18 de mayo de 2012

CONVOCAN AL II COLOQUIO DE ESTUDIOS DE GÉNERO SOBRE AMÉRICA LATINA

Por: Jonathan Irineo
México. (Aunam). El Programa de Estudios de Género (PUEG) y el Colegio de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) convocan a estudiantes de licenciatura y posgrado del área de Humanidades y Ciencias Sociales al II Coloquio de Estudios de Género sobre América Latina, un proyecto estudiantil.

El objetivo de este coloquio es el promover la reflexión sobre problemas de género y con ello proponer vías hacia la equidad. Las áreas temáticas que se pueden abordar son la historia, el arte, la filosofía, movimientos sociales, los medios de comunicación, entre otros.

Este proyecto se llevará a cabo del 5 al 8 de noviembre de 2012 en el Salón de Actos de la FFyL y la fecha límite para la entrega de resumen será el día 15 de junio de 2012 a la dirección de correo electrónico eg.cegal@gmail.com. La fecha en que se conocerá el resultado del dictamen será el 29 de junio de 2012.

Asimismo, el día 13 de septiembre de 2012 es la fecha límite en la que se podrá enviar al mismo correo la entrega de ponencias.

Para mayor información se puede acceder al Facebook: Coloquio de Estudios de Género sobre América Latina; al blog: Cegalpe y a Twitter: @CEGALpe.






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15 de mayo de 2012

LA PRINCESITA QUE SALIÓ MÁS CABRONA QUE BONITA: ELENA PONIATOWSKA


  • Homenajea la UNAM a la escritora en sus 80 años

Por Angélica Jackeline Ferrer Campos
México (Aunam). “¡Elenita, Elenita!” grita y aplaude el público para animar aún más la entrada de la escritora Elena Poniatowska a la celebración de sus 80 años de vida, los cuales se llevan a cabo en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario de la UNAM.

Vestida con un traje rosa pálido, Poniatowska sonríe ante las muestra de cariño de todos aquellos que la acompañan en esta ocasión tan especial. Se emociona aún más cuando es proyectado el video que realizó TV UNAM en colaboración con su hijo, Fernando Haro Poniatowski. En él, la también periodista narra cómo llegó de Francia a México en un buque de exiliados y la forma en la que comenzó su carrera en el periódico Novedades, contando sólo con 17 años de edad.

En este mismo documento audiovisual, se explica de manera sencilla el contenido de sus grandes obras como ¡Hasta no verte, Jesús mío! y La Noche de Tlatelolco, mezclándolo con aspectos de su vida personal, como su matrimonio con el astrofísico Guillermo Haro, que la inspiró a escribir el libro La piel del cielo.

No obstante, es momento de que sus compañeros de mesa hablen acerca de “el Enano”, como le decía su esposo Guillermo. Como en un cuento de hadas, Rafael Barajas, “El Fisgón”, describe la belleza e inteligencia de “La princesa Selenita”, apelativo originado de su nombre en diminutivo y el hecho de que siempre andaba en la luna, intentado explicarse a sí misma los aconteceres de México, un país que sin ser su cuna, se volvió de ella con el paso del tiempo.

“Como periodista, le hizo notables entrevistas a reyes, bufones, brujas y animales mitológicos, es decir, a Manuel Álvarez Bravo, a Cantinflas, María Félix y Diego Rivera, pero sobre todo, le dio voz a aquellos que no la tenían, a los pobres, a los disidentes, a los inconformes. Después del movimiento estudiantil de 1968, la traviesa de Elenita fue a entrevistarse una y otra vez con los presos políticos y publicó La noche de Tlatelolco, un relato testimonial que contradecía la versión oficial…Cuenta qué, cuando estaba en su exilio, el gran asesino decía ‘Esta princesa es bonita. Pero salió más cabrona que bonita’”, expresa divertido El Fisgón, gran amigo de la homenajeada.



“La solidaridad del pueblo mexicano después del terremoto me hicieron conocer a mujeres como Elenita Poniatowska… Desde el momento en que llegamos al sindicato y nos conocimos, parece que algo nos unió y ha dado resultados. El 19 de septiembre tuvo un gran beneficio: conocer a una mujer solidaria, respetuosa, que no tiene en alta estima su dignidad sino que piensa en los pobres y los necesitados”, habla conmovida la líder del Sindicato de Costureras 19 de septiembre, Evangelina Corona.

Una de las anécdotas que más risa causan a los asistentes es aquélla proferida por Consuelo Mejía Piñeros, amiga de “Poni” y directora de la organización Católicas por el Derecho a Decidir:

“Eres generosa como sólo tú puedes serlo. Siempre me ha parecido curioso ver como atiendes las llamadas telefónicas de cuanta persona te busca para contarte sus cuitas y pedirte ayuda para resolver sus problemas. Corres a atender tu teléfono, cuyo número está en el directorio, que muchísima gente busca con la esperanza de que Elena, la escritora, la periodista, la mujer comprometida con la justicia social, le dedique aunque sea unas palabras de esperanza… Nunca olvidaré la llamada de ese señor que te contó que había soñado que lo ayudabas. ‘Pero dígame, ¿qué hice en el sueño? Yo no lo soñé. Dígame qué hice y lo hago’”. El público reía enternecido al escuchar estas palabras.



Uno de los peldaños importantes del evento lo pone Juan Villoro, al hablar de la forma en la que la autora de Lilus Kikus ha desarrollado su trabajo desde hace más de seis décadas. “Pertenece a los cronistas del fuego, los que encienden una antorcha para participar con los demás. Curiosamente, su estrategia ha sido la más suave y por lo tanto, la más difícil de ejercer en la literatura mexicana. Nadie ha hecho más preguntas que ella, nadie ha sabido fingir mejor la ingenuidad… Pregunta como si no supiera nada y así todos decimos lo que no necesariamente queremos confesar”.

No obstante, la cereza del pastel la pone Elenita, la mujer pequeñita que con gran inteligencia, ha logrado traspasar todo tipo de barreras y oponerse a sus orígenes de clase alta con una ideología de izquierda, a la que no le importa el frío o correr a dar un recado con tal de ver mejor a su país. “Me recuerdo joven junto a Vicente Rojo, a Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco y pienso que, cuando nos reunimos los que seguimos vivos, desmentimos el poema ‘Ya somos todo aquello contra lo que luchamos a los 20 años’...”, cuenta feliz y satisfecha por la vida que ha logrado construir.

Después de aproximadamente hora y quince minutos, el rector de la UNAM, José Narro, le entregó a la festejada un reconocimiento por su ochenta aniversario, entre un emotivo ¡Goya! que retumbó en todo el Centro Cultural Universitario, los aplausos de los asistentes y los abrazos cariñosos y embelesados de sus hijos y nietos, los cuales ya se encontraban a su lado para felicitarla.




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14 de mayo de 2012

“SE LA DEDICO A TODAS LAS MAMACITAS”: MCCARTNEY EN EL ZÓCALO


Por Angélica Jackeline Ferrer Campos
México (Aunam). Miles de personas emocionadas se encuentran en el Zócalo de la ciudad de México. No les importa el calor, la lluvia, el permanecer esperando doce horas de pie o haber permanecido acampando varios días. El evento que está a punto de iniciar, vale la pena como para sacrificar el descanso y el hambre que siempre se busca saciar rápidamente.

Son las 8 de la noche del 10 de mayo y en las pantallas del escenario, aparece un collage del hombre que por primera vez, ofrecerá un concierto gratuito en México: Sir Paul McCartney.


La gente comienza a observar las imágenes que plasman la carrera del cantautor y músico, empezando por su participación en The Quarrymen, grupo que posteriormente se convirtió en los legendarios The Beatles pasando por Wings, trío formado por su primera esposa, Linda McCartney y el guitarrista Denny Laine hasta su faceta como solista.

El video se extiende por aproximadamente una hora. La gente ya está desesperada por ver a su ídolo y feliz por encontrarse en un momento histórico e importante a nivel nacional. Sin embargo, la ansiedad se acaba cuando las luces se hacen tenues y el collage muestra el bajo utilizado por McCartney desde 1960, el cual actualmente se llama Beatle Bass o Cavern Bass.

El autor de Temporary Secretary entra al escenario y saluda al público; los gritos, los aplausos y los brincos no se hacen esperar. En el concierto, lo acompañan los músicos con los que trabaja desde hace una década: Abe Laboriel Jr. en la batería, Rusty Anderson (guitarra melódica), Brian Ray en la guitarra y Paul Wickens (teclados). “Estamos felices de estar aquí en el día de las Madres”, dice McCartney, el cual vestía de rojo, a los 200 mil asistentes.

“You say yes, I say no. You say stop and I say go, go, go. Oh, no!”, retumba en el primer cuadro del Distrito Federal. Hello, Goodbye es la pieza con la que decide abrir su presentación, lo cual causa gran felicidad entre los asistentes. Ello aumenta con la clásica y siempre elegida para todas las giras, Jet; es de ley alzar la mano con el puño cerrado al gritar el título de esta canción.

No obstante, el júbilo aumenta con una de las melodías más rítmica y alegres del Cuarteto de Liverpool, All my loving. No había ni un solo asistente sin entonarla y bailarla, algunos llegaban al grado de gritarla con todas sus fuerzas y más porque el fondo del escenario estaba ilustrado con imágenes de la película A Hard Day’s Night.

Las canciones que interpretó con The Beatles siguen emocionando al público; Drive My Car y su sonido de claxon (Bee, beep, bee, beep, yeah!) junto con The Night Before, provocan que todos sigan bailando sumamente emocionados. El concierto apenas comienza y el júbilo es contagioso.

“¡Hijo, míralo! ¿Ya ves por qué es mi ídolo?”, dice un padre a su vástago; el niño se limita a gritar “¡Paul, tocas bien chido!”. Esto sucede mientras el también activista social interpreta en piano The Long and Winding Road, melodía del álbum que acaba de cumplir cuarenta años: Let it be. Otra de las canciones que tienen ese mismo arreglo musical es Maybe I’m Amazed; la voz ronca de Paul le imprime aún más sentimiento a la composición dedicada a la entrañable Linda McCartney.

“Esta canción se la quiero dedicar a todas las mamacitas”, menciona el Beatle Soñador como preludio para Hope of Deliverance, en la que todos sus músicos tocan la guitarra y hacen los coros. Niños, señoras, señores y jóvenes siguen la canción con sus palmas llenos de ilusión, ya que la letra invita a nunca perder la esperanza y a mantenerse firmes ante la oscuridad que puede rodear alguna vez en la vida.

La presentación se torna romántica con otro de los grandes hits de la agrupación más exitosa de todos los tiempos. “I give her all my love, that’s all i do. And if you saw my love, you love her to. I love her”. And I Love Her provoca que las parejas se abracen embelesados por los acordes suaves y tiernos de la guitarra de Paul McCartney.

Este sentimiento cambia en el momento que uno de los cuatro grandes de Liverpool, Inglaterra, menciona que Here Today se la dedicó a John Lennon después de su muerte en 1980. “¡John, John, John!”, gritan todos recordando al compañero, amigo y parte del dúo de compositores más prolífico de todos los tiempos de Macca.

La tristeza desaparece con la alegre Dance Tonight, primer sencillo del disco Memory Almost Full. Dicha composición es interpretada con mandolina y como bien dice el título, todos bailan, aplauden y sonríen en esta noche nublada pero emblemática. No obstante, el homenaje a Lennon no es el único. “Esto se lo dedico a mi hermanito George”, haciendo referencia a una de las canciones más importantes del Beatle Serio: Something. Armado con un ukelele, canta acompañado de imágenes de George Harrison cuando era joven y estaba en la agrupación.

Una de las sorpresas que el gran Sir tenía para el público mexicano, se aparece en el escenario. Ob-la-dí, Ob-la-dá es entonada con el Mariachi Gama Mil; la mayoría de las personan sacan sus celulares y cámaras para inmortalizar ese momento que no se sabe si volverá a ocurrir, mientras que otros ondean banderas de México y de Inglaterra, como señal de unión entre naciones. Al final de la pieza, todos cantan Cielito Lindo, himno de todos los estadios y espectáculos masivos en el país.



Pero llegó la hora de los himnos de McCartney. Sentado en el piano ya sin su chaqueta roja, canta a todo pulmón Let it Be. Los encendedores y lámparas iluminan el panorama, simulan ser estrellas tintiteantes en el firmamento. Algunos lloran, cantan o admiran a ese gran monstruo e inspiración musical de varias generaciones a nivel mundial.

“When you were young and your heart was an open book, you used to say ‘Live and let live’, you know you did. But if this ever changing world in witch we live in makes you give in and cry, say live and let die”. Los fuegos pirotécnicos impresionan a propios y extraños en Live and let die; la Catedral Metropolitana es cubierta por estelas de luz amarillas y rojas, la locura plasmada en el piano, la guitarra y la batería, causan la euforia y los gritos ensordecedores de los fanáticos. Pocas veces un artista utiliza dichos recursos para ambientar su concierto y el público lo agradece con todo el corazón.

“Olé, olé, olé, olé, Sir Paul, Sir Paul”, se repite infinidad de veces y Macca decide acompañar a los asistentes con el bajo y el piano. La gente está rendida a sus pies y no es para menos, ya que frente a ellos tienen al músico y compositor más exitoso de la historia de la música popular a nivel mundial, según el Libro de Récord Guiness.

El panorama y ambiente recuerda a los conciertos que The Beatles daban en la década de los sesenta. Chicas llorando, gritando, bailando y muy emocionadas por ver al casi septuagenario músico, corean Hey Jude una y otra vez, como discos rayados. A ellas, se unen hombres, niños, familias enteras. El punto cumbre de la presentación ha llegado. “Na naná nanananá, nananá, Hey Jude!”, se escucha en el Centro Histórico y seguramente, en gran parte de la contagiada ciudad de México.

Paul se despide de los mexicanos. Ellos piden “¡otra, otra!”, y el bajista decide complacerlos, no sin antes tomar una bandera de México y ondearla con total emoción. Corre de un lado a otro del escenario, mientras que Brian Ray toma la bandera de Inglaterra y hace lo mismo. Los fanáticos gritan “México, México” pero guardan silencio al escuchar la palabra Yesterday. Esta melodía es la más interpretada y a la que más cóvers se le ha realizado en todo el mundo. Un señor grita “No mames, ¡es Yesterday!” y comienza a cantar con todos la hermosa pieza del vegetariano más famoso.

El rock, en su más pura expresión, es plasmado con Helter Skelter. Cabezas moviéndose como fanáticos del metal, gritos exasperantes y más brincos, exponen el total descontrol ante una de las canciones más fuertes del compositor británico.

“Ya nos tenemos que ir. Ya debemos descansar” dice McCartney y todos ruegan porque no se vaya, pero es inevitable. Los acordes de Golden Slumbers, canción que forma parte del medley más famoso del Cuarteto de Liverpool (contenido en el álbum Abbey Road), indican que todo se terminó. A esta melodía, le siguen Carry That Weight y The End, siendo esta última la que contiene todo el sentimiento del concierto de tres horas. “And in the end, the love you take is equal to the love you make”.

Paul McCartney logra cautivar, conmover, alegrar y hacer muy felices a los fans, a los melómanos, a las madres y a las familias que aguantaron todo por verlo. Esto es reafirmado cuando al retirarse el público de forma lenta por las calles del Centro Histórico, justo en Francisco I. Madero, todos entonan acompañados de sus palmas como si fuera una gran manifestación “Na, naná, nanananá, nananá, Hey Jude!”. Fue una noche inolvidable, una noche totalmente beatle.


Fotos: Rodrigo O.
 expectaculos.net





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