LA BEATLEMANÍA SIGUE VIVA: EL LARGO Y SINUOSO CAMINO DE MORSA


“I am he as you are he as you are me and we are all together”
The Beatles, I am the Walrus.

Por Angélica Jackeline Ferrer Campos
Es sábado por la noche y la cita es a la siete. La gente comienza a llegar al Teatro Hidalgo desde una hora antes; algunos compran sus entradas y otros hacen fila para poder entrar. Jóvenes y adultos, esperan ansiosos la llegada de Morsa, agrupación tributo a The Beatles.

Vestidos de negro, los músicos suben al escenario; la luz roja del lugar los ilumina. Los acordes de Love me do comienzan a sonar en el recinto. La armónica de Víctor Rosas Castro “Papá Morsa”, provoca que el público esté eufórico; cantan con tanta pasión como si estuviesen presenciando el emblemático concierto de The Beatles en el Shea Stadium de Estados Unidos en 1965.

Es sábado por la noche y la cita es a la siete. La gente comienza a llegar al Teatro Hidalgo desde una hora antes; algunos compran sus entradas y otros hacen fila para poder entrar. Jóvenes y adultos, esperan ansiosos la llegada de Morsa, agrupación tributo a The Beatles.

Vestidos de negro, los músicos suben al escenario; la luz roja del lugar los ilumina. Los acordes de Love me do comienzan a sonar en el recinto. La armónica de Víctor Rosas Castro “Papá Morsa”, provoca que el público esté eufórico; cantan con tanta pasión como si estuviesen presenciando el emblemático concierto de The Beatles en el Shea Stadium de Estados Unidos en 1965.

“Love, love me do. You know I love you. I’ll always be true. So please, love me do”, cantan Rafael Carrillo, bajo y voz e Isaac Méndez, tecladista y guitarrista de la agrupación mientras Víctor “Otto” Rosas Facio, guitarra, bajo y voz y Mauricio Rosas, batería y voz, tocan. La entrega con la que se desenvuelven en el escenario es prueba fehaciente de la gran admiración que los cinco integrantes tienen hacia el Cuarteto de Liverpool.

Gritos y vítores aclaman a Morsa. No hay presentación en la cual el recibimiento sea distinto. La calidad musical que muestran ante el público beatlemaniaco desde 1984, los ha posicionado como los preferidos de muchos. Por ello, son considerados el mejor grupo tributo a The Beatles en México y Latinoamérica.

Come together in Radio Éxitos: el inicio

“Back then long time ago when grass was green;
Woke up in a daze;
Arrived like stangers in the night.
(Fab) long time ago when we was fab…”
George Harrison, When we was fab.

En 1982, la estación Radio Éxitos (famosa en el país por ser la primera en traer música de los “Fab Four”), en conjunto con EMI Capitol México, organizaron un concurso para conmemorar el 20 aniversario del lanzamiento de Love me Do en el que convocaba a los grupos tributo de toda la República Mexicana. El premio para los cinco mejores, era grabar un disco homenaje a The Beatles.

De estas agrupaciones, cuatro jóvenes músicos decidieron reunirse por el simple gusto de interpretar las canciones de su grupo predilecto. Sin embargo, fue hasta 1984 cuando formalmente se creó el grupo. Víctor Rosas, guitarrista, Alejandro Baumgarten, bajista (exmiembros de Bitters); Mario Zavala, guitarrista (antes integrante de Los Neutrones) y Fidel Sánchez, baterista (anterior músico de Ruedas), conformaron la primera alineación de Morsa.

En agosto de ese mismo año, fueron invitados a La Casa del Canto, ubicada en la glorieta de Insurgentes, donde se presentaron durante cuatro años. Posteriormente, tocaron en el bar Arthurs Steak’s House. ”Primero nos llamaron como para sustituir a Mersey (grupo tributo) una semana y poco a poco, nos quedamos. Desde ahí, empezó la historia”, menciona Alejandro Baumgarten en la entrevista audiovisual titulada “El grupo Morsa Original: el origen”.

Tal fue el éxito que tuvieron en este sitio, que se presentaban los siete días de la semana con dos shows. Alternaban con Los Frank’s (grupo de rock en español), Five Finger’s y Kamerino, pero la gente hacia filas para ver a Víctor y compañía.
Por ello, en 1988 y con la remodelación del bar, el cual cambió su nombre a Liverpool Pub Saloon, lograron cautivar a un número mayor de personas, gracias a su talento, versatilidad y a la zona donde se encontraba el lugar (Zona Rosa del Distrito Federal).

La Morsa toca música sinfónica

“So may I introduce to you the act you’ve known for all these years:
Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band!
We’re Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band,
We hope you will enjoy the show.
Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band
Sit back and let the evening go”
The Beatles, Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band.

Al año siguiente y por orden de Jorge Vals, uno de los dueños del Liverpool Pub, Morsa comenzó a trabajar con la Orquesta Liverpool Ensamble. Los miembros de la agrupación ayudaban a elaborar las partituras con las que se presentaban, ya que en ese tiempo no se conseguían fácilmente.

“Lo hacíamos con discos estereofónicos. En una bocina se escuchaban las cuerdas y en otra, los metales. Tomábamos dos pentagramas: uno en clave de sol (agudas) y otro en fa (graves). Así acomodábamos las cuerdas. Los metales son más fáciles de distinguir; los separábamos conforme aparecían en la pista”, explica jocosamente el exbajista de Morsa en “El grupo Morsa Original: el origen”.

Como siempre, la primera presentación fue recibida con gran júbilo entre los fans de la banda. Por esta razón, comenzaron a viajar constantemente y una de las ciudades de la República Mexicana que visitaron fue Guadalajara, en el estado de Jalisco. No obstante, la inexperiencia de los músicos para escribir partituras, provocó que el concierto no tuviera tanta calidad; a partir de ese instante, se empeñaron en corregir estos errores y en causar interés en directores de orquesta del mundo.

Esto ayudó a que los empresarios se interesaran en ese proyecto y los contrataran con la Orquesta Liverpool Ensamble de 1993 a 1995 en distintos teatros del país, especialmente en el Distrito Federal. Actualmente, estas presentaciones se realizan esporádicamente en el Teatro Tepeyac y Teatro Hidalgo, principalmente.

En 1998, son invitados a presentarse en el Auditorio Nacional y esto los hace posicionarse como el primer grupo tributo de The Beatles en presentarse con la Orquesta Filarmónica de la ciudad de México.


Go to England! Vámonos a la Caverna

“And our friends are all on board;
Many more of them live next door 
and the band begins to play…”
The Beatles, Yellow Submarine.

Al terminar su relación laboral con el Liverpool Pub en 1996, el grupo abre su propio centro nocturno: La Taberna de Morsa. Fue inaugurada por Louise Harrison, hermana de George Harrison. Ahí se presentaron agrupaciones como Los Flash Back, Blue Rocker’s, Kamerino, La Viuda y Cadillac Rosa.

En 2001, Ricardo Calderón, fan de The Beatles y dueño de la tienda Abbey Rock ubicada en la colonia Hipódromo Condesa, logró convencer a los organizadores del Festival Anual de The Beatles para que Morsa se presentara sin realizar pruebas en Cavern Club, cuna del famoso cuarteto conformado por John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr.

Así que Alejandro, Víctor, Fidel y Mario se embarcaron en una aventura del otro lado del Océano Atlántico, justo en la localidad de Liverpool. Los dueños del sitio querían que la agrupación mexicana se quedara a tocar en la Caverna después del festival por dos o tres meses más, pero los compromisos de trabajo los hicieron regresar a México.

“Eran muy buenos. Nunca se nombró como el tercer mejor grupo a nivel mundial…No es un logro, es tener lana… Lo que debería de contar es el trabajo de las agrupaciones”, opina Isaac Méndez, actual tecladista y guitarrista de la banda.

Declive y nueva alineación: Morsa se refresca

“What would you think if I sang out of tune,
Would you stand up and walk out on me ?
Lend me your ears and I'll sing you a song
And I'll try not to sing out of key.

Oh, I get by with a little help from my friends
Mm, I get high with a little help from my friends
Mm, gonna try with a little help from my friends”
The Beatles, With a Little Help from my Friends.

Al regresar de Inglaterra, la Taberna de Morsa cerró sus puertas. Para ese tiempo, la relación entre los integrantes del grupo comenzó a deteriorarse; Mario Zavala y Fidel Sánchez abandonaron el grupo casi 9 meses y distintos músicos lo sustituyeron, entre ellos Han Derien, actual baterista de Red & Blue.

Algunos de los eventos que realizaron antes de su separación fueron tocar en el Teatro Metropolitan de la ciudad de México con motivo del aniversario número 64 de Sir Paul McCartney y ser teloneros de Tony Sheridan en la presentación que ofreció en nuestro país en 2006.

Alejandro, Mario y Fidel tomaron su propio rumbo y formaron For No One. Mientras tanto, Víctor se dio a la tarea de buscar nuevos integrantes que levantaran la imagen del grupo que con tantos bríos alegró a miles de fanáticos años atrás.

“Necesitaba elementos que fueran fanáticos de The Beatles también. Cada uno de los integrantes pertenecía a un grupo que ya tocaba música del cuarteto. Los muchachos tienen ciertas características que los hacían importantes dentro de su grupo; los invité a integrarse a Morsa y afortunadamente para mí, ha resultado de muy buena forma… Independientemente del hecho de subirnos a un escenario, la única diferencia entre el público y nosotros es que sabemos tocar un instrumento. Somos iguales”, explica Víctor Rosas.

Fue en 2008 cuando cuatro jóvenes tomaron las riendas del animal mamífero semiacuático con el fin de mantener vivo el espíritu beatle. Rafael Carrillo (exintegrante de Rubber Soul), se convirtió en el bajista; Víctor “Otto” Rosas, comenzó a desempeñarse como guitarrista, papel que ya tenía en Revolution; Mauricio Rosas, ex Beat Boys, funge como baterista e Isaac Méndez se encuentra en los teclados y guitarra.


Aunado a ello, la apertura que muestran ante nuevas posibilidades de trabajo los ha colocado en el gusto y cariño del público. Van por todo el país tocando en recintos importantes como teatros, auditorios, festivales hasta fiestas de cumpleaños, bodas, bautizos y celebraciones en general. No se niegan ante las personas que los contratan.

Entre los estados donde más han sembrado triunfos, se encuentran Aguascalientes (existe un club de fans oficial de la agrupación en dicha entidad) y Jalisco. “Hemos tenido la oportunidad de tocar en los lugares más importantes de cada estado”, expone Isaac.

Respecto a este mismo tema, Rafa habla acerca del comportamiento del público y la relevancia de éste en las presentaciones. “Todos los lugares tienen su magia. Lo padre es cuando la gente te recibe y es muy beatlemana, sin importar que tan chico o grande sea el lugar, se vuelve importante. Conoces la forma de vida de otras entidades; al público”. Otto opina que “cada lugar te deja algo especial. Tenemos recuerdos de mucha gente valiosa y sobre todo, lo que nos une a todos es la beatlemanía”.

Academia Morsa: aprender entre fans

“Come together, right now over me”
The Beatles, Come together


La agrupación no se queda quieta. Además de las constantes presentaciones tanto en el Distrito Federal como en el resto del país, dedican cada sábado a enseñar a fans de John, Paul, George y Ringo a tocar algún instrumento, cantar y a conocer la vida y obra de los cuatro genios. Este proyecto inició en 2009, cuando después de que los fans preguntaran si daban clases de música, a Rafa se le ocurrió la idea de impartir cátedra sobre Beatles.

“El punto es continuar el fanatismo…Hay personas que tocamos y es una extensión de ese gusto por los Beatles. La Academia es transmitirles ese gusto a los niños y qué padre que puedan crecer con el conocimiento de saber tocar algún instrumento o de decir ‘ah, yo me sé tal canción’ y en algún momento, formar un grupo”, platica Rafa.

Esto se comprueba al llegar a Ámsterdam 302 en la colonia Hipódromo Condesa. Los sábados desde las nueve de la mañana, niños, jóvenes y adultos entran a través de la tienda Abbey Rock al sitio. Al pisar la primera parte del lugar, el ambiente es acogedor; fotos de la legendaria agrupación, piñatas y cuadros, tapizan las paredes. Ahí esperan a que los músicos lleguen.

Mientras tanto, los pequeños y los padres de éstos, conversan y tratan de incluir a los nuevos miembros de la escuela. No importa la edad, todo logran entablar pláticas sumamente interesantes sobre la carrera de los “Fab Four” como grupo y en sus proyectos solistas.

“Nosotras venimos desde la salida a Puebla. Somos fans de The Beatles y de Morsa desde hace muchos años; vamos a sus presentaciones cada que podemos. La Academia me ha servido para comunicarme mejor con mis hijas, ya que tenemos un gusto en común, además de dispersar un poco nuestra mente de las actividades diarias”, dice Maru Trejo, mamá de Sol.

Claudia es ingeniera en eléctrica y electrónica por la UNAM. Ella asiste a clases de batería y canto por el simple gusto de aprender. “Dan muchas facilidades. Por ejemplo, yo no tengo batería y tampoco puedo practicar en casa. Aquí me dejan ensayar y no me exigen tener mi propio instrumento”, explica.

El alumnado comienza a desesperarse. Están ansiosos por iniciar sus clases y quieren darle una sorpresa a Isaac: van a vocalizar antes de que él llegue. Deciden pasar al cuarto donde se encuentra el piano. Dicha estancia también tiene imágenes del grupo, pequeñas butacas moradas que contrastan con el color verde pistache de la pared y en la ventana, la letra de Happy Xmas (War is Over) composición de John Lennon, la cual les sirve a los alumnos como acordeón para aprendérsela.

Por fin llegan Isaac, Rafa, Otto y Mauricio. Los chicos ya están listos para trabajar en conjunto y es momento de trasladarse al garaje del lugar; inspira a viajar con la música y la buena vibra que todos reflejan. Se desempeñan con alegría y muchas ganas de aprender a entonar bien las canciones.

Los cursos duran un año, cuatro meses. Se dividen en cuatro módulos donde se aprende a tocar un instrumento; a cantar; a conocer la historia del grupo y a pronunciar el idioma inglés. “Estas secciones están acomodadas cronológicamente. La primera, lógicamente es lo que tocaban en la Caverna: rock and roll, en Hamburgo. Va creciendo temporalmente hasta llegar a discos como el Abbey Road, el Álbum Blanco y finalizar con el Let it Be”, comenta el bajista.

La colegiatura es de 1700 pesos, que puede ser pagada entre dos alumnos con la condición de que asistan a las mismas clases. La inscripción cuesta 800 pesos. En este mismo sitio, se venden las playeras con el logotipo de la Academia Morsa y los libros con las letras de las canciones.

Entre los profesores que imparten clases, se encuentra Manuel Guerrero, locutor del programa radiofónico El Club de los Beatles, el cual se trasmite en Universal Stereo 92.1 FM. Él se encarga de impartir la clase teórica a los estudiantes, la cual va desde la historia de cómo nació The Beatles hasta la forma en la que grababan sus pistas, ya sea en formato estéreo o monoaural. Amenamente y con ejemplos que comprueban lo anterior, Manuel hace que los fans, aunque no sean expertos en puntos de ingeniería de sonido, entiendan a la perfección y se apasionen más por la materia.

“Yo manejo camiones. Antes, practicaba en el tablero del vehículo (él toca la batería) pero ahora casi no tengo tiempo. Aún así, traigo a mi hijo, que es fan de los Beatles a que conozca y aprenda más sobre ellos”, manifiesta Rigoberto. Además, hace hincapié en lo interesante e importante que es la clase teórica, “porque Manuel es una enciclopedia ambulante”.

No obstante, el ensayo sigue. Al parecer, Happy Xmas (War is Over) es una canción difícil de interpretar por el tono vocal que requiere, pero nadie se da por vencido. Para relajar un poco al alumnado, Isaac decide cantar una canción: Sergio, el bailador. Todos comienzan a reír y a recordar al recién fallecido Choche, guitarrista de Bronco; a ellos se suma Óscar Betancourt, administrador de Morsa.

De esta manera, al retomar la canción de la semana, logran su objetivo y son felicitados por los miembros del grupo. El premio por su esfuerzo es cantar con el grupo en el Teatro Tepeyac y en el Festival Beatle del Distrito Federal.

“Aquí hay señores que ya tienen su propio grupo y tocan muy bien. También está Mariano, el niño que sabe manejar todos los instrumentos, en especial el piano. Toca precioso”, expone Maru.


And in the 2013: back in the England?

El 2013 lo inician en el Teatro Hidalgo el 19 de enero; esta presentación forma parte de la Rock’Ola Inglesa, compañía promotora de grupos tributo en México.

A pesar de ya no tocar en el Liverpool Pub (ubicado en Insurgentes Sur) ni en Pepperland (localizado en la Zona Rosa) desde finales del 2012 por el cierre de ambos centros nocturnos, ellos no han detenido sus presentaciones. El proyecto más importante que tienen en puerta es viajar a Inglaterra.

Pero, ¿cuál es la recompensa más grande para Morsa? No es la fama, ni el dinero. Ellos comentan que es la retroalimentación, ya sea con su público o con sus alumnos sobre el verdadero motivo que los une: The Beatles.

“Llegan y nos dicen ‘fírmame la pierna’ y nos preguntamos ‘¿nosotros qué?’. Lo importante es el Cuarteto de Liverpool”, dicta Isaac. Sin embargo, el público los busca no sólo por la representación que realizan de Lennon o Harrison, sino por su excelente calidad musical y su eminente cariño hacia los fans, que es lo que los mantiene vigentes.

“Puedo describir esta experiencia en una sola palabra: fantástica. Muy pocos tenemos la fortuna de poder tocar en el grupo más importante. Me la paso muy bien”, dice Rafa con emoción. Mientras tanto, Otto agradece la oportunidad de estar en el quinteto. “Tengo toda la pila puesta para que sigan saliendo más logros y proyectos”, expresa con ánimo.

Al final, siempre son aplaudidos. Todo termina en baile, gritos y emoción. Esto es lo que provoca Morsa al mantener viva la beatlemanía porque “yo soy él, tú eres él y tú eres yo y todos somos a la vez…yo soy el hombre huevo, ellos son el hombre huevo. Yo soy la morsa”.








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