LA CRISIS DE CREDIBILIDAD DEPENDE DE LA ESTRUCTURA POLÍTICA

Por Stephanie Reyes Virgen
México (Aunam). Una disputa política se ha convertido en un mercado de libre competencia, en donde lo que más importa del sistema no es lo pragmático o ideológico, sino la garantía; los políticos con tal de ser elegidos prometen muchas cosas de las cuáles se ignora si pueden o piensan cumplir, declaró el profesor Eduardo Ruiz

Para el investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos, en realidad es poco lo que proponen, ya que no son cosas fijas; son ideas e ilusiones las que se venden durante la propaganda, “convirtiendo un fenómeno electoral en una competencia de imagen, donde parece que lo que se vende o promociona es un dentífrico”.

Lo importante en cuanto a las elecciones, señaló, es encontrar un sentido de arraigo que permita que se identifiquen más el gobierno y el Estado. En el desarrollo del mismo no hay una continuidad histórica, una imagen que permita ese arraigo o identidad, lo que deriva en la falta de credibilidad hacia la esfera política.

Este tipo de situaciones no sólo se relacionan con el caso de México, sino también con América Latina, pues los países comparten una historia común en su pasado político.

Sin abundar en detalles, destacó que “no se debe confundir el desarrollo del estado con la dominación, ya que, parece que importa más para la política construir estructuras de dominación que desarrollar institucionalmente al Estado”, comentó el profesor Ruiz, durante la conferencia organizada por el Programa de Estudios Latinoamericanos.

Si las instituciones electorales no están afianzadas, no son confiables, y entonces hay que pensar en cómo hacer para que funcionen y darles autonomía. “No se puede confiar en una elección si no se tiene la capacidad de controlar las propias elecciones”.

La falta de credibilidad tiene que ver con la impunidad que hay detrás del manejo de las elecciones, con problemas como el asesinato político, el fraude o la corrupción. “¿Quién puede confiar en algo así? Son estas situaciones las que ponen en tela de juicio al sistema y sus representantes“, sentenció el académico.

Por eso es importante hacer una comparación entre el número de personas que están registrados en el padrón electoral y el porcentaje de los que votan, por si hay una diferencia numérica amplia que refleje el abstencionismo.

Reconoció que algunos de los que están en las lista de votantes, en muchas de las ocasiones, sólo se registran para tener una cédula de identificación.

“Actualmente, podemos decir que existe una crisis de credibilidad ante la representatividad, es por eso que la gente, especialmente jóvenes, demuestra su desinterés al no comprometerse en un acto cívico, pues no les significa nada“, ya que los elegibles tampoco se comprometen.

Es por ello que hay que pensar en un sistema político que sea el reflejo del compromiso que se tiene con el futuro, y así dar paso a una estabilidad basada en la institucionalidad, concluyó Eduardo Ruiz.

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