ESPÍRITU UNIVERSITARIO, DE FIESTA


Por Gael González Flores
México (Aunam). Un ambiente de fiesta se vivió en la cancha del Estadio Olímpico Universitario. Las dos más grandes aficiones universitarias, se dieron cita la mañana del sábado 10 de octubre para vivir uno de los primeros clásicos en el deporte mexicano. Los Pumas Doradas de la Universidad Nacional Autónoma de México contra los Burros Blancos del Instituto Politécnico Nacional.

Custodiadas por un numeroso contingente de elementos de seguridad, las dos aficiones atendieron las indicaciones de acceso previstas desde la conferencia de prensa, en la que ambos equipos acordaron dar el máximo para recordar los grandes enfrentamientos que dieron prestigio a dicha rivalidad.

Dentro del estadio, las porristas de ambos equipos realizaron ejercicios de calentamiento y, a la par, observaron como la zona del pebetero se pintó de guinda y blanco y el palomar de azul y oro.

La conferencia de prensa, la presentación del partido en Canal Once y la tradicional quema del burro en Ciudad Universitaria quedaron atrás cuando el equipo de casa realizó el Kick-off para dar inicio a las acciones del Clásico de la Organización Nacional Estudiantil de Fútbol Americano (ONEFA).

El conjunto visitante trató de hacer daño con su ataque aéreo, sin embargo, fueron detenidos. Por su parte el cuadro unamita alcanzó la marca del primer y diez y, enseguida, logran entrar a las diagonales. Mientras que la afición azul y oro festejaba, uno de los árbitros marcó un castigo que invalidó el Touchdown.

Un ‘huelum’ se escuchó como símbolo de apoyo a la defensiva Politécnica pero, fue inmediatamente extinguido por los chiflidos de la audiencia local. A pesar de no conseguir la primera anotación de la mañana, los Pumas Dorados encontraron 3 puntos gracias a la patada de Alan Paoli.

En su segunda serie ofensiva, el equipo guinda y blanco tomó una buena posición en el campo gracias a una serie de pases cortos y carreras productivas. Sus aficionados los alentaron con su tradicional porra, callada, de nueva cuenta, por los chiflidos locales.

Para el segundo capítulo, el cuadro representativo de la Máxima Casa de Estudios saltó al campo más agresivo a comparación del primer cuarto. Un pase largo incompleto de su mariscal de campo José Chávez fue el antecedente de la primera anotación de la mañana. Fue otro envío que el número 81, Andrés Salgado, recibió y luego de eludir a dos rivales entró caminando a la zona prometida.

Ofensivas de larga duración pero sin ganancia alguna caracterizaron el juego de los Burros Blancos, ésta no fue la excepción y tras mantener el ovoide en su poder, fueron interceptados por el equipo defensivo auriazul. Con la ofensiva puma de nuevo en el campo, el marcador volvió a moverse. Salgado capturó un envío de su Quarterback. Los Pumas Dorados se fueron al descanso 16 puntos a cero.

Con los jugadores en los vestidores, la banda de guerra tomó su lugar en el campo para animar la fiesta universitaria. Mediante canciones y bailes, los integrantes del grupo musical formaron la cabeza del puma, símbolo del deporte universitario, así como las palabras ‘Pumas’ y ‘Goya’.

Después de renovar la energía y los ánimos, los jugadores regresaron al emparrillado, pero, en este periodo el protagonista fue el respetable. Desde el clásico “eeeeeh, puto” entonado por la afición puma, hasta un monumental ‘Huelum’ gritado por la afición politécnica llenaron de color el coloso de Insurgentes.

El “negrito en el arroz” fue la explosión de un petardo en la zona azul y oro. El público en general rechazó el hecho e inmediatamente pidió la expulsión de los pseudoaficionados tras corear el clásico “fuera, fuera, fuera”.

Mientras tanto, en el campo de juego, los Burros Blancos tuvieron su mejor jugada en el encuentro. Movieron el balón por aire hasta llegar a la zona de gol. Los goyas, de toda la afición situada en el palomar, se hicieron presentes así como el rugido del puma y los gritos de defensiva para desconcentrar al rival. El apoyo surtió efecto, y los guinda y blanco entregaron el balón sin puntos en su casillero.

Al momento que la afición gritaba y saltaba, “el que no brinque es burro, el que no brinque es burro”, los Pumas Dorados consiguieron su tercer Touchdown del partido. Nuevamente, el Quarteback Chávez lanzó el ovoide a las diagonales para que Óscar de la Concha incrementara la diferencia en el marcador.

Los Pumas acabaron con las ilusiones politécnicas al comienzo del cuarto periodo. La fórmula Chávez – De la Concha volvió a surtir efecto para colocar un marcador que ya no se movería. Los 30 puntos de diferencia fueron una losa que los burros ya no pudieron “arrastrar”.

El cuadro visitante trató de “maquillar” el marcador pero no pudo romper el cero. Desde la tribuna un aficionado puma gritó: “están bien idiotas” justo en el momento en que la ofensiva del equipo representativo del Politécnico desperdició su última oportunidad.

Con diez segundos en el reloj, la afición local comenzó a corear la cuenta regresiva. Cuando ya no hubo más tiempo, el público explotó en júbilo, coreó los últimos ‘goyas’ de la tarde y entre aplausos despidió a su acérrimo enemigo, para recordarnos que la rivalidad se queda dentro del campo de juego y que todo es parte del espíritu universitario.






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