11 de mayo de 2016

EL REY DEL ABASTO

Por Brenda Paola Álvarez Rivera
México (Aunam). ¡Pásele marchanta!, ¿Qué le vamos a dar güerita?, ¡Bara, bara!, ¡Pregunte sin compromiso!, ¡Chécale carnal!, son algunas de las muchas frases que se escuchan al entrar a la Central de Abasto (CEDA), mercado legendario de la Ciudad de México, donde cada año, según la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), se produce una circulación mercantil superior a los 9 mil millones de dólares.

Apenas comienza el día y ya está la gran fiesta en los aproximadamente 15 kilómetros de pasillos. Chiflidos con los que se pide que se abra el paso, carteles colgantes que exponen los precios y promociones de la temporada, pruebas gratis, regateos, cientos de productos en diversas presentaciones y tamaños, desde las semillas más pequeñas hasta aparatos electrodomésticos, se perciben en este sitio al oriente de la Ciudad.


La cosa está así…

Como petición de la propia capital en los años 70, gobernado en ese entonces por José Guillermo Abel López Portillo y Pacheco, fue debido a la creciente demanda de consumidores y la lenta y conflictiva respuesta del mercado de la Merced, que se diseñó esta obra arquitectónica, encargada a Abraham Zabludovsky, de grandes dimensiones que ronda en 327 hectáreas con tres mil 700 bodegas y mil 489 locales en su interior.

Está ubicada estratégicamente en la Delegación Iztapalapa para el fácil acceso y salida de productos a cualquier parte de la ciudad y de los estados que venden y compran a la vez. Los comerciantes gritan con el fin de ganar clientela y ofrecen hasta 60% de descuento en artículos que, según ellos y sus letreritos color rosa y naranja, “¡Esto se acaba!”.

La CEDA cuenta con ocho sectores: abarrotes y víveres; frutas y legumbres; envases vacíos; aves y cárnicos; bodegas de transferencia; flores y hortalizas; subasta y productores; y zona de pernocta.

No importa si aún la mayoría de las personas del Valle de México siguen dormidas o apenas despiertan de sus apacibles sueños, en la Central se comienza a vender desde las 3 a.m. Casi cualquier producto se puede adquirir. En este establecimiento se logran satisfacer la mayoría de las necesidades básicas de familias mexicanas, incluso hay pasillos especializados y varía el precio según el artículo que se desee adquirir. Por reglamento, todos los locales cierran a las 6 p.m., para posteriormente hacer los “cortes de caja”, es decir, contar las ganancias del negocio.

“La noche es para hacer negocio, es una mafia, hay intermediarios que se ponen de acuerdo para no comprarle a cierto tráiler y obligarlo a que se baje de precio, es la famosa ‘subasta’ ”, explica José Cosmes, comerciante retirado de la dulcería “El paraíso”, donde laboró por 8 años, ahora convertida en una perfumería.

¡Abran paso, ahí va el diablo cuñaooo!

Alrededor de las 10 a.m, ya es notorio el caos vial que atraviesa este monstruo del abastecimiento familiar y de negocios. Los personajes característicos e indispensables de la Central, son los diableros, también conocidos como los cargadores o carretilleros. Gracias a ellos, ‘la merca’, hace viajes entre pasillos que se asemejan a montañas rusas que suben y descienden con tal ángulo que, a veces forza la caminata para no caer o tropezar entre los costales, cajas, diablitos, y productos listos para cambiar de destino.

“Uy, reina, le entraste a la mera locura, pero luego la verás como el paraíso, hay de tocho morocho”, comenta Esteban, joven comerciante, mientras acomoda unas cajas de galletas.

Conforme se transita de local en local, pican la nariz olores penetrantes de detergentes, pescados, perfumes, flores, comida rápida, chiles secos, hasta fusionarse con ese singular y distintivo tufo a humedad, basura y a veces, con el calor humano que se conjunta en los pasillos más concurridos. No obstante, el frío congela hasta los huesos en pasillos que son menos transitados o que cuentan con un sistema de enfriamiento, tal es el caso del sector de aves y cárnicos.

Por la actividad económica que se genera a gran escala, en la CEDA se encuentran todos los bancos y locales de telefonías móviles distribuidas en todos los pasillos, primordiales para cerrar negocios, localizar proveedores y pagar pedidos.

¡Aquí sólo bueno, bonito y barato!


Si el fin es ahorrar, el mercado mayorista de Iztapalapa ofrece precios accesibles, al menos más bajos que en un autoservicio o mercado de la colonia. Su fuerte es el mayoreo aunque son visibles los negocios de menudeo.

Este centro de distribución de productos alimenticios más importante del país es una opción para la economía familiar, aseguran los comerciantes que “alcanza para una despensa de varios meses y con poca lana la hacen, además a la clientela hay que cuidarla y ofrecerle lo mejor”.

Desde el día en el que se inauguró, el 22 de noviembre de 1982, este mercado no ha dejado de brindar servicios a miles de comerciantes, familias, dueños de negocios, mercados populares, tianguis, puestos y locales de toda la Ciudad y algunos estados de la República Mexicana.

¡Ay güey!

Conforme se acerca la 6 de la tarde, hora reglamentada para que todos los negocios cierren, algunas tiendas comienzan a introducir su mercancía a las bodegas que se ubican atrás de las mismas. Otras desprenden los letreros y promociones que ofertan calidad, buen precio, lo “bueno, bonito y barato está aquí, no le busque más”.

Cajeras, empleados, cargadores y alguno que otro proveedor perdido entre los cruces y caminos de la CEDA, presentan en sus caras el cansancio que el esfuerzo y el estrés por la jornada laboral les ha ocasionado de entre 11 y 18 horas de trabajo.

El Rey del Abasto comercializa diariamente entre 18 y 25 mil toneladas de alimentos, asegura Sagarpa. De acuerdo con la misma fuente, el 65% de las operaciones realizadas corresponden al movimiento de frutas y hortalizas. Además de ofrecer una gama extensa de otros productos. La Central satisface los gustos más exuberantes de sus clientes, regula la oferta, demanda y fija los precios de unos 15 mil productos provenientes de 24 entidades.

Los visitantes son vitales para que esta economía no se detenga y siga generando miles de trabajos. Sin ella, el denominado Rey del Abasto no sería lo que hoy lo caracteriza, como el mercado más grande de América Latina.





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LA NOCHE EN QUE LOS CARROS SE CAMBIARON POR LAS BICICLETAS

Por José Rogelio Casarreal López
México (Aunam). Son las 8:30 p.m. La Ciudad de México luce diferente: más dinámica, divertida y sociable. El “sábado santo”, coincidió con el inició de la primavera, es por esta razón que miles de ciclistas, patinadores y algunos peatones, se dieron cita para recorrer un circuito de17 kms por el Centro Histórico, Paseo de la Reforma y el Bosque de Chapultepec. Se congregaron para celebrar el Paseo nocturno dedicado a la primavera.


Es la edición 24 del evento, ya que desde el 2010 se han realizado diversos paseos nocturnos. La actividad es parte del programa “Muévete en bici” de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México. En esta ocasión se llevó a cabo el segundo de los cuatro que se tienen planeados para el año en curso.

Una multitud se divisa enfrente de la Glorieta de la Palma, sobre Paseo de la Reforma, la razón: todos quieren una bicicleta de las que el Instituto de la Juventud (Injuve) presta para hacer el recorrido. Una muchacha de chaleco blanco grita: “si no tienen la ficha, no hay préstamos”. Como respuesta la gente dice: “¿Dónde se consiguen?”. A lo que la encargada replica: “Las fichas se dieron a las 7, hora que inicio el recorrido, ya no tenemos”. Los asistentes molestos se retiran.

No obstante, esa no era la única forma de conseguir una bicicleta, ya que a pocos metros de distancia del módulo del Injuve, se encuentra una de las 444 cicloestaciones del sistema Ecobici, un proyecto de préstamos de vehículos de dos ruedas, de color rojo y blanco. Igualmente, la Sedema es responsable de dicho programa.

“Cuarenta y cinco minutos de préstamo”, dice Diana Arcega, una joven de piel morena y cabello negro, que junto a su grupo de amigos está esperando una Ecobici, al responder cuánto tiempo puede ocupar ese medio de transporte. Pasados los cinco minutos, por fin consigue una.

Cuando está a punto de partir, guarda una sudadera roja en su mochila y dice: “aquí vengo a convivir, es una forma de liberarnos de todo el estrés que tenemos de la semana. Yo soy socia de Ecobici desde el 2013, y la verdad estoy muy contenta con el servicio, ya que por 400 pesos al año, tengo un medio de transporte que generalmente ocupo para llegar a mi trabajo, que está por el Teatro Metropolitan”.

Sobre Paseo de la Reforma, las luces de las bicicletas van iluminando la ancha avenida. El flujo es rápido, cada quien a su ritmo, incluidos niños, que acompañados de sus padres, pedalean sin mostrar un signo de agotamiento. Para medidas de seguridad, muchos traen cascos para evitar algún accidente; sin embargo, la mayoría se muestra despreocupados.

No obstante, si sufrías algún accidente o tu bicicleta tenía algún desperfecto, podías recurrir a los diversos módulos de servicio mecánico que abundan en el recorrido. Son gratuitos y se encuentran en zonas estratégicas.

Al llegar a las 9:15 pm al Ángel de la Independencia, la música grabada y la voz de mujer que invita a practicar zumba sobre un templete diseñado para esa ocasión, contrasta con lo tranquilo y espectacular que se ve el monumento que conmemora la Independencia de México de 1821; luces verdes, rojas y amarillas que lo iluminan sorprenden a todos los que por ahí pasan.

Sin embargo, la que brilló por su ausencia fue la estela de luz, monumento que fue creado para conmemorar el bicentenario de la independencia de México, aunque fue inaugurada dos años después de la celebración: el 7 de enero de 2012 por el entonces presidente Felipe Calderón. Mientras los ciclistas se dirigían rumbo al Bosque de Chapultepec, la “suavicrema”, como algunos capitalinos llaman al recinto por la forma que tiene, se encontraba apagada y no lucía ya que está en medio de grandes edificios, como la Torre Mayor.


En este trayecto, las bicicletas se fueron juntando más, porque en el mismo carril convergían los ciclistas que iban rumbo al Centro Histórico como quienes iban al Bosque de Chapultepec, ya que la avenida aledaña no fue cerrada y el tránsito vehicular aparece en el paseo nocturno.

En ese desfile de bicicletas, los grupos de amigos se hacían notar, se iban siguiendo unos con otros, y algunos más cargaban en sus espaldas bocinas con música que ambientaban el trayecto. Lo importante era convivir y protegerse, como lo que hacían hombres y mujeres vestidos de negro que se dedican a controlar el paso de los ciclistas por las avenidas, pues cuando los carros iban a pasar, sacan un letrero rojo que decía con letras blancas ALTO.

Emocionados, los ciclistas, corredores o patinadores fueron dejando Reforma para concluir el trayecto en el interior del Bosque de Chapultepec. Se abrieron las puertas, y todos, iluminándose con las lámparas de las bicicletas, terminaron el paseo nocturno.

Falta media hora para las once, y la ciudad luce aún amigable, muchos ciclistas siguen recorriendo Reforma sin la menor preocupación. La no circulación de automóviles es algo que pocas veces se ve, pero esta noche, la Ciudad de México fue testigo, nuevamente, del cambio de carros por bicicletas para circular. Algo que pareciera imposible.





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PUMAS SE DESPIDE DEL TORNEO

Por Itzel Esmeralda Ramírez Martínez
México (Aunam). Este fin de semana se disputó la jornada 17 y en ella el último boleto a la fiesta grande, el día sábado jugó Cruz Azul contra Tigres y el resultado fue a favor de los regios, quienes se llevaron ese último lugar para disputar la liguilla.

El único modo en que Pumas entrara a liguilla era un empate entre los equipos ya mencionados o que el día domingo golearan a América.


Arrancó el partido en Ciudad Universitaria, Pumas dominó por momentos el balón y en la tribuna azulcrema se escuchaba: “los de Pumas son así, son los amargos del mundo entero, cuando no salen campeón, esas tribunas están vacías…”

Pero de inmediato la afición felina respondió: “vamo auriazul, te he venido a alentar, tu hinchada no se va, te quiere de verdad, siempre hace carnaval, no me puedes fallar”.

Pumas estaba a punto de recibir el primer gol de la tarde, Paul Aguilar controló el balón, Alejandro Palacios salió a defender y la portería quedó sola, el balón estaba a punto de entrar cuando Darío Verón salió al rescate y desvió el esférico. Los del Pedregal comenzaron a corear: “ole, ole, ole, ole, Verón, Verón”.

A punto de terminar el primer tiempo, corría el minuto 43 y Paul Aguilar marcó el 1-0, la afición visitante y su equipo festejan que llevan la delantera. Se agregaron dos minutos y se fueron al descanso los equipos.

Para la parte complementaria el equipo de Guillermo Vázquez realizó un par de cambios, salió David Cabrera, entró Javier Cortés y salió Dante López, entró Luis Quiñones.

Al minuto 68 la suerte parecía estar del lado de los locales, se marcó un penal a su favor que fue cobrado por Ismael Sosa, sin embargo el balón terminó en las manos del guardameta Jonathan León.

La cifra oficial de asistentes al partido fue de 33,700 y se resguardó su seguridad con 3500 elementos policiales.

Se hicieron otros cambios dentro del terreno de juego por parte de los dos equipos y al minuto 84 Matías Britos consiguió el empate.

Pumas estaba dejando todo en la cancha y Miguel Samudio se fue expulsado, se agregaron 5 minutos pero el resultado quedó en un empate, que para la afición fue un resultado bueno ya que no seguirán compitiendo por el título del Clausura 2016, pero seguirán en la pelea por la Copa Libertadores.

El partido de ida en cuartos de final en la Copa Bridgestone Libertadores se disputará el 17 de mayo en el Estadio Olímpico Atahualpa contra Independiente del Valle y el de vuelta será el 24 de mayo en el Estadio Olímpico Universitario.



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9 de mayo de 2016

LA UNAM, MAYOR PRODUCTORA DE TEXTOS A NIVEL NACIONAL

  • Presentación del libro La cultura editorial universitaria
  • Falta de investigación sobre sellos editoriales
Por: Diana Escalona y Anayeli Tapia
México (Aunam). La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) edita al año casi mil 500 títulos diferentes impresos y más de 600 electrónicos, lo cual la convierte en la editorial decana en lengua española, señaló el licenciado en Historia, Camilo Ayala Ochoa, durante la presentación de su libro La cultura editorial universitaria (2016), en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Máxima Casa de Estudios.


El también maestro en Doctrina Social por la Universidad Pontificia de Salamanca, España, enfatizó que la producción de textos de la UNAM es superior a las cifras de libros producidos por el Fondo de Cultura Económica (FCE) y de todas las universidades mexicanas juntas; al mismo tiempo que es equiparable al de las universidades españolas.

Ayala Ochoa, autor de Hidalgo: el despertar de una libertad ausente y de Himno nacional mexicano, declaró que es lamentable que los universitarios no conozcan las obras producidas por la universidad: “Hay personas que terminan su carrera sin conocer estos libros, por eso creo que es más oportuno presentarlos, y más los que hablan de la Universidad, de nuestra propia casa”.

La cultura editorial universitaria, es una obra que reconstruye la importancia editorial de la Máxima Casa de Estudios desde su creación hasta la actualidad. Dicho texto, divido en dos partes, se enfoca en la historia de la UNAM desde 1910, así como en la sistematicidad de dicha actividad, es decir, en temas como derechos de autor, la obtención del ISBN, metadatos, el libro electrónico y la cultura hacker.

El miembro del comité editorial de las colecciones Pequeños Grandes Ensayos de la UNAM, explicó la importancia de expandir el “síndrome del mundo librero”, que define como “alguien acostumbrado a preguntarse sobre las cosas, a ver lo que hay detrás”, síntoma que, aseguró, sólo las editoriales universitarias fomentan.

Camilo Ayala Ochoa —quien también se ha desempeñado como bibliotecario, corrector, ilustrador, escritor, guionista, editor y consultor de editoriales— recalcó que la importancia de su libro radica en que es una investigación de un sello editorial universitario, un tema que no ha encontrado mucho espacio en las investigaciones en América Latina. Además, Ayala Ochoa retomó a Umberto Eco para expresar que: “Una universidad es su fondo editorial”.

La presentación de La cultura editorial universitaria, llevada a cabo en la sala Fernando Benítez de la FCPyS, también contó con la asistencia de la doctora Carola García Calderón; la maestra Maira Fernanda Pavón Tadeo y el licenciado Rubén Luna González, docentes en dicha Facultad.

García Calderón, autora de El poder de la publicidad en México, apuntó que la obra de Ayala Ochoa recupera de manera adecuada el esfuerzo de la UNAM por ser la pionera en la cultura editorial del país, así como su capacidad para la producción del conocimiento en todas sus ramas.

De igual manera, problematizó que la sociedad actual vive en una época en donde la lectura no sólo está en el libro impreso, sino también en los instrumentos electrónicos, los cuales: “Amplían la difusión de la cultura, pero a su vez, y esto hay que admitirlo, reducen la lectura de los materiales que se publican de manera física”.

Por su parte, Pavón Tadeo, coautora del libro Cincuenta años de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos: cambios y permanencias en la educación mexicana, destacó la importancia de la enseñanza del proceso editorial en las universidades: “De ahí se desprende que los alumnos sepan identificar las responsabilidades y funciones de los profesionales de la edición; los conocimientos lingüísticos y tipográficos de un corrector […] para obtener los elementos básicos con los cuales puedan incorporarse profesionalmente al mercado laboral”.

Por último, el creador de la Revista Internacional de Salud —de la Secretaría de Salud—, Rubén Luna, afirmó que La cultura editorial universitaria es un texto obligado para los interesados en el mundo de la edición, en la historia de la universidad y los comunicólogos, pues explicó: “El autor nos lleva de la mano por un viaje maravilloso por nuestro país, su cultura y la universidad”.

Con base en los datos publicados en la Gaceta UNAM el día 02 de mayo de 2016, durante el año 2015 la UNAM editó más de mil 400 libros impresos y 500 digitales, además de emitir los números de sus más de 140 revistas académicas, por lo que dichas cifras la han convertido en la universidad con el sello editorial más sobresaliente en toda América Latina.





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