FINALIZA CICLO DE CINE SOBRE LOCURA Y MANICOMIOS

Por Nayeli Valencia Arrucha y Anabel Lugo Cruz
México (Aunam) En el fin del ciclo de cine Locura y manicomios en el cine latinoamericano se proyectó la película Manicomio (México, 1959) en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, organizado por la doctora en Sociología Teresa Ordorika Sacristán y el maestro en Historia Moderna y Contemporánea, José Antonio Maya González.

En el filme la joven Beatriz llega al hospital psiquiátrico debido a que en dos días no había comido ni hablado con nadie, le diagnosticaron amnesia. Ahí se encuentra con su antiguo novio y prometido, el doctor Ricardo Andrade, quien hará todo lo posible por curar a Beatriz a través del electroshock y el choque insulínico.

El director de la película es el español José Díaz Morales, quien emigró a México durante la Guerra Civil Española. Con guión de José Díaz Morales y Ulises Petit de Murat, el filme es protagonizado por Luz María Aguilar (Beatriz) y Joaquín Cordero (Doctor Ricardo Andrade).

Manicomio muestra una visión romántica de las personas a quienes se consideraba “locas”, mirada que se concebía desde los médicos, sobre todo las nuevas generaciones de psiquiatras para modificar las terapias.

Al principio de la película vemos el cambio generacional, el médico joven con la idea de renovar, de permitir a los enfermos mentales que salgan, que trabajen; contra la idea del médico maestro con la idea de tener a los enfermos encerrados, así lo expresó el comentarista de la película Daniel Vicencio, quien actualmente investiga La operación Castañeda que trata sobre el cierre del hospital psiquiátrico del mismo nombre, símbolo de la modernidad mexicana en el siglo XX.

Para Vicencio, historiador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Manicomio es un acto simbólico para abrir nuevas formas de terapias, además de mostrar una locura femenina: la loca obsesiva por la limpieza, la enferma que no puede tener hijos, la que cree en los demonios.

Otro aspecto a resaltar es el “pabellón de terminales” donde se consideraba a los “enfermos bestias”. El pabellón de la locura era peor que la muerte. La película presenta una visión desmotivadora de los manicomios y la urgencia por cambiar el modelo.

Es importante prestar atención a los agradecimientos al inicio del filme porque se encuentra el doctor Guillermo Calderón Narváez, médico y jefe del pabellón central de La Castañeda, posterior a esto director de Salud Mental y uno de los patrocinadores del cierre del hospital psiquiátrico, quien además colaboró con las descripciones y terminologías de la película.

Para Teresa Ordorika la locura ha estado asociada a las mujeres. Hay distinciones de género entre la locura de los hombres, a quienes se relaciona con la genialidad como en la película Fuga, y la de las mujeres ligada con roles de género femeninos, en este caso la locura por amor.

Las otras películas proyectadas en Locura y manicomios en el cine latinoamericano fueron: La mansión de la locura de Juan López Moctezuma, México, 1972; Bicho de siete cabezas de Laís Bodanzky, Brasil, 2001; Hombre mirando al sudeste de Eliseo Subiela, Argentina, 1986 y Fuga de Pablo Larraín, Chile-Argentina, 2006.

Los organizadores mencionaron que próximamente habrá un taller de locura y feminismo entre los meses de octubre y noviembre del 2013.










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