LA DANZA DEL LÁPIZ, POR UN PERIODISMO CULTURAL DE CALIDAD

Por Daniela Navarro Cruz
México (Aunam). El Periodismo cultural se presenta como uno de los posibles campos de especialización para los periodistas que se interesen en él; sin embargo, en nuestro país son pocas las instituciones que organizan diplomados enfocados a este tipo de periodismo, entre ellas se encuentran la Universidad del Altiplano de Tlaxcala y la Escuela de Escritores “José Gorostiza” con sede en Tabasco.

La Universidad del Altiplano, de acuerdo con su página de internet, busca preparar a los periodistas tlaxcaltecas para brindar una mejor calidad en la información cultural. Por su parte, la Escuela de Escritores “José Gorostiza” busca iniciar o ampliar los conocimientos de los participantes en relación al ámbito periodístico para que después puedan utilizarlos en cualquier medio de comunicación.

Por su parte, la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) ofrece un diplomado de Periodismo especializado donde dedica uno de sus siete módulos al Periodismo cultural. Pero no se había organizado un diplomado que además de atender al ámbito periodístico cultural se especialice en actividades dancísticas.

Hasta que en febrero de este año, la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, a través de la Dirección de danza, lanzó una convocatoria dirigida a los alumnos regulares inscritos en la Máxima Casa de Estudios, para ingresar al Primer Diplomado de Periodismo Cultural "La Danza del Lápiz".

Los interesados tuvieron que pasar por un examen de selección a manos de la coordinadora del diplomado, Rosario Manzanos, reconocida periodista cultural. En un inicio se ofrecieron 25 lugares, de los cuales 15 contarían con beca completa y los 10 restantes tendrían que pagar un total de 4 mil pesos; además serían aceptados un máximo de cuatro personas que podrían cursar cualquier módulo de manera independiente, con un costo de mil pesos, sin derecho a certificación oficial por su participación.

Sin embargo, el diplomado terminó por componerse sólo de 16 participantes, es decir, las 15 becas totales fueron ocupadas, y además se otorgó una media beca.

La Danza del Lápiz se planteó con una duración de 17 sábados, del 7 de marzo al 4 de julio, traducido en un total de 120 horas que transcurrirán en las instalaciones de la Dirección de Danza.

El diplomado se compone de cuatro módulos y cada uno comprende cuatro ponencias distintas, las cuales estarán a cargo de importantes y experimentadas figuras en el ámbito del periodismo, la cultura y la danza como Ignacio Solares, Braulio Peralta, Rubén Avilés y Alberto Dallal.

También cada sábado se impartirá una sesión de corrección de estilo, dirigida por el periodista y poeta Sergio Loya, quien además es editor en el semanario Proceso y autor del Manual de Estilo de esta publicación.

Acercamiento dancístico
En entrevista exclusiva con Aunam, el responsable de la Dirección de Danza, Cuauhtémoc Nájera, confesó que en un inicio había temor por si iba a funcionar o no “La Danza del Lápiz”, sin embargo, por lo que a podido darse cuenta, el diplomado está funcionando muy bien y sus integrantes se están interesando por esta disciplina.

Afirma que éste es uno de los tantos esfuerzos por acercar a los estudiantes al medio dancístico y que no son precisamente bailarines profesionales, con la confianza de que un porcentaje importante de quienes se sientan atraídos por la danza continúen involucrándose con el tema. Aunque aclara que la función primordial es formar gente que cubra estos eventos.

Si bien, en reiteradas ocasiones externa sus deseos porque este sea el primero de muchos diplomados más, también se escucha consciente de que este es sólo un granito de arena, “sin pretender que somos la solución, es uno más de los esfuerzos que queremos trabajar para que la danza sea mejor en el escenario, en la prensa, en las escuelas y en donde podamos incidir”.

Algunos protagonistas
La heterogeneidad de ocupaciones que desempeñan los integrantes de “La Danza del Lápiz”, y por lo tanto de los interesados en el Periodismo cultural; es evidente. De los 16 integrantes nueve tienen relación alguna con el periodismo, pero sólo seis de ellos son comunicólogos de formación.

Manuel Stephens, crítico de danza en “La Jornada Semanal”, suplemento cultural de La Jornada buscó en este diplomado una buena oportunidad para conocer a fondo los géneros periodísticos, el trabajo de edición y corrección de estilo desde un ángulo distinto al de la literatura. El diplomado me da una perspectiva sobre una forma de escritura que eventualmente podría utilizar”.

Adriana Álvarez, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras en el Colegio de Historia y estudiante de posdoctorado en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, en un inicio se sumó al diplomado por mera curiosidad, “(…) además de que me gusta la danza y de que me parece interesante que se abran espacios de este tipo para que nuevas plumas tengan la posibilidad de explorar y aportar ideas al ámbito del periodismo cultural”.

Diana Paola, estudiante de la Preparatoria 5, resalta en el grupo por ser la más pequeña de todos, con tan sólo 15 años de edad, se unió a La Danza del Lápiz con el objetivo de mejorar su escritura y aprender más sobre danza. Comenta que antes se dedicaba a escribir cuentos y que además está organizando en su preparatoria, un taller de sensibilización a las artes escénicas.

Germán García es un matemático que siente inquietud por escribir de danza y es por ello que decidió entrar a este diplomado; Esperanza Escamilla, bailarina de concierto por la Academia de la Danza Mexicana y licenciada en Historia por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), ya había colaborado en periódicos y revistas, busca aprender como abordan los profesionales del periodismo al ámbito cultural.

Si bien para algunos de los participantes ha resultado interesante y enriquecedor escuchar las anécdotas de los ponentes, no están satisfechos del todo, pues en un inicio esperaban algo más enfocado a entender el lenguaje dancístico.

“Esperaba muchas más charlas de danza, calificar el movimiento, identificar detalles que no veo: hacerme buen ojo y escribir bien”, lamenta la preparatoriana; “más allá de que han sido muy interesantes las ponencias, yo esperaba que nos dedicáramos exclusivamente al campo de la danza.”, opina Escamilla; mientras que Adriana Álvarez dice que supuso que habría clases sobre técnicas dancísticas e historia de la danza.

Quienes no están formados como periodistas, reconocen que este tipo de cursos están orientados a formar mejores profesionales en el ámbito cultural; en este sentido, Germán García considera que “escribir es una responsabilidad grande. Esta responsabilidad no debe quedar en manos de improvisados o gente sin escrúpulos que demerita o hasta denigra la profesión del periodista.”

“No creo que un periodista que cubre política o economía pueda hacerlo sin estar especializado en ello; desafortunadamente, aparte de la desaparición paulatina de las secciones y de los suplementos culturales, se piensa que cualquiera puede cubrir una nota de cultura. Esto es totalmente falso. Incluso hay reporteros que desconocen la manera de comportarse en una función, por ejemplo.

Tengo la experiencia de estar en la zona reservada para la prensa en teatros y de haber corroborado esto en varias ocasiones, desgraciadamente. El caso más increíble -y vergonzoso- es que en plena función del Royal Ballet el año pasado, uno de los periodistas se la pasó comiendo ¡cacahuates japoneses! y no precisamente con la boca cerrada; una falta de respeto absoluta tanto para la compañía, una de las más importantes del mundo, como para el público. Para ser periodista cultural hay que estar cultivado y dominar el campo sobre el que se escribe”, planteó Stephens.

Casi al final
“La Danza del Lápiz” está por concluir y lo que en un momento dado se planeó como una publicación en línea donde colaborarían los integrantes del diplomado, se vio mermada por la cancelación del Día Internacional de la Danza, evento de suma importancia para quienes disfrutan de este tipo de expresiones artísticas.

Calificado por Cuauhtémoc Nájera como un “plus”, ahora surge la posibilidad de construir una agencia electrónica donde los mejores 10 participantes puedan colaborar, elaborando textos sobre los diferentes eventos dancísticos que ofrece la UNAM, no sólo dentro del Centro Cultural, también en recintos ubicados fuera de él, como el Teatro de Santa Catarina.

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