LA COMPLICADA VIDA DE UN ALIEN

Por Yuritzi Elvira Rodríguez Trejo
Ciudad de México (Aunam).Las playeras con fotografías de cuatro chicos eran el uniforme obligatorio de los asistentes, hombres y mujeres de entre 15 a 22 años, que además portaban botones, chamarras y bolsas de coloridos diseños en donde llevaban el material que se había pedido para realizar las actividades del club de fans Streetteam Tokio Hotel México.


“¡Tokio Hotel! ¡Tokio Hotel!” Los gritos se escuchaban cada vez más alto en el Parque Hundido de la Ciudad de México; lugar donde más de 50 fans de la banda alemana de pop-rock se dieron cita para festejar el día internacional de la agrupación, el 16 de abril.

El cielo estaba cubierto de nubes grises que anunciaban una tormenta, que no tardó en llegar y los Aliens nombre que reciben los seguidores de dicha agrupación, corrieron a refugiarse en los árboles, con la esperanza de que no durara demasiado, pues una de las actividades necesitaba globos de helio.

La lluvia se detuvo, por lo que Mariana Brieño, una de las presidentas del club de fans, dio inicio con las actividades que se habían planeado más de dos semanas antes. Pidió a los asistentes que tomaran sus globos y escribieran un mensaje que quisieran hacerle llegar a la agrupación.

Los colores metálicos de los globos brillaban con el sol que comenzaba a asomarse por las nubes, otros más eran de tonos pastel; no todos tenían un globo, por lo que en uno mismo se escribían los deseos o metas que se fijaban los adolescentes, para luego dejarlos ir al mismo tiempo.

A continuación, los Aliens comenzaron a entonar “Monsoon” la canción con “la que todo comenzó” dice Ximena Tapia, otra de las presidentas del club, quien se encontraba muy emocionada, contó un poco sobre lo difícil que fue formar el club de fans “Nadie nos hacía caso en la disquera, ni respondían correos, y ahora… somos más de 200, no todos vienen, pero no los necesitamos, nosotros ya hacemos demasiado ruido”.

Antes de retirarse y de que la lluvia volviera a hacer su aparición, se acordaron algunos puntos a realizar el día de la visita de la banda en los meses siguientes: se llevarían globos con focos de led con diseños de aliens en colores neón, y se trataría de hacer un cartel para festejar el cumpleaños de los gemelos Kaulitz, vocalista y guitarrista de la banda respectivamente.

Los culpables de todo

Tokio Hotel es una banda de pop-rock que comenzó en 2001. Con su primer sencillo Durch Den Monsun lograron conquistar Europa y posteriormente en 2007 con Scream ,álbum en inglés con el que buscaban llegar a más seguidores lograron pisar tierras mexicanas gracias al apoyo de las radiodifusoras nacionales y de sus seguidores.

La agrupación no había lanzado ningún material discográfico desde el 2009, con Humanoid y su última gira Welcome to the Humanoid City Tour (Bienvenido a la Ciudad Humanoide) fue la última vez que estuvieron en México durante los primeros días de diciembre de 2010.

Después de la espera, en octubre de 2015 salió a la venta Kings Of Suburbia, su más reciente material discográfico en el que se mezclan música electrónica con el pop-rock de sus inicios y con el cual regresaron a los escenarios en una gira mundial.

Feel it All World Tour fue una oportunidad única para sus fanáticos, formados principalmente por mujeres, ya que por primera vez los pases al Meet & Greet se vendieron, lo que ocasionó que la posibilidad de conocer a la agrupación fuera más accesible al no dejar todo al azar como ocurre en los concursos de emisoras de radio.

El Streetteam

El Streetteam de la Ciudad de México, es un club de fans que se fundó a finales del 2011 por Dulce López, Mariana Brieño y Ximena Tapia, quienes se conocieron en otros clubs de fans y al darse cuenta de la des-unión que existía en ellos, decidieron formar uno por separado, en el que todos los miembros pudieran interactuar sin sentirse excluidos. Con la ayuda de Caroline Sauvageot quién es representante del Streetteam en Francia, se comenzó con este nuevo proyecto.

La presencia del club de fans se dio a conocer por medio de las diferentes redes sociales, en las que otros clubs de la ciudad de México, ayudaron en su difusión. En su mayoría está formado por adolescentes de entre 15 y 22 años; las actividades que se desarrollan son variadas y dependen de la fecha en la que se lleven a cabo, aunque por lo regular se realizan cada mes.

Cuando ser fan se vuelve un problema



La noche del 2 de diciembre de 2010, Tokio Hotel realizó su primera presentación oficial en la Ciudad de México como parte de su gira Welcome to the Humanoid City Tour. Los fanáticos de la agrupación estuvieron acampando desde dos meses antes a las afueras del Palacio de los Deportes, lugar donde se llevaría a cabo el show.

El reloj marcaba alrededor de las nueve de la noche cuando el primer acorde de Noise se escuchaba. En ese momento el caos se desató. El Domo de cobre estaba en su máxima capacidad y los empujones no se hicieron esperar, sin embargo, algo estaba mal para el momento de interpretar la cuarta canción del setlist “World Behind My Wall” la cual no pudo concluirse: las fans se estaban desmayando.

Los empujones comenzaron a ser cada vez más fuertes y después de haber pasado dos meses durmiendo en la calle, con poca comida y en los rayos del sol las condiciones de salud de los Aliens no eran las mejores, lo que provocó una ola de desmayos durante los primeros 15 minutos de la presentación de los alemanes, al grado de que Bill dejó de cantar para salir literalmente corriendo del escenario buscando ayuda.

Los encargados de la seguridad pidieron a los fanáticos dejar de empujarse o de lo contrario se cancelaría el show. Unos minutos después todo regresó a la normalidad y durante cada pausa el joven vocalista preguntaba cómo se encontraba el público antes de continuar con sus interpretaciones.

Liliana Díaz, psicóloga por la Universidad del Valle de México desde hace 4 años comenta “Ser fan no es malo, al contrario es una parte normal en la vida de todos, buscamos una identidad, algo que nos haga sentir que pertenecemos a un lugar, sin embargo, llega una edad en la que ya no necesitamos buscar porque estamos seguros de quienes somos. Muchas fans siguen ahí porque es una forma de vida o simplemente les gusta.

El problema viene cuando se creen dueñas o dueños de las personas que admiran o quieren ser ellos. Incluso seguirlos a todos lados es un conflicto que puede llegar a considerarse acoso. Debe existir un límite, entre lo que se puede hacer como fan y lo que no y creo que ese límite llega cuando invades la privacidad de una persona e incluso tu propia salud”.

El momento de sentirlo todo

Las paredes del Pepsi Center ubicado a un costado del Word Trade Center de la Ciudad de México cambiaban de color con las luces estroboscópicas que provenían del escenario en donde la banda Alemana de pop-rock Tokio Hotel presentaba su más reciente álbum de estudio Kings of Suburbia.

“Jamás había sido tan feliz en mi vida, desde que anunciaron que vendrían no dejaba de pensar en cómo sería tenerlos de frente” comenta Penélope Montes de Oca, estudiante de psicología del Instituto Politécnico Nacional, cuando recuerda el día del concierto de su banda favorita.

Penny, como prefiere que la llamen, tiene 20 años, no pasa del 1.60 metros de estatura y su cabello es de color café, del mismo tono que sus ojos. Se encuentra sentada en posición de loto mientras juega con el pasto del Parque Hundido en la Ciudad de México. Bretzel Rodríguez, una de sus mejores amigas está sentada junto a ella. Ambas tienen el último disco de la agrupación en sus piernas.

Bret sonríe mientras Penny cuenta su experiencia en el concierto y asiente al mismo tiempo que ésta última intenta dar datos precisos, como la hora de llegada al recinto, el momento en que la banda telonera Allison subió al escenario y cuando finalmente sus ídolos desde hace más de 6 años comenzaron con el show.

“Recuerdo que en Facebook se decía que algunas fans se fueron a acampar desde un día antes y me enojé mucho” – sonríe Bret - “Ese día llegue como a las 6:00 am y ya había varios formados, pero no tantos, luego de esperar muchas horas por fin nos separaron por paquetes”.

Adolescentes de diversas edades se formaron afuera del recinto durante horas, incluso hubo quien decidió dormir ahí. A cada segundo que transcurría las emociones se sentían a flor de piel, cada minuto era uno menos a la espera de cinco años para poder ver a su banda favorita en vivo.

Los paquetes VIP se agotaron en minutos, por lo que el día del evento los fanáticos del paquete Great Day temían ser despojados de sus gafetes que les acreditaban el acceso detrás del escenario, pues habían recibido por medio de las redes sociales varias amenazas de otros fans de quitárselos.

Libertad Borda en un artículo para la “Revista Trama de la comunicación” de la Universidad Nacional de Rosario titulado Fanatismo y redes de reciprocidad publicado en 2015, comprende la estrecha relación entre el fanatismo y la búsqueda de identidad al declarar que “el fanatismo integra prácticas, actitudes, expectativas y modos de relación y comunicación para la construcción de identidades colectivas tanto duraderas como fugaces”.

Eran alrededor de las 9:00 pm Allison, banda mexicana de rock había dejado el escenario cuando Tokio Hotel ocupó su lugar. Diversas luces de colores bailaban sobre una tela delgada casi transparente mientras las primeras notas de We Found Us se encargaba de comenzar el show, lo que despertó la adrenalina de sus seguidores quienes no dejaron de corear cada pedazo de la canción mientras Gustav tocaba la batería, Georg el bajo y Tom la guitarra, éstos últimos usaban paliacates en sus rostros, mientras Bill, el vocalista, lucía un traje ajustado negro con dorado, una capa del mismo color y una corona.

Durante el transcurso de la noche, las actividades que los fans realizaban para mostrar su amor por los músicos variaban. Casi desde el comienzo del show los fans habían organizado utilizar globos con focos de led en su interior para hacer brillar todo el recinto, los cuales podían adquirirse afuera del lugar y tenían la imagen de un Alien en ellos, símbolo que identifica a los fanáticos del grupo.


El lugar estaba repleto de luces de colores brillantes y para el momento de interpretar Masquerade casi al final del concierto los fans usaron máscaras con el emoticono de un extraterrestre y algunos corazones, para posteriormente entonar las famosas “mañanitas” pues ese día los gemelos Bill y Tom Kaulitz, cumplían 26 años de edad.

Los cambios de vestuario fueron numerosos, principalmente de Bill Kaulitz: pantalones de mezclilla rotos acompañados de un abrigo rojo; trajes negros con cintas color neón que reflejaban las luces provenientes del escenario e incluso camisa blanca con pantalones de vestir negros y una gran cantidad de cadenas plateadas que adornaban el cinturón del cantante.

Justo antes de Great Day, canción con la que finalizaba el show, Gustav Schäffer, y Georg Listing, subieron al escenario un pastel de cobertura blanca mientras sus fanáticos continuaban cantando, pero ésta vez en inglés, al momento en que los hermanos Kaulitz casi al borde de las lágrimas se abrazaban y agradecían por el apoyo recibido durante tanto tiempo.

Para algunos fans, la fiesta terminaba en ese momento, para otros afortunados aún podrían verlos un poco más, ya que el paquete Great Day contenía la convivencia después del concierto en donde podrían realizar preguntas a los músicos y tomarse fotografías con sus teléfonos celulares y la “profesional”, que constaba de una foto grupal tomada por un experto.

Después de esperar una hora, el reloj marcaba las 12:00 am y Bill, Tom, Gustav y Georg salieron al pequeño cuarto pintado de blanco con algunas sillas en el centro de color negro para contestar las preguntas de sus seguidores. Todo se llevó con normalidad y se entonó por milésima vez el “Happy Birthday”.

Los músicos habían cambiado su vestuario por uno más cómodo: todos usaban pantalones de mezclilla negros a excepción de Bill, cuyo pantalón era de vestir, Tom usaba una playera blanca de adornos circulares oscuros y su largo cabello café en un chongo; Georg llevaba una playera negra con una camisa de mezclilla azul sin abrochar y Gustav una playera color rosa con una gorra negra de Addidas.

El vocalista de más de 1.90 metros, usaba una camisa blanca con las mangas dobladas hasta los codos y un par de tirantes negros para sostener su pantalón de tela ligera. El rubio dejaba ver sus múltiples tatuajes de sus brazos, destacando el ubicado en su mano izquierda que la cubre por completo; el dibujo está compuesto por huesos y sobresalen una flor acompañada de una pequeña ave.

El público que permaneció en el recinto estaba conformado por mujeres mayores de 18 años; algunas tenían el cabello pintado de colores llamativos como el rosa y morado, otras más usaban ropa en tonos neón; varias de ellas tenían tatuajes relacionados con la banda: (el logotipo formado por tres barras horizontales y una vertical, pedazos de canciones e incluso el nombre de cada integrante).

Las preguntas se terminaron y llegó el momento de tomar las fotografías. Las fans hicieron una fila y una a una las fanáticas pasaban a tomar las selfies y la imagen grupal para posteriormente recoger el poster autografiado y dejar el lugar, lo que marcaba el final de las emociones, sólo hasta que llegué el momento de sentirlo todo otra vez.

Clara Muela Molina, doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, en su artículo titulado “Las estrellas juveniles de la música pop descienden a los escenarios” publicado por la Revista de estudios de juventud en enero de 2010, sostiene que “El intentar ejercer más o menos confianza con un grupo social cercano así como muchas de las emociones personales que se experimenta en las diferentes etapas de la vida están matizadas por el tipo de música que se escucha a lo largo de los años.(…) Pero también los cambios que puedan producirse respecto a los gustos musicales influirán de forma directa en algunos rasgos de su personalidad”.

Streetteam Tokio Hotel México, Parque Hundido de la Ciudad de México. Fotografía: Jessica Ruíz

Del mismo modo, Daniel Zambaglione en su libro Sobre identidades: ¿Qué es una “hinchada”? define a la identidad como “una construcción simbólica que involucra representaciones y clasificaciones referidas a las relaciones sociales y las prácticas, donde, en tales relaciones y prácticas se juegan la pertenencia y la posición relativa de personas y de grupos en su mundo”

En diversas actividades realizadas por el club de fans Streetteam Tokio Hotel México se puede obtener una muestra de lo anterior. Sus miembros tienen una serie de prácticas específicas para mantenerse dentro del grupo, que si bien no son reglas establecidas, son acuerdos a los que se llegan con el fin de pertenecer a él.

Además, conseguir el dinero para adquirir productos de la agrupación es una práctica normal dentro de los integrantes del club de fans, algunos de ellos llegan a vender artículos de gran valor para conseguirlos e incluso gastar los ahorros de toda su vida.

“Para el Feel It All me metí a trabajar desde que vinieron en 2014 a la firma de autógrafos, sabía que vendían paquetes en Europa y yo quería el mío. Cuando vi que aquí también los iban a vender empeñé una pulserita que tenía de cuando era pequeña porque no me alcanzaba para el pack que quería” comenta Laura, integrante del Streetteam Tokio Hotel.

Julieta Briola en un artículo en línea de la “Revista Chocha” titulado “Pasión y fanatismo en la industria musical” comenta que “La industria musical y del entretenimiento en general, tomó nota de lo que la gente es capaz de hacer por su músico favorito. Tanto los artistas como los empresarios comenzaron a suplir la falta de ingresos que antes llegaban con la venta de discos aprovechándose de la ferviente necesidad de los fanáticos de llegar a estar, aunque sea por un instante cerca de sus ídolos”

“Nuestros fans son los mejores del mundo. Nos apoyan siempre sin importar lo que pase y es algo de lo que siempre estaremos agradecidos. Estamos muy orgullosos de ellos y es increíble que sigan aquí, literalmente crecimos juntos” – Bill Kaulitz, septiembre 1, 2015.

Streetteam Tokio Hotel México, Parque Hundido de la Ciudad de México. Fotografía: Jessica Ruíz



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