26 de enero de 2017

TONNYBETH: UN VISTAZO A LAS NUEVAS FORMAS DE LECTURA

Por María Fernanda Hernández Cardeña
Ciudad de México (Aunam). La lectura es una de las grandes pasiones de Antonio Miranda Ocampo. Habla de ella como si también fuera su profesión. Y es que a pesar de haber estudiado Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, ha sido la literatura lo que le ha abierto las puertas hacia lo que hace hoy en día: ser un booktuber, es decir un promotor de la lectura en México a través de YouTube.

La Biblioteca Vasconcelos es cálida y silenciosa al mismo tiempo. Su atmósfera es amigable e invita a cada persona que camina por sus inmediaciones a adentrarse y hacer lo que sea que les guste, desde leer hasta bailar. También transmite una cierta calma: es la tranquilidad que acompaña a los lectores al momento de incursionarse en un libro.


Miranda Ocampo se halla sentado en un sillón del recinto en el que tuvo su primero evento como booktuber. “Fue muy impresionante porque una parte de mí aún tenía la idea de que en México no se lee. Cuando hice mi canal de YouTube pensé que no pasaría de 200 suscriptores, entonces fue sorprendente ver en el auditorio de la Biblioteca a más de 300 personas que veían los videos”, relata.

Tonny –como me pidió que lo llamara– forma parte de la comunidad de lectores llama Booktube, creada en la plataforma de YouTube. “Es una comunidad que permite a los jóvenes tener acceso a nuevas formas de lectura. Antes, cuando yo leía, lo hacía solo. Pero en Booktube no solo puedes encontrar a más personas que leen, sino que tienen otros puntos de vista y te recomiendan libros diferentes”.

La difusión del fenómeno de Booktube en México comenzó a darse entre 2011 y 2012. Innumerables canales de tal índole han surgido y crecido tanto dentro como fuera del internet. Ejemplo de su impacto son las ferias del libro que, continuamente, se han llenado de seguidores de una comunidad que busca, en palabras de Tonny, una nueva forma de experimentar la lectura.

“Yo quiero que la vida sea eso: platicar y compartir las emociones que te produce un libro, no solo que se vaya a un salón de clases a hablar sobre él. Para mí eso no tiene sentido, tiene que ser algo que impacte en tu vida. Y cuando veo que eso pasa con las personas, me gusta”, comenta con tono apacible.

La entrada al mundo de las letras

El gusto de Tonny por la lectura inició desde muy pequeño, cuando empezó a escuchar las historias que su madre le relataba.

“Mi mamá me leía mucho de chiquito, entonces siempre se me hizo algo muy padre, aunque no lo hiciera por mí mismo”, cuenta recargado en el sofá de tono casi tan oscuro como el de su suéter de rayas. “De ahí surgió mi inquietud de leer por cuenta propia. De repente le pedí que me comprara un libro, se llamaba Colmillo Blanco, y me gustó”.

No obstante, fue hasta la secundaria que comenzó a generar un hábito por la lectura y considerarse un lector. “Muchos de los libros que leí, no los entendí; pero otros sí me gustaron y son, hasta ahora, mis libros favoritos”. Entre ellos se encuentran Clemencia, Fausto, La insoportable levedad del ser y Todo está permitido.

Sin embargo, Tonny considera que muchos estudiantes se alejan del mundo de las letras después de pasar por este nivel educativo porque la lectura se convierte en una obligación escolar, no un gusto adquirido.

“Creo que a veces hace falta fomentar el amor por la lectura, preguntarle a un joven: ¿qué te dejó el libro?, ¿qué no te gustó? o ¿qué te gustaría leer?, porque si le ponen un examen, pierde el interés por buscar qué leer por sí mismo. Lo hace por la escuela y ya”.

“Algo que me interesa es que los jóvenes lean, pero no sólo como parte de su formación académica o de un entretenimiento. Creo que la literatura puede ayudarte a adquirir más experiencias o a prevenir otras, te da una perspectiva más amplia e, inclusive, te ayuda a conocerte más como persona”, explica.

Tonny ha sacado muchos beneficios sobre este último punto, pues utiliza lo aprendido a través de la lectura para contestar cuestiones tan existenciales como la forma de vivir la vida o qué hacer para ser feliz. También ha encontrado muchas cosas que lo han ayudado en sus relaciones personales, con la familia, los amigos o la pareja.

“Crecí queriendo ser un todólogo”

El interés generado por la lectura en sus primeros años ha acompañado a Tonny desde entonces y moldeado importantes decisiones en la vida del booktuber. Precisamente, durante la lectura de uno de sus libros favoritos Tonny descubrió su interés por estudiar para filósofo en la máxima casa de estudios

“Un día estaba leyendo con mi tío Fausto de Goethe y él dijo: «A mí me habría gustado saber de todo, pero no hay ninguna carrera que se llame Todología. Tal vez, filosofía sea lo más cercano a ello», recuerdo que dijo”.

No obstante, el booktuber llegó a considerar otra carrera, aunque ésta fuera sólo un complemento para su verdadero interés: el amor por las letras.

“En realidad, crecí con la idea de querer ser dentista, pero porque pensé que estudiando eso iba a poder hacer algo similar a la filosofía. Me gustaba reflexionar e imaginar, así que pensé que podría ocupar el tiempo libre de dentista para hacer esas cosas. Siempre estuve muy seguro sobre filosofía, aún cuando no sabía muy bien en qué podría trabajar. Más tarde, al graduarme, tuve una sorpresa muy grata al descubrir que no podía dedicarme solo a la docencia, sino también a la promoción de cultura”, relata.

Dentro del leve sigilo del último piso de la Biblioteca, Tonny enlista a varios de sus filósofos predilectos, como Schopenhauer y Kant, junto con algunas de sus citas. “Aquellos hombres que en definitiva me interesan, son a los que les deseo sufrimientos, abandono, enfermedad, malos tratos, desprecio…”, citó a Nietzsche con voz delicada.

“Pensé «sí se puede» y abrí mi canal”


El seudónimo de su canal, “Tonnybeth”, surgió de una combinación de nombres realizada por una de sus primas pequeñas. “Su mamá se llamaba Elizabeth, entonces un día llegó y me dijo: «Tú eres Tonnybeth». Me gustó cómo sonaba y opté por él”.

Después del nombre, siguió la elección del contenido del canal. Planeado en un principio para hablar sobre filosofía, su canal terminó por unirse a los booktubers cuando Tonny los descubrió en la red.

“Me gustaba ver cosas en YouTube. Desde que comencé a ver videos me habían surgido las ganas de hacer algo, sólo que no sabía qué. Pensé en hacer un canal de filosofía, pero nunca lo hice hasta que salí de la carrera y, con el tiempo libre, me topé con los canales de libros. Encontré los de Alberto Rebolledo (Holaquelee), Fa (Las palabras de Fa), Raiza (Raizarevelles99) y con ello pensé «sí se puede».

Miranda Ocampo abrió su canal a inicios de 2012. Hasta la fecha, su portal ha conseguido más de 128 mil reproducciones y un aproximado de seis mil suscriptores. Gran parte de su reconocimiento se debe al haber sido uno de los pioneros del movimiento en el país.

La posibilidad de compartir con la gente algún libro interesante que no conocieran fue la motivación inicial detrás de sus primeros videos, pues Tonny no tenía otra expectativa o propósito particular en mente cuando abrió su canal. Incluso, en un principio muy pocas personas conocían la existencia de Tonnybeth.

“Fue muy raro porque no le dije a nadie más que a una amiga. Un día se descompuso mi computadora y, entonces, utilicé la de mi mamá para editar los videos. En una de esas se me olvidó cerrar la sesión y fue cuando ella los encontró. De repente, en el domingo familiar que hacemos cada semana ya todos estaban viendo mis videos. Me dio pena, pero dijeron que les gustaban”, cuenta con una sonrisa encarnada en su rostro de piel bronceada.

Tras detallar los comienzos de su canal, Tonny revela que en vez de haber querido desistir en algún momento, pasó lo contrario. “He encontrado muchas motivaciones para seguir haciendo los videos, aún cuando no pueda o no tenga el tiempo suficiente”, señala.

Sus motivaciones han ido cambiando con el transcurrir del tiempo. Al principio se trataba únicamente de compartir y recomendar algún título. Más tarde comenzaría a conocer a la gente a la que le gustaban sus videos y pedían que subiera más. A la par, llegarían también los patrocinios.

A partir del éxito de la comunidad, algunas industrias editoriales han optado por un tipo de acuerdo para dar a conocer sus nuevos títulos a través de los booktubers: libros gratis a cambio de una reseña en sus canales. Esta nueva dinámica produce en Tonny marcadas alegrías, pero también preocupaciones.

“Es bonito porque hago amigos y enfoco más tiempo, energía y recursos a cosas que tienen que ver con Booktube. Me llena de satisfacciones y alegría, pero también es una responsabilidad. Significa un compromiso no sólo con el público, sino con las editoriales y con los eventos que se organizan”, puntualiza.

Entre otros méritos de Miranda Ocampo se encuentra el haber sido coordinador de múltiples círculos de lectura, así como haber formado parte de conferencias y actividades en Ferias Internacionales del Libro (FIL), como lo son la FIL Monterrey –con el Encuentro con jóvenes lectores: Booktube (2013)¬– y la FIL Guadalajara, con el Encuentro Nacional de Booktube (2016).

Otro de sus logros reside en el apoyo que ha brindado a nuevos booktubers. Tal fue el caso de Ivette Mejía Sánchez –ganadora del concurso “Somos booktubers, 2015”– quien relata que Tonny “fue el primer lazo que tuve con la comunidad. Al principio tenía miedo, pero él me dio confianza. Me dijo «tú habla de lo que quieras, todos te vamos a abrir los brazos, las puertas y los canales»; si en algún momento llegué a dudar, le debo a él que haya continuado”.

“No voy a soltar Booktube nunca en la vida”

La biblioteca se mantiene tranquila, pese al constante intercambio de palabras y el recurrir de las personas entre los pasillos aledaños. Gracias a los ventanales que se hallan a los lados del edificio, es posible distinguir que el buen tiempo persiste en el exterior.

Miranda Ocampo recuerda la forma en la que fue integrándose a la comunidad de los booktubers. Unos comentarios en los videos de otros compañeros fueron seguidos por recomendaciones para su canal. A los tres meses, fue invitado a un grupo en Facebook (Booktube en español) que tenía como objetivo encontrar a más personas como ellos. Pronto Tonny se dio cuenta que este era su lugar.

“A los nueve meses de haber creado mi canal nos contactó un chavo llamado Rafael Cessa, promotor de lectura en el país. Fue con él que empezamos a conocer muchas cosas que se hacen en México para la promoción de la lectura, tanto por parte del Gobierno como de organizaciones independientes. Me interesé en ello y desde ahí dije: «No voy a soltar esto nunca en la vida»”, cuenta.

Una manera distinta de leer

El booktuber encarna sus pobladas cejas color azabache al tiempo que cavila sobre cuál ha sido el mayor logro personal y profesional hasta ahora.

“Ambos se relacionan. El haber logrado cambiar algunas cosas, por ejemplo, que llegue una persona y me diga «por ti leí este libro, me gustó y me cambió la vida» son cosas que, de alguna manera, significan un logro para mí. Porque quiere decir que he convencido a una persona de que leer un título vale la pena y eso es lo que quiero hacer”, explica.

Tonny también puede añadir su participación en la FIL de Oaxaca, con el primer taller Booktube impartido en México –en colaboración con Rafael Cessa– como uno de sus logros. Miranda Ocampo también ha estado relacionado con eventos sobre los booktubers en la Biblioteca Vasconcelos, la Feria Internacional del Libro en Acapulco, Guadalajara y otros estados de la República.

Sin embargo, Tonny aclara que quedan otros objetivos por cumplir, como el relacionado con el fomentar el gusto de la lectura entre los jóvenes y combatir el desdeño que algunos críticos muestran hacia la denominada “literatura juvenil”.

“El problema que yo veo es que muchos críticos literarios y académicos ven a los adolescentes como personas que leen por simple entretenimiento o de una forma superficial. Es importante que no se vea a la literatura juvenil como basura, como algo que no vale la pena. Ese tipo de actitud no le hace ningún bien a los promotores de la lectura y a la sociedad en general”, remarca.

Un mundo sin filosofía y sin literatura

Miranda Ocampo hace una última reflexión sobre la manera en que su pasión por la filosofía y, sobre todo, por la lectura ha cambiado el rumbo de historia.

“Mi vida sería muy diferente sin la lectura y la filosofía, porque a partir de que empecé a hacer vídeos, hice otras amistades. No habría conocido a muchas personas de no ser por este medio”.

“Tampoco tendría todas las oportunidades de presentar autores, viajar a ferias de libro y tener círculos de lectura. Muchas cosas se las debo, de alguna manera, a la comunidad de Booktube, a mi pasión por la filosofía, por la lectura, y a mis ganas de querer compartir ese gusto con los demás”, comenta.

Libro en mano, jeans rectos, playera y tenis del mismo color sombrío. Es esa la imagen recurrente de Tonnybeth, tanto en su vida cotidiana como en su trabajo como promotor de lectura. El booktuber no duda en hacer una recomendación antes del final.

“Lean mucho y quítense los prejuicios de ciertos libros. Sí, hay libros juveniles malos, pero no todos lo son. Aún así, si les gustan ese tipo de libros, léanlos. De todo se puede aprender algo”.






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24 de enero de 2017

PRESENTAN FOTOGALERÍA GRATUITA DE CAMBIO CLIMÁTICO EN UNIVERSUM

  • El cambio climático afecta a la población mundial
  • El primer evento para celebrar el XXV aniversario de Universum
  • Fotogalería para conmemorar los 150 años de la embajada de Canadá en México
Por Mónica Santos Vargas
Ciudad de México (Aunam). La fotogalería nombrada “El cambio climático ya está aquí” se inauguró en la explanada principal de Universum, museo de las ciencias en Ciudad Universitaria, UNAM por Pierre Alarín, embajador de Canadá en México; William Lee, coordinador de Investigación Científica de la UNAM; Amparo Martínez, directora del Instituto de Ecología y Cambio Climático (INECC) y José Franco, director general de Divulgación de la Ciencia de la UNAM.


El director general de Divulgación de la Ciencia (UNAM) José Franco brindó las palabras de bienvenida a los directores de los distintos institutos invitados y al público en general. Resaltó los cambios climáticos, los cuales impactan a todo el mundo, principalmente a Canadá. “La exposición se convierte en algo muy importante por el cambio político económico en el mundo”, expresó.

Después, Amparo Martínez, directora del Instituto de Ecología y Cambio Climático (INECC) mencionó que las relaciones entre Canadá y México se fortalecen; y se suman a crisis económicas, ecológicas y económicas que anteriormente se presentaron para que distintos países se unieran para exponer soluciones.

William Lee, coordinador de Investigación Científica de la UNAM hizo hincapié en la importancia de los datos, cifras e investigaciones sobre el cambio climático para hacer difusión de ellos y así poder crear conciencia en la población mexicana y canadiense por medio de fotografías.

El embajador de Canadá en México, Pierre Alarín, expresó su preocupación por los pueblos ya que son los principales afectados y los primeros en sufrir las consecuencias del cambio climático. También destacó que los adultos deben cuidar el planeta que será el hogar de los niños en el futuro.

La fotogalería fue organizada por Universum: Museo de las Ciencias, National Geographic, la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (UNAM), el Museo de Ciencia y Tecnología de Canadá, y Let´s Talk Energy. Se compone de 20 imágenes distribuidas en 10 paneles de doble cara.

Entrada libre.





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23 de enero de 2017

UNA LUNA QUE BAILA, ENSEÑA Y CREA

Por Virginia Trejo Zarate
Ciudad de México (Aunam).- Es un miércoles y la lluvia cae apaciblemente sobre las piedras volcánicas que ahora sirven de banquetas. El camino hacia la preparatoria de Mixcoac es bien conocido, basta con andar algunas cuadras entre los edificios de la Unidad Plateros para llegar.

Sobre todo el pavimento se encuentran miles de pétalos azul violáceo que el frío viento le arranca a las jacarandas. Resulta un espectáculo muy diferente al que dan en primavera, cuando las hojas se dedican literalmente a volar todo el tiempo.


Una vez dentro de la preparatoria, siendo las doce en punto de la tarde, inicio el trayecto hacia su salón. Para nadie, sea alumno o catedrático, es ningún secreto dónde se encuentra y mucho menos quién mora ahí. Se trata de la profesora Elisa Luna Torres, pintora, mamá, escultora, esposa, dibujante, bailarina y artista.

El salón de pintura

El lugar es pequeño, no mide mucho en comparación con otros sitios de la prepa, pero eso no es lo importante. Aquí, como quien dice, se desarrolla toda la acción. Sin importar el lugar al que se dirija la mirada, incluso en el techo, se contempla el arte.

El espacio cuenta con dos pizarrones verdes para gis –“esenciales” dice la entrevistada–, diez restiradores de metal, banquillos de madera, un gran anaquel y un escritorio. El resto del salón está lleno de alumnos en un constante ir y venir entre pinturas, materiales, objetos, lienzos y esculturas que a lo largo de los años se convertirán en testigos fieles de las horas pasadas en la materia de pintura.

Existen algunas obras destacadas dignas de mención, como la de unas sandías sobre un fondo amarillo que recuerdan a Tamayo, un lindo cuadro de un carrusel, cuyos detalles son precisos, y un trío de altas calaveras charras, hechas de engrudo revuelto con resistol, con muecas sinvergüenzas en el rostro.

La sensación, como siempre, es familiar al volver a pisar un lugar conocido y más placentera cuando encuentro a Elisa Luna poniéndole los bigotes al felino alebrije de la Escuela Nacional Preparatoria 8, que se asemeja más a un grifo –aquella criatura mitológica de oriente que era mitad águila, mitad león–, con la excepción de que éste posee una lengua de serpiente y escamas.

Al oírme decir su nombre, una sonrisa se ensancha por todo su rostro delgado con pómulos altos. Luna tiene una boca grande y proporcionada, con dientes derechos, y unos ojos que tienden a ver fijamente al otro, casi sin parpadear, enmarcados en su largo cabello negro. La profesora suele combinar perfectamente su ropa, que cae sobre una figura erguida y elegante.

Da Vinci, la inspiración

Elisa Luna se inició en el mundo del arte desde una edad muy temprana, gracias a la influencia de su padre –quien era encuadernador–, una persona creativa que se mantenía siempre a la espera de las novedades culturales del país y del mundo.

“Siempre tuve apoyo por parte de mis padres para estudiar arte, a pesar de que la carrera no era barata por todos los materiales que pedían. Cuando uno no tiene las posibilidades económicas le cuesta trabajo, pero si la voluntad está presente todo lo demás se vuelve fácil”, dice guiñando un ojo.

La profesora mueve mucho las manos, mientras observa todo a su alrededor. Eso es lo que ella llama tener “habilidad visual”, una capacidad especial que permite que cada detalle y color se fije en su mente para después plasmarlo en papel. Eso nos lleva a hablar sobre si ha sido influenciada por otros artistas.

“Yo diría que fueron varios. Me especialicé en lo prehispánico, de donde retomo elementos significativos en mi obra, pero en un principio siempre me interesó el trabajo de Leonardo Da Vinci. Él fue para mí como el eje principal de todo, ya que entra al cuerpo humano, lo desmenuza, lo traza, lo investiga... fue mi principal motivación”.

“Mi regalo para la prepa”

La dedicación que muestra en el trabajo con sus alumnos es admirable. Por ello se ha ganado la admiración y el cariño de la comunidad de la Escuela Nacional Preparatoria “Miguel E. Schulz”, hogar de sus proyectos. Al pensar en ellos, Luna comenta cuál ha sido, en este tiempo, su mayor logro personal y profesional.

“Fue obtener la plaza de tiempo completo. Esto me ha aportado muchos beneficios, a nivel personal y profesional. La universidad me ha permitido diseñar grandes obras como el Crisol Deportivo en el año 2010, que fueron dos piezas muy grandes, de diez metros de largo por ocho de ancho”.

“Aparte está mi obra personal, que todos los días me da mucha satisfacción, aquí en mi casa, la escuela. He hecho cuadros para la preparatoria 8 y retratos de maestros. Incluso ahora estoy trabajando en un mural que estará listo próximamente en el auditorio. Ese es mi regalo para la prepa”, comenta.

Del trabajo y más pasiones


Desde pequeña, Elisa Luna mostró curiosidad por la pintura y la escultura. Inició documentándose acerca del arte renacentista, imitando algunas figuras en el proceso. Poco a poco empezó a descubrir en ella características y habilidades propias que la llevaron a trabajar en diferentes despachos de diseño, antes de llegar a la UNAM, y la hicieron definir su opción terminal profesional.

La profesora Luna también fungió como catedrática en otro plantel. Sin embargo, no duda en señalar el aprecio que siente hacia la preparatoria 8, “su segundo hogar”.

“Siempre he tenido mucho apoyo aquí. Trabajé también unos años en preparatoria 2, pero aquí me siento valorada y respetada por la comunidad, yo creo que es por toda esa ayuda y aceptación, aunque siempre es un gusto poder colaborar en cualquier plantel dentro de la UNAM”, aclara.

A pesar de poseer una personalidad que la hace querible a la mayoría de los alumnos, Luna reconoce que los altercados y confrontaciones no siempre pueden evitarse.

“Todos tenemos nuestro genio, pero trato de ser siempre una persona cordial y amable con todos, alumnos y docentes. Sí he tenido altercados con algunos colegas que impartimos la misma materia, como por ejemplo cuando obtuve este salón, gracias a que la antigua profesora de Artes Plásticas se jubiló. Casi tuve que pelearme con todos para que me lo dieran”, recuerda un poco molesta.

Entre algunas de sus otras aficiones, sobresale en la vida de la artista el ejercicio y, en especial, la danza aérea. Practica esta actividad desde hace poco tiempo cerca de Tlatelolco, el lugar donde reside.

“Me encanta porque para mí es más interesante lo que podemos hacer en el aire, como bailar por ejemplo. El concepto y el movimiento del cuerpo en las telas me parecen fascinantes”.

En opinión de la catedrática, la danza aérea puede traer beneficios en otras áreas de la vida cotidiana, como una forma de complementar el trabajo y de sobrellevar la rutina diaria.

“Como ejercicio, te ayuda a sobrellevar el estrés del día a día. Para mí, las semanas son muy pesadas: me duermo a las 12:00 de la noche y me levanto a las 4:30 de la mañana. Entonces con la danza puedo relajarme, hacer que mi cuerpo se mantenga flexible, además de todo el tema de la salud”.

Fortalecer la identidad mexicana

El interés por lo prehispánico, presente en el trabajo de la profesora, ha hecho que Luna utilice celebraciones como el Día de Muertos para recalcar en sus alumnos la importancia de nuestra identidad como nación.

“En mis proyectos es importante fortalecer nuestra cultura. Entonces como el Día de Muertos está en tiempos de clase procuro utilizar fechas importantes para los mexicanos, busco que el alumno fortalezca su identidad mexicana”.

Este no es el único tema que la artista impulsa en el trabajo de sus alumnos, en cuyos rincones también está la muerte y la reflexión que ella busca crear a partir de ese concepto.

“Me gusta que los alumnos trabajen con el tema de la muerte porque les permite hacer una reflexión de quiénes son, dónde están y adónde van. Es importante que sepamos de antemano que no todo es eterno. Estamos por un momento, pero después nos vamos. Para darle sentido a la vida hay que entender también la muerte y a través de las artes plásticas puede hacerse esta reflexión”, explica.

Una vez que terminamos, la lluvia vuelve y los pocos alumnos que aún quedan esparcidos por el salón guardaban apresurados sus cosas. Sin impacientarse, Elisa Luna Torres despide con un beso y abrazo a todos y cada uno de sus alumnos, incluyéndome.



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“SI VOLVIERA A NACER, NUEVAMENTE SERÍA PSICÓLOGA”: CARMEN CRISPÍN

Por Gloria Chavely Toraya Pita
Ciudad de México (Aunam). En la actualidad, ser adolescente representa un reto e inclusive, desde la perspectiva de muchos, un riesgo. Existe un miedo latente en esta etapa humana, debido a que se tiende a ser vulnerable por todos los cambios físicos, emocionales, sexuales y sociales que se atraviesan.

Los jóvenes, en su constante búsqueda de identidad, tienden a desdeñar muchos riesgos como el consumo de drogas (legales e ilegales), la maternidad prematura, la participación en actos violentos y las enfermedades psicológicas (anorexia, bulimia, ansiedad, depresión) o de trasmisión sexual. Estos problemas provocan incluso que los adolescentes lleguen a perder la vida.


Ante esta situación, la psicóloga María del Carmen Crispín Martínez, catedrática de la Escuela Nacional Preparatoria “Erasmo Castellanos Quinto”, dedica su vida a rescatar jóvenes y prevenir, a través de la docencia, que los adolescentes se encuentren atrapados en dichas circunstancias peligrosas.

La profesora, conocida mejor entre los alumnos por el Crispín de su apellido, se queda después de su horario de clases en su cubículo, correspondiente al área de Psicología, con la finalidad de brindar a los estudiantes que lo deseen un espacio para expresarse, aclarar sus dudas o simplemente ser escuchados.

Por su profesionalidad, semblante, temperamento y serenidad, que invitan al emisor a confiar en ella, entre otras cualidades, he elegido a Carmen Crispín para la elaboración de esta entrevista. Me recibe con su vestimenta formal, compuesta por un abrigo azul y traje gris, el ondulado cabello recogido y una amigable sonrisa. Una vez dentro del ordenado y silencioso cubículo iniciamos la entrevista.

El interés por entender la complejidad humana

Ante la pregunta acerca de los motivos que la llevaron a estudiar la carrera de Psicología, la profesora contesta con una sonrisa y recuerda la incertidumbre que atravesó al escoger su licenciatura.

“Cuando cursaba la preparatoria en San Ildefonso, me encontraba indecisa entre tres carreras: Medicina, Trabajo Social y Psicología. Me interesaba mucho saber acerca del comportamiento humano, mas los prejuicios acerca de la carrera me detenían a tomar mi decisión”, explica.

El motivo por el cual Crispín Martínez finalmente decidió seguir el camino de la Psicología fue una experiencia personal que vivió de cerca y la dejó con ganas de aprender más sobre el comportamiento de las personas.

“Tenía un compañero que era muy aplicado y buena persona, pero de un momento a otro cambió por el consumo de drogas. Al vincularlo con las ponencias que se brindaban para la decisión de carrera, me di cuenta que me interesaba mucho el tema. Todo ello me encantó y no me arrepiento en absoluto. Hoy sigo sumamente feliz y complacida de entender la complejidad humana”, relata.

“Siendo sincera, me encanta robarme un poco de juventud”

El camino que llevó a la profesora Crispín Martínez a integrarse al plantel de docentes de la Preparatoria Número 2 ha estado marcado por experiencias que han aumentado su interés por conocer y ayudar a jóvenes adolescentes. La ruta inició hace años en las cárceles del país.

“Tras terminar la licenciatura en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza comencé a trabajar en el sistema penitenciario. Mientras laboraba ahí, conocí a un reo que tenía la intención de elaborar un proyecto de educación, donde los ingresados tuvieran la oportunidad de cursar algún grado escolar, desde la primaria hasta la licenciatura. Ante esta última opción se buscó una vinculación oficial con la UNAM”, recuerda.

Tras la aceptación de ese proyecto, la profesora tuvo la oportunidad de brindar clases en la Facultad de Psicología, al cubrir los grupos de una amiga que emigraba del país para realizar un doctorado. Su conocida no regresó a tiempo y Crispín Martínez terminó por quedarse como docente en esa escuela.

Su estadía en las cárceles y la Facultad de Psicología terminarían por ser factores clave para su ingreso a la preparatoria, un nivel educativo fundamental en el desarrollo de los jóvenes, desde la perspectiva de la psicóloga.

“Después de tener experiencia como docente, se publicaron unas convocatorias para dar clases en el bachillerato y yo me incliné de inmediato a este nivel educativo por mi experiencia en el sistema penitenciario, donde varios reclusos coincidían que durante la adolescencia –correspondiente al bachillerato– se corrompieron. Por ello me propuse apoyar a los jóvenes y evitar que se siguieran repitiendo estos patrones”, señala.

Parte de la estrategia de apoyo a los jóvenes de la “Erasmo Castellanos Quinto” ha sido la impartición de diversos talleres como Inteligencia emocional y manejo de emociones, Prevención del delito o Legalidad de valores.

Acerca de lo que más le gusta de dar clases a los jóvenes, la psicóloga contesta con una pequeña risa.

“Para ser sincera, me encanta robarme un poco de su juventud. Los jóvenes siempre traen las novedades y al compartirlas con nosotros, los docentes, podemos estar actualizados. Gracias a ellos conozco desde la fiesta que se celebra el viernes por la tarde, las nuevas aplicaciones y hasta lo último en drogas. Ellos nos aportan tanto y nosotros quedamos sumamente enriquecidos”.

El compromiso de los profesores con los estudiantes

Crispín Martínez remarca que los docentes tienen la responsabilidad de estar sumamente al día con lo que pasa alrededor, para poder ir a la par con sus estudiantes y ayudarles en los problemas que vayan emergiendo.

A pesar de su dedicada atención para con sus alumnos, la profesora recuerda con tristeza un caso muy presente en su trayectoria académica. Baja la mirada y, tras un breve, momento habla sobre ello.

“Uno de los acontecimientos que me han marcado como profesora ha sido el suicidio de dos chicos. Eran alumnos míos y, hasta hoy en día, no hay respuestas del porqué lo hicieron. Estas dos marcas me hacen superarme día a día, para evitar que vuelva a repetirse”, explica.

Un enfoque puesto en práctica por la psicóloga para no vivir de nuevo dicha situación es la de nunca sacar chicos del aula. En lugar de eso, Crispín Martínez prefiere platicar con los alumnos inquietos al final de clases, con el objetivo de hacerles ver que hay quienes se interesan en ellos y en su salud emocional.

La psicología para reconocer y defender las ideas

La profesora es consciente del desinterés de algunos alumnos de la preparatoria hacia su materia, en especial el mostrado por los estudiantes del área 1. Sin embargo, considera que la asignatura de Psicología es esencial en la formación de los jóvenes en este nivel educativo.

“Desde que se creó el proyecto de la Escuela Nacional Preparatoria, con Gabino Barreda, se pensó en la necesidad de impartir asignaturas que fomentaran entre los jóvenes la capacidad de pensar, conocerse y seguir creciendo, por lo que los planes de estudio incluían materias como Psicología, Filosofía e Historia, siempre con un eje informativo y formativo”, detalla.

La psicóloga señala la importancia de la materia en el final del programa de estudios de la preparatoria por las aplicaciones que los alumnos pueden dar a lo aprendido en el futuro próximo.

“Psicología se imparte justo en el último año de la preparatoria para que los jóvenes tengan autoconocimiento e identidad, aspectos fundamentales que les permitirán seguir y pensar como personas sanas y críticas en la licenciatura y el mundo laboral”, afirma.

Desde su perspectiva, la Psicología es de gran utilidad para los alumnos ya que les permite conformar la estima, el valor y el autoconocimiento, cualidades que empoderan a los estudiantes para reconocer y defender sus ideas, tener la capacidad de decir “sí” y “no” y hacer respetar sus opiniones.

La investigación, parte de su trayectoria

Además de la licenciatura en Psicología, Crispín Martínez tiene un vasto currículum que incluye una segunda carrera en Ciencias Religiosas, cursada en la Universidad La Salle, donde también fue docente. La extensión de sus logros hizo que obtuviera un intercambio a España donde estudió Docencia en Psicología e Investigación en Psicología en el Instituto Ramiro de Maeztu en Madrid.

Su estancia en la capital española le permitió conocer a diversos investigadores, que crearon con ella algunos proyectos en pro de la comunidad universitaria. Esta es una de las prioridades principales de la maestra María del Carmen Crispín: buscar año con año diversas maneras de favorecer a los alumnos.

“Intento que vengan colegas de diversos países para conversar con los estudiantes sobre temas de su interés y relacionados con la salud emocional. Por ejemplo, el último proyecto en el que colaboré fue la elaboración de un examen para los docentes, donde los estudiantes evalúan la manera en que los profesores imparten su cátedra para mejorar, mediante el consenso, el contenido de los temas, las dinámicas, la calidad de la clase, entre otros aspectos”, comenta.

El éxito de estas colaboraciones contrasta con la incertidumbre que actualmente enfrenta uno de sus proyectos, debido al resultado de las elecciones en Estados Unidos.

“Otro proyecto que tengo vigente es un programa de investigación en Canadá acerca de modelos de enseñanza. Fui seleccionada en representación de nuestra Universidad, para acudir dos años y, posteriormente, replicar este proyecto en comunidades indígenas de México. Sin embargo, por el aumento del precio del dólar y la amenaza del futuro presidente de no hacer validos los proyectos educativos latinoamericanos, el programa se encuentra detenido”, expresó con un poco de nostalgia y frustración.

La importancia de atender la salud emocional y mental

Para la catedrática de la Preparatoria Número 2, el interés hacia el ámbito psicológico de los estudiantes debe ser prioridad no sólo para el nivel bachillerato, sino también para las distintas facultades que integran a la UNAM.

“Es sumamente necesario que se brinde atención a la salud emocional y mental de estudiantes, maestros, trabajadores, inclusive del mismo rector y directivos. Se han abierto algunos proyectos para la atención de la comunidad universitaria: el centro de salud mental, líneas telefónicas de atención psicológica, así como un chat, que se está implementando bajo el nombre de Maxi, el cual consiste en una conversación con especialistas desde el otro lado de la pantalla”, remarca.

Desde el punto de vista de Crispín Martínez, la presencia de un cubículo de atención –como el presente en la Facultad de Ciencias– para los jóvenes en cada facultad de la UNAM es indispensable para brindar a los estudiantes la ayuda que, en muchos casos, no quieren pedir.

“Al concluir el examen EMA (Escala de Multidimensional de Asertividad) de evaluación psicológica se aprecian resultados desgarradores, donde se hace notorio el gran número de alumnos que padecen diversos problemas y que no tratan por diversos factores”, puntualiza.

La psicóloga expone la necesidad de una fuerte inversión en este sector tan importante de la salud, dado que por diversos prejuicios y tabús se menosprecian los proyectos de investigadores y docentes que desean dotar de una mayor sensibilidad y conciencia a quienes integran la universidad, todo ello con la finalidad de brindar a la sociedad profesionales con un alto sentido humano.

Finalmente, la profesora Carmen Crispín expresa su inmensa alegría por haber elegido estudiar Psicología.

“No me arrepiento para nada y si volviera a nacer seguramente sería psicóloga. Es un privilegio conocer el desarrollo humano en toda su extensión y esto no se logra de ninguna manera como ver las cosas de viva voz, apreciar de cerca el desarrollo humano, todo esto inclusive desde la perspectiva de varias culturas, puesto que gracias a nuestra Universidad he tenido la oportunidad de conocer personas de todo el mundo y con ello comprender este tema tan maravilloso”, afirmó.

No cabe duda que la profesora Crispín tiene una historia que contar detrás de las aulas. Gracias a sus cualidades, la profesora es reconocida y recordada con cariño por los alumnos de cada generación, quienes la describen como una mujer con un gran sentido humano, comprometida con su labor docente y su apoyo incondicional que tiene como finalidad hacer más llevadera y sana una etapa tan complicada, pero no por ello menos grata, como lo es la adolescencia.






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