16 de julio de 2021

Quién no lee, pierde un universo inagotable y maravilloso: Coronel


Por Alejandra Pardo y Karol Meza
México (Aunam). Abrazar la escritura forma parte de una de las características más importantes de un humano. La elección, la decisión y las letras vienen siendo partes esenciales de la vida como una poesía. 

Mauricio Coronel Guzmán, quien estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM, siendo maestro de inglés en el Instituto Anglo-Mexicano de Cultura, nos compartió un poco de su trayectoria y datos útiles para conocer su manera de desarrollo en la escritura. 

Para Mauricio, al momento, han transcurrido distintas etapas como escritor, en ellas, diferentes libros que le han impactado, siendo "Así habló Zarathustra", de Friedrich Nietzsche, uno de los más importantes para él: “Fue muy importante porque con esa lectura me alejé de la religión”, expresó.

El trabajo de Mauricio no se limita a un solo género, sino que durante mucho tiempo le ha dado la experiencia de crear a través de su misma inspiración. Aún así como referencia a uno de sus géneros favoritos, Las aventuras del Padre Brown y Las historias detectives con un poco de humor son sus favoritas y le hubiese encantado escribir. 

Entre todas las curiosidades, encontrar un ritual de escritura no es nada fácil pero la rutina de Coronel basta con levantarse a las 4 de la mañana y trabajarlo hasta las 9, así de martes a sábado. Consiguiendo terminar sus deberes y anotar algunas ideas de textos. 

Para estilo e influencia, Mauricio escoge a un personaje polifacético que logró destacar como escritor, ensayista, profesor, editor y es originario de Argentina: Jorge Luis Borges, quien a través de sus cuentos y ensayos breves hacen que su literatura forme parte del pensamiento universal. 

“No soy muy de citas porque siempre se refieren fuera de contexto. Pero acabo de escuchar una de la pintora Leonora Carrington que me gustó: «En la vida uno debe hacer lo que le da la gana, porque la frase que comienza con 'hubiera querido' vale para una chingada»".

El amor por las letras, es donde reside parte de la esencia del escritor, quien en las palabras encuentra la capacidad de capturar en tinta y papel, un poco de la belleza de la vida. Para muchos escritores, el encontrar esa pasión entorno a literatura se presenta, como una epifanía entre su vida pasada y el futuro que le depara, inmerso entre los versos, frases y personajes que esperan por despertar de su eterno letargo, con tal tomar forma en medio de las manos del escritor. 

Para Mauricio Coronel, parte de esa pasión tan particular que identifica a un escritor, surgió de mano al interés de descubrir la basta diversidad que se concibe en la literatura. “Es una muy buena pregunta. No hay un momento en especial. Simplemente me di cuenta de que leo algo y, si refieren a otras cosas que me interesen, ya lo estoy buscando. Considero que es una pasión a partir de que leo todo el tiempo y a todas horas. Pero la lectura fina la hago procurando el silencio y sin interrupciones”, confesó.

Los libros, son una fuente inagotable de magia, puesto que entre sus páginas no solo custodian lo plasmado por la mano del escritor, también presencian la esencia de los lectores, quienes con ahínco dejan un poco de sí mismos entre los márgenes de un verso o capitulo. 

Dispuestos a maravillarse por su cobijo, el cálido refugio que un par de palabras esparcidas sobre una hoja de papel simboliza para aquellos gozosos de una mano amiga: “Esta pregunta es mejor. Pienso que si hay bueno en mí tiene que ver con los libros. Me parece que la gente que no lee se pierde de un universo inagotable y maravilloso. No se debe hablar de la lectura como una obligación, pero al leer, en mi caso, me divierto, aprendo cosas y lo mejor es que me ayuda a dirigir mi pensamiento. Los libros son de lo mejor de nuestra especie.  En los libros está todo y hay gustos tan diversos como estilos posibles. Si hablo con una persona que haya leído algunos de los libros que yo he leído es una maravilla. Y si me encuentro con una persona que haya leído libros distintos a los míos también es estupendo”.

La fuerza detrás de la importancia de la literatura dentro del acontecer social, consiste en la capacidad de narración dentro de la diversidad de sus historias e ideas. Puesto que la diversidad se presenta como un factor clave que abarca desde el más afable dialogo hasta el coloquio más complejo.

“Si hablamos del 'poder de las ideas' considero que debería ser la posibilidad de dialogar (no debatir) y exponer por qué pensamos como pensamos. No se trata de ‘ganarle’ al otro, sino que, entre ambos, a la manera socrática, podamos generar un conocimiento compartido. No igual pero sí sostenido con ideas y fuentes de información”.

Los libros nos permiten crecer, parar un momento para analizar las pequeñas cualidades que se esconden dentro ir y venir de la cotidianidad, cuestionarlas, comprender su esencia para finalmente llegar a compartirlas sin importar si estás son percibidas de forma diversa, ya que una de las mayores virtudes de la literatura es la posibilidad de aprender y expandir perspectivas, de mano a despertar la curiosidad, mediante una buena narración que embarque al lector en un traviesa donde las palabras pasen a formar su propio universo.

“En mis tres libros (Voy y vuelvo, a la orilla del sur y Huerto negro) procuré que las historias no sean importantes. Es decir, sí, a todos nos gustan las historias, pero en mi opinión la literatura es un equilibrio entre fondo y forma”. 

“Así sucede en las otras artes. En mi caso aspiro a narrar algo (que en apariencia no es importante) pero que sí es muy relevante en la forma. El tema es complejo y se requiere de más espacio, por sí mismo es todo un tema. Espero despertar la curiosidad sobre eso y abordarlo en otra oportunidad”, explicó el escritor Mauricio Coronel.

Quien vive de las palabras, reconoce a los libros como esos viejos amigos, llevados de la mano en compañía con el tiempo, capaces de sobrellevar el peso de los años esperando por un reencuentro. 

Puesto que en la vida de un escritor se narra no solo con su propia tinta, también por la de aquellos que a pesar de las contrariedades han logrado permanecer eternos, como lo es desde Cervantes y Borges hasta los Cien años de soledad de García Márquez, que de una u otra manera al dejado un poco de su legado en la pluma de Mauricio Coronel. 

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Tristeza, enojo y cansancio en los estudiantes: Elizabeth Garduño

  • Por falta de convivencia, pérdida importante del proceso de maduración personal  


Por Luis Alfredo Martínez Cortés 
CDMX (Aunam). Un mensaje a las cuatro de la mañana fue la confirmación de una entrevista que se extendió a una charla de más de dos horas, de crítica, experiencias y opiniones que la psicóloga Elizabeth Garduño ha acumulado en sus 27 años como profesora en la Escuela Nacional Preparatoria, numero cinco, “Jose Vasconcelos”. Relata que su llegada al escaño de la docencia, fue una serie de coincidencias que la llevaron a encontrar una de sus más grandes pasiones: enseñar. 

“El mundo ha cambiado, la forma de dar clases también”, fue la respuesta cuando nos cuestionamos el papel de la pandemia en la dinámica escolar y de todos los cambios estructurales que trajo en nuestra vida cotidiana, por ejemplo, la manera en la que las personas socializan, la forma en la que las y los trabajadores asisten a la oficina, la forma en la que los estudiantes podemos tomar clases, pero también, la forma en la que las y los profesores deben impartir las clases. 

Sin duda, las luchas son personales y cada persona representa una realidad distinta, sin embargo, es verdad que nadie estaba preparado para la pandemia. “Los alumnos y profesores hemos sacado adelante esta institución que algunas veces se ha visto ausente ante algunas necesidades; no estábamos preparados para la tecnologia”. Y es que uno de los mayores retos en esta nueva modalidad, ha sido la brecha digital que hemos tenido que superar a la mala. 

Según un estudio publicado por el Instituto Federal de Comunicaciones (IFT), estudiantes jóvenes entre los 15 a 29 años de edad viviendo en una zona urbana tiene altas posibilidades de tener todo lo necesario para el trabajo en casa. Sin embargo, ¿Qué hay con los profesores? Adultos en su mayoría, con una antigüedad que los consolida como docentes, pero no como expertos en el uso de plataformas como ZOOM, Classroom, Meet, etc. Con una brecha digital tangible; obligados a aprender a vivir con nuevas dinámicas de enseñanza. De acuerdo con el mismo estudio, siguiendo las características sociales y demográficas anteriores, un hombre o una mujer después de los 50 años, tiene apenas del 52% de probabilidad de sentirse familiarizado con las diferentes Tecnologías de la Información (TICS). 

Las dificultades que experimenta un docente detrás de una pantalla son muchas, por ejemplo, la brecha digital que antes se mencionó, o un fenómeno que ha ido en aumento. Para la psicóloga Elizabeth, se puede percibir en los estudiantes un sentimiento de tristeza, enojo y cansancio. En general lo puede describir como una apatía generalizada, en la que los estudiantes no se sienten identificados con que lo hacen, “ni tampoco tienen verdaderas motivaciones, más que cumplir un propósito escolar”.  

La psicopedagoga, Regina Porres, de la Universidad del ISTMO, postula algo similar:  "Muchos estudiantes manifiestan síntomas físicos, así como psicológicos y emocionales [...]. Esto hace que los estudiantes presenten cierto rechazo escolar o se encuentren desmotivados en cuanto a sus obligaciones académicas. El hecho de  no compartir presencialmente con sus maestros o compañeros, ha influido en que muchos sientan apatía o falta de motivación en los estudio, y en realizar las tareas que se les asignan. Esto también se suma a la falta de acompañamiento personalizado por parte de los maestros y al estrés generalizado por una posible infección". 

Desde el ojo de la Psicología, según la profesora Elizabeth, los estudiantes se están perdiendo de un proceso de maduración personal muy importante. Que se obtiene sólo a través de la convivencia, es decir, “al relacionarse con sus pares”. En este camino, el adolescente se empieza a concebir como un humano independiente y único. En esta etapa de su vida se empiezan a perfilar gustos propios, es la etapa de las relaciones amorosas por lo que es común que se defina y descubra su orientación sexual, también seleccionará una carrera, que en gran medida definirá su futuro a largo y a corto plazo. Además de ser un proceso lleno de cambios y ajustes hormonales, por lo que la confusión es algo presente. “Es un proceso que se está perdiendo y que muy difícilmente podrán recuperar, ya que con el tiempo el sujeto también adquiere más responsabilidades”.

La forma en la que Elizabeth ayuda a sus alumnos es a través de la buena implementación y manejo del plan de estudios y a través de algunos tips que como psicóloga clínica puede emitir; todo esto sin cruzar la línea entre profesora-estudiante. Algunas veces, en función del ánimo que puede leer en sus estudiantes, decide realizar cierto contenido en aras de ayudarlos de manera indirecta. Publicando materiales necesarios para la clase, herramientas y test de evaluación emocional, lecturas que motiven a la crítica personal que de alguna manera los guíen en este proceso de confusión. Por ello, justifica y reconoce el valor de la libertad de cátedra en la Universidad; en la que los profesores se sientan libres de formar parte de la elaboración final de los planes de estudio, con un  criterio personal para guiar los materiales del plan de cada materia. “Sin él, mucha de la teoría sería revisada de puntillas, sin una aplicación tangible en la vida cotidiana de sus estudiantes”.  

Como señalamos, la salud mental entre los estudiantes es necesaria y fundamental para su sano crecimiento como humanos. Sin embargo, es usual dejar a un lado el pilar más grande de cualquier aula: el profesor. ¿Cómo lidian ellos con sus problemas personales en tiempos de COVID? La profesora Elizabeth cuenta que puede percibir un sentimiento de inconformidad y lucha constante entre sus colegas, similar a la de los estudiantes en la que se siguen preparando y aprendiendo para “sobrevivir”.

Elizabeth Garduño asegura que los profesores tienen sentimientos encontrados al igual que los estudiantes. “Es difícil vivir en pandemia, con un miedo constante al contagio, y entre colegas, hemos coincidido en  lo difícil que ha sido adaptarnos a tanto, tan rápido”. La salud del docente es muy importante, pues en estos tiempo al igual que cualquier estudiante es propenso, a episodios de estrés,  ansiedad o depresión. 

La psicóloga reconoce que ha experimentado algunos síntomas de ansiedad y de tristeza, que se han manifestado de diferentes formas, sin embargo ha practicado autoevaluaciones y ha aprendido a superar gran parte de los padecimientos. “La clave está en aceptar que muchos estamos mal, tenemos sentimientos, somos humanos. Hay que aprender a habitarnos, reconocer el problema y evaluar si está en nosotros resolverlo, de lo contrario, vivirlo, pero sin dejar que nos sobrepase”. Sin embargo, no olvidemos que es psicóloga, con una maestría en Psicología clínica por lo que se ha formado para adquirir este tipo de habilidades. ¿Qué hay con los otros? “Espero que sepan valorar la importancia de tener estabilidad y se atiendan, de lo contrario puede pasar lo que hemos visto en las redes sociales: videos de maestros y maestras explotando de la nada contra sus estudiantes”.
    
El significado de la palabra educación para la profesora se compone de varios conceptos, pero lo puede definir como: un reto constante. Significa estar atenta al cambio para evolucionar al mismo ritmo. “Tenemos que estar al día, de lo contrario nos puede comer el tiempo”. Reconoce que es importante, como profesor, observar cualquier cambio y asumir las similitudes entre cada generación de estudiantes. Fijarse en ellos también es mirar a la sociedad; es ver “cómo evolucionan las personas”. La mayor distinción que puede hacer con los actuales estudiantes y los de generaciones pasadas es que los de ahora son más dependientes (en comparación con los de hace 10 años) antes eran más autosuficientes, “los estudiantes de ahora viven en una burbuja. Sin embargo, también han adquirido nuevas habilidades, como el manejo de redes sociales, y una participación más activa en los diferentes movimientos sociales, han ganado más voz”. 

El papel de la psicología en la educación, según nos explica la profesora, es el de dotar al estudiante de los conocimientos teóricos y prácticos para entender cómo funciona la sociedad. “En el curso no se puede profundizar tanto como nos gustaría, pero por lo menos sí puedes entender porqué la gente se para y se sienta cuando va a misa”. Además, el que a los y las estudiantes se les enseñe desde preparatoria teorías sociales básicas fungen como un catalizador para el gusto por lo social. “Muchos de mis estudiantes terminan estudiando algo relacionado con área tres después de ver lo apasionante que es dedicarse a estudiar a la sociedad”.

Respeto y empatía. Son los valores más importantes para Elizabeth a la hora de ser psicóloga y maestra, pues sostiene que son primordiales para hacer funcionar un salón de clases, y también para que funcionen las asesorías clínicas que da como un servicio privado. Pero nunca a sus estudiantes, pues “Sería rebasar el limite como profesora, dentro de la clase solo doy consejos y tips, y cuando es necesario los invito a que vayan con otro especialista, pero no conmigo”.

Después de un largo tiempo platicando, pregunté ¿Qué hubiera hecho de su vida si no hubiera sido profesora y psicóloga? Sin dudarlo dos veces y con un tono más amable de voz, respondió: Bailarina de Ballet. “Pues de niña era muy buena. Me costaba muchísimo trabajo expresarme con el lenguaje, así que logré hacerlo mediante el cuerpo, después me pude expresar mejor con pequeños grupos de personas, pero siempre fui buena conversando en pequeños grupos”. ¿Casualidad?. 

Cuando terminó la entrevista y dejé a un lado mi pluma con mis notas, nos despedimos, agradecí la oportunidad y el tiempo. - Hasta luego, profesora. Siempre será mi maestra pero también hoy me considero su amigo. -Estoy de acuerdo, Luis. Hasta luego. Ambos ganamos nuevos amigos hoy. 

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En la intimidad del deporte: Ciclismo de montaña


Por Karina Ocampo Castillo
México (Aunam). La Secretaria de Cultura y Turismo del Gobierno del Estado de México, a través de su página oficial, llevó a cabo la conferencia “Ciclismo de montaña”, una charla que contó con la participación de los ciclistas Juan José Escárcega, Diego Vargas Rodríguez y Emanuel Valencia, la cual moderó Mario Tello. 

El entrevistador, Mario Tello, comenzó por preguntarle al ciclista Emmanuel Valencia cómo define a los ciclistas de montaña y cuáles son las condiciones que tiene que tener un buen pedalista de montaña:

“Primero que nada, se necesita una mente fuerte en una diciplina que es tan exigente, se necesita también una concentración total a la hora de estar en la montaña por todos los obstáculos que conlleva”, introdujo el ciclista Emmanuel. 

Después, llegó el turno de Juan José Escárcega, donde compartió sus recuerdos de sus primeras veces rodando una bicicleta. 

“La primera vez que me subí en una bicicleta fue alrededor de los 13 años y de ahí comenzó mi gusto por las ruedas, primeramente, como medio de transporte, ni siquiera imaginaba que iba a ser ciclista. Fue hasta que cumplí 19 años que me comencé a meter un poco más al ciclismo ya como hobbie, no pensé que después marcaria mi vida”, relató el experto profesional de ciclismo de montaña, Juan José. 

En cuanto al crecimiento del ciclismo en México, el también seleccionado y campeón nacional, Juan José Escárcega, argumentó qué “la pandemia ha dejado cosas buenas en lo que es el ciclismo. Se han ganado bastantes espacios y se han organizado rodadas por grupos, con su respectiva distancia y tratando de ser lo más cuidadosos”. 

Y al referirse al crecimiento de ciclismo de montaña, no sólo va enfocado a la parte de alto rendimiento o de campeonato pues el ciclista Emmanuel señaló que “existe gente que no quiere competir ni ganar, sino simplemente disfrutar el entorno arriba de una bicicleta”. 

Al llegar al final de la charla, el seleccionado estatal, Diego Vargas Rodríguez, describió como es un día en la vida de un ciclista como él. “Mi día comienza a las 7:00 am con un desayuno que depende del entrenamiento que vaya a realizar. Después salgo a rodar en montaña; al regresar, hago estiramiento para relajarme; como y descanso; preparo las cosas que tengo que hacer al siguiente día y me voy a dormir temprano, para recuperarme”, relató Diego Vargas. 

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