16 de junio de 2017

RESEÑA DE "NO VOY A PEDIRLE A NADIE QUE ME CREA"

Por Iván Hassel Cabildo Ortega
Ciudad de México (Aunam). La novela más reciente de Juan Pablo Villalobos, acreedora al Premio Herralde 2016, trata sobre Juan Pablo (personaje principal homónimo del autor), a quien le interesa estudiar el humor en la literatura y planea hacer, junto con su novia Valentina, una estadía en Barcelona para empezar un doctorado sobre los límites del humor en la literatura latinoamericana del siglo XX. Sin embargo, tiempo antes de llevar a cabo sus planes, su primo lo involucra con una peligrosa organización criminal que va a definir el rumbo de toda la historia.


En No voy a pedirle a nadie que me crea, el autor usa material autonarrativo y autobiográfico como hilo conductor de su novela. En una nota para Excélsior, Juan Carlos Talavera menciona que el humor negro de Villalobos “interna en la autoficción para reír hasta el cansancio sobre la extorsión, la delincuencia organizada, el albur mexicano, los trabajos académicos y la diversidad del lenguaje”.

Es cierto. El humor es el alma de la novela; la autoficción, el cuerpo. Como mencionaba Aristóteles y retomaba Freud : mientras que el chiste externaliza en la realidad elementos inconscientes, el humor supone la negación de la realidad misma. Villalobos niega la realidad de los personajes (¿su realidad?) mediante el humor; niega la extorsión y la delincuencia organizada (a través de la madre del protagonista quien, por cierto, fue una piedra en el zapato durante toda la novela); y usa chistes para evadir situaciones incómodas (Juan Pablo evadiendo literalmente todo).

Además del humor, el autor utiliza otros recursos narrativos como el empleo de múltiples perspectivas , esto es, no contar una historia horizontal, sino abordar la trama desde varios personajes y artículos: los diarios de Valentina, las cartas de la madre de Juan Pablo, la misma novela de Juan Pablo. Esta última pieza dificulta bastante la claridad de la verdad en la novela: ¿Le creemos a Valentina, a la madre o a Juan Pablo? Sin dudarlo, nadie puede creerle a Villalobos ni una sola palabra.

Espero que hasta este punto (como si esta reseña tuviera 100 páginas), usted, amable lector, amable lectora, se esté interesando por la novela (bien le haría leerla). He tratado de retratar en párrafos anteriores lo que, a mi parecer, es la genial esencia de la novela. No obstante, estoy consciente de los prejuicios que puede llegar a tener un sujeto a la hora de leer lo que sea, pero en fin, no voy a pedir a nadie que me crea.

Juan Pablo Villalobos es un escritor mexicano con residencia en Barcelona. Estudió Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Veracruzana y su tesis de licenciatura estuvo dedicada a los géneros literarios y la representación en las memorias de Fray Servando Teresa de Mier. Su sello distintivo es el uso particular del humor negro, muy al estilo de Ibargüengoitia.


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"LA ÚNICA PLAYERA QUE VOY A DEFENDER EN ESTE PAÍS ES LA DE LOS PUMAS": VERÓN

Por Itzel Esmeralda Ramírez Martínez
Ciudad de México (Aunam). Darío Verón se despidió de los Pumas de la UNAM en una conferencia de prensa a la que acudieron cuerpo técnico y jugadores del club, además de un grupo de aficionados universitarios que se reunieron afuera del Estadio Olímpico.


La despedida del jugador paraguayo naturalizado mexicano ha sido una de las más dolorosas, pues por 14 años Verón defendió los colores de la playera felina y se ganó el cariño y respeto de la afición.

En el tiempo que jugó con Pumas, Darío obtuvo cuatro títulos de Liga y un Campeón de Campeones, además del subcampeonato de la Copa Sudamericana del 2005.

Mediante una carta, Verón agradeció a la institución en la que creció como profesional y ser humano. De igual manera expresó su gratitud a México, por haberle abierto las puertas y dado la oportunidad de representar a los Pumas, y a la máxima casa de estudios.

El defensor también le agradeció a Hugo Sánchez y a Arturo Elías Ayub por confiar en él y darle la oportunidad de venir a jugar a México.

Verón aprovechó para anunciar que su carrera como futbolista continúa.

“Quiero decirles que voy a seguir jugando en Paraguay. Hubo la oportunidad de seguir en México. Sin embargo, la única playera que voy a defender en este país es la de los Pumas, el equipo de mis amores. Gracias a todos. Por mi raza hablará el espíritu”.

Las personas presentes en la conferencia portaron una playera con la imagen del jugador y la frase de “¡Gracias Verón!”.

Afuera del estadio, las personas que acudieron a despedir al capitán de los Pumas hicieron lo posible por conseguir una foto o un autógrafo. Entre cánticos de “Ole, ole, ole, Verón, Verón”, el ahora jugador del Olimpia de Paraguay se despidió de la afición con palabras de agradecimiento.

Fotografía: Aristegui Noticias

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HOMENAJE A ALEJANDRO GALINDO EN EL CENTRO CULTURAL UNIVERSITARIO

Por Daniel Costilla
Ciudad de México (Aunam). Con la película Una familia de tantas se inauguró el ciclo cinematográfico “Homenaje a Alejandro Galindo”, en honor al realizador regiomontano, en la sala Julio Bracho del Centro Cultural Universitario (CCU).


Al inicio del evento se hizo la presentación del libro Alejandro Galindo. Una visión personal del hombre y el cineasta, escrito por su hijo, Alejandro Galindo Muñoz.

“Este libro tiene eso que los investigadores no podemos ver: la vida personal y familiar, íntima y humana del director”, remarcó Francisco Peredo, especialista en cine, al comentar el título.

“En el cine mexicano no todo es Luis Buñuel, no todo es El Indio Fernández, aún con todo lo importante que son”, aseveró Peredo aludiendo a la necesidad de estudiar la obra del realizador que, en palabras del académico, “aluden al problema de la idiosincrasia nacional” al abordar temas de gran actualidad, desde la migración hasta la liberación femenina.

“(Alejandro Galindo) se mostraba emocionado con que los jóvenes se interesaran en su cine y se identificaran con sus personajes”, aseguró.

Sus palabras fueron secundadas por Aziz Gual, clown profesional y amigo cercano de Galindo, quien contó algunas anécdotas vividas al lado del director como una muestra de la genialidad y humanidad del regiomontano, así como su formación en Hollywood, sus ideas sobre el comunismo y su compromiso con la cultura y la sociedad.

Al final de la función se develó un busto en honor al director regiomontano titulado Don Alex realizado por los escultores Valerio y Edysa Ponzanelli.

La serie de películas de Alejandro Galindo, que incluyen títulos como Campeón sin corona, Corona de lágrimas y Doña Perfecta se presentaran del 14 al 18 de junio en el CCU.

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15 de junio de 2017

TRUMPISMO, SÍMBOLO DE LA CRISIS DEL CAPITALISMO GLOBAL: WILLIAM I. ROBINSON

Por Diego Caso
Ciudad de México (Aunam). “El ascenso del Trumpismo es un símbolo potente de la crisis del capitalismo global. Para entender al Trumpismo hay que entender la naturaleza de esta crisis global”, expuso William I. Robinson en la conferencia “Diagnóstico de la globalización en el marco de la presidencia de Donald Trump”.


En el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, Robinson, profesor de sociología de la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB), afirmó que la ideología del presidente de los Estados Unidos “representa la respuesta ultraderechista a la crisis, con tendencias hacia el neofascismo”.

El académico también subrayó el interés de la administración estadounidense en aumentar el gasto militar, pues desde su perspectiva la ideología de Donald Trump ve a la guerra como una salida a la crisis del capitalismo global.

“El Trumpismo representa un mayor guerrerismo (sic), […] lo que ha hecho en la Casa Blanca es darle al Pentágono una autonomía que jamás ha tenido para hacer lo que quiera sin aprobación de las autoridades civiles”.

Casi inevitable otro descalabro de la economía mundial

En su análisis del estado actual del capitalismo en el mundo. Robinson detalló que las razones de la crisis de dicho sistema están en las acciones de la clase capitalista trasnacional, que buscan incluir a sus respectivos países dentro de los circuitos multinacionales de acumulación por encima de los circuitos de cada estado, lo que agudiza la desigualdad social.

“Alrededor del mundo, estamos llegando a niveles de desigualdad jamás vistos. Datos de la OXFAM de enero de 2016 indican que el 1% de la humanidad tiene más del 50% de la riqueza del planeta, […] mientras el 80% de la humanidad apenas tiene el 5% del capital en el mundo”.

Como consecuencia la producción de la economía global ha rebasado la demanda mundial, lo que provoca una crisis de sobreacumulación. Esta situación está llevando a la clase capitalista transnacional a invertir fuertemente en el capital especulativo. Sólo en 2015, el total de dinero depositado en esta modalidad llegó a 1.2 trillones de dólares, comparado con los 75 billones de dólares del Producto Interno Bruto mundial.

“Es decir, hay una inestabilidad estructural subyacente de la economía global [por lo que] otro colapso es casi inevitable”, aseguró Robinson.

Por ello, en su búsqueda por explotar más mercados y no dejar de expandirse, la clase capitalista transnacional ha concentrado sus esfuerzos en la acumulación militarizada, lo que se traduce en acciones agresivas y desestabilizadoras alrededor del mundo.

Como ejemplo, tras el triunfo de Trump en noviembre pasado las acciones de la compañía Corrections Corporation of America, principal compañía contratista de los centros de detención en Estados Unidos, subieron un 40%.

“La guerra contra las drogas, los inmigrantes, los conflictos armados, la construcción de muros y centros de encarcelamiento, todo eso tiene fines políticos, pero cada vez más tiene fines simplemente económicos”, concluyó.

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14 de junio de 2017

LA LUCHA CARNAVALESCA DE LA ASUNCIÓN

Por Vania Guadalupe Hernández Martínez
Ciudad de México (Aunam). Tambores y trompetas sonaban al mismo tiempo que varios habitantes del Barrio La Asunción, en la delegación Iztapalapa, bailaban de manera animosa y entretenida mientras ponían en acción la coreografía que practicaron durante tres meses.


En el Carnaval de los Ocho Barrios de Iztapalapa, niños, jóvenes y adultos lucían vistosos atuendos mientras hacían prolongadas exclamaciones –¡wou!, ¡ehhh! –, para animar al público que los veía esa tarde del 26 de marzo del 2017.

Pero no todo es fiesta. La Asunción es una de las unidades territoriales más marginadas y violentas de Iztapalapa. A pesar de la falta de apoyo por parte de las autoridades capitalinas, los habitantes de la zona han luchado por la conservación de una de sus tradiciones más antiguas.

Antecedentes

Cuando los españoles llegaron a México, se dieron cuenta que los indígenas realizaban una festividad parecida a un carnaval en los meses de febrero y marzo. En ella despedían el invierno y recibían la entrada de la época de calor, esperando la fertilidad y las buenas cosechas. El festival duraba siete días y había danzas con trajes multicolores por las calles.

Al implantarse el catolicismo en la Nueva España, el carnaval pasó a celebrarse en las vísperas de la cuaresma. Los primeros sacerdotes españoles trataron de eliminar el uso de las vestimentas y la práctica de muchos ritos religiosos prehispánicos, por lo que en 1679 el Santo Oficio emitió un edicto que prohibía a los seculares vestirse de religiosos durante los carnavales.

Ya desde aquellos tiempos existía la costumbre de que los hombres se vistieran de mujer. Sin embargo, se publicó otro edicto en 1731 censurando ese “atrevimiento” y castigando con 200 azotes a quien osara contradecirlo.

A causa de esas prohibiciones, el Carnaval se desplazó de la Ciudad de México a la periferia, por lo que se arraigó en pueblos como Iztacalco, Mexicaltzingo e Iztapalapa, donde se hacían las danzas de los huehuenches, en la que varios indígenas se disfrazaban de viejos. El día del carnaval ellos realizaban la ceremonia del ahorcado luego de hacer la parodia de un juicio a un gobernante.

A pesar de la reiterada oposición de las autoridades civiles y eclesiásticas a la celebración del carnaval, éste ha permanecido hasta nuestros días.

En cuanto al término “carnaval” Beatriz Ramírez, cronista de Iztapalapa, ubica su origen en las antiguas culturas griega y romana, para ser más específicos en las festividades dedicadas a Dionisio, el dios del vino, quien era transportado en un artefacto rodante llamado “carrus navalla” (carro naval). Esa palabra se transformó después al vocablo carnaval.

Por su parte, el diccionario de la Real Academia Española (RAE) menciona que el término significa “fiesta popular que consiste en mascaradas, comparsas, bailes y otros regocijos bulliciosos”.

En el Carnaval de los Ocho Barrios los más adultos todavía le llaman cuadrilla a lo que en la actualidad se conoce como comparsa, que es un grupo de baile que compite en un carnaval por el primero lugar en coreografía, vestuario y originalidad. Este grupo de personas desfilan disfrazadas, a menudo con trajes del mismo tipo, en las fiestas populares.

Iztapalapa es la cuarta delegación más grande en territorio y la mayor poblada de la Ciudad de México con 1,815,786 habitantes, según el estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) del 2010.

Ahí conviven numerosas tradiciones como la popular Pasión del Cristo de Iztapalapa. No obstante, el Carnaval de los Ocho Barrios resalta año con año por ser un momento de fiesta, donde cada uno de los habitantes de los barrios se transforma en un protagonista alegre, jubiloso y libre.

Santa Bárbara, San Miguel, San Ignacio, San Pablo, San José, San Lucas, San Pedro y La Asunción son los barrios que participan en el festejo. Durante la cuaresma, cada domingo y lunes las cuadrillas de estos sitios se organizan para salir a bailar, después de las dos de la tarde, con disfraces de todo tipo.

Los habitantes de los alrededores del centro de la delegación Iztapalapa solían referirse a esta fiesta como “el Carnaval de las Máscaras”, en alusión al disfraz tradicional de esta fecha, que representa a un personaje viejo y barbado, vestido con traje, corbata, pañoleta, guantes y sombrero.

El 26 de marzo, la cuadrilla del barrio La Asunción estaba lista para danzar. Muchos habitantes de este lugar salieron de sus hogares para celebrar con júbilo y devoción la fiesta, al mismo tiempo que reforzaban la cohesión y el sentido de identidad que caracteriza a los iztapalapense.

El significado de “barrio” va más allá del espacio físico en el que viven las personas. Esta palabra también habla del sentido de unidad, entendido como un conjunto de características propias de un grupo de personas que las distingue de las demás.

Alrededor de la una de la tarde, algunos participantes ya están en el cruce de las calles 16 de septiembre y Aztecas, el punto de inicio del recorrido de uno de los carnavales más importantes del Centro Histórico de Iztapalapa. Muchos asistentes aprovechan el tiempo para tomarse fotos con los mejores disfrazados o con sus personajes favoritos.

Alfredo Contreras Guillé lleva ya más de 30 años participando en este evento. Dirigente de la comparsa del barrio La Asunción, Contreras empieza a dar indicaciones a 16 danzantes para que tomen sus respectivas posiciones y empiecen a avanzar. Los acompaña una banda de músicos conformada por tamboristas y trompetistas, que tocan algunas melodías animosas y vivarachas para alegrar el recorrido.

Los danzantes se ponen en parejas y, en círculo, empiezan a zapatear y brincar con los brazos enlazados o tomados de las manos. El grupo da una “bailada” de unos 10 minutos y después sigue avanzando por las calles del barrio junto con la orquesta.

Algunos de los disfraces que lucen los participantes, tanto adultos como jóvenes, son botargas de ardillas, gorilas, Mike Wazowski y Sullivan (personajes de la película Monsters, Inc.), payasos, superhéroes como Batman y Superman. Además también están los típicos atuendos de los hombres: desde el traje de catrín con una máscara de cera hasta el disfraz de bailarina con peluca, vestido, diadema, zapato de tacón y abundante maquillaje.


Solamente durante el Carnaval estás “mujeres” pueden ser llamadas y tratadas como damas sin oponer resistencia alguna. Quien quiera puede acercarse a “ellas” y tomarlas de la cintura con firmeza o lanzarles los más atrevidos piropos.

El público reacciona con alegría y emoción, pues los movimientos y los desfiguros que los danzantes hacen entre ellos son bastante graciosos. De pronto, la cabezota de Mike Wazowski empieza a tambalearse pues debajo de este emblemático y verde personaje está un niño de aproximadamente 9 años, que apenas puede soportar el peso del disfraz y la temperatura que se siente dentro de la botarga.

Mike Wazowski no es el único con problemas. Algunas damiselas pierden su peluca pelirroja o güera mientras van de un lado a otro aunque después, de forma discreta, se agachan y se las ponen de nuevo como si nada hubiera pasado. Mientras tanto, otros compañeros del grupo se equivocan en la coreografía y empiezan a improvisar pasos sacados de la manga, lo que confunde a los demás bailarines de tal forma que empiezan a chocar entre ellos.

Los espectadores se encuentran fascinados. A pesar de que el sol resplandece de manera fulminante, la calle 16 de septiembre se inunda con carcajadas. Hasta ahora todo marcha con normalidad, si bien no se observa a ningún policía o autoridad que vigile el evento.

A los habitantes de La Asunción aún les espera una larga jornada. No obstante, ni el clima ni las problemáticas sociales que enfrenta la delegación Iztapalapa van a impedir que sigan disfrutando de su fiesta. Los lugareños de este barrio son tan apasionados y entregados que durante más de 70 años han luchado por la sobrevivencia de su tradición frente a diversos conflictos.

“La gente mayor participa para preservar la tradición del Carnaval y que no se pierda, pues les da identidad. En el caso de los jóvenes, algunos lo hacen por el mismo motivo que los más viejos, pero seguramente habrá quienes forman parte nada más para divertirse. También participa gente que no es de Iztapalapa y se incorpora”, explicó Beatriz Ramírez, responsable del Archivo Histórico de Iztapalapa.

Pero el Carnaval de los Ocho Barrios enfrenta problemas económicos y de seguridad que deben resolverse.

A la hora de mirar el estado de las casas en el barrio de La Asunción, salta a la vista que muchas de ellas sufren graves problemas de marginación y falta de oportunidades de desarrollo.

Según el perfil sociodemográfico del SIDESO (Sistema de Información del Desarrollo Social), publicado en el año 2000, el grado de marginación de este lugar es alto, pues los servicios básicos (agua, electricidad, drenaje) son escalos y los ingresos por familia se cuentan entre los más bajos de las unidades territoriales de Iztapalapa.

Por su parte, la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESO) del gobierno capitalino publicó otro diagnóstico, en enero de 2006, en el que se ubica a Iztapalapa e Iztacalco como las delegaciones con algunas de las 43 colonias más violentas y marginales de entre las 66 unidades territoriales de la Ciudad de México.

Asimismo en 2010, aproximadamente 727,128 personas de Iztapalapa (37.3% del total de la población en esta delegación) se encontraban en pobreza, de los cuales 664,110 (34.1%) presentaban pobreza moderada y 63,017 (3.2%) estaban en pobreza extrema.

Además, en cuanto a las viviendas en esta demarcación, el porcentaje de personas que reportó habitar en hogares sin servicios básicos fue de 2.3%, lo que significa 43,941 personas viven en condiciones inadecuadas.

A pesar de este contexto, para muchas personas de La Asunción no importa “agarrar un cachito del gasto” con tal de cooperar para el carnaval o bien para comprar un vestuario elaborado y participar. El júbilo y la devoción los empuja a ello.

“Para poder organizar el carnaval, año con año, pedimos a la delegación que se nos apoye puesto que es mucho dinero. Tan solo de una banda son 12 mil pesos, mientras que para el cierre del carnaval se contrata una banda más reconocida que cuesta aproximadamente 20 mil pesos. En total estamos hablando de un presupuesto de 32 a 34 mil pesos”, asegura Alfredo Contreras, dirigente de la comparsa del barrio La Asunción.


En el marco del festejo, la administración encabezada por la jefa delegacional Dione Anguiano Flores exhortó, a finales de febrero del 2017, a los organizadores y representantes de comparsas a que se apegarán a las normas de seguridad, vialidad y protección civil necesarias para este tipo de actividades masivas.

Además, Anguiano Flores recordó a los organizadores sobre la prohibición de portar armas de cualquier tipo y detonarlas durante el recorrido, pues trasgreden la sana convivencia familiar, principal objetivo de estas fiestas populares.

En ese sentido la delegación Iztapalapa, a través de la Coordinación de Participación Ciudadana, desarrolló un operativo que involucró a otras áreas, como la Coordinación de Seguridad Pública y las direcciones de Protección Civil y de Gobierno, a fin de que el evento transcurriera con mayor tranquilidad.

Sin embargo, Alfredo Contreras asegura que las comparsas de los ocho barrios no reciben apoyo de la delegación en materia de seguridad. Tan sólo basta observar que el operativo ideado por la delegación sólo se aplicó el día de la clausura de la fiesta.

“Antes se traían armas y causaban muchos problemas para la integridad de las personas que acudían al carnaval pues, además de adultos, acuden también niños y personas de la tercera edad. Actualmente, ese problema de armas desapareció porque hay vigilancia en las zonas cercanas del barrio La Asunción, pero no es suficiente para la festividad que se realiza”.

Por su parte, Beatriz Ramírez menciona que el consumo de alcohol en exceso también ha sido un problema que ha generado enfrentamientos durante el carnaval y que ha contribuido a la decadencia de la tradición.

“Por fortuna aquí no festejan con armas de fuego, como es el caso de Santa María Aztahuacán, Santa Meyehualco y otros pueblos. Ahí sí ha habido heridos y hasta muertos. En Santa Cruz dicen que si no hay un muerto no se le puede llamar Carnaval, a ese grado llegan. Para ellos es parte del festejo. Aquí no ha pasado nada de eso hasta ahora”, comentó.

En 2010, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) encontró que la carencia de acceso a la seguridad social afectó al 58.6% de la población en la delegación Iztapalapa.

Ante esos problemas, Beatriz Ramírez retomó: “es aquí donde se vuelve importante la participación de las autoridades delegacionales y a nivel del Distrito Federal (sic). Sin embargo, el aporte económico y de organización para realizar el Carnaval de los Ocho Barrios de Iztapalapa resulta, para algunos habitantes, una especie de intromisión burocrática en los asuntos que competen al barrio”.

En cambio, para otros como Alfredo Contreras significa la oportunidad de revitalizar una tradición que, sin apoyo del gobierno, estaría en el olvido.

Alrededor de las dos y media de la tarde el recorrido llegó a la Calle Cuauhtémoc y posteriormente se incorporó a la calle Aztecas. Cada vez se sumaba más gente de otros callejones, no faltaban quienes se asomaban por las ventanas de su casa para tener una mejor vista del bailable realizado por diversos personajes.

Llegó más gente y de pronto se integró un catrín con un estandarte en el que decía “Barrio La Asunción” con letras doradas en un fondo de tela negra. Este fue el símbolo de su Barrio y lo pusieron en alto para que las personas vieran qué barrio iba danzando por las calles de Iztapalapa.

La comparsa continuaba sus bailables por la calle Aztecas para regresar al punto de inicio y así culminar el recorrido a las ocho de la noche.

Según Beatriz Ramírez “La forma actual de organización contribuye a preservar la tradición del Carnaval porque hay gente responsable del evento, los organizadores tienen sus representantes; cada cuadrilla organiza sus ensayos. Existe un orden. Además se da mucho la competencia, eso despierta el interés y hay motivación por ganar, por ver quién baila mejor, quién tiene el mejor disfraz la mejor música, competir con otros pueblos les despierta el interés por participar”.

Mientras tanto los danzantes bailaban la última pieza mientras Alfredo Contreras daba indicaciones para cerrar el recorrido.

El Carnaval de los ochos barrios es una tradición que ha resistido a la modernización y ha perdurado con los años. Da color y sonido a Iztapalapa, explica el líder de los danzantes; y capitula: “pasaran muchos años para que desaparezca, pues nosotros siempre lo sacaremos a flote”.

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13 de junio de 2017

LA VIDA GALANTE Y LAS MUJERES DE MORAL DISTRAÍDA

Por Axel Antonio Martínez Pérez y Daniela Labrada Mejía
Ciudad de México (Aunam). El sexo no es cosa del otro mundo y si la prostitución existe es porque las personas necesitan del placer carnal sin compromiso, así que mientras la sociedad lo requiera, la prostitución seguirá existiendo. Es ya una parte cotidiana del día a día del ser humano, “un mal necesario” que pasa a formar parte del paisaje urbano de algunas zonas de la Ciudad de México.


Las principales zonas de la delegación Cuauhtémoc en las que se puede encontrar este tipo de servicio son San Antonio Abad, Insurgentes, Sullivan, Buenavista, La Merced, Izazaga, Zona Rosa y La Condesa. Con el paso del tiempo, el sexo por dinero pasó de ofrecerse en lugares privados a venderse en avenidas muy transitadas y a casi cualquier hora.

La forma de llevar su trabajo no es distinta a la de cualquier otro individuo con una ocupación normal. Todo depende de la zona en la que trabajen, como platica Beatriz.

“En Sullivan es como una zona VIP. Ahí las chavas son más fresas y tienes que vestirte igual, (pero) también hay chavas de Sullivan que se han ido a trabajar a la Merced, ahí agarran clientes más rápido. Sólo tienes que cambiar tu vestimenta por otras más provocativas y hablarle a la clientela de una manera distinta”.

Nuevas necesidades, nuevos tipos de prostitución


En los últimos años, muchas sexoservidoras han buscado diversificar su trabajo para reivindicarlo, poniendo así en marcha una transformación cultural de la prostitución que permita la expansión de las industrias sexuales e, incluso, una o varias especialidades dentro de su profesión.

Sobre esto Samantha, una sexoservidora, dice que “hay chicas que sólo se dedican a dar masajes eróticos, otras nada más las encuentras en un table dance y hay quienes sólo se dedican a acompañar a las personas. También tiene que ver con el sexo, pero no necesariamente tienes que coger para dedicarte a esto”.

Tal es el caso de Alondra, una chica de 26 años que sólo se dedica al servicio del sexting y whatsapp hot.

“No es necesario ir y pararte a una esquina para poder vender sexo. Eso se hacía antes, ahora puedes promocionarte por internet y obtener mejores resultados. No tienes que conocer a los chavos, ni siquiera tienes que tocarlos para poder hacer tu trabajo”.

"Yo elegí este trabajo porque me gusta coger


A pesar de las modalidades y la diversificación de su trabajo, la crítica social continúa señalando a las sexoservidoras. Muchas feministas que han reflexionado sobre el tema tienen posturas divididas. La primera y la opinión más compartida de la consciencia colectiva se inclina hacia el argumento de que ninguna mujer “elige” prostituirse y si lo hace, es porque está influenciada por traumas infantiles relacionados con abuso sexual, son engañadas o toman esa decisión por desesperación ante la falta de ingresos económicos.

La minoría de las feministas opina que es una decisión libre y que este trabajo no dista mucho de los “moralmente” aceptados. La prostitución es una de las actividades mejor pagadas que una mujer puede encontrar, y hay quienes entran y salen libremente de este negocio, obteniendo una estabilidad económica que otros trabajos no podrían darles

“Yo elegí este trabajo porque me gusta", comenta Samantha, "me gusta coger y lo hago bien, entonces ¿por qué no tendrían que pagarme por ello? Yo fácilmente en una hora gano lo que ellas (las sirvientas) ganan en dos días, si bien les. Sé que muchos piensan que si una se dedica a esto es porque fue violada alguna vez, pero mi caso es distinto. Crecí en una familia que me respetaba y quería que me superara”.

El sexo y la doble moral de la sociedad


La venta de sexo es una actividad que ofende y escandaliza a la sociedad porque se trata de una actividad que no está regulada, ofrece mayor remuneración económica a quien la practica y anula la discreción con la que debería de llevarse a cabo la sexualidad en una sociedad puritana.

Tal vez lo que más molesta a la sociedad de la prostitución voluntaria es que atenta contra el modelo de feminidad aceptado. La mujer debe de representar, a pesar de tantos años de defensa del feminismo, un papel sumiso y débil. Para la mayor parte de la sociedad, la mujer sólo puede tener relaciones sexuales dentro de un marco amoroso. Si ella ejerce su sexualidad libremente, se le tacha de “puta”; en cambio si es obligada, es una “santa”.

El pensar colectivo mexicano es un gran adepto a la doble moral, de ahí se explica que la sexualidad de las mujeres sea vista con otros ojos. Por eso Mary McIntosh dijo: “la prostitución implica, al mismo tiempo, un desafío y una aceptación de la doble moral del status quo. Como tal, no puede ser condenada totalmente ni aceptada con entusiasmo”.

Beatriz relata que a pesar de sentirse orgullosa de su profesión, jamás se le hubiera ocurrido decirle a su papá a qué se dedicaba. “Me hubiera corrido de la casa y jamás me hubiera hablado de nuevo”. En cambio sus amigos no tuvieron problema en aceptar su profesión, “unos incluso se hicieron mis clientes” relata con risas.

El comercio sexual es un medio importante de movilidad económica y también, en algunos casos, de liberación personal. No obstante existen estudios que afirman que la venta de sexo no toma en consideración el contexto de desigualdad social y económica entre hombres y mujeres que refuerza la opresión patriarcal contribuyendo así a la percepción de las mujeres como meros objetos sexuales.

Para las sexoservidoras, el relacionarse con otras personas puede ser complicado. Ese es el caso de Alondra.

“Cuando los demás saben a lo que me dedico dejan de verme como una persona, creen que sólo soy sexo y ya”. Sin embargo, no se queda. Como toda profesional, Alondra entiende que estos son los gajes del oficio.

A pesar de los estudios que se han realizado, las iniciativas de regularización de las sexoservidoras, la libertad de escoger que es lo que cada persona hace con su propio cuerpo, el feminismo, la liberación sexual y la tolerancia de una sociedad machista y puritana, aún queda mucho por hacer con el servicio que ofrecen las profesionales del sexo. Existen cabos, enfoques y realidades que deben ser estudiados de una manera objetiva y con la intervención de todos los interesados, pues como dice Alondra “para coger siempre hay dos involucrados”.

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12 de junio de 2017

CUANDO LOS CABALLOS SE ATRAVIESAN

Por Alma Lilia Hernández Carmona
Fotografía por José Guadalupe Hernández Badajos

Toluca, Edomex (Aunam). Eran las nueve de la mañana cuando José Guadalupe Hernández Badajos se encontró con ese accidente. A la altura de la Marquesa, en la autopista México-Toluca, un tráiler blanco se encontraba varado a la mitad de una curva peligrosa impidiendo el paso de los automóviles que iban hacia la ciudad. Aparentemente, el camión se quedó sin frenos y se vio obligado a dar un volantazo para evitar que el accidente fuera aún más aparatoso.


Por fortuna este siniestro no cobró vidas y lo único que provocó fue un terrible tránsito que retrasó a los automovilistas durante dos horas. José iba de regreso a su casa, en Cuautepec Barrio Alto en la delegación Gustavo A. Madero, después de salir del turno nocturno en su trabajo, cuando el percance lo retuvo.
Sin embargo, no es la primera vez que José presencia un accidente en esta carretera. En su trayecto diario, dentro de los tres turnos que abarca en su trabajo y a lo largo de diez años y medio, ha sido testigo y protagonista de sucesos como el ocurrido la mañana de ese lunes.

El silencio de la madrugada se ve interrumpido por el ruido que produce un celular al sonar. “Yo me despierto muy de mañana, con trabajo abandono mi cama, me voy al baño casi dormido y descubro que el agua se ha ido…” canta el salsero Nelson Díaz desde el teléfono de José. La canción Problemas de ciudad es la alarma que lo despierta cuando está en el turno de la mañana.

Pasan los primeros segundos de la salsa y José ya se ha levantado a apagarla para no despertar a su familia que duerme plácidamente. El reloj marca las 4:01 am y él no logra pasar desapercibido pues su esposa, al sentir que el lado izquierdo de la cama ha quedado vacío, decide abrir los ojos.

Mientras José se dirige al baño a asearse y mojar su rostro para despertar completamente, Andrea Carmona, su compañera de vida desde hace 23 años y siempre fiel a su labor de esposa, se levanta a prepararle un desayuno.

A las 4:30 Andrea sale al patio para abrir el zaguán que resguarda el auto de José. Él sube a un Chevy gris y baja la ventana para despedirse de su mujer con un beso. “Al rato regreso”, promete y sale de su hogar para dirigirse a Toluca. Aunque el compromiso que José le hizo a Andrea era sincero, ambos rezan para que los cielos ayuden a que se cumpla pues el camino es peligroso, ambos lo saben.

De acuerdo con el reporte anual de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), en 2016 se reportaron 9 accidentes en la carretera México-Toluca, en los cuales la cifras máxima de muertos fue de tres, mientras que de heridos se contabilizaron cinco, por accidente.

Como José menciona, “en la vida nada es seguro, y no la tenemos comprada”, por ello es consciente del riesgo que implica viajar tan lejos. Sin embargo, es un asunto que no le ocupa ni preocupa. Su misión diaria es llegar a su trabajo y hacerlo lo mejor posible para que su esfuerzo se vea reflejado en su renumeración económica. Su máxima prioridad es el bienestar de su familia.

José recorre Tlalneplantla y después se incorpora a Gustavo Baz; pasa por Naucalpan para subir al Periférico, que lo llevará a Palmas donde tomará la ruta hacia Cuajimalpa para alcanzar la pista hasta La Marquesa. Mientras maneja hacia su trabajo piensa en su familia: en su hijo menor, que tiene bajas calificaciones y va mal en la escuela, en la hija mayor, que sufre por una reciente ruptura amorosa, y en su esposa, que cada vez hace más malabares para hacer rendir el gasto semanal.

Después de la familia, piensa en los problemas del trabajo. Uno de sus jefes se ha empeñado en hacerle difícil su jornada laboral. Y luego piensa en los problemas de la casa. Tiene que pagar agua, luz, teléfono y gas, ya no hay para comprar otra estufa…

¡Ñiii!, el Chevy gris de José frenó de golpe. De las llantas comenzó a salir humo blanco y el olor característico del plástico al quemarse comenzó a esparcirse en el ambiente.

Asustado, José sólo escuchó un relincho a lo lejos. ¡Hiii!, emitió el caballo que se le acababa de atravesar en el camino. Afortunadamente, no pasó nada grave, sólo fue el susto y el aprendizaje de permanecer concentrado durante todo el camino, sobre todo a estas horas del día, pues a las 5 de la madrugada el cielo y el bosque de La Marquesa aún se encuentran envueltos en la oscuridad.

“La libré”, piensa José, ni el caballo ni él resultaron heridos. No obstante, en su memoria comienza de repente una tormenta de recuerdos sobre las veces en las que se ha librado de ser llevado al mundo de los muertos. En ninguna de esas ocasiones se había topado con un equino.


Muchos de los accidentes en esta carretera ocurren por irresponsabilidad humana, ya sea por ir a exceso de velocidad o no darle el mantenimiento adecuados a los carros. A veces puede ser simplemente el destino y no importa la hora, día o kilómetro de la autopista o si algún animal decide cruzar la autopista sin saber que su vida y la de algún humano peligran al hacer eso.

Han existido ciertos percances que no reciben cobertura alguna de parte de los medios, como el del conductor que murió calcinado tras volcarse el tráiler en el que viajaba el pasado 19 de abril. José había pasado por ese lugar apenas media hora antes.

Sin embargo, él sí ha observado algunos, y el más traumante que recuerda fue en una ocasión en la que entraba a trabajar en el turno de la noche. Salió de su casa a las 7:00pm, alcanzando La Marquesa a las 8:00pm. El tránsito era terrible y tuvo que llamar a su trabajo para avisar que llegaría tarde pues había ocurrido, de nuevo, un accidente.

En aquel accidente, José recuerda que iba en su Chevy cuando pasó al lado del accidente. Dirigió su mirada hacia el lugar y vislumbró el cadáver de un hombre de aproximadamente 30 años de edad en el asfalto. El cuerpo sin vida estaba cubierto por una sábana blanca. Asegura que ese ha sido el accidente más aparatoso que ha tenido que presenciar.

Desde aquel accidente, José procura ser precavido en cada uno de sus viajes en auto. Trata de no pensar en los peligros que aguarda el camino, pues éstos están tanto en las carreteras como en la calle de la casa. Ningún lugar es seguro, la vida no está comprada. Nunca sabes cuándo te va a tocar ser testigo o ser protagonista de un accidente, ni tampoco puedes evitar que los caballos se atraviesen.

Así, en un día normal de trabajo (y en todos los demás sin importar el turno en el que está), José por fin llega a la avenida Paseo Tollocan, donde se ubica la vidriera en la que él trabaja, esperando la hora de salir para volver a su casa, tratando de no pensar en los riesgos del camino.

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NO SE NECESITA PRISIÓN PARA ESTAR ENCARCELADO

Por Michelle Hidalgo Salvador
Ciudad de México (Aunam). La realidad a la que se enfrentan las personas encarceladas es difícil. Diferentes medios de comunicación se han encargado de esclarecer la realidad con la que lidian los presos en estos centros de reinserción y las fallas dentro de su organización. Se ha hablado del maltrato y la violación a su integridad, quejas que han sido constatadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).


Si bien, a primera vista, los más afectados son aquellos privados de su libertad, existen personas de las cuales se habla poco y que también: la familia. Ellos se enfrentan al mismo crudo escenario, incluso cargan una responsabilidad más compleja pues deben mostrar fortaleza para apoyar a quien está preso y mantener a su familia. Atraviesan dos espacios engorrosos, dentro y fuera del penal.

La familia, fundadora y base de estructuras

La familia está conformada por individuos que intercambian, aprenden e interactúan entre sí. Dicho grupo es considerado como la estructura básica de la sociedad, ya que cumple el papel de una institución al cubrir las necesidades biológicas primordiales y esenciales de sus miembros. Suele estar organizada por normas morales, sociales, económicas, culturales, religiosas y reglamentarias, dependiendo de los hábitos de los jefes de familia, de quienes el resto del grupo va aprendiendo.

En la Declaración Universal de los Derechos Humanos se certifica que la familia es el elemento natural universal y fundamental de la sociedad (1948), por lo que se le puede considerar una microrepresentación de la misma.

Sin embargo, cuando los individuos entablan relaciones con otros, interactúan y se retroalimentan de un grupo externo. Por ello, los nuevos actores pueden tener un papel relevante en la vida de cada persona.

Esperanza Secundino siempre fue muy dedicada a sus hijos, incluso un tanto severa. Pensó que con sus enseñanzas, más las reglas y obligaciones que cada uno de ellos tenía, era suficiente. Estaba segura que había hecho bien su trabajo, que los tenía bajo control. El día en que la policía entró a su casa buscando a su hijo por tráfico de drogas, sintió un balde de agua fría sobre ella y se cuestionó en qué había fallado.

El caso de Esperanza no es un hecho aislado. Se presenta con frecuencia, pues en determinado momento los hijos se alejan y los padres poco pueden hacer para protegerlos de las relaciones que entablan con otros, como “los malandros de la colonia”. Las amistades son consideradas como una nueva confraternización, ya que al haber simpatía las personas adquieren nuevos hábitos y valores y crean otra familia. Sin embargo, al entrar a la cárcel ellos desaparecen, sólo queda la original.

Turbulencias en el proceso

Durante su paso por prisión, la familia es una pieza importante para los reos, ya que ésta representa su principal apoyo para aclarar hechos, fallas y todo aquello que pueda amparar al presunto culpable.

Antes del dictamen de la sentencia, la familia procura buscar soluciones o alternativas con el fin de que su familiar no llegue a la “casa grande” y evitar un sufrimiento mayor a los demás miembros. Sin embargo, los oficiales, abogados e incluso la parte acusadora pueden obstaculizar esos intentos, con la intención de buscar un dinero extra o a un chivo expiatorio para cerrar el caso con “éxito”.

Francisco García llegó al Reclusorio Oriente acusado de haber herido a un joven con una botella de vidrio. Aquel día se había acercado a una riña con el fin de tranquilizar las cosas. A pesar de que el peritaje estaba a su favor, dado que las declaraciones no concordaban con las heridas, cumplió una condena de seis meses como “pagador” en aquel penal, pues se le dio la razón a la parte acusadora. Su familia asegura que se impusieron algunas leyes que lo declararon culpable.

En el tiempo de encarcelación Bertha González, esposa de Francisco, confío en su primer abogado, pues siempre le tenía un gran número de propuestas y promesas que ayudarían a que su marido saliera libre. Con el tiempo, el señor no mostraba avances y dejaba cada vez más delgado el monedero de aquella familia. Tras la sentencia condenatoria contra su esposo, la señora tuvo que buscar otro abogado.

En este caso, la familia se enteró tiempo después de que la madre del afectado en la riña tenía una relación con uno de los policías que había detenido al señor “Paco”. Cuando la defensa mostraba un avance en el caso, la parte acusadora ya contaba con exculpaciones y amparos, lo que ocasionó que Francisco pasara 6 meses en la cárcel. La poca experiencia de la familia García González fue uno de sus grandes enemigos.

En el juicio contra Francisco García no hubo un mediador efectivo que pudiera dar transparencia al proceso, hasta que llegó el segundo defensor. Si Bertha se hubiera quedado con los brazos cruzados, el resultado podría haber sido diferente. Pero no fue así.

El apoyo de la familia durante el encierro

Al ingresar a la cárcel, los internos deben tomar en cuenta que ahí todo tiene un precio: pase de lista, librarse de la dura faena o recibir protección de enemigos que estén en el mismo lugar. Empero, al estar encerrados los reos no pueden valerse por sí mismos y se ven tentados a buscar el dinero para los cobros en actividades que podrían añadir más años a sus condenas, como la venta de drogas. Por ello la familia es, en la mayoría de los casos, la encargada de costear al preso.

Ambas partes sufren cambios y afrontan nuevos escenarios. Sin embargo, si la familia decide seguir apoyando a quien está dentro de la cárcel, carga con mayor responsabilidad pues tiene que buscar un dinero extra para la estancia del reo. A partir de ese momento, la estabilidad emocional y económica de los demás miembros de la familia se torna vulnerable.

Esperanza Secundino se enfrentó a su esposo Bernardino Salvador, debido a que él le pidió no apoyar más a su hijo pues había cometido un error y ya no había nada que hacer. Ella no quería dejarlo a la deriva y, a escondidas, le pedía dinero a sus otros hijos para irlo guardando y llevárselo al Reclusorio Oriente.

Parte de ese dinero también se destinaba para comprar material y que su hijo realizara algún oficio. Debido a su edad y estado de salud, para Esperanza era bastante complicado trasladarse hasta el penal. Por ello, sus hijas mayores se turnaban los fines de semana para ir, muy temprano, a casa de su madre y acompañarla.

El efectuar algún trabajo dentro del penal le da a los reos la posibilidad de reducir su sentencia. Un oficio ahí representa una segunda oportunidad. Sin embargo, aquellos que han sido abandonados por sus familiares tienen que buscar alternativas para cubrir sus gastos. Hay diferentes opciones: algunos reos venden droga, otros son extorsionadores vía telefónica y están aquellos que atienden puestos y rentan ropa a las familias que acuden a las visitas.

Enigmas ante la sociedad


Una vez que un familiar es encarcelado, se crean problemas con otros miembros de la familia, como los demás hijos. Ellos pueden ser señalados o violentados en el hogar o la escuela, provocándoles conductas violentas o el deseo de aislarse. De no ser atendidos, estos factores llevan a la deserción escolar y/o cambios de comportamiento.

Al tener que solventar gastos extra, la familia del preso tiene que limitarse en el consumo de algunas cosas para ahorrar dinero, situación que puede traducirse en cambios alimentarios o inestabilidad en vivienda, empleo y seguridad social. Es decir, las necesidades del familiar en el penal se sienten como si fueran más importantes que las de aquellos en casa.

María Luisa y Carmen son las hijas mayores de la familia Salvador Secundino. Tras la detención de su hermano Leonel, sus esposos les pidieron que se alejaran por un tiempo de su familia, pues tenían que ver por el bienestar de sus propios hijos. Sin embargo, para ellas eso fue imposible y procuraban ajustar el uso de servicios y gastos en la comida para ahorrar algo y dárselo a su hermano.

La realidad carcelaria coloca en apuros a las familias, incluso es como si vivieran una especie de extensión de la sentencia impuesta a uno de los suyos. En estos hogares, se labora en términos de economía y emociones para sobrellevar la ausencia del pariente encarcelado, además de que se busca algún empleo extra para obtener más recursos en aras de respaldar al recluido en la cárcel.

Visitando la prisión

Para poder ingresar a los penales es necesario pasar por varios filtros. En cada uno de ellos los custodios tratan de mantener el orden. Este grupo de oficiales son responsables de revisar a las personas que llegan para ver a sus familiares. Sin embargo, en ocasiones llegan a presentarse actitudes o comportamientos no apropiados.

Irma Salvador fue pocas veces a visitar a su hermano, pues en una de las inspecciones de rutina una custodia se le acercó y le dijo “está bien chula”. Con una patada burda le separó los pies y comenzó a tocarla, pero a la chica le pareció inapropiado ya que tardó más de lo usual y daba apretones innecesarios en algunas partes de su cuerpo, alegando que era para corroborar que no ingresara algo prohibido.

En aquella ocasión Irma tenía solo 22 años y no supo qué hacer. Se alejó llorando y tuvo que tranquilizarse rápidamente para que su hermano no se diera cuenta que algo le había pasado.

Otro detalle a tener en cuenta cuando se visita la prisión es la ropa que se lleva. Debido a que los reclusos visten ropa blanca o beige, los visitantes no deben portar estos colores. Si alguno de ellos llega vestido así deben rentar la ropa adecuada en alguno de los puestos ubicados en la entrada o afuera del penal.

Tras pasar los filtros de seguridad, los custodios colocan en el visitante un sello traslúcido que únicamente se ve con una lámpara. Es importante que el familiar cuide que dicha marca no se moje para que sea reconocido a la salida. De lo contrario, la persona deberá esperar a que todas las visitas hayan despejado el lugar para corroborar su nombre en la lista.

Con tal de hacer que sus presos olviden su realidad por un rato, hay familias que llevan al penal cosas del exterior, como comida. Si bien es posible ingresar alimentos, los parientes deben solicitar un permiso al director del área, un proceso que puede llevar un par de semanas. La otra opción es sobornar a los custodios para acelerar la aprobación. Cuando se lleva comida la entrada puede demorarse más, dado que los custodios deben revisarla con cuidado, para evitar que a través de ella se metan objetos peligrosos.

Las afianzadoras, un “apoyo” peligroso

Muchos creen que cuando una persona sale de la cárcel, el proceso cesa. Sin embargo, el exconvicto sólo pasa a un nuevo escenario. Algunos reos son puestos en libertad por buena conducta, falta de pruebas o el pago de una fianza. Lamentablemente, un individuo que lleva un tiempo considerable en prisión no cuenta con los recursos económicos para pagar dicho aval. Nuevamente es la familia la que debe solucionar el asunto.

Algunas madres de familia tienen el “apoyo” de afianzadoras, quienes les prestan el dinero a aquellos reos que salieron con libertad condicional. Estas personas deben ir al penal, en días específicos, a firmar el libro de control de procesados. Esa es la garantía de devolución de dinero para la afianzadora. Sin embargo, para estar más seguros estas empresas exigen otras cosas como hipotecas de propiedades. Si los reos no cumplen con su firma, las afianzadoras pueden disponer de los immuebles.

Cuando el liberado fue acusado por un comportamiento extraño o trastorno, el exconvicto es enviado con un psícologo con quien debe firmar su asistencia. Este control es enviado al penal del que salió y si no cuenta con las firmas de asistencia, se le llama la atención. Si la persona continúa cometiendo faltas pone en riesgo a su familia, pues existe la amenaza de que la afianzadora reclame la vivienda hipotecada o que siga pendiente el pago de una cantidad en efectivo.

El tener a un ser querido en la cárcel involucra gastos y responsabilidades que la familia debe cubrir sin recibir ayuda de ninguna institución gubernamental. Si los penales cumplieran correctamente su función, estos contratiempos podrían evitarse. Pero mientras el sistema carcelario en México siga así, los familiares de los presos tendrán que seguir el largo camino de la resistencia.

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