LUCHA DÍA A DÍA POR IR A LOS CENTROAMERICANOS, ALEJANDRA POPOCA


Por Araceli Isidro
México (Aunam). Está reclutada, es una de las posibles clasificadas para los Juegos Centroamericanos y del Caribe en noviembre de 2014, en Boca Del Río, Veracruz, en la categoría de lucha olímpica.

Mide 1.53 metros, cabello castaño, piel clara, ojos pequeños y rasgados, un lunar café se ubica en la aleta izquierda de la nariz. “Disciplina” es la palabra con la cual Alejandra Popoca Piña describe un día de vida: entrenar, comer y no desvelarse, primeras reglas.

Con 12 medallas de oro, 9 de plata y 10 de bronce en competencias desde 2008, la también estudiante de Biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha conseguido, gracias al deporte, alejarse de los estereotipos: “yo era más pesada, tenía más volumen, a veces pensaba que no podía hacerlo porque no era alta y delgada, lo que me sirvió fue la disciplina”.

Por la mañana, después de entrenar, se dirige a la Escuela Nacional Preparatoria 8, Miguel E. Schulz, para cambiar los papeles. Ahora es quien da las indicaciones, checa el tiempo y corrige si hay errores. En 2012 inició como auxiliar de su entrenador, Javier Vázquez Fernández, actual presidente de la Asociación de Lucha de la UNAM.

Por hoy, su función como entrenadora ha terminado, debe regresar al Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo para continuar con lo que ella llama “estilo de vida”, la lucha olímpica.

La deportista encuentra la clave del éxito en la constancia, “no tenía muchas cualidades para el deporte: soy bajita, mi masa corporal, no tengo extremidades largas, no era muy rápida, pero lo que me ayudo a sobresalir fue que siempre estaba aquí, nunca faltaba, hacia lo que tenía que hacer y trataba de hacerlo mejor, la disciplina, la constancia es la base del éxito”.


Popoca considera que la participación de la mujer en un deporte como la lucha olímpica es importante porque “inspiras a las otras mujeres, te das cuenta de que el deporte no es solo para hombres, aunque biológicamente no podemos ser tan fuertes como ellos”.

Durante su trayectoria, iniciada en la preparatoria donde hoy es entrenadora, ha pasado por obstáculos; los prejuicios que ella tenía sobre su persona y los de su madre, “a ella no le gusta, piensa que tengo que ser más señorita”.

Alejandra ha sacrificado reuniones con amigos y familiares, su disciplina no le permite comer alimentos con grasa porque delimitarían su participación en las competencias, “pero creo que todo vale la pena cuando subes al pódium y escuchas que eres la mejor”.

La UNAM, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) y la familia de Popoca, la apoyan en el ámbito económico y emotivo para seguir en la lucha olímpica.

Mientras espera el banderazo para participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014 y continua con su entrenamiento, el viernes nueve de mayo viajara como entrenadora femenil a la Olimpiada Nacional en Veracruz, espera el triunfo.


Foptos: Cortesía Alejandra Popoca




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