22 de marzo de 2021

La vida detrás de una joven sexóloga

  • La sexóloga de 27 años relata lo que la llevó a elegir esa profesión 


Por Luis Ernesto Aguilar Rojas y Ximena Fernanda Montero Aquino
México (Aunam). El sexo es un tabú aún en este siglo y al platicar con una experta es posible darse cuenta que hay detras alguien que quiere romper esquemas y transmitir los conocimientos adquiridos a través de su profesión.

Decyre Montero es una joven de 27 años originaria de la Ciudad de México, quien actualmente ejerce múltiples profesiones como psicología, sexología, clínica para adictos, además de participar en televisión y radio,con la intención de obtener un mejor alcance.

La joven sexóloga cuenta que su vida laboral ha sido cuesta arriba en los programas y radios en los que participa. No percibe un sueldo y para llegar a la televisión tuvo que tener múltiples contactos para que tuviera el alcance que ahora obtuvo gracias a sus conocimientos sobre los temas sexuales.

 Al hablar de su infancia lo que más puntualiza y recuerda es a sus maestros, quienes fueron inspiración y motivo de elección para en un futuro ejercer la profesión de psicóloga y terapeuta.. Sin embargo, también refiere con desconcierto que la primera ocasión en la que necesitó ayuda psicológica, la persona que se la otorgó fue una persona poco profesional y hasta vulgar. 

A raíz de esto decidió  no descansar hasta poder lograr dedicarse a la educación sexual y psicología, así la gente que acudiera a ella se sentiría  ayudada y comprendida por su parte, además de brindar el sosiego debido, que en su momento a ella no le fue otorgado. Esto aunado a cómo sus maestras se expresaban de su trabajo, fueron el cúmulo de elementos para que pudiera definir cómo y qué sería ella a lo largo de su vida. 

Al preguntarle si sufrió Bullying, -se notó incomodidad-, respondió afirmativamente. Montero comentó que a lo largo de su secundaria, físicamente se desarrolló rápido,  por lo que sus compañeros y maestros se tomaron la libertad de expresarse de ella  al hacerle  burlas y opinar al respecto.

Esta situación fue la que determinó especializarse en la la rama de la sexología, y apoyar a mujeres que han pasado por esto. 

 El carácter fuerte, el vigor y la determinación son solo algunas palabras que se pueden utilizar para referirse a Decyre, pues ha pasado por soledad a lo largo de su vida. Durante toda su adolescencia careció de un padre y una madre porque el padre no se quiso hacer cargo de ella, al desconocerla por no creerla su hija, y mientras tanto la mamá tenía que trabajar para darle una vida digna.

  “Crecí sola pero mi tío me acogió y pude crecer con mi prima, a quien considero como una hermana y estoy inmensamente agradecida con ellos”, mencionó cariñosa respecto a las personas que acogieron su gran parte de vida.

 La sexóloga platicó que su vida no fue  sido fácil, “pues trabajar y empezar a independizarse con su pareja de nueve años sin ser un matrimonio estable ha tenido dificultades”, pero cada una de las experiencias que ha tenido a lo largo de su vida la hacen ser quien hoy es, y al expresarse de esta manera es notoria su seguridad, al utilizar  movimientos kinésicos para denotar que lo que habla es verdad. 

Al preguntarle qué hacía en sus tiempos libres la terapeuta comentó que es “la persona más aburrida del planeta”, mientras ríe al responder: “Me paso viendo películas y durmiendo, la mayor parte del tiempo preparando clases, dando terapia o comiendo”. La sexóloga comentó que aunque es aburrida, su vida no es tan simple.
 
Decyre relató que  no ha tenido una vida fácil, pues cada cosa que ha obtenido en la vida ha sido por fuerza propia y luchar día con día. A lo largo de la entrevista compartió las experiencias que la hicieron crecer y enfocarse en su profesión que también desarrolla en sus redes sociales: IG: @decyreemontero, Fb: Decyree Montero, y en el Instituto Morelense de Radio y Televisión y Trépale (radio FM, Cuernavaca).


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Corrección de estilo, un gran compromiso: editora de La Jornada Guerrero


Por: María del Sol Salgado Pineda
México (Aunam). María José Aguilera Robles, editora del periódico La jornada Guerrero, aseguró que lo mejor de su trabajo como correctora de estilo es poner su granito de arena para ayudar a las personas a conocer algún tema, a que llegue a sus manos o sus ojos información que los hagan ignorar un poco menos de algún suceso.

“En lo personal, prefiero corregir los textos que llaman en el medio las notas de color, me parecen muy interesantes y llenas de emociones las cuales se espera le lleguen al lector”.

¿Cómo surgió el sueño de dedicarse a esto? ¿Cómo llegó a ser correctora? 

Desde la preparatoria yo sabía que quería dedicarme al periodismo, era algo que me llamaba mucho la atención y que no a muchos jóvenes de mi edad les pasaba pero algo dentro de mí sabía que quería dedicarme a esto. 

Aguilera Robles estudió Comunicación y Relaciones Públicas, hizo sus prácticas profesionales en el periódico El Sur, donde le ofrecieron un puesto de auxiliar de edición y corrección. “Al principio no entendía muy bien y no sabía si eso me gustaba pero con el paso del tiempo le agarré cariño”. 

Después ingresó a trabajar en La Jornada Guerrero en el puesto de edición. “Para cuando llegué aquí ya traía un poco más de experiencia y conocimiento y me resultó muy cómodo trabajar aquí de correctora, claro que cada día se aprende un poco más. Lo que hago aquí en La Jornada Guerrero es principalmente la corrección de textos informativos día con día”.

¿Qué estudios hay que tener para ser correctora? ¿Qué piden las editoriales?

Te seré sincera, ignoro mucho esa parte como te comenté yo estudié Comunicación y Relaciones Públicas en la Universidad Americana de Acapulco y con ese estudio me he podido dedicar a laborar en el área de corrección en algunos medios. No sé si exista una licenciatura o u estudio específico para ser corrector. Y lo que los medios requieren en mi experiencia solo es que cuentes con una buena redacción y mucho conocimiento de cultura general. Habrá medios más exigentes que otros, pero esto que te cuento es mi experiencia y en lo que veo en mi entorno inmediato.

Desde su punto de vista como correctora profesional, ¿para qué sirven las normas y el estilo?

Bueno, en lo personal me resulta sumamente importante hablar y escribir conforme a las normas que tenemos en el lenguaje. Esto considero ayuda a evitar las malas interpretaciones, la mentira, el engaño pues. En mi trabajo siempre estoy pensando que debo estructurar y seguir las normas y el estilo porque mucha gente afuera va a leer eso y de ahí partirá alguna postura política o de ahí partirá la manera en la que esa persona difunda lo que leyó a otras personas, entonces es mucha responsabilidad que cae en mis hombros porque por una coma o un punto mal utilizado el sentido cambia totalmente. Y bueno, principalmente que las personas que trabajan en este medio como yo puedan expresarse y darse a entender, porque una coma mal puesta como te dije cambia todo el sentido de la oración y de lo que se quiere comunicar.

¿Quién ha influido en usted como correctora?

Realmente nadie. No hay una persona reconocida, porque aquí en Acapulco no hay un reconocimiento hacia el papel del corrector. Mucha gente no sabe ni de nuestra existencia. Generalmente los que se llevan los reflectores y halagos son los autores, periodistas o reporteros. Pero pues yo no tengo a alguien que me haya influido, este camino lo agarré sola.

¿Cuáles considera son las cualidades indispensables para ser un buen correctora?

Creo que son muchísimas, ahorita no me acuerdo de todas pero podría ser que como corrector hay que leer mucho y saber de las reglas ortográficas para que así las ponga en práctica en los textos que debo corregir. También saber interpretarlas para que al usarlas esté claro el buen uso de estas. También podría decir que ser paciente ayuda mucho y encontrar la pasión en tu labor porque, aunque tengas todas las cualidades del mundo, si no te gusta lo que haces no creo te sirva de mucho dedicarte a esto.

En su opinión, ¿Cuál es el límite de intervención del corrector en el texto?

Pues es mi experiencia el límite que tengo es realizar la verificación de las reglas de puntuación de todo el texto, la sintaxis del mismo y la gramática. Solo eso.

Cuéntenos, ¿Cuál considera el suceso más importante en su trayectoria como correctora?

Pues recuerdo mucho la cobertura que se le dio a la tormenta tropical Manuel y su paso de destrucción por Acapulco, fue un momento fuerte y había mucha información la cual los medios tenían que estar sacando lo más pronto posible. Todo estaba a flor de piel y aprendí mucho de este desastre natural tanto humanamente como profesionalmente.

¿Qué actitud cree usted debe tomar un corrector ante la naturaleza transformadora de la literatura y el lenguaje?

Considero que es muy importante adaptarnos a las nuevas formas de comunicación y lenguaje, seguir las modificaciones a la norma lo más posible y entender también que nada es estático y hay que evolucionar ante cualquier cambio.

Para terminar, la editora de La Jornada Guerrero enlista cuatro claves que pueda compartirnos para escribir mejor: “Creo que serían leer mucho de todo, tomar cursos, analizar lo que se escribe y debatir entre colegas”.



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