UNA FIESTA INESPERADA


Por Miriam Patricia Galindo Ruiz
México (Aunam). Jóvenes entre quince y veinte años llegan por montón al terreno donde se ha pactado la cita. Algunos de ellos llevan mochilas, las chicas más glamorosas traen consigo bolsas de mano y tacones, como si fuera una noche de antro en la Condesa. Pero no es así. Es un frío domingo de febrero a las ocho de la mañana en Cuemanco, Xochimilco.

El acceso al After Party es sólo con boleto, previamente comprado en tiendas Astral Freaks, o regalado por algún amigo, no hay de otra. “Si no traen IFE en la mano y su boleto no se les permitirá el acceso amigos”, repiten más de cuatro veces los guardias que se encuentran en el estacionamiento; pero “en México todo se puede”, dice un chico que no pasa de los dieciséis años, y al que le permiten rápido el ingreso.

El terreno baldío, en donde será el concierto de música electrónica, luce irreconocible, a diferencia de aquella vez que se casó el productor Juan Osorio o cuando los miembros del equipo de remo de la UNAM van a entrenar. Esta vez no hay sillas blancas que resalten el brillante color del pasto o deportistas que hagan abdominales como calentamiento. Esta mañana hay casas de campaña instaladas a lo largo y ancho del jardín.

En el fondo se puede observar el escenario en donde subirán los DJ´s para deleitar a sus seguidores; las enormes bocinas, amplificadores, bajos y mezcladoras dan pauta para que a primera vista se pueda percibir que será un concierto de música electrónica, o un rave, como los conocedores del género musical lo llaman.

A un costado del escenario se encuentra la zona VIP, en donde los jóvenes con mayor suerte pudieron pagar por un buen lugar para sentir y escuchar el concierto a todo lo que da, y por qué no, hasta subirse al escenario a tomarse fotos con los artistas. Del lado izquierdo se encuentra el restaurante, o mejor dicho la barra, pues lo único que venden de comida ahí son papas a la francesa o hamburguesas.

Son casi las once de la mañana y las casas de campaña son más de cincuenta y hay alrededor de trescientas personas. El olor a marihuana se percibe cada vez con mayor facilidad. El concierto ha empezado, el primero en subir al escenario es Galaxybeat, se persigna y sonríe a dos chicas altas y de cabello a la cintura, de la zona VIP. La música suena a todo lo que da. Los chiflidos y gritos en aprobación de unos, contagian a los otros.

Es la una de la tarde y el ritmo del psycho envuelve a la gente en su trance, la mayoría se deja llevar por su peculiar sonido interminable. No es música que se baile en pareja, son movimientos de cintura y cadera individual. Algunos danzan en forma de brincos y pataleos otros, mueven la cabeza de arriba hacia abajo alocadamente, sin preocuparse por su peinado. Para el psycho no hay reglas. El código se basa en disfrutar y convivir del momento.

Alrededor de las tres de la tarde. El jardín luce diferente a cuando el evento inició. Colillas de cigarro, vasos de cerveza, envolturas de dulces y de preservativos adornan lo que hace unas horas era un campo verde y limpio.

Parejas de novios se besan sin pudor, otros cuantos intentan conseguir novia con las chicas de cabello a la cintura del VIP, pero éstas no están interesadas, pues sólo se dedican a ver el escenario, bailar y platicar entre ellas. En un instante, lo que más llama la atención del público no es DayDin, sino las dos jóvenes de la zona privada que se besan entre ellas y bailan de una manera erótica.

A las nueve de la noche el jardín termina por vaciarse, en éste sólo quedan los jóvenes con ganas de seguir la fiesta, o aquéllos que ya están borrachos o que la mariguana los ha sedado en su filosofía.

Más que un concierto, ha sido una fiesta masiva, en donde los chicos y chicas se dedican a ligar y emborracharse; los que tienen oportunidad venden su material a aquéllos que no conocen del tema o que ya están muy adentrados en éste. Una fiesta en donde los papás de los más jóvenes están furiosos, recogen a sus hijos ahogados en alcohol y les dicen “No te vuelvo a dejar salir”.


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1 comentario:

  1. Bien amiga, sigue así, serás muy buena reportera :. Eres una chica muy talentosa , no dejes nunca la pluma.

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