Contra la discriminación, la impunidad y la violencia ¡Hay que alzar la voz!

Foto: Sofía Ruiz

Por Darren García
CDMX. Marzo es un mes importante para las mujeres del mundo y la sociedad en general, sin importar las fronteras nacionales, étnicas, económicas, lingüísticas, culturales o políticas se unen para conmemorar, el ocho de marzo, su día, que ha tomado más relevancia en los últimos años. Sin embargo, siempre es importante dar un repaso a su lucha, sobre todo a los obstáculos que han atravesado para conformar el movimiento que se conoce hoy en día.

Antes, “las mujeres no tenían personalidad jurídica, patria potestad ni derecho a educación”, de acuerdo con la profesora María del Rosario Elena Guerra Díaz, licenciada en Ciencia Política y Administración Pública por la UNAM, quien además, forma parte de la Red “Mujeres en Plural”, promotoras de la igualdad de los derechos políticos en México. De igual manera, es asociada en la “International Women’s Forum”, organización que cuenta con siete mil integrantes de 34 países diferentes del mundo con el fin de fomentar el liderazgo de las mujeres en el presente y futuro.

“Estoy escribiendo un libro (sobre feminismo), he dado algunos cursos, elaborado documentos para el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sobre Protocolos de Violencia de Género y Balance de resultados electorales, paridad y violencia 2021-2022”, añadió la profesora, quien ha ampliado su experiencia a través del “activismo, la participación en movimientos feministas y la experiencia legislativa como diputada federal”, concluyó.

Un vistazo al pasado

La historia del movimiento feminista se puede entender a través de tres olas, las cuales marcan sucesos importantes que han llevado al progreso de este.

La primera ola, conocida también como “Ilustración”, se presenta con las primeras muestras de inconformidad de las mujeres con el papel que desarrollaban en la sociedad, en el siglo XVIII, en la Revolución Francesa. En la segunda, o “Sufragista”, desde el siglo XIX al XX, el movimiento tiene ya una identidad teórica. Las mujeres, en distintas partes del mundo, además de exigir derechos laborales, de educación, luchan por el derecho al voto. Nueva Zelanda fue el primer país que otorga este derecho a las mujeres en 1893. En México, la mujer tiene derecho al voto desde el 17 de octubre de 1953.

La “ola de liberación sexual”, o tercera, se ubica en los años 60. Desafía códigos tradicionales de la moral sexual, el comportamiento, roles de género en la sociedad, esto bajo el lema lo personal es político. A partir de este momento, se dice, comienza a nacer el feminismo moderno.

¿Por qué el 8 de marzo?

En la historia hay muchos eventos, con diferentes fechas y en diferentes países, que dieron pie a la fecha que se conoce hoy en día. El 8 de marzo de 1908, en Nueva York, hubo un incendio, supuestamente provocado por el dueño, en la fábrica Cotton, tragedia que cobró la vida de 129 mujeres, quienes estaban en huelga tras exigir una mejora en la jornada laboral, tanto de ellas como de los niños. Luego, en 1909, en Estados Unidos se conmemoró el primer Día Nacional de la Mujer el 28 de febrero. Un año después, en Copenhague (Dinamarca), se llevó a cabo una reunión que proclamó el Día de la Mujer. 

En 1911, en el mismo lugar, se declaró el Día Internacional de la Mujer para el 19 de marzo. Años después, en 1917, en la Revolución Rusa, las mujeres protestaron el último domingo de febrero por “pan y paz”. Dicho suceso provocó la abdicación del Zar, fue entonces que el gobierno provisional le otorgó el derecho al voto. Sin embargo, tal fecha estaba establecida de acuerdo con el calendario juliano, utilizado por los rusos, que a su vez marca el 8 de marzo, según el calendario gregoriano, usado por los demás países.

No fue hasta 1975, Año Internacional de la Mujer, que las Naciones Unidas conmemoraron el Día de la Mujer, con base en lo ocurrido en Rusia, el 8 de marzo.

Todavía es largo el camino


Los avances en la historia del movimiento feminista han sido notorios y cada vez más grandes, sin embargo, existe aún mucha resistencia al cambio en la sociedad. La profesora Elena Guerra hace hincapié en que la igualdad buscada “no es una lucha de nadie contra nadie, pero, muchas veces, los hombres sienten que esta igualdad los desplaza, porque ellos están acostumbrados a tener el dominio total, y cuando ya no lo tienen no les gusta”, dice con una sonrisa irónica.

El feminismo, según un artículo de Begoña González en El Periódico, “no es odiar a los hombres, ni querer la supremacía de las mujeres…, es la ideología que defiende la igualdad en aspectos sociales, culturales y económicos entre ambos sexos”. De igual manera, diferentes autoras coinciden en que, al hablar de feminismo, se debe mencionar al patriarcado. 

El sistema heteropatriarcal, según la profesora Begonya Saez Tajafuerce, (Coordinadora del Mínor de Gènere y del Máster Mundus Phiafec de la Universitat Autònoma de Barcelona), provoca, en el seno del capitalismo y el neoliberalismo, la violencia hacia las mujeres, así como migrantes, animales, y la misma tierra. Por tanto, define al patriarcado como ‘la manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niños de familia’, que se amplía a las mujeres de la sociedad.

Por tanto, fija la agenda del feminismo en “reconocer la discriminación, violencia y la invisibilidad de las mujeres”, así como hacer “memoria de mujeres asesinadas; promueve el trato digno, acabar con la violencia; busca la transformación de estereotipos sexuales: ”cómo se comporta mujer u hombre, menciona la académica.

Dice que el movimiento “busca que el gobierno acabe con la impunidad en contra de la violencia ejercida contra mujeres en sus trabajos, escuelas. A la vez, es una llamada de las mujeres a la sociedad para que se entienda que el feminismo busca la dignidad humana de todas las personas, y los derechos de éstas.”

Lo anterior cobra sentido cuando se tienen las cifras de los diferentes tipos de violencia que sufrieron las mujeres últimamente. Por ejemplo, en todo el 2021, en México, se cometieron 1,004 feminicidios según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, la mayor cantidad desde que se comenzaron a registrar, que a su vez significó un promedio de 10 mujeres asesinadas al día.  Aunado a esto, incrementaron las denuncias, las violaciones, los secuestros, la violencia familiar. A esto se le suma que en el país existe impunidad en el 95% de los casos, lo que provoca que muchas mujeres no quieran denunciar a su agresor.

El feminismo, creado por y para las mujeres, también lucha en favor de “los movimientos LGBT+, de los movimientos de los derechos de los niños y niñas, de las personas con discapacidad, que son minorías. Las mujeres no somos minorías, somos discriminadas, los otros grupos son minorías y también son discriminados. Entonces, si queremos una igualdad real, no debe existir la discriminación, por eso el feminismo se identifica con la lucha por la igualdad de diferentes grupos que, siendo minoritario, sufren una mayor discriminación por sus características. Hay una hermandad en la lucha por la igualdad.”, asegura.

Otro aspecto importante es la política, según Elena Guerra, también ha librado batallas muy complicadas para conseguir los derechos que se tienen hoy en día. Una cuestión fundamental es la paridad, pero antes de llegar a ella, se tuvieron que imponer cuotas para que la participación de las mujeres incrementara, éstas comenzaron en 70-30, que luego avanzó al 60-40, sin embargo, provocó el fenómeno de “Las Juanitas”, el desplazamiento de las mujeres que ganaban un cargo político por parte de su suplente hombre.

A raíz de dicho evento, el Tribunal Electoral estableció ciertas sentencias, como la 12624, la cual “prohíbe suplentes hombres a las mujeres, las candidaturas a mujeres no pueden ser en distritos perdedores, los recursos del partido deben tomar en cuenta capacitación a liderazgos femeninos. Y cualquier método de elección debe cumplir con la cuota”, describe ampliamente la profesora, con base en su experiencia como diputada.

El primer paso a la paridad se produjo en 2015, se vuelve constitucional. Luego, en 2018, se propone la paridad en todo, así como se establecen delitos electorales por incumplimiento, que van desde multas hasta cárcel.

Conceptos y símbolos que entender

El movimiento feminista ha generado una gran simpatía y ha ganado mucho terreno en los últimos años, por lo tanto, los conceptos que se utilizan se han amplificado en el vocabulario de las personas, los cuales pueden ser ambiguos si no se explican bien.

La profesora Elena Guerra menciona uno de ellos, la perspectiva de género, la cual es “la visión que tienen las mujeres, que no es igual a la de los hombres, sobre diversos problemas, por ejemplo educación y crianza de los hijos, patria potestad, políticas públicas para el desarrollo de los niños, contra la discriminación de discapacitados o la comunidad LGBTT+…, tiene que ver con considerar todos los  puntos de vista (ya sea en divorcios, legítima defensa, antecedentes) para explicar y entender las diferencias que tienen los géneros en las situaciones para lograr una mayor justicia”.

Igual de importantes son los conceptos de feminicidio y sororidad. El primero se tipifica en el sistema penal mexicano, según la página web del Gobierno de México, como “la muerte violenta de las mujeres por razones de género…, es la forma más extrema de violencia contra la mujer y una de las manifestaciones más graves de la discriminación hacia ellas”. A esto, la politóloga de la UNAM añade: “generalmente es cometido por personas cercanas a la víctima”.

Por su parte, la sororidad, según Guerra Díaz, “es un término acuñado por Amelia Valcárcel, feminista que ha escrito muchos libros, en donde ella señalaba que, cuando se empezó a hablar de igualdad jurídica con el hombre…desató una competencia entre las mujeres porque no había ‘lugar en la foto’ más que para una” de nuevo lanza una risa a la vez que habla. “Entonces provocan que (las mujeres) se descalifiquen, agredan, para tratar de ganar el único lugar.”

“Este fenómeno…va cambiando cuando se dan cuenta las mujeres que el problema no es que haya solo un espacio, sino que los hombres sean los que detenten todo el poder, que no haya espacio para todas, y que en este sentido se debe luchar juntas, no unas contra otras. En este sentido, se debe ser sororaria, en el sentido de esta hermandad que debe existir en las mujeres en lugar de la competencia”, añade.

Los colores son otro aspecto significativo que cobra mucha relevancia dentro del movimiento. Llegado el día, las calles se tiñen de colores que representan algo en específico. 

El más conocido es el morado, desde siempre ha sido el distintivo del movimiento, y hay opiniones diversas sobre lo que representa. La primera es la mezcla de los colores azul y rosa, colores estereotípicamente usados por hombres y mujeres respectivamente, que significa la igualdad por la que se lucha. La otra se retoma a las sufragistas inglesas de 1908, que, según distintos medios, entre ellos La Vanguardia, la activista inglesa Emmeline Pethick, “simboliza la sangre real que corre por las venas de cada luchadora y por el derecho al voto, simboliza su conciencia de la libertad y dignidad”.

Sin embargo, uno de los relatos más aceptados es que, cuando se produjo el incendio de la fábrica Cotton, en Nueva York, dedicada a la producción textil para hombres, usaban telas moradas. Por tanto, el humo que produjo el incendio era de dicho color, mismo que se podía ver a una distancia lejana. La profesora, así como otras personas, también lo interpretan como “el tema de las feministas muertas en la lucha por los derechos”.

El verde es otro color bastante utilizado entre las personas que acuden a la marcha, significa “el reclamo por una política pública de interrupción de embarazo seguro, que las mujeres no sean llevadas a cárceles, para que no mueran, que no sea una práctica condenada. Pero es un tema muy polémico y que divide a la sociedad”, comenta.

Otro aspecto muy importante que hace alusión al color, pero que va más allá en las marchas feministas es el “Bloque Negro”, o “grupos de afinidad”. Definido por una miembro del grupo en entrevista para El Sol de México como “un ‘estallido’ de las mujeres por salir a las calles por “la desesperación” de lo que está ocurriendo en el país…y surge cuando el movimiento feminista empieza a tomar ideas más anarquistas”.

Tales grupos se identifican por estar encapuchadas, con pasamontañas, cubiertas totalmente para no poder ser identificadas, o también para mostrar solidaridad entre ellas. Al vestir así llaman la atención tanto de policías como de medios de comunicación, atención que utilizan para atacar inmuebles que tienen importancia principalmente para el gobierno. Sin embargo, hay habido un rechazo, tanto por los mandatarios como por una parte de la sociedad, lo que demuestra la iconoclasia imperante, es decir, el culto hacia las imágenes.

Feminismo para avanzar como sociedad

El feminismo ha sido nombrado por distintos autores como el movimiento que lleve a la sociedad a dar un paso hacia adelante. Para María Elena Guerra es “indudable. El feminismo todavía tiene bastante para aportar al cambio social, para generar sociedades más participativas e igualitarias. En ese sentido, estamos viviendo un avance en estos momentos”. 

Pero se requiere apoyo, “por ejemplo, los trabajos de las mujeres no corresponden con los horarios de las escuelas”, y provoca la ‘doble jornada laboral’, que la mujer tenga que realizar actividades tanto en su empleo como en su hogar. “Se requiere de refugios para la seguridad de las mujeres.” Estos problemas se deben atacar desde la educación, la cual “es fundamental para lograr este cambio en la sociedad”. De lo contrario, “impide el potencial de crecimiento de un país”, finaliza la profesora. 



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