10 de agosto de 2012

PROPUESTAS TEATRALES PARA REFLEXIONAR Y VOLAR SOBRE LA FAMILIA

Por Jesús Avelar
México (Aunam). La historia de una familia privilegiada en Norteamérica (México no es la excepción), que presume las virtudes de ser civilizada, liberal y amorosa, es el tema que aborda El Plan Americano, un retrato perfecto del bienestar que genera el desarrollo social y económico, el conocido sueño americano.

Ágatha de los vientos es una historia que desentraña la incógnita de cómo la dorada infancia señala el destino de los hombres, en un viaje, una aventura al interior de la infancia infinita, que expresa el anhelo más grande de todo ser humano: volar.

Ambas obras, bajo el auspicio del Sistema de Teatros de la Ciudad de México, abordan desde perspectivas diferentes temas de actualidad donde la familia es el hilo conductor.

El plan americano, de Evelyne de la Cheneliére, bajo la dirección de Alejandra Chacón, plantea a la vez que algo se pudre en el interior del cascarón, que existe algo que no embona, que está permanentemente insatisfecho y huye al ambiente perfecto.

Expone que existe una brecha entre los cuatro personajes de la historia: El padre, la madre, la hija y el hijo, una familia de sujetos despersonalizados que abre un espacio lleno de aburrimiento, de sinsentido y de abandono que termina por generar la falta de vínculos sólidos ante el vacío permanente.

La idea del éxito productivo de los padres los desvincula de lo primordial, rompe los lazos afectivos con los hijos y los arroja al aislamiento de una burbuja de confort. Pareciera que cuándo todo está dado, nada tiene sentido.

Por su parte, Ágatha, una niña que viaja en las noches llevando el correo aéreo a todos los rincones del planeta. Su padre pilotea la nave llevándola por territorios mágicos e insólitos.

Es una puesta en escena, escrita y dirigida por Mauricio Jiménez, es para un público infantil, así como para jóvenes y adultos que buscan recordar la infancia y en ese momento justo el recuerdo, poder reconocer que somos seres capaces de imaginar muchas cosas, pero sobre todo, capaces de levantar el vuelo.

Ambas obras tienen un costo de $117.00 pesos, entrada general, 50 por ciento de descuento para estudiantes, maestros, militares INAPAM con credencial. El plan americano se presenta en el Teatro Benito Juárez (Villalongín 14, frente al monumento a La Madre), inicia temporada el 15 de agosto y concluye el 16 de octubre (excepto 4 y 5 de septiembre). Los martes y miércoles a las 20:00 horas.

Ágatha de los vientos estará en el Teatro Sergio Magaña (Sor Juana Inés de la Cruz 114, Col. Sta. María cerca de la estación del metro San Cosme), inicia temporada el 11 de agosto y concluye el 26 de agosto Los sábados y domingos a las 13:00 horas.




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9 de agosto de 2012

DE MICTECACIHUATL A "NIÑA BLANCA"

Especial dedicación a mi santa muerte,
por protegerme y proteger a toda mi gente,
por ser justa entre las cosas, por dejarme seguir vivo,
por darme la fuerza para castigar al enemigo,
por la bendición a mi fiero pulso certero,
y por poner a mi lado una jauría de fieles perros.
Santa Muerte, Cartel de Santa
.

Por Rodolfo Campos Castelán
México (Aunam). “A la figura de la Santa Muerte se le hacen cualquier tipo de peticiones”, puntualiza la señora Laura Rodríguez Neri, capellana del altar de la Santa Muerte en Iztapalapa y experta en prácticas esotéricas por más de treinta años.

Como versa en la canción “Santa Muerte” del grupo Cartel de Santa, a ella acuden para pedir fuerza, ayuda, agradecer por cosas materiales, por las amistades y la familia, en sí, por todo aquello que los devotos piden y les es concedido

Santa Muerte: el comienzo

Durante el año 2011 se ha popularizado notablemente el culto a la Santa Muerte que, en palabras de los creyentes, “ha llegado para quedarse”. “Esta devoción es una respuesta a la complicada situación que se vive en el país: falta de empleo, alza de precios, bajos salarios, migración, delincuencia, violencia, desintegración familiar, marginación de determinados estratos sociales, escasa cohesión social, entre otros factores”, según Héctor Sierra Monjaraz, Sociólogo egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

El culto hacia la Santa Muerte, tiene más de 40 años y encuentra su origen en el estado de Hidalgo, en el Valle del Mezquital, alrededor de 1965. Actualmente se práctica en distintos lugares de la República Mexicana, como: Estado de México, Morelos, Nuevo León, Chihuahua y el Distrito Federal.

Sus antecedentes más remotos se encuentran en las creencias de los pueblos prehispánicos, en especial, en el culto que los aztecas rendían al Dios de la muerte: Mictlantecuhtli. Él se caracterizaba por tener la cara de una calavera; los animales con los que se le relacionaba eran arañas, murciélagos y búhos. Además, gobernaba el Mictlán, “lugar de los muertos”, y tenía poder sobre las almas de los muertos.

Se encontraba también la imagen de Mictecacihuatl, esposa del Dios de la muerte, quién se encargaba del noveno nivel del Mictlán, en el cual las almas desaparecían. Se le representaba constantemente trabajando en cooperación con su esposo y otras en conflicto. Su principal función era la protección de los huesos de los muertos.

Ese culto se ha mantenido desde ese entonces hasta nuestros días, sólo que ahora se le llama “Santa Muerte”, y representa un sincretismo entre la religión católica y la prehispánica; es decir, con la conciliación entre dos posturas: la conservadora, por parte de la Iglesia, y la de los creyentes de la Santa Muerte, menciona la señora Laura Rodríguez Neri.

En México, antes de la Conquista española, el culto a la muerte existía sin ningún prejuicio y ésta era considerada como un complemento de la vida, aseguró el sociólogo Héctor Sierra Monjaraz, pues desde su punto de vista, “el culto actualmente está rodeado de muchos tabús y prejuicios por parte de la gente”.

Para los mexicas, cuando alguien fallecía se separaba su alma de su cuerpo, la cual se trasladaba a otro mundo especial de los muertos, como el Mictlán o Tlalocan, para seguir “viviendo”.

“El Mictlán era un lugar sin salida, desde donde era imposible regresar al mundo de los vivos […] lo que explicaría también por qué no había fantasmas, ni espíritus de muertos en la Tierra”, mencionó la antropóloga del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Yolotl González Torres. Quien en su libro El culto a los muertos entre los mexicas, escribió que después de estar cuatro años en el Mictlán, las almas pasaban al Chiscnauhmictlan donde eran destruidas completamente.

La primera imagen de la Santa Muerte fue descubierta en una Iglesia; se trataba de San Bernardo de Claravala, un Santo francés de la edad media, que tenía su fiesta el 20 de agosto.

San Bernardo fue representado como un esqueleto y el pueblo mexicano lo vio como una imagen de la Santa Muerte. Lo empezaron a venerar como Santa en vez de Santo, ya que las diosas prehispánicas de la muerte, Mictecacihuatl y Coatlicue, eran figuras femeninas.

Cuando los sacerdotes se dieron cuenta de que la gente iba a rendirle culto a la Santa Muerte, la imagen fue trasladada a una casa privada; así nació el culto a la Santa Muerte, de un sincretismo entre la cultura prehispánica y el cristianismo popular, según un reportaje de Discovery Channel dirigido por Eva Aridijis y narrado por Gael García Bernal.

“Santa Muerte, cumplo con mi ofrenda”

Más de 120 personas se reunieron, en punto de las ocho de la noche, en el altar dedicado a la Santa Muerte, ubicado en la Súper Manzana II de Tepalcates, en la esquina de Av. Universidad y Telecomunicaciones, frente a la Ciudad Deportiva Francisco I. Madero, en la Delegación Iztapalapa.

La Avenida Universidad tuvo ausencia vehicular debido a la cantidad de gente presente en el rito que le rinden, todos los días primero de cada mes, a su “Jefecita”, a su “Niña Blanca”, a la Santa Muerte. Su altar está encima de un piso de mosaico café, el cual resalta del gris rata de la banqueta que combina con los baches, las grietas y los grafitis que se encuentran a lo largo de avenida.

A través de los vidrios, limpios, tan claros como los cristales de un aparador, se pueden ver bebidas alcohólicas como ‘panales de Tony’ (Mezcal Tonayan) y botellas de Tequila Rancho Viejo, como parte de los objetos que se le ofrendad a esta figura; manzanas arrugadas que parecen secarse, porque la “Santa” chupa su esencia; rosas e imágenes de aquella figura, todo objeto cargado de significación y atributos divinos.

En el altar hay tres figuras de la Santa Muerte vestidas en color azul y blanco brillante, en símbolo de sabiduría y pureza, respectivamente.

El rito comenzó con un Ave María y un Padre Nuestro. Los fieles, cerrando los ojos, repetían las oraciones que dirigía Berenice Allende Rodríguez, hija de la guardiana del altar, Laura Neri Rodríguez. Los devotos seguían llegando, bajaban de todo tipo de vehículos: Bochos, Caribes, Bici Taxis y motonetas Italika con luces neón a los costados y un amplificador que reproduce música al ritmo de reggaetón.

Con ayuda de un micrófono y desde lo más profundo de su ronco pecho, la capellana rezó un rosario y otras oraciones propias de la Figura de adoración, la Santa Muerte.

En palabras de Laura Rodríguez Neri: las oraciones que se le rezan a la Santa Muerte y sus peticiones van relacionadas con la vestimenta, los colores y los objetos con los que cuenta.

“En el nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo, inmaculado Ser de Luz, te imploro me concedas los favores que te pida, hasta el último día, hora y momento en que su Divina Majestad ordene llevarme ante su presencia. Muerte querida de mi corazón, no me desampares con tu protección”, es la primera oración que escuchó en, por lo menos, unas dos cuadras a la redonda, dijo Efraín, dueño de una tienda ubicada a no más de 50 metros del altar.

Las distintas figuras en el altar, adoradas por los creyentes, están rodeadas por diversos objetos: un faro de luz, un vaso con agua, incienso —como catalizador de energía—, bebidas alcohólicas —como el tequila y el mezcal—, un puro y dulces, que en palabras de Jacqueline, adepta al culto desde hace tres años, “son por capricho de la Niña Blanca”.

La figura central del altar porta en su mano derecha una guadaña, la cual ayuda a cortar energías negativas, trae prosperidad y brinda seguridad. Con la otra mano sostiene un mundo, elemento que le da confianza, liderazgo, éxito, conquistas e independencia al creyente, evocó Berenice Allende Rodríguez.

Esta figura está vestida con una túnica; se viste o se representa de diversos colores de acuerdo con las peticiones que tenga cada creyente.

La túnica roja que representa el amor y la pasión; la dorada, el poder económico; la verde es la justicia; la de color hueso, ayuda a mantener la paz; la negra sirve para la protección total; la azul es muy recomendada para los estudiantes; y la de los Siete Poderes que engloba todas las cualidades señaladas, aseguró la señora Laura.

Doña Paty —una mujer mayor, de cabello rubio, quemado por la abrasión del peróxido en exceso, con arrugas en la cara y dientes amarillos que denotan el pasar del tiempo, así como el de sus cigarrillos, pues va en el sexto y en la cajetilla le quedan ocho—, llevó al rosario una Santa Muerte Blanca.

“Esta imagen representa la purificación total, ayuda a limpiar toda energía negativa, principalmente en los hogares donde abundan las envidias y los rencores entre los propios familiares”, aseguró.

Con frío, lágrimas en los ojos, sonrisas, abrazos, actualizaciones en los chismes de vecinos y conocidos, besos entre parejas, ruido de motores (autos y motonetas) fusionado con reggaetón a todo volumen y con vasitos de plástico llenos de la bebida nacional por excelencia, el tequila, repartidos entre los asistentes, acabó aquel rito al que los fieles de Iztapalapa y unos cuantos de Tepito dieran inicio una hora antes, para entregarse a su “Jefecita”, a su “Niña Blanca”.

“No tengo miedo a brincarme ya de aquí, cuando usted me invite, nos vamos por ahí…”

En el Distrito Federal se ubica el altar público más concurrido por los adeptos a este culto, en la casa de Doña Enriqueta Romero, ubicada sobre Alfarería número 12. Bajo el resguardo de la señora Laura Rodríguez Neri, se encuentra un altar similar en avenida Universidad esquina con Telecomunicaciones en la Delegación Iztapalapa.

Cada altar público tiene designado un día de rosario y fiesta para la Santa Muerte. En el altar de la señora Laura (en Iztapalapa) se hace el 1er día de cada mes, para dar gracias por los días que pasaron y por los que se avecinan. Los devotos llegan a este altar de todas partes de la ciudad y de otros estados de la República con horas de anticipación, para poner sus altares en las banquetas cerca del altar principal; llevan consigo sus figuras para que sean bendecidas.

La devoción a la Santa Muerte fue una práctica clandestina durante muchos años, pero esto cambió con el establecimiento de un santuario público en el barrio de Tepito, en la ciudad de México en 1997. Una creyente piadosa, Doña Enriqueta Romero Romero decidió sacar una imagen de la muerte de tamaño natural, propiedad de su familia, y hacerle una ermita con vista a la calle. El culto creció rápidamente y otros creyentes decidieron sacar sus imágenes también, según una nota de Carlos Garma publicada en el periódico El Universal en 2009.

“No sé si lo que creo es producto de mi locura…”

Para tratar de comprender el culto a la Santa Muerte, se debe partir desde un punto de vista nuevo; no abordarlo como una devoción sombría, sino como una alegre dramatización, donde la muerte representa una de las deidades de la crisis.

Para la señora Laura y su familia, esta devoción es incomprendida por la sociedad, pues en México la mayoría de las personas son católicos y se mira con desprecio a quienes en el culto de la Santa Muerte encuentran el apoyo que les permite sobrellevar día a día los problemas.

“Como siempre, la Iglesia mete las manos en todo y ésta no es la excepción; la Iglesia católica se puede considerar en extremo conservadora, pues no acepta nada más ni nada menos que lo que ella establece”, expresó Héctor Sierra Monjaraz.

La Iglesia señala que las personas adeptas a dicho culto no es gente mala, solamente están tratando de buscar a Dios y lo han encontrado de alguna manera en esa devoción.
Según Francisco Boluda Pérez, miembro de la Congregación de los Sagrados Corazones (Ss Cc), “la calavera no es buena ni mala, no es santa, es calavera, es el cuerpo humano sin ninguna especificación de santidad. Entonces, es una mentalidad fuera de lugar, ¿cómo se va a adorar a una calavera?, es algo que esta fuera del contexto humano, no podemos adorar la parte de un cuerpo muerto, éste no tiene ninguna santidad. Es una mentalidad extraña, sin ningún fundamento humano ni divino, los que hacen eso no están en la realidad”.

“!Una Santa Muerte no existe!”, aseguró el párroco de la Iglesia San Isidro Labrador ubicada en avenida Sur 16 en la Colonia Agrícola Oriental, Delegación Iztacalco, Francisco Boluda, pues solamente se podría hablar de una Muerte Santa que es la que tuvo San José, pues murió en los brazos de la Virgen María y ante la presencia de Dios, “esa es una Muerte Santa, o Santa Muerte como le quieran decir”, finalizó.

“Y, heme aquí…”

El padre Mayor Francisco Boluda Pérez, de 89 años de edad, tiene un estrecho apego al catolicismo. Es un inmigrante nacionalizado mexicano, proveniente de “un pueblo indígena, en un país salvaje, donde se da la Tomatina, una ‘Fiesta/Guerra de los tomates’, donde todos atacan a todos”, el pueblo de Buñol, una provincia española.

Estudió su noviciado (estudios previos al nombramiento como sacerdote) en Valencia, después cursó las Carreras de Teología y Filosofía en Vitoria, capital del país Vasco, donde recibiría su ordenamiento como sacerdote.

Llegó a México porque en España le dijeron que abrirían una escuela apostólica en este país; entonces, le llamó el superior provincial de la congregación de “Los Sagrados Corazones de Jesús y María” y envió al padre Francisco a México, “y, heme aquí, desde hace 55 años”, mencionó el sacerdote.

Sobre el tema de la Santa Muerte, el párroco precisa que el esqueleto no posee ninguna Santidad, pues únicamente los Santos son dignos de ella y, por lo tanto, no puede llamársele Santo a un esqueleto. Respecto a la Santidad explicó: “No hay adoración hacia los santos, hay una veneración; se admiran como se admira a una persona buena, como a un buen presidente”.

“La veneración es una actitud que surge de pensar que una persona tiene méritos y son dignos de admirarlos; todos los tenemos y todos podemos ser venerados, pero especialmente aquellas personas que han hecho el bien y han llevado una vida buena, son ejemplo de amor a Dios y amor al prójimo. Quienes ayudan a los demás son dignas de admiración, de veneración; es decir, los Santos”.

De aquí que los Santos de la Iglesia Católica sean personas y no objetos, como una calavera que es merecedora de devoción por algunas personas. “Adorar a un esqueleto, bueno, ni los médicos lo hacen, y ellos saben que es una parte del cuerpo que ya está muerto […] ¡Es un disparate¡ Es como adorar una silla, son cosas que no tienen sentido dentro de la persona humana adorar algo así”, precisó el sacerdote.

“Rompan las ataduras y todos los prejuicios…”

El culto a la Santa Muerte es muestra de la diversidad de una sociedad, que en épocas de crisis recurre a figuras que se cree pueden generar una catarsis en su vida; es su manera de escapar de la realidad y de los problemas del día a día, como la falta de empleo, el alza en los precios de los alimentos, la marginación, la delincuencia y la pobreza. Todo esto obliga a la gente a poner sus esperanzas y a lanzar gritos de ayuda a alguien que pueda escucharlos, puntualizó Héctor Sierra Monjaraz.

La sociedad los ve como brujos o adoradores del diablo, y a pesar de que este culto tenga relación con actividades delictivas —como la aprensión del dirigente de la Iglesia de la Santa Muerte, David Romo Guillén, por cargos de robo simple, secuestro agravado y extorsión agravada cometida en pandilla, según una nota de David Vicenteño del periódico Excélsior—, no se debe olvidar que también hay gente que pone su fe en esta figura y que únicamente busca sobrevivir a estos problemas.
“Nosotros también creemos en Dios, pero es la Santísima quien nos ha de llevar ante él y él juzgará si hemos sido buenos o malos y si estaremos en el cielo o no […] En la Niña Blanca creen todo tipo de personas y por creer en ella ‘nomás’, a uno que es gente buena nos tachan de rateros, ‘robachicos’… Es más, una vez le preguntaron los ‘polis’ a mi mamá que si vendía droga”, contó Berenice, hija de la capellana del altar.

Las personas encuentran una identidad en este culto porque, de cierto modo, la Santa Muerte acepta a los que la Iglesia rechaza: homosexuales, travestis, alcohólicos, drogadictos, delincuentes; ella no discrimina. “Es justa con todo, igual se lleva a pobres que ricos, a niños que a ancianos”, concluyó Laura Rodríguez.








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8 de agosto de 2012

FLOR DE FANGO, PRESENTE EN EL CENTRO CULTURAL UNIVERSITARIO

  • La cinta será exhibida hasta el 19 de agosto en la sala José Revueltas
  • Ganadora del octavo concurso Ópera Prima del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos

Por Guillermo Domínguez Medina
México (Aunam). Flor de Fango, primera película del director y guionista Guillermo Martínez Montes, después de una permanencia de tres semanas en la cartelera de cines comerciales, fue presentada en el Centro Cultural Universitario de la Máxima Casa de Estudios del país.

“Es un placer para mí presentar mi película, en mi casa” aseguró el creador de la ganadora del octavo concurso Ópera Prima del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM.

Ante la comparación con la obra de Vladimir Nabokov, el egresado del CUEC afirmó que no tuvo intenciones de realizar “la Lolita mexicana”; sin embargo, aceptó que al ver su filme “es irremediable olvidarse de Lolita… Te remite a algo que es muy poderoso; dicen que ya todo está contado; el reto es contarlo de manera distinta”.

La historia versa sobre los intentos de un investigador bioquímico, Augusto, por encontrar a una niña de catorce años que ha sido secuestrada y de la cual está enamorado. Los rastros del raptor lo llevan hasta un puerto en el noreste mexicano, donde el científico, “que estudia el caos, pero que no lo conoce en su vida”, lo presencia de primera mano.

La Facultad de Química y la ciudad de Tampico son espacios habituales en las tomas. Cabe resaltar que González Montes, además de sus estudios en el CUEC, también es egresado de dicha facultad. En cuanto a la localidad portuaria, mencionó que “el mar de alguna forma para el hombre siempre ha significado las pasiones desatadas”, por lo que esa localidad fue el escenario ideal.

Destacó también que tuvo mucho gusto de trabajar en un espacio donde no se había filmado desde hace cuarenta años. La película (presente en más de diez festivales) contó con un financiamiento de quince millones de pesos; 7 millones y medio otorgados directamente por la UNAM y la otra mitad desde el Instituto Mexicano de Cinematografía.

La participación de actores de la vieja escuela y nuevos talentos está configurada por Odiseo Bichir, Claudia Zepeda, Claudia Ramírez, Javier Escobar, Ernesto Gómez Cruz, Isabel Martínez "La Tarabilla", Jorge Adrián Espíndola, Yolanda Liévana, Lucila Bernal, Irineo Álvarez.

Claudia Zepeda, quien realizó el papel de Marlene, su primer estelar a la edad de trece años, agradeció la oportunidad de trabajar con un grupo de personas con mucho talento. “Lo más difícil fue la escena del beso”. A su vez resaltó que obtuvo total apoyo y asesoría de sus padres durante cada una de las escenas.

Como curiosidad destaca la aparición de dos nuevos actores Rex y Aguacate; un perro labrador y un gato negro que son parte de un simbolismo importante, pero sutil dentro de la trama. “Inviten hasta a sus peores enemigos”, finalizó el director.

Las proyecciones serán en la sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario, hasta el 19 de agosto, en el siguiente horario: martes:16:30, 19:00; miércoles a domingo:12:00, 16:00, 18:00, 20:00 horas.





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7 de agosto de 2012

ÓPERA PARA NIÑOS, EN EL CENTRO NACIONAL DE LAS ARTES

Por Guillermo Domínguez Medina
México (Aunam). El Centro Nacional de las Artes (Cenart) ofrece alternativas de entretenimiento para espectadores de todas las edades, y en estas vacaciones muestra el trabajo de niños para niños, durante todos los fines de semana del mes de agosto, en el ciclo: Niños, ¡Se levanta el telón! Cuentos, mitos e historias de ópera.

El espectáculo contará con las obras: La Cenerentorola; Bastián y Bastiana; con el estreno mundial de La niña león y con la puesta en escena de la adaptación de Brundibár.

La que abrió la temporada, La Cenerentorola, es una adaptación del clásico de Gioachino Rossini: La Cenicienta. Esta versión personifica, en palabras de su director escénico César Piña, a “una cenicienta muy fresca; muy actual” que resulta en “un enredo muy interesante; eso sí, siempre cuidando el cuento”.

Dentro del equipo artístico de la función se encuentra a actores ganadores del concurso Carlo Morelli dentro de los que destacan Cassandra Zoe, Angélica Alejandre, Aracely Hernández, Hugo Colín, Ricardo López, Charles Oppenheim y Luis Felipe Losada.

La niña león, escrita por Gerardo Cárdenas, será presentada los días 11 y 12 de agosto. Los Niños cantores de Chalco tienen un papel primordial durante la sesión, ya que fueron los encargados de darle vida, además de organizar un ballet para amenizarla. Jesús López, director del espectáculo, resalta que esta “Echa y realizada por los niños”.

Con dos protagonistas: La Niña león y El Cuervo, busca efectuar un enlace con tópicos generalmente no tocados por productos dirigidos a infantes por temor a que no puedan comprenderlos; “se trata de un tema un poco delicado, pero una realidad que todos los niños pueden ver: la corrupción” menciona Jesús López.

La tercera en hacer su aparición será Bastián y Bastiana, creada por Wolfgang Amadeus Motzart a la edad de 12 años. La cual destaca por el hecho de que fue la obra número cincuenta del creador.

En esta adaptación a cargo de Iván Reynoso, Omar Flores Sarabia y el Laboratorio de Investigaciones Escénico Musicales (LIEM) se presenta los sentimientos de amor, fidelidad y perdón que experimentarán dos cotorritos.

Para cerrar con la temporada, se representará la pieza Brundibár (El Abejorro), creada por Hans Krása. Obra que fue encarnada más de cincuenta veces en el campo de concentración de Theresienstadt (Terezín), desde 1942 hasta 1944, y que sirvió para amenizar la estadía de niños judíos en dicho sitio.

Esta pieza contará con la adaptación y participación de jóvenes artistas; los cuales seleccionaron la inclusión de problemáticas destinadas para adecuar el contenido al contexto actual. En ella colaborarán Kantorai cedros-UP, los Niños cantores de Tepotzotlán; la dirección escénica de Israel Velasco y la dirección del concertista Jorge Cózatl.

Desde el 2009, el Cenart ha trabajado para consolidar alternativas de entretenimiento culturales capaces de competir con el cine y la televisión para el público infantil, destaca el subdirector de Actividades Artísticas y Culturales de la dependencia, César Augusto Rodríguez.






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6 de agosto de 2012

INICIAN MÁS DE 324 MIL JÓVENES PUMAS NUEVO CICLO ESCOLAR

Por: Redacción
México (Aunam). Más de 324 mil estudiantes de posgrado, licenciatura y bachillerato regresan a clases en la Máxima Casa de Estudios del país. Para más de 35 mil estudiantes será su primer día como integrantes de la “familia puma” en los nueve planteles de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y en los cinco del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH). Respecto a la licenciatura, 44 mil acudirán a las aulas y programas por primera vez.

La Universidad informó que al nivel medio superior ingresarán cerca de 110 mil alumnos; a estudios superiores entrarán más de 187 mil, y al posgrado, más de 26 mil. Lo anterior, en las 99 carreras; 22 en nivel técnico profesional; 40 programas con 87 planes de estudio de maestría y doctorado; tres planes de estudio en la educación media superior, y una carrera técnica: Enfermería.

El rector José Narro Robles envió un mensaje de bienvenida, donde invitó a los universitarios a que cultiven y aprecien valores como la generosidad, la conciencia social, el pensamiento crítico, la honestidad, la tolerancia, el respeto y el reconocimiento de lo diferente.

Mensaje íntegro del rector:

Estimadas y estimados estudiantes:

En este inicio del periodo lectivo 2012-2013, les doy la más cordial bienvenida a esta, su casa de estudios.

La Universidad Nacional Autónoma de México, de cuya comunidad ahora son ustedes parte, es una de las más antiguas del continente americano. Desde su origen, nuestra institución ha mantenido fidelidad y constancia a sus principios y valores, pero también ha cambiado para responder, como corresponde, a las necesidades de la sociedad mexicana.

En el mundo de hoy, en nuestro mundo, se vive una etapa extraordinaria. Gracias a las tecnologías de la información y la comunicación podemos conocer, escuchar y ver, en tiempo real, lo que sucede en los rincones más lejanos de nuestro planeta y de nuestra nación.

Estas tecnologías nos permiten crear redes sociales, facilitan que jóvenes como ustedes, de diversas regiones del mundo, socialicen, se unan y compartan intereses, problemas y anhelos.

Ustedes no están al margen de las nuevas tendencias. Por ello, además de los conocimientos teóricos y prácticos de sus respectivas carreras, requieren dominar las nuevas tecnologías. Para ello, la UNAM les ofrece recursos e instalaciones donde pueden adquirir las habilidades necesarias y contar con el equipo requerido.

No olviden que a pesar de los grandes avances tecnológicos, el valor de la convivencia cotidiana es insustituible. En nuestra casa de estudios ustedes encontrarán muchas opciones para cultivar su espíritu, para fortalecer su cultura y su identidad con los mejores valores universales y nacionales, para practicar deportes, para formarse de manera integral, para aprender y para ser.

Aprovechen plenamente su pertenencia a esta comunidad que día a día se esfuerza por ser mejor.

Son ustedes parte de una gran historia, de un gran legado cultural y científico. Tomen conciencia de ello, vívanlo e increméntenlo.

Siéntanse orgullosos de ello. Esfuércense por cultivar y reforzar los valores que nos dan cohesión como comunidad. Aprecien y cultiven la generosidad, la conciencia social, el pensamiento crítico, la honestidad, la tolerancia, el respeto, el reconocimiento de lo diferente.

Jóvenes universitarios:

Les pido que aprovechen el privilegio que significa la posibilidad de ingresar a esta gran institución de la nación mexicana. Ofrezcan su mayor esfuerzo para responder a este compromiso con sus familias y con la sociedad.

¡Bienvenidos a la UNAM!

Imagen: UNAM


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