Tratamientos contra la covid-19 causan pérdida de la audición


Por Nancy Daniela Vilchis Aguirre
México (Aunam). De acuerdo con un informe publicado por la Food and Drug Administration (FDA), se ha demostrado que el empleo de fármacos del tipo hidroxicloroquina y cloroquina como tratamiento contra la COVID-19 trae consigo efectos adversos, tales como la hipoacusia neurosensorial o mejor conocida como pérdida de la audición en el oído interno.

La hipoacusia neurosensorial puede ser entendida como la pérdida de la audición por una lesión en el nervio vestibulococlear, el cual se encarga de transmitir la percepción de sonidos al Sistema Nervioso Central. Por otro lado, también puede ser originada a causa de una lesión en alguna estructura del oído medio interno. Este tipo de hipoacusia es distinta a las demás (mixta o de conducción), pues a diferencia del resto, la hipoacusia neurosensorial genera el daño dentro de una estructura, informó Romina Morgado, estudiante de la licenciatura “Médico cirujano” en la Universidad Nacional Autónoma de México, a través del cuestionario “Pérdida de la audición en el oído interno (Hipoacusia neurosensorial)”.

La pérdida de la audición en el oído interno es un padecimiento que si bien no es nuevo, en el contexto actual que se vive debido a la pandemia por la COVID-19, ha ocasionado que se convierta en un foco de atención, ya que algunos pacientes luego de haber presentado dicha enfermedad, mostraron afectaciones en su audición, pero ¿es realmente la hipoacusia neurosensorial una secuela generada por el Nuevo Coronavirus?

La enfermedad que llegó de china para quedarse

Según el profesor Francisco Díaz Castrillón y la editora médica Ana Toro Montoya en “SARS-CoV-2/COVID-19: el virus, la enfermedad y la pandemia”, se sabe que en diciembre del año 2019 en Asia Oriental, se tuvo registro de los primeros casos del Coronavirus 2019 (COVID-19), causado por el virus del síndrome respiratorio agudo severo tipo-2 (SARS-CoV-2). Se creía era una neumonía grave, pero al analizarse detalladamente se demostró que se trataba de otro tipo de enfermedad. La cual avanzaba rápidamente, afectando principalmente a adultos mayores y personas con enfermedades crónicas, como la hipertensión, diabetes, cáncer, entre otros.

No fue hasta 2020 que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró estado de emergencia de salud pública internacional, pues se habían notificado más de 25 millones de casos de COVID-19 a nivel mundial. ¿Pero de qué manera entra la COVID-19 al ser humano? El virus entra al cuerpo humano a través del contacto directo con una persona que ha sido infectada, la cual por medio de saliva propagada al hablar, estornudar y toser, entra al nuevo individuo, tocando partes del cuerpo como ojos, boca y nariz.

De acuerdo con los datos recabados en el Reporte diario de COVID-19 en el país, realizado el 13 de junio del 2021 y de acuerdo con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en México se estima la existencia de 2 millones 454 mil 176 casos confirmados de COVID-19.


Cuidar las apariencias de un país ¿enfermo?

Se cree que una de las razones por las que un virus como la COVID-19 ha causado tantos estragos en territorio nacional, convirtiendo a México en uno de los países más afectados a nivel mundial por la pandemia del Coronavirus 2019, se debe a las enfermedades del mexicano. 

El virus suele atacar con mayor fuerza a las personas con enfermedades crónicas como la obesidad, hipertensión, diabetes y cáncer, enfermedades que los mexicanos son propensos a padecer, pues no es un misterio que México ocupa unos de los primeros lugares en obesidad adulta e infantil a nivel mundial y que uno de cada tres mexicanos mayores de edad padecen hipertensión arterial, según informes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Uno de los temas que más ha causado indignación en la población mexicana es la impresión que se tiene de un mal manejo del sistema de gobierno en temas relacionados a la pandemia. Dicha impresión fue aumentando más y más con el pasar de los días, ya que los medios de comunicación se han encargado de publicar, casi como un hábito, casos de hospitales abarrotados de pacientes, empleados del sector salud con jornadas laborales extenuantes, etc. Todo como causa de una mala organización y una cifra de contagios muy por encima de lo que se había previsto, aún incluso en el peor de los escenarios. ¿Pero es que el actual gobierno tiene toda la culpa?

No se puede hablar de culpables e inocentes en un caso tan delicado como una pandemia, en la que día con día un mexicano pierde a un familiar o ser querido. Pero según declaró el Institute for Global Health Sciences (UCSF) la administración llevó a cabo:

“Una campaña gubernamental que priorizó mantener las apariencias y la política partidista antes que la salud. Generando dificultades para encontrar una cama en hospitales sobrepasados en momentos críticos de la epidemia, incluso cuando las estadísticas oficiales seguían mostrando disponibilidad. La necesidad de recurrir a médicos de todos los campos, personal inexperto y médicos residentes para responder a la emergencia, muchas veces sin proporcionarles la capacitación necesaria ni el equipo de protección personal, no han hecho más que generar incertidumbre”.

Queda claro que las acciones que ha tomado el gobierno no han sido las más adecuadas. Sin embargo, el hecho de que en un primer momento la población mostrara gran resistencia a la aplicación de medidas sanitarias, como el uso del cubrebocas, el lavado de manos o el cumplir con el distanciamiento social, aunado a las condiciones de salud con las que cuenta la población, no han hecho más que complicar la situación. 

Secuelas generadas por la COVID-19

Entre las muchas consecuencias y afectaciones derivadas del Coronavirus, unas de las más importantes son: 
  • Problemas respiratorios leves a graves; esto depende de si el infectado cuenta con alguna enfermedad crónica o si se trata de un adulto mayor
  • Síntomas gastrointestinales
  • Síntomas neurológicos, ya que se puede afectar al sistema nervioso, presentando: mialgias (dolor muscular), mareo, fatiga
  • Trastornos en los sentidos del olfato (anosmia), el gusto (ageusia) y se especula que el oído (hipoacusia neurosensorial)
No obstante, hasta el momento no existe información científica que avale a la hipoacusia neurosensorial como una secuela generada de la enfermedad por COVID-19. Siendo así que para la OMS y el Centro de Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) la pérdida de la audición en el oído interno no forma parte de la lista de síntomas y secuelas del COVID-19.


El nuevo coronavirus, ¿verdadero enemigo para tu oído?

En búsqueda de reafirmar la información previamente expuesta, se solicitó la  ayuda de estudiantes que se encontraran cursando los últimos semestres  de las carreras “Médico cirujano” y “Neurociencias”, pertenecientes a la Facultad de Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México, así como a personas que se han enfrentado a la enfermedad por la COVID-19 para conocer en promedio qué tan frecuente es que se presenta la pérdida de la audición en el oído interno, luego de haber padecido el Nuevo Coronavirus; así como difundir su experiencia en caso de haberla presentado. 

¿Es la hipoacusia neurosensorial una secuela generada por la COVID 19?, se le preguntó a Morgado, estudiante de medicina.

-A partir de mi formación como médico cirujano y de acuerdo con la información que ha dado a conocer el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), no lo es.

¿Por qué razón no lo es?

-Se debe principalmente a que de entre las causas posibles de este tipo de pérdida de audición, no se encuentra alguno de los síntomas generados por la COVID-19.

-Entonces ¿Cuál es la relación que existe entre los tratamientos contra la COVID-19 (hidroxicloroquina y cloroquina), con la hipoacusia neurosensorial?

-El uso de medicamentos tóxicos para la audición sí es una de las causas de la hipoacusia neurosensorial, además la Food and Drug Administration de Estados Unidos, ha reconocido que el empleo de estos fármacos puede traer efectos adversos para la salud, siendo la pérdida de la audición en el oído interno uno de ellos.

De acuerdo con la American Speech-Language-Hearing Association (ASHA), algunas causas posibles que originan la hipoacusia neurosensorial son:
  • Medicamentos tóxicos para la audición
  • Pérdida de audición en la familia (genética o hereditaria)
  • La edad 
  • Lesiones en la cabeza
  • Malformación del oído interno
  • Exposición a ruidos fuertes
Por otro lado, la estudiante Aylin Reyes se encargó de explicar qué son estos fármacos que pueden llegar a provocar la hipoacusia neurosensorial:

“De acuerdo con la FDA, la hidroxicloroquina y cloroquina son aprobados como anti-parasitarios, específicamente para tratar la malaria. Sin embargo, al encontrarse que ambos medicamentos también pueden ser empleados como potenciales agentes antivirales de amplio espectro, comenzaron a ser utilizados como tratamiento contra la COVID-19, pero luego de que se registraran efectos adversos graves relacionados con el corazón e incluso la muerte en pacientes con COVID-19 que habían recibido hidroxicloroquina y cloroquina, ya sea solas o en combinación con otros medicamentos, se ha recomendado un especial cuidado y de ser posible, evitar estos fármacos para tratar la COVID-19”. 

Debe tenerse en consideración que el empleo de hidroxicloroquina y cloroquina en el caso de la malaria es menor, en comparación a la dosis sugerida para el tratamiento de la COVID-19, por lo cual los riesgos existentes de estos medicamentos son considerablemente más elevados cuando se emplean como opción para combatir al Nuevo Coronavirus, reafirmó Emily Lorel Retana, profesora ayudante de la materia Neuroanatomía funcional, en la licenciatura de Neurociencias. 


Riesgos para las futuras generaciones

“Se han reportado casos de mujeres embarazadas que son tratadas con cloroquina como tratamiento contra la COVID-19, que al momento de dar a luz, los recién nacidos presentan un desarrollo anormal del oído interno”, destacó  Lorel Retana. 

Por lo anterior, se recomienda no utilizar cloroquina en mujeres embarazadas, ya que este medicamento puede resultar muy agresivo tanto para la madre como para el bebé, pues puede llegar a producir taquicardia y afectaciones en el oído interno. 

Si bien estos efectos como el desarrollo anormal del oído interno pueden no llegar a ser presentados en la madre, ya que los casos registrados de pérdida de la audición a causa de estos medicamentos son relativamente pocos, la salud del bebé corre mayor riesgo, al encontrarse más indefenso. 

Hipoacusia en 1 de cada 10 pacientes

De acuerdo con un artículo publicado por la revista ARETÉ de Fonoaudiología, luego de realizar un estudio en Europa acerca de qué tan frecuente era la hipoacusia neurosensorial en pacientes de COVID-19, que habían recibido tratamiento con hidroxicloroquina  y/o  cloroquina, se llegó a la conclusión de que tan solo 1 de cada 10 adultos con antecedente de COVID-19 reporta cambios en el  funcionamiento  del  sistema  auditivo.

Por otro lado, como resultado de un sondeo a 10 estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, que cursan su cuarto semestre de licenciatura en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, las respuestas no fueron del todo diferentes a las publicadas por la revista ARETÉ, pues incluso cuando el sector poblacional no comparte ninguna de las características con el caso del estudio europeo, se mostró que tan solo 1 de los 10 alumnos encuestados había presentado problemas de audición en el oído interno. Por otro lado, tan solo 1 de los 10 estudiantes dijo saber de un familiar o conocido que presentara dificultades en la audición. 

Testimonio de un afectado

“Un día desperté y creí que me había quedado sorda para siempre”, comparte Ximena.

La estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo que hace aproximadamente dos meses y medio tuvo que enfrentarse a uno de los momentos más difíciles de su vida, “la enfermedad por COVID-19”. Menciona que fue muy complicado para ella, ya que no solo los malestares que experimentó como consecuencia de la enfermedad fueron sumamente desagradables, sino que ver a sus familiares pasar por la misma situación le generó gran ansiedad, sumado al hecho de que se sentía muy avergonzada, pues desde su punto de vista, temía ser juzgada de no haber seguido las medidas de precaución necesarias.

Durante su tratamiento contra el Nuevo Coronavirus, Ximena recibió la indicación de que debía consumir “Plaquenil”, nombre que recibe la hidroxicloroquina para su venta. La estudiante asegura que con el pasar de los días sus síntomas fueron mejorando y no notó nada extraño. Sin embargo, eventualmente comenzó a tener algunas molestias en el oído izquierdo, a las cuales reconoce no haber prestado demasiada atención, pues era algo muy mínimo y creía pasajero. 

Lamentablemente un día despertó y no podía escuchar nada, en un primer momento pensó que se trataba de aire o agua que había obstruido su oído. Al acudir con un médico general, este aseguró que era normal luego de haber pasado por la enfermedad del COVID-19 y que con el pasar de los días se revertiría. 

A pesar de su incomodidad, Ximena continuó con su vida lo más normal posible, hasta que un día en medio de la desesperación, al ver que su audición no mejoraba, decidió agendar con un especialista particular. El día de la cita y después de una exhaustiva revisión, el especialista le comentó que muy probablemente su pérdida de la audición se debía al uso del medicamento que había empleado para tratar el COVID-19. Afortunadamente, su hipoacusia no es del todo fatal y puede ser atendida por medio de tratamiento.


En búsqueda del tratamiento

La hipoacusia neurosensorial es un padecimiento que no discrimina entre niños y adultos mayores, es decir, puede estar presente en cualquier etapa de la vida, informó el doctor Marcelo Rain en Hipoacusia Neurosensorial. No obstante, resulta de vital importancia recibir atención médica ante indicios de la pérdida de la audición, pues de no tratarse adecuadamente, especialmente en los niños, afecta  la adquisición del lenguaje, aprendizaje y de manera más general, se ve afectada la calidad de vida del individuo que la presenta.

En la mayoría de los casos, no es posible reparar mediante intervención médica ni quirúrgica la pérdida auditiva neurosensorial, convirtiéndose así en el tipo más común de pérdida permanente de audición. Pero de resultar posible, el tratamiento de primera línea es la utilización de audífonos y dispositivos de asistencia, tales como implantes cocleares y aparatos auditivos.  

De acuerdo con la encuesta realizada por este medio, la única persona que respondió de manera afirmativa acerca de haber presentado la pérdida de la audición en el oído interno, luego de haber atravesado la enfermedad por COVID-19, mencionó que actualmente se encuentra a la espera de recibir su tratamiento para la hipoacusia neurosensorial. 

Tome sus precauciones

De lo anterior se puede deducir que, la hipoacusia neurosensorial o mejor conocida como pérdida de la audición en el oído interno, si bien puede llegar a ser presentada en pacientes que han tenido el COVID-19, como tal, este padecimiento no es una secuela propia de la enfermedad. Pues, aunque la hipoacusia neurosensorial es poco común en pacientes del Nuevo Coronavirus, esta molestia es más bien un efecto adverso del empleo de tratamientos para el COVID-19, que resultan contraproducentes para la salud de los seres humanos, tales como la hidroxicloroquina y cloroquina.  

Es de vital importancia que la población se mantenga informada de un tema tan delicado como lo es el COVID-19, ya que si bien el uso de hidroxicloroquina y cloroquina, no se encuentran del todo aceptados por organizaciones como la FDA, su fácil acceso y bajo costo han ocasionado el consumo de fármacos que en lugar de generar un bien para la salud resultan peligrosos, afectando otras zonas del organismo e incluso en casos extremos, ocasionando la muerte. 

Por otro lado, el que la sociedad conozca los pasos a seguir y la necesidad de recibir atención médica en caso de padecer problemas en la audición luego de haber presentado un caso por COVID-19, es vital, ya que no puede tomarse como algo que con el paso del tiempo desaparecerá. 

No tratar la hipoacusia en una etapa temprana puede ocasionar que la posibilidad de revertir este padecimiento con el uso de audífonos y dispositivos de asistencia, como implantes cocleares y aparatos auditivos, desaparezca, agravándose a tal punto de convertirse en pérdida permanente de audición, declaró la American Speech Language Hearing Association.

La hipoacusia neurosensorial es un tema que no debe ser tomado a la ligera, pues su mala atención puede llegar a afectar la vida social del individuo que la padece.




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2 comentarios:

  1. La verdad esta muy completo y muy interesante. Muchas gracias por compartir la información. Y felicidades a Daniela Vilchis. Saludos.

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    1. Muy buen reportaje, actual y preciso para estos tiempos. Felicidades a Daniela Vilchis.

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