“¿DÓNDE ESTÁ BATMAN CUANDO LO NECESITAMOS?”


Por Alejandra Chavarría
México. (Aunam) Madero es uno de los corredores peatonales más transitados de la Ciudad de México, los empellones y la agilidad para esquivar a la increíble cantidad de gente que camina por esa calle se triplican en fin de semana. Aunado a ello, las actividades culturales y recreativas en la capital generan peculiar bullicio, digno de ser considerado como la re-interpretación de “Domingo, Distrito Federal”.

El 4 de septiembre el Museo Mexicano del Diseño (MuMedi) abrió sus salas para cobijar la secreta identidad del “Caballero de la noche”, el personaje más famoso de la casa DC Comics, Batman. La exhibición lleva por título “BATMAN, a través de la Creatividad Mexicana”; todo con la finalidad de celebrar los 75 años de este héroe de Ciudad Gótica.

—Hay mucha gente formada para el banco, mira la fila, da tres vueltas. Aunque, creo que... ¡no inventes, ¿ya viste para qué es?! —mencionó una chica, sorprendida al ver la numerosa cantidad de gente que se encontraba esperando a las afueras del museo MUMEDI para lograr ser parte de la experiencia con el “Hombre Murciélago”.

Jóvenes y adultos, pequeños en brazos, adolescentes disfrazados de villanos al estilo “Guasón” o “Harley Quinn”; e inclusive el mismísimo Batman, se congregaron para apreciar una visión mexicanizada creada por más de veinte diseñadores, colectivos de diseño y artistas plásticos del personaje diseñado por el ilustrador Bob Kane en 1939.

Los asistentes tuvieron que esperar, en promedio, casi dos horas para ingresar a las salas de exhibición; afortunadamente las inclemencias del clima supieron mantenerse en calma, ni Tláloc ni Tonatiuh desataron su bien conocida furia climática defeña.


Una vez adentro, el desencanto de varios fue más que evidente; sólo los verdaderos fans pudieron darle un nuevo significado , pues la exposición gira en torno a la careta de Batman y su capa; por ello, cada artista plasmó en el objeto un poco de la personalidad y estilo característico de su diseño.

La iluminación de la sala deja mucho que desear, si acaso los encargados del lugar pretendían recrear una atmósfera estilo “baticueva”, lo lograron. Por momentos, ese aire tenebroso impide que los pequeños detalles de las piezas se aprecien meticulosamente; y creo que es ahí donde reside la importancia de esta exposición.

Caretas de la identidad secreta de Bruno Díaz que asemejan a la máscara de un luchador del pancracio mexicano, por allá otra que remite a la corriente kitsch, repleta de colguijes multicolores; más adelante una que parece estar hecha con la técnica en la que se moldea el barro de origen oaxaqueño. Reconocidos ilustradores como Bernardo Fernández (BEF), Kraken, Marco Colín o Mr. Mitote tuvieron parte en esta exhibición.


Las capas en su mayoría contenían aún más detalle y cuidado; unas bordadas con lentejuela, otras con siluetas de las antagonistas femeninas de Batman de las que colgaban los famosos “milagritos” religiosos, grabados y jeroglíficos mayas y aztecas. Por supuesto, no podía faltar un muy festivo Batman con la representativa imagen de la “calaverita” de Día de Muertos.

—Mira, esa de ahí parece un Power Ranger—, dijo con tono burlón una mujer madura mientras pasaba frente a una de las piezas.

La duración del recorrido es menor a treinta o cuarenta minutos, dependiendo del lapso entre las fotos, las explicaciones de los guías y la cantidad de gente que se aglutina en un mismo espacio.

Fuera de las fallas de organización, la exposición es una labor que se reconoce por dos aspectos: del costo del boleto –veinticinco pesos- se donarán diez pesos a la causa “Make a Wish”, fundación que cumple deseos de niños con enfermedades que amenazan sus vidas. A su vez, al finalizar la exposición las piezas exhibidas serán subastadas, y el dinero recaudado se destinará a la misma institución.


La interesante iniciativa por impulsar a diseñadores mexicanos para compartir su arte plasmándolo en la representación de un personaje tan reconocido como lo es Batman podrá ser apreciada hasta el próximo ocho de octubre del año en curso.

—¿Y por qué la mayoría de los diseñadores vienen de la Ibero o de escuelas particulares? ¿Apoco de la UNAM no hay el mismo o mayor talento?

Lo que pareció ser una novedosa alternativa de fusión se convirtió en el desencanto para muchos de los asistentes; que al finalizar el recorrido mostraban su inconformidad a través de los comentarios entre sus acompañantes.

—¿Tanto tiempo para esto? No sé, esta horrible. Hay dos o tres diseños que valen la pena, los demás son una parodia—comentó con molestia un chico al salir de la sala de exposición. —Y de nuevo, a batallar con toda la gente… ¿Dónde está Batman cuando lo necesitamos? —





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