el agua es un recurso vital no comparable al oro ni a ningún otro objeto de valor monetario.

El Oro Azul fue el primer foro de sustentabilidad y cuidado del agua organizado por la Agencia Universitaria de Noticias (AUNAM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dónde presentaron mesas de discusión por medio de las perspectivas de la ingeniería, derecho, comunicación, sociología y más disciplinas alrededor de las problemáticas de escasez del recurso.

Murillo negó también que el agua se agote pues argumentó que su ciclo natural implica la conservación de la misma cantidad de agua en el planeta, luego puntualizó que aquella que puede terminar es el agua limpia.

El punto de vista del también miembro del sistema nacional de investigadores, partió de la consideración del agua como un recurso indispensable e inapropiable por particulares pues su condición vital para la existencia obliga a que se mantenga como un derecho para todo ser humano.

El investigador agregó que la falla principal de las legislaciones hídricas en México es la falta de transparencia en su aplicación, que se manifiesta en la descontrolada licitación de megaobras, afectación a comunidades indígenas por inmobiliarias e industria así como en los fallos de políticas medio ambientales.

También citó varios ejemplos donde las políticas públicas sobre los recursos hidráulicos causaron graves afectaciones como el caso del traspaso del Río Panuco para abastecer a Monterrey (sistema Monterrey Seis), la construcción del canal Independencia en Sonora, y el más reciente, la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en terrenos que formaron parte del antiguo Lago de Texcoco.

Daniel Murillo además añadió como peligrosas las potenciales privatizaciones sobre el agua en las que incluyó la Nueva Ley General de Aguas que propuso la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y los nuevos 10 decretos sobre las reservas de agua que promulgó este año el presidente Enrique Peña Nieto.

“Otro asunto que habría de cambiar de forma radical, son las formas de representación en los círculos de decisión hídrica que no representan a la mayoría de los consumidores de agua” comentó el también comunicador social.

Agregó a esta idea que una de las formas para lograrlo es reconocer distintas formas territoriales del manejo y uso del recurso hídrico considerando las formas de organización locales de los consumidores.

Murillo afirmó que los comités de cuenca han sido hasta el momento los órganos que han buscado la representación micro de los consumidores de agua, pero “su presupuesto resulta irrisorio”, lo que dificulta su poder de decisión y organización para la gestión del recurso a nivel local.

Negó que se debiera culpabilizar a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y al gobierno federal de todas las problemáticas hídricas, pues agregó que los culpables más importantes son las empresas e industriales que priorizan la ganancia sobre el impacto ambiental.

Además dio una parte de culpa a las fundaciones, que con “buenas intenciones” otorgan financiamiento para el abastecimiento de agua entubada en zonas rurales, construyendo sistemas no sustentables con tecnología cuya utilidad es no más de 10 años, llenando de basura tecnológica a los pueblos campesinos.

Daniel Murillo vertió propuestas para la solución del conflicto hídrico en México como: la inclusión de la ciudadanía a la toma de decisiones sobre recursos hídricos, tener acciones para mantener el caudal ecológico, la procuración del derecho humano al agua y una evaluación transparente estadístico sobre el acceso, control y eficiencia de las políticas públicas en materia hídrica.

“¿La culpa es del ciudadano por tirar basura donde sea? Sí, hay que cambiar los hábitos del ciudadano común, entonces venga una nueva campaña de cultura del agua, contraten a Shakira y a Maluma” comentó satíricamente Murillo y agregó que no solo se necesita reconocer el problema en la sociedad.

“Necesitaríamos ampliar los marcos de responsabilidad social de las empresas para hacerlos creíbles, verdaderos, aplicables y no de nueva cuenta un maquillaje deslavado” reconoció el investigador.







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