“¡SIETE POR TRES VEINTIUNO, SIETE POR TRES VEINTIUNO! ¡COMO SANTA CRUZ, NINGUNO!”


Por Fabiola Galindo Martínez
México (Aunam). Como cada año, este 23 de febrero, al sur de la Ciudad de México, en el pueblo de Santa Cruz Acalpixca, cientos de fieles religiosos y creyentes realizaron la peregrinación a la Virgen de los Dolores del pueblo de Xaltocan. Una de las fiestas más importantes de Xochimilco.

Santa Cruz Acalpixca es uno de los tantos pueblos pintorescos de la Delegación Xochimilco, su nombre significa “Vigilantes de canoas” y es el único lugar donde se conmemora la Feria del dulce cristalizado. Los residentes del lugar celebran el día de la Santa Cruz como la fiesta patronal y forman parte de los 17 pueblos que realizan mayordomías en honor a la Virgen de los Dolores, cuya iglesia principal está ubicada en el pueblo de Xaltocan.

El día de la celebración

A las 3:30 hrs. ya está congregado un grupo de personas. Todas visten pantalón de mezclilla, tenis, gorra, en general ropa ligera. Se escuchan cerca los cohetes. Un grupo de gente acompaña a los “Chinelos” quienes portan coloridos trajes y sombreros, prevalecen los colores azul rey, rosa, morado, negro, blanco, etcétera; todos traen bordado la imagen de una Virgen o un de Santo.

En un momento comienza a sonar “La del moño colorado” emitido por la Chirimía instrumento prehispánico musical que simula ser una corneta pero que emite un sonido muy agudo, le sigue un tambor de cuero de venado y unos discos. Empiezan a danzar los Chinelos en espera del motivo por el cual están ahí, la Virgen de los Dolores.

“Ya son las 3:30 y aún no salen, ya vamos a llegar tarde”, se escucha a una de las asistentes. A lo lejos se observa un grupo de gente que rodea una imagen y es llevada en andas, de acuerdo con la tradición, por cuatro mujeres jóvenes. La fisonomía de la imagen retrata el dolor de una madre, quien porta un vestido muy fino de color rosa donado como manda por alguna familia que lo ha prometido. A La Virgen de los Dolores, la siguen tres grupos tanto de mujeres y hombres como de niños, cada uno carga la llamada rueda, con una figura hecha de "cohetes", adornada de papeles de colores y que conformará el “castillo”.

Cada uno de los 8 barrios lleva su virgen, rueda y mayordomos. La gente es voluntaria para poder realizar el recorrido. “Este año han salido 8 imágenes y 12 ruedas”, comenta un familiar de los mayordomos, quien porta una playera con el apellido Alquicira.

“¡Siete por tres, veintiuno, siete por tres veintiuno! ¡Como Santa Cruz, Ninguno!”, “¡ A la bio, a la bao, a la bim bom ba, ¡la virgen!, ¡la virgen!, ¡rra,rra,rra!”, se escuchan las porras por parte de los asistentes, para terminar suenan las fanfarrias, emitidas por la chirimía.



El cortejo camina entre cinco y siete kilómetros para llegar a la iglesia de Xaltocán. Durante el trayecto la gente sale de sus casas y llena las banquetas, algunas personas se incorporan a la fiesta y otras no, pero todos miran con respeto la procesión. Los que van ayudando con las ruedas disfrutan y bailan, lo cual provoca choques con las otras personasy que la misma corra a los lados evitando ser golpeados, los auxiliares de los mayordomos les ofrecen refresco con tequila que después de un rato se convierte en la “Agüita de la que ataranta” .

A la 18:00 hrs se realiza una de las paradas más importantes, pasando el embarcadero de Nativitas, todas la vírgenes se colocan en una mesa frente al Restaurante “Los Arcos” el cuál cada año les dedica tres canciones: Las Mañanitas, Hermoso Cariño y Amor Eterno, interpretadas por un mariachi.

Las personas entran al pueblo de Xaltocan, en el cuál se monta una inmensa Feria, llena de juegos mecánicos, puestos de comida, postres, bebidas alcohólicas y pan. El tumulto de gente trata de llegar y entrar a la Iglesia, en dónde se inicia la Santa misa desde las 9 de la mañana hasta las 20:00 hrs , otros se dispersan por todo el lugar con la satisfacción de haber llegado y acompañado a la virgen.

La iglesia se encuentra muy llena, pues todos quieren dar gracias, otros esperan afuera a que se termine de armar el castillo para que a las ocho de la noche sea quemado.

Se ha terminado la última misa y como cada año la Familia Martínez Martínez, residentes del pueblo de Santa Cruz Acalpixca, cierra con broche de oro al dar una serenata con mariachis. Mientras que afuera se quema el castillo y cada rueda muestra una figura, entre ellas no puede faltar la imagen de la Virgen y las tres cruces que representa al pueblo.

Para cerrar la festividad y como muestra de agradecimiento, al siguiente día en la plaza de Santa Cruz Acalpixca se queman los famosos toritos que son donados a los mayordomos.







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