26 de junio de 2015

UBER, ¿COMPETENCIA DESLEAL?


Por Daniela Chirino Guerrero y Ana Patricia Guzmán Murillo
México (Aunam). Un dodge attitude rojo, que no tenía luces neón, bandera, placas de servicio público o algún otro distintivo se estacionó frente a la pasajera Elizabeth. Con ayuda del chofer, que vestía formalmente con camisa y pantalón, subió sus láminas y maletas para dirigirse a su trabajo. El interior de la unidad no tenía la identificación del conductor y contaba con cinturones de seguridad. Un glade de fresa aromatizaba el carro y un GPS en el tablero dictaba el destino.

La aplicación le había indicado al conductor el camino a seguir; dejando nulificada la interacción. Pagó con cargo a su tarjeta de crédito, Elizabeth no tuvo que intercambiar o dar ningún tipo de papel moneda. Cuando terminó el viaje, la aplicación permitió a la pasajera calificar el servicio del conductor y el chofer calificó a Elizabeth como usuaria.

Uber es una aplicación que se puede descargar a través de cualquier teléfono inteligente (smartphone) y el servicio que ofrece es el de transporte privado a usuarios registrados, pero con seguridad, de una forma fácil y sencilla, simulando a un transporte propio.

En la actualidad, la empresa Uber se encuentra establecida en 58 países y ha emprendido una fuerte disputa con los taxistas, tanto así, que el servicio fue prohibido en Francia, Alemania, España y Bélgica. La aplicación Uber ofrece un servicio de taxis “Pide, viaja y paga mediante tu dispositivo móvil”.

Llegó a México el 2 de agosto de 2013 y se encuentra en el Distrito Federal, Monterrey, Tijuana y Guadalajara. Uber fue fundada el 1 de Marzo de 2009 en San Francisco, California por Garrett Camp y Travis Kalanick, desde aquel año el consorcio se ha extendido por todo el planeta.

A dos años de su llegada ha suscitado diversas manifestaciones y acciones por del gremio, la más destacada fue el 21 de marzo de 2015 en la colonia Roma cuando un grupo de taxistas atacó con bates de béisbol un automóvil de la empresa Uber, con pasajero y conductor dentro. Edgar Molina, el pasajero que viajaba en el automóvil mencionó en su cuenta de twitter @Edgar_sk “La mafia de taxistas Roma - Cibeles agarraron a batazos al @Uber conmigo adentro @vecinocolroma @VORIZABA”.

En los últimos meses el acoso a los conductores de Uber ha aumentado, incluso se les ha ordenado vestir de una forma más casual con el fin de no ser identificados por los taxistas, que también han recurrido a registrarse en la aplicación y pedir el servicio con el fin de atacar y acosar a los conductores.

Uber ofrece cuatro tipos de servicios para las personas que “quieren ser su propio jefe” las modalidades son las siguientes: UberX, Uber XL, UberBLACK y Uber SUV. De no contar con un carro o un smartphone, Uber lo proporciona.

En el sitio oficial de la empresa se mencionan los requisitos y los pasos para ser conductor: 1.- Comienza. Cuéntanos más acerca de ti y bríndanos la documentación necesaria para que empieces a conducir. 2.-Descarga la App. Te avisaremos cuando estés autorizado. Luego, te daremos un teléfono con la aplicación de Uber para conductores. 3.- Comienza a conducir. ¡Ya estás listo! Establece tu propio horario y empieza a compartir tu vehículo.

La documentación que Uber requiere de los socios y choferes es la siguiente: Carta de antecedentes no penales federal, licencia de conducir vigente, comprobante de domicilio, identificación oficial. Por otro lado, la documentación para los automóviles es la siguiente: Seguro de cobertura amplia, tarjeta de circulación, fotos de exterior del auto, fotos del interior del auto, fotos de placas del auto.

La documentación requerida para los taxistas en la Ciudad de México es diferente, ellos requieren menos lineamientos y menos recursos monetarios para pagar los impuestos por manejar un coche destinado al transporte público. Al GDF, no le importan los exámenes de confianza ni antidoping, ni un seguro para el chofer y sus pasajeros.

Expresado por el Gobierno del Distrito Federal, los requisitos para manejar una unidad de transporte son: Licencia de conducir Tipo B, comprobante de estudios, acreditar buena salud (evaluación que les realizan en el Centro para el Fomento de la Educación y la Salud de los Operarios del Transporte Público del DF [CENFES]) y aprobar examen de pericia.

Los parámetros para uno y otro servicio se encuentran en polos opuestos, en uno de ellos (Uber) piden mayores requisitos y se encuentra regulado a partir de los contratos a sus choferes con la condición de estar dados de alta en el SAT (Servicio de Administración Tributaria).

Sin embargo, como lo expresó en una entrevista para CNN, Rodrigo Arévalo, director general de Uber en México, la aplicación se queda con una pequeña comisión. Dinero que no es declarado al SAT y que por lo tanto está fuera de lo que dictamina la Ley del Impuesto sobre la Renta, en su artículo 1”.

Uber ha provocado polémica por los “vacíos legales” que ha tenido en los países en los que se ha establecido, lo que le ha provocado su prohibición o restricción.

En México, según la Ley de Movilidad capítulo IV De los delitos en el Artículo 258.- “Comete el delito de transportación ilegal de pasajeros o de carga, el que sin contar con la concesión o permiso expedidos por la Secretaría para tales efectos, preste el servicio público, privado o mercantil de transporte de pasajeros o de carga en el Distrito Federal. A quien cometa el delito de transporte ilegal de pasajeros o de carga, se impondrá de tres meses a dos años de pena privativa de libertad y una multa de cuatrocientos ochenta a quinientos días de salario mínimo vigente”.

Debido a las recientes y diversas manifestaciones de los taxistas de la Ciudad de México se anunciaron diversos operativos en contra de los taxis piratas, sin embargo Juan José García Ochoa, el subsecretario de gobierno del Distrito Federal declaró que no se puede perseguir delito alguno en contra de la empresa Uber porque en la ley de movilidad no existe las especificaciones adecuadas para proceder: “La ley de movilidad no se refiere a aplicaciones, se refiere a la prestación del servicio. La ley se aplicará para que evitemos que personas que no cumplen con los requisitos que establece la ley presten el servicio”.



Aunque el artículo menciona y hace énfasis en que “el que sin contar con la concesión o permiso expedidos por la Secretaría para tales efectos, preste el servicio público, privado”. Sin embargo, en las últimas actualizaciones que se le hicieron a la Ley Federal de Movilidad, sólo se modificaron los artículos 212, 213 y 214, ignorando la necesidad de realizar una modificación en los artículos con el incluir a Uber en la reglamentación.

Por lo que la empresa seguirá trabajando normalmente sin restricción como lo señala su vocero y director Rodrigo Arévalo, no se trata de una empresa de transportes, sino solo un intermediario entre particulares. Por lo que no existe un contrapeso real de lo que pueda o no hacer este corporativo.

Julián Mora, taxista de sitio, asevera que el problema no es con la gente que labora como chofer independiente, sino la poca regulación que existe por parte de las autoridades. “No existen reglamentos para que ellos se encuentren dentro de la ley y esto nos jode a nosotros desde cierto punto de vista, en donde uno debe de pagar sus placas, su tarjetón, la tenencia disfrazada y la mochada para los dueños de los sitios”.

“Puede ser que sí le ganes más lana, pero hay muchos de los usuarios que no tienen tarjeta de crédito pa’ pagar o que se encuentran vetados de a por vida por tener deudas hasta el cuello. Por eso no me preocupo de que se vaiga a acabar la chamba” asevera Julián mientras se estaciona para cobrar el trayecto de viaje.

Un taxista del sitio Radio Taxi, que lleva más de veinte años trabajando y prefiere que no se mencione su nombre, hace especial énfasis en que Uber no causa gran problema porque no abarca todo el sector de la población, debido a que no todos los pasajeros cuentan con tarjeta de crédito y que la mayor parte de la demanda es en Santa Fe, Polanco y la Condesa, por lo que no le afecta. Menciona que su hijo trabaja en Uber y que más de una vez lo ha invitado a trabajar ahí, pero se niega, no cree acostumbrarse porque él vive al día con lo que gana.

Si bien es cierto, que las autoridades no hicieron cambios significativos en la Ley de Movilidad, es importante reconocer que desde octubre de 2014 cuando Rufino León Tovar, secretario de Movilidad (Semovi) declaró en entrevista radiofónica con la periodista Denise Maerker, de Grupo Fórmula: “Lo que nos interesa es que este servicio está considerado como un servicio público; entonces en esa circunstancia lo que nosotros tenemos que hacer, como autoridad, es tener un control, tener un registro de esos vehículos como taxis, por un esquema de seguridad”.

Se ha llevado un seguimiento poco significativo, porque en 2014 ya conocían el problema y la actualización de ley Federal de Movimiento fue en 2015; entonces, el Gobierno del Distrito Federal y las dependencias correspondientes no modificaron o agregaron artículos que incluyan a Uber.

Óscar Rojas, usuario habitual de taxis de sitio y libres menciona “no tengo la posibilidad de contratar a un Uber, los choferes de ahí sólo se mueven en la ciudad de México y les da miedo meterse a la periferia, por ejemplo, no llegan a mi casa. Además de que prefiero contribuir a que una familia coma y no una corporación gigante que no sé ni quién es el dueño”.

Adriana Delgado, camina hasta la calle Texcoco, el río Bravo entre el Distrito Federal y el Estado de México, calle de nadie, basurero de todos. Con los tacones que dificultan su andar y su bolsa que se resbala cual niño en tobogán por su brazo, le hace la parada a Don Jesús, vecino de ella que por casualidad pasa en ese momento por la vialidad.

Don Jesús ha trabajado con su taxi desde hace años, es una unidad vieja pero nunca sucia ni descuidada. Parece que guio a las más grandes peregrinaciones, sabe cada una de las calles, sus baches y en dónde está bien meterse por la noche y dónde mejor ni buscarle.

Su espejo está adornado por un dibujo hecho por su nieta de apenas 10 años que vive con él y su esposa. Él es el único proveedor del hogar desde que su hija desapareció y les dejó encargada a la niña de 5 años. Trabaja día y noche y sus ingresos fluctúan de acuerdo a la temporada. “No puedo dejar de trabajar y tampoco puedo meterme a transportes de lujo. Si las autoridades nos regularan bien y dejaran de robarnos el dinero los dueños de sitio, en verdad mejoraría el servicio y las unidades. Sólo espero no perder mi carro por las deudas”.

La puerta tiene que ser cerrada con fuerza. Un tsuru blanco con amarillo, sin luces neón, con distintivos en las ventanas y un letrero que describe “libre” y placas de servicio público, se estacionó en la esquina del trabajo de Adriana. Con ayuda del chofer, que vestía casualmente; con camisa y pantalón deslavados, bajó sus láminas para dirigirse a dar clases. “¡Qué te bendiga Dios!” Con una sonrisa y la mano por fuera de la ventana, se despidió Don Jesús.







Fotos: Alfacevedoa y ProtoplasmaKid, tomadas de Wikimedia Commons



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RUTINA INCANDESCENTE


Por Paola Adriana Cerón Monroy
México (Aunam). “Es bueno seleccionar nuestras luchas y saber que éstas no se sufren, se combaten; no se critican, se estudian”. Karla Santamaría Benavides, con 32 años de edad, el cabello negro y con ojos de miel gusta de largos caminos que conducen a una victoria segura.

Desde la infancia, Karla Santamaría pudo notar las diferencias que se suscitan entre clases y géneros. “Nunca me he hallado en esta vida de desigualdades, empezando por las de género. Siempre he tenido un malestar y, al principio, no supe de dónde provenía. Me molestaban las miradas y el trato de algunos hombres hacia las mujeres”.


Su forma de escapar y comprender más acerca del tema la llevo a introducirse en el feminismo donde pudo canalizar la urgencia que tenía por contestar a sus malestares. Asegura que fue la etapa más alegre de su vida pues aprendió a analizar desde una perspectiva más crítica las desigualdades de género “Las mujeres siempre han estado allí, pero nunca se había contado de ellas”.

“A ciertos hombres les molesta que estemos en el espacio público y como estamos ahí presentes piensan que somos públicas y por eso nos acosan, nos agreden”. La rabia sale disparada de la boca de Karla Santamaría como balas que, en lugar de matar, incitan a la reflexión.

Ha tenido influencia de Marcela Lagarde, antropóloga e investigadora mexicana quien ha teorizado acerca del feminismo en libros como Los cautiverios de las mujeres, La multidimensionalidad de la categoría de género y del feminismo. Además de Simone de Beauvoir con su obra El segundo sexo a quien Benavides admira por la complejidad de su obra.

El proceso de convertirme en…

Karla Santamaría Benavides pasó por diversas etapas que la convirtieron en la profesionista que es hoy. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se especializó en el área de periodismo. Sin embargo, detrás de esa decisión se encuentra el Centro de Estudios Tecnológicos Industrial y de Servicios (CETIS).

“En el CETIS aprendí que tu vida no está en el camino a la secundaría que queda a tres calles, que tu vida no es el camino al mercado, ni el camino a la colonia que sigue. Estudiar trabajo social me abrió la puerta hacia otras historias que yo no conocía.

Santamaría Benavides, a los 15 años y durante los tres años consecutivos se mantuvo como voluntaria para ofrecer pláticas sobre prevención de adicciones y contra el embarazo prematuro. “Aprendí a trabajar, a pensar en la sociedad y a instruirme. Para mí se volvió una forma de vida porque yo no creo que nadie pueda hacer un trabajo que tiene que ver con lo social y no estés inmiscuido en la sociedad".

Cuando se está frente a Karla Santamaría es inevitable no ser contagiado por su sonrisa y la emotividad con que cuenta su historia. Es una mujer que todas las oportunidades que se le han presentado las ha tomado gustosa. “Siempre me ha gustado quedarme en los lugares en donde puedo aprender”, comenta.

Además del gusto por el estudio de lo social, se integró al periodismo. “Desde el primer semestre, uno de mis profesores tenía la idea de hacer un periódico estudiantil y yo acepté colaborar. No sabía cómo hacerlo pero estaba segura que algo bueno podría salir pero sobre todo que teníamos que elaborarlo lo más profesionalmente que se pudiera. La idea fue que siempre escribieran los estudiantes”.

La iniciativa del periódico estudiantil despertó en Karla Santamaría una afición por la lectura y el estudio. A su corta edad disfrutó del aprendizaje, no lo sufrió ni lo vivió como una cárcel. “A los 16 años tomé mi primer taller de periodismo cultural y por ende vi muchas películas, leí muchos libros de temas que me gustaban y me apasioné mucho por las artes”.

Una vez terminado el CETIS, tomó la iniciativa de cursar la preparatoria y dejar de lado la opción que su propia institución le otorgaba al estudiar a distancia el sistema medio superior. “Yo estudié el camino y ese no era. El camino más largo es el más seguro y más satisfactorio” dice Santamaría Benavides.

Con trabajo en la revista Generación, y con la influencia del trabajo social, Karla se encontraba en dilema hacia qué carrera debía dirigirse. Entre esa duda se hallaba psicología y por otro lado comunicación. Al investigar de qué van las dos carreras se decidió por Ciencias de la Comunicación debido a que le pareció “una extensión del trabajo social”.

Sin duda alguna, encontró su vocación y con su experiencia la carrera de periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales fue relativamente fácil de cursar. “Yo ya había hecho por lo menos tres años de mi vida un periódico estudiantil. Había trabajado en comunidad tres años de mi vida, ya había entrevistado y escrito sobre personas reales, ya había publicado”.

Retrato laboral


“No es tan importante que estudies periodismo sino que tú quieras hacer periodismo” dice Santamaría. Esta es la enseñanza con la cual ha guiado su vida profesional pues la pasión por la escritura y la labor periodística de informar va con ella a cualquier lugar.

Artículos como Ansiedad ante los exámenes, Agresividad escolar y ¿Funcionan los consejos tutelares? son artículos que ha publicado en la revista de pedagogía Rompan Filas donde revela su profunda preocupación por la violencia en cualquiera de sus expresiones y lo que esta puede provocar.

“Nunca me ha gustado pasar el tiempo sin hacer nada”, Karla ha pasado ya por varios trabajos que tienen que ver estrictamente con el periodismo. Escribió para la revista Quehacer político donde siguió con la rama de pedagogía y salud. Estimulación temprana, El trastorno de la conducta oposicionista y desafiante, relaciones destructivas son algunas de las colaboraciones dentro de dicha revista.

Trabajó también en Conaculta coordinando el Festival Cervantino, sin embargo la presión la obligó a retirarse. “A los pocos días de desempleada, un compañero de la Revista Generación me llamó y me invitó a trabajar como jefa de difusión en el Museo Nacional de las Culturas”. Actualmente se encuentra laborando en dicho lugar donde además de periodismo aplica otras herramientas de la comunicación.

“El periodismo no está hecho de la nada, nunca hay una hoja en blanco. Siempre tienes que tener un background para poder escribir, ¿Cómo poder escribir de algo que no has vivido? El periodismo es una exigencia de tu conocimiento”.

El arte, la mejor forma de expresarme

Algo que parece enfadar mucho a Karla Santamaría es la no decisión a pesar de sentirse una mujer afortunada de poder decidir. Gusta de la literatura, sobre todo la de Almudena Grandes, el cine de Kim Ki-duk, el teatro, la danza y todo tipo de expresión artística en que pueda expresarse. “En especial me gusta la pintura, mucho de lo que hizo Frida Kahlo me ha inspirado, me gusta la nostalgia que representó en su trabajo”.

“He tenido muchas etapas, una donde leía bastantes novelas de terror como Frankenstein y Drácula o también literatura amorosa, todo lo que tuviera que ver con sexualidad y erotismo. Siempre me planteó un tema y sobre el sigo hasta sentir que he concluido”.

Karla Santamaría está comprometida con las luchas que ella misma ha elegido. Se acerca un poco más a mí y me pregunta si asistiré a la marcha del 20 de Noviembre en el zócalo capitalino. “Hay acciones en las que todos tenemos que estar unidos aunque no tengamos gustos en común: personas del movimiento gay, campesinos, universitarios, feministas. Pareciera que sus luchas no tienen nada que ver pero, en realidad, nos involucran a todos”.

La voz de Santamaría se torna alegre y optimista con cada anécdota que cuenta y se dispersa por la cafetería. Hace una pausa y me pide terminar con la entrevista, no sin antes decirme: “somos sujetos históricos y en la medida en que lo somos podemos cambiar el rumbo de la historia, ahora dime tú ¿qué vas a proponer?”.





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24 de junio de 2015

SANGRE CINÉFILA, CORAZÓN SERIÉFILO Y PIEL TEATRAL: ARANTXA SÁNCHEZ


Por Anayeli Tapia Sandoval
México (Aunam). La caminata de la estación Zócalo a la calle 5 de mayo hubiera llevado escasos cuatro minutos si el rojo del semáforo peatonal, que intentaba imponer control sobre un domingo familiar, no hubiera tardado tanto en cambiar.

Las palabras El Popular resaltaban con color dorado, en los extremos de la entrada de aquel restaurante se encontraban dos bancas; en el lado izquierdo estaba una familia reposando, mientras que en el derecho un grupo de violinistas y chelistas daban un mini-concierto.

Eran las doce con treinta minutos, justo media hora antes de lo acordado, sin embargo, una figura femenina, reconocible al instante, se acercaba a la entrada. Sus 24 años de edad posaban en su cuerpo delgado, cuya altura oscilaba entre los 1.50 metros; su ondulado y negro cabello le cubría hasta la mitad de la espalda y cada uno de los pelos que lo conformaban estaba en el lugar correcto, sus lentes, de armazón rosa, le rodeaban sus ojos un tanto rasgados en donde las delgadas líneas ojerosas apenas hacían presencia.

Arantxa Sánchez Luna, reportera del Fideicomiso de Administración de Teatros y Salas de Espectáculos del Instituto Mexicano del Seguro Social (Teatro de la Nación), se aproximaba para saludar con un beso en la mejilla para luego dirigirse a la recepcionista y pedir una mesa.

Después de observar su reloj, de su boca salían unas repentinas y alarmadas palabras— ¡ay!, llegaste muy temprano, ¿llevas mucho tiempo esperando?—, mientras se llevaba una de sus manos a la cintura, que estaba cubierta por una playera negra de mangas largas y cuello redondo, bajo un suéter liso azul marino que hacia juego con un pantalón rojo entubado.

La recepcionista, después de unos cinco minutos, la llamaba para indicar que ya había una mesa disponible. Dentro, el lugar estaba repleto de personas de todas las edades, aunque eso nadie lo notaba, pues cada quien estaba inmerso en su propia burbuja, una que más tarde se crearía en la mesa número siete, la que le había sido otorgada.

Producción audiovisual, un nuevo respiro

Arantxa Sánchez, egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, estudió Ciencias de la Comunicación y, aunque originalmente su plan de vida no era ese, terminó tan inmiscuida en ello que ya no pudo salir.

—Yo iba a estudiar Letras Hispánicas pero me dijeron que me iba a morir de hambre— ríe mientras mantiene los dedos de su mano izquierda entrelazados con los de la derecha— entonces busqué otra opción y lo más relacionado era comunicación; entré no tan convencida, pero con el paso de los semestres, y con el apoyo de diversos profesores como María Eugenia Ávila Urbina, Marcos Márquez y Angélica Carrillo, terminó gustándome.

Sin embargo, para la también colaboradora en portales como F.I.L.M.E. Magazine y Corre Cámara, uno de los mayores obstáculos fue la elección de la especialidad, pues a pesar de que ella anhelaba estudiar periodismo eso no fue posible debido a la hora que le tocó inscribirse, pues ya no había cupo con ningún profesor. No obstante, estudiar producción audiovisual, más allá de ser un reto, al final fue una salida y una segunda oportunidad.

—Cuando no me pude inscribir en periodismo lloré mucho— baja la mirada y la clava por un momento en la mesa— pero luego lo pensé y producción sí me llamaba la atención, al principio la metí con las ganas de meter permuta después, pero metí a maestros muy buenos e hice la prueba de una semana y en ese lapso me gustó mucho, me encantaron los maestros y me quedé.

En todos sus textos, sobre todo en las reseñas críticas, la productora de profesión y periodista de oficio refleja la gran inclinación que tiene por estos dos mundos, tanto que ha logrado crear un puente entre estas especialidades y con ello construir su propio estilo, prueba de ello son “El hombre más buscado”, “El rey de la evasión” y “El carácter nebuloso de Vargas Llosa”, por mencionar algunas.

—Junté la teoría de producción y el estilo que desarrollé cuando estuve en el tronco común, la práctica no porque eso nunca me ha gustado— la mesera del recinto interrumpe y trae las órdenes que previamente se habían pedido; Sánchez Luna recibe su quesadilla sincronizada acompañada de un vaso de jugo de naranja, da las gracias a la empleada y prosigue como si nada la hubiera detenido—el estar con la cámara y tener que moverse me estresa mucho, yo no soy buena para eso, pero sí me gustó la teoría: hacer ensayos, la estructura de guiones, reflexiones sobre el cine y la realidad; entonces pensé en escribir sobre lo que estaba estudiando y así fue como resultó.

La reseña, su género periodístico favorito, representa para la también crítica de cine una forma de desnudarse y de quedar libre ante el lector, pues asegura que los prejuicios, el contexto, los conocimientos y demás factores quedan ante él; sin embargo, deja en claro que para llegar al público el periodista debe hacer otras cosas:

—Se debe escribir lo más claro posible, creo que eso es lo principal, sobre todo en la crítica de cine porque ahí está el vicio de los eruditos que piensan “ustedes mortales me van a leer a mí”, lo cual yo odio, por eso trato que mis textos sean un poco más sencillos, por ejemplo, no me pongo a citar a filósofos porque al lector le da flojera, y eso es lo que yo rescato de haber tenido un tronco común de periodismo, porque te enseñan a escribir claro, directo, cercano, sencillo, pero sin perder la profundidad. Tengo muchos conocidos que sí son así, y a veces sí lo aprecias, pero inevitablemente es para un público muy reducido, y el chiste es que toda la gente lo pueda leer, conozca y se acerque a una película, una serie de televisión, un libro, lo que sea.

Cuando el telón del teatro baja

El trabajo actual de Arantxa Sánchez se centra en el manejo de redes sociales y como reportera en un Feideicomiso de teatro, no obstante, comenzó a familiarizarse con este mundo recién obtuvo ese empleo.

—Me gustaba ir al teatro, pero era muy esporádico, no iba tan seguido, como —mira hacia arriba y piensa unos segundos— cinco veces al año, lo cual es muy poco en realidad, pero con este trabajo todo resultó inevitable, me dejaban entrevistar a alguien y tenía que buscar información, ver sus obras, tenía que relacionarme con los actores y las personas de teatro.

El inmiscuirse tardíamente al teatro no ha sido el único motivo por el cual Sánchez Luna tenga una conexión limitada con esta forma de hacer arte, sino que parte de ello también se debe a los pensamientos de las personas que trabajan dentro de este medio y por las riñas que surgen entre los artistas reconocidos y los independientes.

—Los actores son muy extraños, se tiran mucha mierda entre ellos, siempre está la eterna pelea entre los actores de siempre y los teatreros independientes. Sí hay obras que son muy buenas, pero también hay mucho fantoche que cree que por estudiar teatro va a cambiar a México. También me molesta que crean que todo debe ser gratis, en el trabajo donde estoy deben rentar los teatros porque si no cómo sobrevive el Fideicomiso, cómo se les da mantenimiento a los teatros; muchos se pelean por la renta de los teatros, todo lo quieren gratis y lamentablemente no todo es así, no han desarrollado un pensamiento empresarial.

Como espectadora, y en menor medida como crítica de teatro, Sánchez Luna dice que lo que más le importa de una obra es la credibilidad, pues a veces las actuaciones son muy malas y plásticas.

—En lo primero que me fijo es en que los actores tengan un desarrollo histriónico sobresaliente, sino me da flojera así la historia esté muy bien, porque los actores tienen que traducir la trama y los sentimientos en el escenario— de pronto deja estático el pedazo de quesadilla que previamente movía de un lado a otro del plato y dice emocionada —de las últimas que vi me gustó mucho, mucho, mucho, “Diario de un loco” porque Mario Iván Martínez, uno de los actores principales, tiene una gran capacidad como artista, es músico, actor, escritor, y todo lo que hace lo hace muy bien.

De corazón seriéfilo y sangre cinéfila


La revista Tierra Adentro de Conaculta también ha presenciado el talento de esta joven amante del cine, misma pasión que más tarde la llevaría a conocer un mundo que, asegura, le gusta más que el del séptimo arte: las series de televisión; aunque para descubrirlo, tuvo que pasar por situaciones que la dejaron marcada durante su trayectoria en la Universidad.

—Te voy a ser sincera— se pasa su bocado y deja el tenedor en el plato — entré un poco tarde al mundo del cine, empecé a interesarme por ello cuando ya estaba en la especialidad y justo cuando lo hacía muchas personas de mi generación ya tenían un conocimiento sólido sobre cine, por lo que me enfrenté a muchas personas que me decían “tú qué has visto”, “tú qué”, “por qué escribes sobre cine si tú ni ves cine”; me enfrenté mucho a eso y entré en depresión. Después empecé a ver otras cosas, primero consumía mucha basura televisiva, pero luego conocí las series, las buenas series, y me gustó. Además, a veces es tedioso estar dos horas sentada viendo una película y las series son más ágiles, tienen menos de una hora para presentarte muchas cosas y eso es lo que las hace interesantes.

En el año 2013, la comunicóloga ganó el concurso de crítica cinematográfica en el Festival Distrital: cine y otros mundos por su escrito “La hipnosis de Danny Boyle”, texto al cual le tiene mucho cariño.

—Elegí hacer una reseña de Trance porque me gustó mucho esa película, me encantó la dirección de Danny Boyle y amo a James McAvoy. Ese fue uno de los primeros textos en donde realmente estaba segura de poder llamarle ‘reseña’ a mi escrito, además me tardé una noche en hacerla.

Sin embargo, el Festival Distrital fue tan sólo el inicio de sus éxitos, y en ese mismo año participó en el Primer Concurso de Crítica Cinematográfica realizado por la Cineteca Nacional y la embajada de Francia.

—Fue todo un reto porque ese concurso era a nivel nacional, de hecho yo mandé mi reseña el último día, porque una amiga me dijo que me animara y lo mandamos las dos, pero me daba miedo— adopta una posición erguida y de pronto su voz se vuelve temblorosa, ante una realidad que no quiere ser aceptada— es que me hace falta creérmelo porque muchos de mis amigos que sí estudiaron cine y que hacen crítica de cine también mandaron los suyos, y era como “yo qué”, entonces fue duro, tanto que me lo guardé, sólo mi amiga sabía que lo había enviado. Después salieron los resultados y yo ni sabía que era una de las finalistas, me enteré porque mi amiga me marcó y me lo dijo.

Para la integrante del Jurado Joven en la edición 2014 del Festival Distrital: cine y otros mundos, la crítica de la pantalla grande en México necesita más apoyos pues, si se compara con otros países, en éste resulta imposible vivir del periodismo cinematográfico.

—A la crítica de cine en México nadie la toma en serio, siempre los tratan como perdedores. En realidad hay gente que escribe muy bien pero no hay periódicos o revistas que paguen por ello, a diferencia de Estados Unidos, por ejemplo, en donde se vive muy bien por hacerlo— toma jugo y otro bocado de su quesadilla, agregando esta vez un poco de aderezo, después de pasarse la comida continúa con el mismo tono desalentador— aquí es imposible, pagan una miseria y si quieres escribir reseñas debes casi, casi prostituirte o de plano tener contactos.

Por esta misma razón, y porque es uno de sus grandes anhelos, Arantxa Sánchez piensa entrar el año que viene al Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) para así poder emprender sus propios proyectos, relacionados claro, con las series de televisión.

—En el CCC hay un taller de guion de dos años y quiero estudiarlo, pero primero tengo que quedarme, se inscriben como 500 y sólo quedan 10. Después quiero ir a Venezuela, en donde está la sede de HBO Lationamérica, y hacer series de televisión. Además está padre porque el CCC te abre más las puertas, al mismo tiempo que estudias te empiezan a contactar con gente de cine, igual no sales dirigiendo pero sí aspiras a ello y a más apoyo.

Una lucha contra sí misma y con el mundo

Un ruido ensordecedor parecido al de una licuadora, proveniente de la cocina, se apodera de todo el restaurante y Arantxa Sánchez, en consideración con la pobre grabadora que combatía por registrar su voz o el ruido ambiental, espera un poco para seguir con la plática. En el restaurante todo pasa de prisa, las meseras van y vuelven con las órdenes en la mano y la televisión habla sola, nadie le presta atención.

El desayuno de la periodista estaba totalmente consumido, había tardado el doble de tiempo de lo normal, en su lugar, y conforme el ruido se prolongaba, el envoltorio del popote de su jugo era partido por sus delgados dedos en cachitos; después de unos cuantos minutos el escándalo fue en declive hasta que nada pudo perturbar de nuevo la intimidad que se había logrado.

La joven crítica de cine, televisión y teatro, quien confiesa que si su vida fuera una película esa se trataría de una chica perdedora, ha demostrado que es toda una persona perseverante, capaz de lograr todas aquellas cosas en los que otros la subestiman; sin embargo, el salir de la carrera de Ciencias de la Comunicación cambió su panorama y su vida en general.

—El mundo es cruel cuando sales, te da la depresión de ya no saber qué sigue, y no te quieres sentir una carga para tu familia. También es deprimente ir a las entrevistas de trabajo y darte cuenta de que buscan robots, que buscan gente que hace todo, pero que sólo les pagan tres mil pesos al mes y es una gran burla, es decepcionante. Aunque a veces somos nosotros mismos los que nos ponemos el pie al no leer, al no investigar, al no buscar.

No obstante, ante tales situaciones siempre ha contado con el apoyo de su familia, de su novio—con el que saca una gran sonrisa acompañada de hoyuelos que se forman en el extremo de su boca cada vez que lo trae a la plática—, pero más de su madre, pese a que en un principio se rehusaba a que su hija fuera otra estudiosa de las ciencias sociales, tal como el resto de sus hijos.

—Ella quería un doctor, lo que quieren todas las mamás, pero conmigo sí fue más presión para que estudiara otra cosa; quería que fuera abogada—la sola idea de pensarlo le produce un gesto de desaprobación y de terror en la cara—fueron muchas discusiones, pero después me dijo que si eso era lo que yo quería que me apoyaría. Ahora le encanta que diga que me publicaron en tal lugar y siento muy bonito al decirle, es como compensar todos los momentos amargos que vivimos por lo que iba a estudiar.

Pese a que penas llegará al primer cuarto de siglo de vida, Arantxa Sánchez Luna ha ido recopilando más triunfos que derrotas y más buenas que amargas experiencias; aunque su modestia no le deje ver más allá de sus defectos, en un futuro no muy lejano su lista de virtudes podría extenderse hasta los vidrios redondos de sus lentes para que pueda darse cuenta de lo que es y de lo que puede llegar a ser.

Después de poco más de una hora dentro de una burbuja que no se podía ver sino sólo sentir, en la mesa siete volvía el ruido del exterior y la escena de las personas viviendo de prisa. Pese a que su figura había quedado inmortalizada en fotografías, anécdotas, sentimientos, emociones y confianza habían quedado marcadas no sólo en una grabadora de audio, sino en las paredes y en el corazón de aquel lugar.




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DESCUBREN ROSTROS EN LA OSCURIDAD Y PUBLICAN LIBRO DESDE PRIMER SEMESTRE

  • Johally Carmona, Sahian Gómez, Manuel Álvarez y Rosa de San Martín, autores de la edición

Por Diana Laura Andrade García
México (Aunam). Estudiantes de Ciencias de la Comunicación de primer semestre en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México, comentaron sobre su experiencia como autores del libro Rostros en la oscuridad. Trastornos mentales.

Johally del Carmen Carmona Camacho comentó que cuando los invitaron a participar en el proyecto les dio mucho entusiasmo, buscar y luego entrevistar a personas en contacto con un trastorno mental o que lo padecen, “plasmar su historia en el papel fue una experiencia bastante enriquecedora, dejamos parte de nuestra esencia en los relatos”.

Por su parte, Sahian Gómez Pérez señaló que para ellos aprender a escuchar y entender la historia de otro es muy importante, además resaltó el error de las personas al estereotipar a los que padecen algún trastorno mental, “son personas con una historia y una visión diferente de la vida”, puntualizó.

Además, Rosa Lizeth de San Martín Vásquez afirmó la gran dificultad para encontrar a alguien dispuesto a compartir parte de su vida y el reto siguiente fue responder al nivel de confianza que la persona brinda, “redactar un relato va más allá de escribir, es poner el alma en ello”.

También mencionó que es el inicio de su gran labor como comunicólogos, pues cuentan con las herramientas para cambiar las perspectivas de las enfermedades mentales y otros temas en los que hay visiones negativas por parte de la sociedad, “el reto es grande y éste es apenas el comienzo”.

Adán Magaña Guerrero, coordinador del libro y profesor adjunto de la clase Taller de investigación documental, comentó acerca del proyecto: “lo iniciamos hace tres años, sin pensarlo decidimos lanzarnos al vacío, sin la certeza de poder publicar, pero con lo que ha sido el motor, el engranaje de la locomotora, el cual nos ha llevado a distintos rumbos: el profundo amor que se tiene por lo que se hace, el amor de cada uno por escribir”.

Sirahuén Millán Jiménez, quien está al frente de la administración de la Organización político cultural del Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística (CLETA) y también del periódico “Machetearte”, comentó que cada edición de Rostros en la oscuridad resulta más emocionante que la anterior, “los participantes le dan rostros a esos personajes que nadie ve o no quiere ver, pero están ahí todo el tiempo y son parte de nuestro mundo cotidiano”.

Millán aseguró la curiosidad por saber qué seguirá después de este libro “porque esta serie sube de color y calor en cada momento”, también mencionó que extrae historias de la oscuridad, “el escribir se trata de despertar conciencias y conmover corazones para incidir en la realidad, no de satisfacer egos ni de complacer vanidades”.

Mencionó la importancia de hacer una publicación pese a no tener la certeza de ser leído, sin embargo, reconoció: “podemos estar seguros de la sensación que nos provoque el escribir para ser leídos, la satisfacción y desilusión recibidos cuando nos comenten o nos critiquen y por último la impresión que como lectores nos cause una lectura”.

Felicitó a los coordinadores y alumnos de esta y de ediciones anteriores, cuestionó acerca del tema del siguiente número además del proyecto y su sistematización de la metodología para trascender en el ámbito universitario, acerca de sí existirá la formación de una editorial; también hizo una invitación a darle oportunidad a personas sin acceso a la universidad para que publiquen y que no sólo participen los alumnos.

Por otro lado, el maestro Melchor López Hernández, coordinador del libro y profesor titular de la clase Taller de investigación documental, comentó: “escribir significa rasguñar el alma, un acto de magia y cuando ésta se comparte con el otro se forma una comunidad la cual debemos mantener, porque cuando estamos divididos nos cansamos más rápido y si estamos cansados el otro nos puede aniquilar”.

López Hernández agradeció a los que participaron, principalmente a Adán Magaña, autor intelectual del proyecto, “se escribe con un trozo de corazón, otro de alma y firma el espíritu”, concluyó.

La sexta edición del libro Rostros en la oscuridad, es una compilación de relatos de personajes urbanos y cotidianos de la Ciudad de México y del extranjero, producidos por alumnos, en esta ocasión el tema fue Trastornos mentales, ésta y el resto de las ediciones se autofinancian, son publicaciones independientes y se imprimen mil ejemplares.

Finalmente, Manuel Álvarez Torres, estudiante de Comunicación en la FCPyS, refirió que Rostros en la oscuridad. Trastornos mentales es “un libro que nos presenta una realidad que no conocemos”.







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22 de junio de 2015

ENTRE LADRIDOS: UN MUNDO DE PARÁSITOS


Por Anayeli Tapia Sandoval
México (Aunam). En nuestro país no existe la cultura de limpieza de los dueños con sus mascotas; muy poca gente tiene esa cultura de recoger el excremento de sus perros cuando salen, o de cargar siquiera con una bolsita. “Hay señoras que hasta abren la puerta de sus casas para que el perro salga y haga del baño, los vuelven a meter y no son personas de salir a recoger”, señala Diana Escalona, amante de los perros, mientras amarra la bolsa con el desayuno ya procesado de Eddy, y la deposita dentro de un contenedor especial.

Un par de personas también se detienen para recoger las heces que han dejado sus perros y, aunque en sus rostros no aparece algún rastro de molestia, sí se reflejan muecas que no pueden evitarse al hacer la limpieza de ellas.

—No me ha tocado ver a las personas que no recogen las heces de sus perros, pero si los viera sí les diría algo, aunque también creo que reclamar tampoco sirve de mucho, porque al final les vale. Creo que en vez de decirles de cosas nosotros mismos podemos hacer el cambio y levantar la popó del otro, es decir, no puedes ir por la vida levantando todo el excremento que te encuentres, pero puedes predicar con el ejemplo, no ser igual que la demás gente, cambiar ese pensamiento mediocre de que no pasa nada si no haces tus obligaciones.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud del Distrito Federal, en México se generan diariamente 696 toneladas de excremento de perros y gatos de los cuales más de media tonelada proviene del Distrito Federal, que al final del año suma 182 toneladas de heces caninas.

Según datos proporcionados por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cada perro o gato defeca entre 300 y 600 gramos de heces al día, es decir, 18 kilos al mes, y pese a que en 1992 la Asociación de Protección Ambiental declaró que el excremento canino era una fuente de contaminación tan potente como el petróleo y los químicos tóxicos, en la actualidad el problema persiste.

En México existen 22 millones de perros: un millón y medio habitan en el D.F. y 120 mil viven en las calles; su tasa de crecimiento anual es del 20 por ciento. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) estimó en 2013 que la tasa de reproducción humana era del 1.2 por ciento, lo cual indica que los canes crecen en un 19 por ciento más que la población humana. Dichas cifras dejan ver que por cada seis habitantes hay un perro, lo que ha colocado al país mexicano como el de mayor población de canes en Latinoamérica.

En cuatro patas: la cultura canina

Seres cuadrúpedos dejan ver sus peludos cuerpos entre los arbustos, mientras las jacarandas que han florecido con la primavera se encargan de adornar la superficie con sus pétalos color violeta. Las nubes apenas emprenden su camino para dar paso al cielo azul y los rayos del sol, que logran escapar de entre los árboles, llegan a tocar con delicadeza los poros de la piel.

Algunos canes trotan a lado de sus amos o corren por la pelota; otros caminan con pesar, pues sus años ya nos les permiten hacerlo como en la juventud. El eco de ladridos perrunos se adueña de uno de los pulmones más importantes de la Colonia Condesa, el Parque España, ubicado sobre la Avenida Sonora.

El sonido del agua a medio llenar de la fuente central silba en los oídos y el viento frío del domingo introduce en la nariz el fétido olor del líquido estancado y del lodo que ni el puesto del vendedor de rosas puede disipar.

Las personas que van sin perros se sientan cómodamente en las bancas a leer el periódico, se pasean en las bicis familiares o se dirigen a la zona de juegos en donde los niños alcanzan el cielo en los columpios o escalan una montaña cuando suben a la resbaladilla; la gente que se encuentra corriendo tiene una característica peculiar, pues se frota la nariz al pasar por los distintos botes rojos de un metro de alto.

El aroma que emerge de éstos hace recordar a un establo. Bolsas de plástico se asoman entre la tapa que ya no cierra completamente el contenedor debido a su sobreuso, mientras, un costal de Dog Chow, también repleto de más basura, yace sobre el piso un poco inclinada debido a que los perros ya han ido a olfatearla.

“No soy un basurero, soy un compostero. Transformo el excremento de tu perro en abono. Paso 1, deposita las heces caninas sin bolsa; paso 2, tapa las heces caninas con hojas secas que encontrarás en el bote junto al compostero”, resalta un cártel que está pegado sobre el cilindro rojo al tiempo que las botellas de Coca-cola se asoman entre la tapa. Las siguientes líneas “Si el compostero está lleno […]” se ven interrumpidas por unos carteles de perros perdidos.

Los perros corren libremente sobre todos los caminos que quedan conectados, sus dueños sólo los miran de lejos. Uno de esos canes se percata de la ausencia de agua en una de las fuentes, por lo que decide poner de su parte y llenarla.

Los dueños que llevan a sus perros amarrados se muestran nerviosos cuando éstos deciden pararse en alguna de las jardineras para hacer del baño; tal es el caso de Samanta, una mestiza de pastor alemán. Una, dos, tres, cuatro, cinco excretas hacen su aparición a mitad del camino. Un señor presume su fuerza al hacer lagartijas sobre unos tubos que sobresalen del piso que, seguramente, algún perro ya habrá marcado como suyo.

“La cultura canina es buena en este parque, hay muchos botes de basura y los dueños sí recogen […] bueno, lo que sí no está bien es que los contenedores están muy llenos, los botes no cierran y todo el aroma se escapa. Al no haber espacio a las personas se les hace fácil ir a tirarlas a los botes comunes o las dejan en el piso. La delegación debe poner más carteles porque los que hay ya están viejos o borrosos”, señalan Alma y Arturo, miembros de la Asociación de perros Omeyocan, quienes dudan de dar sus nombres completos.

Detrás de la banca donde los ambientalistas se encuentran sentados en espera de materias primas que les donan cada semana, hay un cartel que resalta: “Ellos no pueden, hazlo tú” seguido de un dibujo que alude a que los dueños deben hacerse responsables del excremento de sus perros.

Son más de las 2:30 y el puesto de hot dogs y hamburguesas, la fruta picada, chetos y papas sacian el hambre. “Esto nos afecta a todos porque los señores pasan en sus bicis, los niños van jugando o incluso uno mismo pasa y se embarra”, dice Isabel, dueña de un puesto de comida, al tiempo que una hece, a un costado de su espacio y que está marcada por una huella de zapato, secunda su opinión.

“Antes sí les decíamos que los levantaran pero se hacen mensos o se ponen agresivos. El aroma es insoportable, más los domingos cuando hay más gente. Hay personas que sí las recogen o me piden bolsas, pero no todos son así”, dice mientras saca una bolsa de salchichas para cocinarlas.

Mientras el aroma a excretas de perro se adueña del lugar, de la comida y de cada respiración, consciente o inconscientemente, la fiesta de socialización de perros continúa: los juegos de pelota y el lanzamiento de varas hacen que salten y giren sobre sí mismos al tiempo que llegan nuevos canes para jugar; sus dueños lucen felices al ver a sus mascotas jugar y pasársela bien, pero en la distancia.

Organismos enamorados del ser humano

Las heces de mascotas provocan hasta el 60% de las infecciones estomacales e intestinales que se reportan cada año, de acuerdo con datos arrojados por la Dirección General de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaria de Salud; además, puntualiza que se registran entre 4.5 y 4.9 millones de infecciones intestinales en el país.

Un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública, dado a conocer en el año 2008, señala que la contaminación de suelos por heces fecales es la principal fuente de infección humana; con el agregado de que las larvas contenidas en las heces fecales son altamente resistentes a los efectos del ambiente por lo que pueden sobrevivir desde meses hasta años en espera de un “portador”, que por lo general son niños menores de ocho años.

Los animales que viven en las azoteas y en las vías públicas son los que más contaminan, pues los deshechos que dejan quedan al aire libre, se secan y se desintegran en forma de polvo, mediante el cual se trasladan toda una gama de parásitos. En general, existen más de 140 enfermedades que se pueden transmitir a través del contacto con perros y gatos, esto según el Diagnóstico Virológico del Departamento de Microbiología e Inmunología de la FMVZ de la UNAM.

Iven Luis Velázquez García, médico veterinario y zootecnista egresado de la UNAM, indica que la exposición a las heces de los animales resulta incluso mortal para el ser humano, pues “uno puede inhalar huevecillos de parásitos y de bacterias, o bien se introducen en el organismo por vía oral, entonces éstos organismos provocan diarrea, infecciones, problemas hepáticos y finalmente la muerte, que si bien el índice es bajo, sí existen casos”.


De igual manera, señala la importancia de mantener la limpieza de la orina canina, que si bien sale estéril, también puede traer consecuencias al ser humano. Esta gran cantidad de zoonosis (enfermedades que padece el hombre por estar en contacto con los animales) se dividen en cuatro grupos: bacterias, parasitarias, virales y fúngicas.

Entre las enfermedades más infecciosas se encuentra la toxocariasis, que es producida por larvas de parásitos presentes en animales como perros o gatos. El hábitat de éstos parásitos es el intestino delgado de dichas mascotas, que ponen entre 150 mil y 200 mil huevos por día, que son eliminados con las heces y al cabo de 2 a 3 semanas se tornan infecciosos.

El hombre se infecta al ingerir los huevos eliminados que se adhieren a los alimentos u objetos. Una vez en el intestino, las larvas abandonan los huevos, penetran la pared intestinal llegando a la circulación general y alcanzan diversos órganos, fundamentalmente hígado, pulmones, sistema nervioso central, corazón y los ojos.

Por otro lado está la hidatidosis, enfermedad que es como la toxocariasis, pero que se presenta en los climas templados, de ella se registran 1.31 casos por cada 100 mil habitantes; mientras que la cenurosis, un parásito que se desarrolla en el intestino del perro, también puede afectar al ser humano. A ellos se une la ancylostomidosis, gusanos pequeños, y la ascaridiasis, las cuales aparecen únicamente en los cachorros.

No obstante, el más común es guardia dudodenalis, que es un agente microcelular productor de diarreas en niños y adultos, así como de ciertas bacterias enteropatógenas como la salmonela, fácilmente transmisible a través de los alimentos contaminados.

También está el Toxoplasma Gondii que tan sólo toma menos de 24 horas para que los oocitos (células de la reproducción) del parásito de la toxoplasmosis se vuelvan infecciosos. En las heces de los animales toma por lo menos 7 días para que éstos representen una enfermedad en potencia.

La Giardiasis es otra enfermedad ocasionada por un parásito y que se manifiesta como diarrea aguda, crónica o intermitente en las personas. Se estima que alrededor de 200 millones de personas presentan la enfermedad. En Asia, África y Latinoamérica se registran 500 mil casos nuevos al año, de acuerdo con el documento del Departamento de Microbiología y Parasitología de la FMVZ.

La vereda de lo incorrecto

Joel Adrián Tovar Velasco, director de Gestión Ambiental en la Delegación Cuauhtémoc, señala que lo más preocupante de la relación mascota-humano es el incorrecto manejo del 90 por ciento de los residuos de materia fecal de los animales, específicamente la de perros y gatos, es decir, unas 324 toneladas por día.

“Se debe promover la variedad de formas con las que se cuentan para desechar las heces de manera adecuada, ya sea depositarlos correctamente en los composteros especiales que se encuentran en los parques, mezclarlas en casa con los desperdicios orgánicos y darla al camión de la basura o, si el perro está vacunado y en buena salud, puede tener la confianza de tirar el desecho en el retrete de su casa", explica.

El médico veterinario zootecnista, Iven Velázquez García, indica que “arrojar las heces de los perros al escusado es una de las mejores formas de deshacerse de ellas, como los humanos con la materia fecal, pero esta acción también implica un gasto mayor de agua, lo cual debe ser tomado en cuenta”.

Por lo general, las personas que no recogen las excretas de sus perros se excusan al decir que “el excremento de perro sirve como abono a la tierra”, no obstante, Velázquez García descarta que los desechos de perros y gatos sirvan directamente de abono a la tierra, por lo tanto, es incorrecto no recogerlas, pues éstas deben pasar por un proceso de composta el cual debe realizarse en un medio controlado, como en los invernaderos, aunque este tipo de proceso resulta laborioso y costoso.

José Jesús Trujillo, director de la Agencia de Protección Sanitaria del Gobierno del Distrito Federal, considera que hay avances en la concientización de los propietarios y que hay varias opciones para desechar las heces animales, pero admite que no habrá política que funcione si no hay antes una conciencia por parte de los dueños de las mascotas.

Un nuevo edén perruno


Sólo una reja verde y una variedad de arbustos dividen al mundo canino del humano; el perímetro de la cerca forma un círculo perfecto y, al introducirse en ella, la fiesta perruna comienza: las correas quedan atrás y los rabos se agitan de un lado al otro al sentir el viento chocar contra la cara y los rayos de vitamina c contra el pelaje, mientras sus lenguas de fuera hacen creer que están esbozando una espléndida sonrisa.

Los pulmones del Parque México ya no son las palmeras, hiedras, arbustos, pinos o las jacarandas que han florecido con la llegada de la primavera, sino los ladridos que se crean día tras día en la nueva Zona Canina que ha inaugurado la Delegación Cuauhtémoc, en la Colonia Hipódromo, el pasado 23 de marzo.

Una señora con ropa deportiva se acerca a su esposo que lleva a dos perros chihuahua: “No hay mucho espacio, mejor vámonos a otro lugar”, expone y enseguida se alejan por las orillas del parque. La capacidad de la Zona Canina es de 300 perros, cantidad que se reduce debido a la presencia de las dos o tres personas que pasan a acompañar a cada uno de sus fieles amigos.

Los distintos composteros rojos de un metro de alto en el que se depositan las heces caninas han quedado atrás y, en su lugar, la creación de un escusado canino ha innovado al Parque San Martín, como también se le conoce, el único lugar en la Cuauhtémoc que cuenta con una zona especial para perros.

Los composteros forman parte de un programa de hace 15 años, pero estos no funcionaron como se había planeado debido a que la gente que visita el lugar desconoce el proceso que debe llevarse a cabo para arrojar correctamente los deshechos de sus mascotas. Joel Adrián Tovar, Director de Gestión Ambiental en dicha Delegación, comenta que a los composteros se arrojan las heces envueltas en bolsas de plástico, pero esto, además de generar más basura, reduce la posibilidad de convertirlo en abono.

El Parque México es el único recinto del Distrito Federal que cuenta con escusado canino; los visitantes del lugar aseguran que esta nueva medida es una opción viable para la limpieza del lugar, sin embargo, “éste debería estar en todos los lugares y en todos los parques de la ciudad aunque eso está muy difícil”, apunta Ángel Villa, ciudadano de la Colonia Hipódromo.

Un cubo metálico reposa sobre un extremo del círculo en donde se lleva a cabo la fiesta canina; parece una simple tasa de baño, pero al abrir la tapa sólo hay un cilindro triangular; y en la pared café, sobre la cual se sujeta el baño, sobresale un botón negro cubierto por una base gris; al costado izquierdo hay una pala y al derecho un bote de basura.

A un lado del escusado sobresale un letrero en donde se observan los seis pasos a seguir:
“1) levanta la popó de tu perro con la pala; 2) levanta la tapa; 3) arroja sólo la popó; 4) deposita en el basurero las bolsas, periódico o elementos que hayas ocupado para levantar las heces; 5) oprime el botón de descarga de agua; 6) cierra la tapa del contenedor”.


El escusado no pasa ni cinco minutos sin uso, los dueños de los canes, sobre todo niños, van una y otra vez por la pala para arrojar las heces de sus perros; o bien arrojan las bolsas que han utilizado al basurero: no hay persona que no siga las reglas, no obstante, la expresión de curiosidad, que luego se convierte en una arrugación de la nariz al no haber lavabos, están presentes en todas las personas.

Martha Naranjo Ramírez, habitante en esa zona, afirma que tener lugares exclusivos para perros ayuda a que el foco de heces fecales pulverizadas no se extienda a otros lugares, pues diariamente los visitantes del parque deben enfrentarse a estarlas inhalando o a estar expuestos a contraer infecciones respiratorias, oculares o alguna enfermedad digestiva; mientras que Diana Ríos, otra habitante, afirma que cada vez son más las personas que toman conciencia de la limpieza de excremento, pero que aún falta mucho por hacer.

“La creación de zonas exclusivas para perros fomentan el cuidado de las mascotas y, al mismo tiempo, la limpieza de las mismas cuando hacen del baño, por eso deben abrirse más espacios en otros parques y lugares del Distrito Federal”, señala Brenda Hernández Mercado, ciudadana del mismo lugar, quien además declaró que “en la cultura de limpieza se ve reflejada la educación y la responsabilidad de la gente consigo misma y con sus mascotas”.

Las flores de las jacarandas cubren el suelo en donde han quedado cubiertos los desayunos procesados de los canes ese día, mientras los composteros siguen llenándose en el exterior de la Zona Canina por los perros que no han logrado ingresar al lugar, y el fétido olor de heces se incrementa conforme el edén perruno espera el arribo de más cuadrúpedos que encuentren un lugar en la fiesta.

Una huella atrás

Si bien la creación de composteros y de lugares exclusivos para perros, como el recién inaugurado en el Parque México, han intentado promover e impulsar la cultura de limpieza, las medidas que se han implementado en el país no han sido suficientes para lograr un cambio. En México existen leyes, como la Ley de Cultura Cívica y la Ley de Protección a los Animales del D.F., que penalizan la falta de conciencia social con respecto a la limpieza de los deshechos fecales de las mascotas.

La Ley de Cultura Cívica, reformada en el 2012, señala en el artículo 26 que “son infracciones contra el entorno urbano de la Ciudad de México el abstenerse de recoger de las vías o los lugares públicos las heces fecales de un animal de su propiedad o que esté bajo su custodia, así como abandonar dichos desechos fuera de los contenedores”. Los castigos van de multas de 11 a 20 días de salario mínimo (entre 600 y mil 90 pesos) o sanciones de arresto de 13 a 24 horas.

Otros países han implementado sanciones similares. En Tarragona, España, fueron contratados detectives privados para vigilar que los propietarios de perros cumplan con la normativa de recoger los deshechos de sus mascotas, y tan sólo dos meses después de haberlo implementado, se castigó a 20 personas con una multa de 15 euros (256 pesos mexicanos); mientras tanto, en Francia, la multa aspira a los 60 euros (mil 24 pesos).

“Las leyes ahí están y van a seguir estándolo, el problema es que realmente se castigue, que multen, que metan a la cárcel”, señala Diana Escalona, amante de los animales y estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

Ante el problema de salud de heces de pe¬rros en la vía pública, el abogado defensor de los derechos de los anima¬les, José Luis Carranza, en entrevista para el Diario de México, hizo un llamado para que se haga un registro de propietarios para que éstos se hagan responsables de los desechos de sus mascotas a través de un chip.


No obstante, no debe descartarse la medida que Estados Unidos y Londres han implementado con éxito a través del registro genético obligatorio, en donde los amos de los perros y éstos son ingresados en una base de datos, esto con el fin de identificar a las personas que no limpien las heces caninas a través de una obtención de ADN de los restos y con ello poder imponer multas de hasta 80 libras esterlinas (alrededor de mil 880 pesos).

Iven Luis Velázquez García, médico veterinario, indica que las mascotas deben tener la medicina preventiva, es decir desparasitación y vacunas, no sólo por el bien de perros y gatos, sino del mismo ser humano; asimismo, señaló que deben implementarse las campañas de concientización sobre la esterilización pues “si uno no tiene conciencia del propio índice de natalidad en las familias, menos se tiene con el control de la reproducción de nuestras mascotas”, concluye.

Antes de tener una mascota se debe hacer conciencia sobre la responsabilidad que implica, pues no sólo es una mascota, sino que es un integrante más de la familia, tal como lo ha hecho Diana Escalona con Maiden, Hendrix, Eddy y Janis.

—Mis perros son como mis hijos, los procuro mucho: los saco a pasear, les compro premios, carne de lata cuando se portan bien y muchos juguetes. En realidad es una gran inversión: en comida gasto 600 pesos cada dos meses, 200 por perro en la estética para que los bañen, rapen y les corten las uñas; y el veterinario para que les pongan las vacunas. Sobre todo, tienes que darles tiempo, cariño y cuidados.

El problema de las heces en la vía pública no es culpa de los perros ni de los gatos. Carlos Esquivel Lacroix, Maestro en Reproducción Animal de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, declara que “somos maleducados en materia de tener animales. No se logra solucionar con una simple estrategia como la esterilización o la adopción, sino que tiene que ser abordado en varios puntos. Recoger los excrementos que el perro vaya dejando en espacios públicos, como en la calle o el parque, es un acto cívico que todos los dueños de animales deberían hacer”.










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