18 de mayo de 2017

LOS MIGRANTES HUYEN DE LA PESADILLA MESOAMERICANA: AMARELA VARELA

Por Diego Caso
Ciudad de México (Aunam). A pesar de ciertas investigaciones que muestran un descenso en el número de migrantes que cruzan hacia Estados Unidos, Amarela Varela, académica de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), señaló que el cambio esencial en este tema ha sido la disminución de la migración laboral y el aumento de los desplazamientos forzosos.


“No hay un decrecimiento de la migración; hay un decrecimiento de la migración laboral, pero la migración en la época actual, su característica principal, es que no está persiguiendo el sueño americano, sino que esta huyendo de la pesadilla mesoamericana”.

En el conversatorio “Migración post epocal. Trump y su combate a la otredad”, la doctora en Sociología subrayó la necesidad de incluir en la agenda migratoria de México el desplazamiento de connacionales dentro del país ocasionado por los niveles de violencia desatados en sus lugares de origen por el crimen organizado.

Varela afirmó que la situación de vulnerabilidad enfrentada por los migrantes no es un contexto provocado por el gobierno de Donald Trump, sino que viene desde la década de los noventa, cuando la migración ilegal pasó a considerarse como un problema de seguridad nacional, lo que llevó a organismos norteamericanos a iniciar una “externalización de las fronteras”.

“Con la externalización se busca gobernar las migraciones para gestionarlas de una mejor manera para que den más plusvalor. Se ha hecho de nosotros (México) el muro más grande del muro, porque nosotros deportamos a 8 de cada 10 migrantes que intentan llegar a EU con el dinero de nuestros impuestos”.

Varela enfatizó que esta estrategia mueve cada vez más “el muro norteamericano” hacia el sur mediante la suscripción de convenios multilaterales entre Estados Unidos, Canadá, México y América Central, con el objetivo de establecer un gobierno del tránsito migratorio que genera un beneficio económico.

“Un sin papeles no es el resultado de una suma de decisiones familiares para sobrevivir a la neoliberalización […], los doce millones de ilegales en Estados Unidos son una construcción estatal, el resultado de una serie de políticas y leyes que los ilegalizaron para poder explotarlos”.

Sobre este mismo tema, la doctora agregó que existe el fomento a cierto necropolítica, cuyo objetivo es la división de la comunidad mexicana en Estados Unidos y que se basa en la constante separación de los miembros de una familia. Por ello, el gobierno de México debe entrar de lleno a la discusión de políticas de integración y crear programas universitarios que ayuden a crear estrategias de incidencia para los migrantes retornados.

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17 de mayo de 2017

"LXS PERRXS" DEL CHE

Por Adela Sánchez Olvera
Ciudad de México (Aunam). Daiser, un pequeño perro chihuahua con grandes ojos saltones negros, permanece en la maceta de concreto que se encuentra detrás de los vendedores de sushi. Con sus dos pequeños dientes quita la poca carne que le queda a un hueso, que le dio momentos antes una chica alta, delgada y con rastas.


El chihuahua se deja acariciar por los estudiantes que pasan por el famoso pasillo de Filosofía, que se encuentra inundado de diversos olores de comida, como los tacos de mixiote, el platillo más solicitado en este pasillo-comedor.

Lo contrario de la pasividad y amabilidad de Daiser lo representa Puky, un canino flaco y con el pelaje desarreglado que muestra en las barbas restos cafés de la sopa que se comió. Esta pequeña bola amarillenta reacciona de manera violenta cuando un joven se acerca a acariciarlo: ladra tan fuerte que los chicos que cruzan la calle se sobresaltan y sus ojos pasan a contemplar la rabieta de Puky.

“Te va a morder”, le advierte el vendedor de sushi con un bocado de comida en la boca. El joven por segunda vez intenta acercarse al perrito que vuelve a ladrar y lanza ahora una mordida, que el chico logra evadir. “¡Puky!”, le llama la atención una chica que se encuentra en el mismo puesto. “¡Qué violento compa!”, le reclaman y éste se refugia debajo de una silla, con una cara de susto que lo hace ver tierno después de su ataque.

Las reacciones violentas de Puky ante desconocidos son normales, reconocen los integrantes de la comunidad Okupa Che, después de lo ocurrido el 3 de marzo de 2014.

Ese día dos grupos se enfrentaron por el control del auditorio. Hubo torturas a base de choques eléctricos para los okupas que velaban esa noche el auditorio. Los golpes también alcanzaron a Puky y su mamá Lola, quien falleció debido a las heridas. Desde entonces Puky se muestra agresivo con toda la comunidad ajena a los colectivos que permanecen en el auditorio.

Sin embargo, el pequeño canino se muestra cariñoso y protector con los integrantes de la comunidad; pasa de brazo en brazo como si de un bebé se tratara y se recuesta en las piernas de los okupas, a tal grado que llega a dormirse. De igual manera come al lado de los vendedores de sushi, tortas, accesorios, discos, libros, ropa y demás puestos que le dan fama al pasillo de la Facultad de Filosofía y Letras que conecta con la Biblioteca Central.

Los integrantes del colectivo tienen la firme ideología de que no son animales, sino seres vivos que tienen los mismos derechos y la libertad para elegir con quien quieren pasar su tiempo, por lo que no los atan y los dejan andar sueltos, hasta irse de vacaciones.

Si bien es cierto que el colectivo de Okupa Che está lleno de diferentes ideologías –como anarquismo, feminismo, veganismo, comunismo o incluso de aquellos que apoyan el Movimiento de Liberación Animal– resalta que tanto Emma, Puky y Daiser no son animales ni mascotas: ellos forman parte de la comunidad. Por lo tanto son llamados compas, compañeros y camaradas.

Con las diferentes actividades que se realizan en el auditorio, se recauda el dinero para su mantenimiento. Un ejemplo de esto es el comedor vegano, que funciona desde el 2001. Además, los recursos recabados se utilizan para la supervivencia de los colectivos y sus integrantes y, por lo tanto, también de los compañeros perrunos que se encuentran en un auditorio tan polémico.

Conforme transcurre el día y llega la tarde noche, Emma, Puky y Daiser se acomodan a las afueras del auditorio, viendo a los jóvenes pasar. Algunos voltean a ver a los camaradas caninos, sonríen, y con una exclamación de ternura y voz aguda dicen “Mira, ¡qué bonito perrito!” y continúan su camino dejando atrás las miradas de estos tres perritos, protectores de su comunidad.

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16 de mayo de 2017

CAMANINO

Por Adela Sánchez Olvera
Ciudad de México (Aunam). Al pasar por el famoso pasillo de Filosofía y distinguir los diferentes puestos de comida vegetariana, así como el olor tan peculiar de los tacos de mixiote, pueden observarse en la entrada del auditorio Justo Sierra, mejor conocido como el Che Guevara, tres distintas razas de perros; uno pequeño, otro mediano y uno grande.


Llevan por nombre Daiser, Puky y Emma respectivamente. Pertenecen a la comunidad de los okupas, el sobrenombre que comparten las distintas personas que se encuentran en el auditorio. Daiser y Emma se muestran amigables y cariñosos con los diferentes estudiantes de las diversas carreras ofrecidas en Filosofía que se acercan a jugar con ellos o simplemente a acariciarlos.

La “mamá” (la joven prefirió no dar su nombre) de Puky comenta que esta pequeña perrita sufrió un colapso de pulmón tras una riña con otros perros a principios del mes de febrero y que “casi no la libra”. Sin embargo, poco a poco se ha ido recuperando, aunque Puky aún tiembla y a veces hasta huye para esconderse. “Desde el accidente quedó un poco espantada”, dice su mamá.

A raíz del accidente de Puky, la comunidad del Che Guevara solicitó ayuda en su página de internet para cubrir sus gastos, ya que éstos rondaron entre los mil y tres mil pesos. Para ello realizaron un bufete vegetariano el pasado 8 de febrero, donde todas las ganancias serían destinadas para la recuperación del “compa”.

Estos perritos, que acompañan a la comunidad día a día, tienen la libertad de moverse y hasta suelen dar paseos con los estudiantes que ya conocen, para después regresar a su hogar y acompañar a sus “papás” en alguna charla política o simplemente echarse en la entrada del auditorio.

La comunidad de los okupas acepta cualquier donación para mantener a los perritos, desde comida hasta tiempo de juego. Con respecto a la comida comentan que en ocasiones los integrantes de la comunidad difícilmente comen. Sin embargo, siempre buscan darle aunque sea un bocado a sus amigos caninos, puesto que todos son parte de una cooperativa y tienen los mismos derechos.

Asimismo tratan de cumplir los antojos de sus compañeros perrunos, pues éstos no son amantes de las croquetas y prefieren las buenas piezas de pollo –muslo, pierna y pechuga–. Tratan de alimentarlos como a ellos les gusta, aunque de vez en cuando les dan sus tacos de mixiote.

Sus dueños tratan de variar las dietas de Daiser, Puky y Emma, ya que defienden la idea de que a ningún ser vivo le gustaría comer lo mismo durante toda su vida. Cuando los recursos no alcanzan para comprarles sus alimentos favoritos, sus “papás” esconder algunos croquetas entre el puré que hacen con verdura y caldillo.

Así como tienen muchos amigos de otras facultades, hay momentos en que Emma, Puky y Daiser prefieren la soledad y se esconden en el gran auditorio así como debajo de las mesas de la Fanzinoteka, que es un espacio que cuenta con diferentes fanzines, folletos, carteles sobre diferentes movimientos e ideologías compartidos en esta facultad.

Los okupas festejan y dan las gracias cuando les llega algún donativo para sus camaradas caninos; más allá de cualquier prejuicio contra ellos, los okupas consideran un bienestar el saber que hay personas ajenas a sus ideologías que se preocupan por los perritos que habitan en el auditorio más polémico de la UNAM.

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EXPERIMENTO ALICE FACILITA LA RECREACIÓN DEL INICIO DEL UNIVERSO

Por Mónica Santos Vargas
Ciudad de México (Aunam). En conferencia de prensa Gerardo Herrera Corral, miembro del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV) del Instituto Politécnico Nacional, e Ildefonso León, académico de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), presentaron los resultados obtenidos en el experimento ALICE (A Large Ion Collider Experiment, por sus siglas en inglés), que busca recrear los primeros instantes del universo y cuyos datos resultan importantes para la investigación de la física de la materia.



A través de una colisión de protones se formó un plasma muy denso y caliente llamado quark-gluón, semejante a la sopa primitiva. Con base en la explicación de los investigadores, esa era la forma del universo unas millonésimas de segundo después del Big Bang. 

El objetivo principal de ALICE es “recrear el estado de la materia que tenía el universo cuando apenas tenía diez microsegundos de edad”, explicó el investigador Gerardo Herrera, esto con el fin de entender cómo era el universo justo en su origen.

El descubrimiento consiste en la formación de colisiones (choques) entre protones, que viajan a velocidades cercanas a la de la luz (300 mil kilómetros por segundo). Este sistema es más sencillo y no se utilizan iones de núcleos pesados. 

“Se está produciendo, en la colisión de protones, el mismo plasma de quarks que aparece en la colisión de iones (...) estado primordial del universo, y por alguna razón se está generando en la colisión más sencilla”, expresó Herrera. 

El investigador resaltó que estos datos ayudan a entender mejor el procedimiento de formación de las partículas, la generación de los quarks centrales y la importancia de estudiarlos de una manera asequible, así como la relevancia de protones contra protones. 

Los investigadores publicaron sus resultados y conclusiones en el artículo “Aumento en la producción de hadrones con extrañeza en colisiones de alta multiplicada de protones contra protones” en la revista Nature Physics. 

Las instituciones mexicanas involucradas en el detector ALICE son el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV), el Instituto de Ciencias Nucleares y el Instituto de Fìsica de la UNAM, la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y la Benemèrita Universidad Autònoma de Puebla (BUAP). A nivel global, más de mil 500 físicos, ingenieros y técnicos, así como aproximadamente 350 estudiantes forman parte del proyecto. 

ALICE forma parte del Gran Colisionador de Hadrones (Large Hadron Collider, por sus siglas en inglés) que está en el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN) en donde se producen colisiones de protones con una energía muy alta. 

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