ANCLADOS HASTA LOGRAR ACUERDOS: CNTE

Por Renata González Tarragona
México (Aunam). Aparentemente, el ritmo sabatino de la ciudad permanece intacto en las afueras del Zócalo, del lado de la calle de Madero. Aunque, conforme uno se acerca, la conglomeración que intenta pasar hacia los portales que rodean la explanada se hace más evidente. Una vez ahí, el transeúnte se topa de frente con la fortaleza de casas de campaña, el principio de una maraña de cables y mecates, cual trampas de cacería o defensa de un castillo.

Dar con el profesor Santiago Irán, miembro del Comité Ejecutivo Seccional de la Sección 22 de Oaxaca e inconsciente vocero autoproclamado, ha sido un suceso inesperado y espontáneo, luego de caminar e ingresar con dificultad entre toldos, plásticos y tenderetes que, como cuevas o escondrijos, resguardan a los maestros disidentes de la lluvia y el frío. “De hoy al miércoles se decide todo”, asevera.

Espontáneo encuentro, porque al sólo divisar restos de una previa merienda y anafres con carbón aún caliente bajo las numerosas carpas, entonces vacías o con uno que otro guardián, repentinamente, en los confines de dicha fortaleza, aplausos y vociferaciones delatan a un gran grupo de gente reunida en media luna frente a los dirigentes del ya mencionado comité.

“Todas las secciones de los diferentes estados están en asamblea de votación para elegir a su representante, encomendado a apoyar a la comisión asignada para la negociación con los legisladores”, el tono del profesor Irán es sutil y discreto, se aparta de la reunión con disposición a hablar sin haber sido cuestionado, con la intención de evitar algún altercado ante las miradas escrutadoras de sus compañeros ante cualquier extraño.

“Estamos aquí por elección propia y no nos iremos hasta que haya solución. La Asamblea representativa convocó a las congregaciones para hacer un paro nacional el miércoles”. En un momento de duda agrega, “no sabemos qué vaya a pasar para el 15 de septiembre, porque usan la plancha para los festejos, tal vez den el grito en otro lado como el informe de gobierno, pero nos dieron el aviso de que, probablemente, nos van a desalojar”.

El profesor se retira un momento al escuchar su nombre para firmar su voto en la asamblea, se distingue su gorra blanca al pasar entre los otros, y vuelve casi enseguida para seguir hablando. Su apariencia no es como la de los maestros a las afueras del plantón, tiene un porte más seguro, sabe qué es lo que dice y afirma sin titubeos, se ve un tanto más pulcro y ocasionalmente saca de su bolsillo un celular touch para checar la pantalla a espera de alguna novedad.

Pertenece a la región del Istmo y la escuela donde laboraba antes del paro se localiza a cinco horas de su casa, de la cual va y viene cada quince días, “mi familia ya está acostumbrada y entienden por qué uno está acá”, su comentario hecho muy a la ligera permite vislumbrar una especie de indiferencia a pesar de la lejanía, “la familia nos apoya, igual que la demás gente de allá, nos ayudan con lo que pueden”.

Además de los abundantes letreros que invitan a la gente a proporcionar alguna “cooperación voluntaria”, cuentan con un área específica de recepción de víveres, su centro de acopio, donde contabilizan y distribuyen por sector, de acuerdo con el número de integrantes, los alimentos obtenidos.

“La gente nos ayuda mucho, ya sea con tortillas o frijoles. Como nadie de aquí está cobrando es difícil, muchos regresan a sus pueblos los lunes en la madrugada por más cosas que necesiten”, prosigue el maestro.

Asegura que “cada quién se vino con lo que tuviera, dinero ahorrado o pidió prestado”, sin embargo, para tanta austeridad abundan los comerciantes ambulantes en los apretados pasadizos que dividen las tiendas de un sector y otro, ya sea ofreciendo almohadas, esquites o “regaderazos”, entre otras muchas cosas.

El maestro Irán menciona que los padres de familia fueron avisados del plan de viajar a la capital, “sabemos que nuestros derechos no pueden ir encima del de los niños, pero no podemos trabajar así”. Desde abril tenían contemplada una Jornada de Paro Indefinido, pero no sabía para cuándo. Las clases en Oaxaca no van conforme al calendario de la SEP, han elaborado uno propio dadas las constantes huelgas y paros.

“Compensamos el tiempo sin clases con horas extra para poner al corriente a los niños, buscamos alternativas, dosificamos los contenidos del plan de estudios. Nosotros durante los días de consejo técnico damos clases y si es necesario, también en vacaciones. Incluso tenemos una propuesta para aumentar una hora de clase en primarias y secundarias, que es donde hace más falta”, al haber terminado por fin la asamblea, el tono del profesor Irán es más firme.

“Hay maestros de todos los niveles, no sabemos cuándo regresaremos, pero se repondrán las clases. Esperamos llegar a un acuerdo pronto”, finaliza el maestro perteneciente a la sección 22 de Oaxaca. Poco a poco al salir de la madriguera el aire se siente fresco, se respira oxígeno en vez de hacinamiento y baños improvisados. Sigue en pie la pregunta: ¿cuánto más durará esta situación?





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