“No se debe pensar en vivir de la literatura, sino en vivir para ella”: Aleyda Rojo


Por Rukmini Sarmiento, Jessica Lizárraga y Mariela Berenice Ramírez Ibarra
México (Aunam). Aleyda Rojo es una de las escritoras más fuertes de Sinaloa, con una sólida y larga trayectoria, es originaria de Estación Naranjo, Sinaloa, donde nació en 1969. Reside en Mazatlán, donde inició su carrera periodística y literaria. Es autora de las novelas: Más frescas las tardes, Defensa de lo prohibido, Tú, el chino y mi marido, y Brujas del tiempo.

Durante la entrevista exclusiva con Aunam, explicó que ser escritor no es nada fácil; es planificar, recapacitar, practicar, estudiar, corregir. Ser escritor es darse a conocer, para fomentar tu pasión, tienes que apasionarte en lo que estás leyendo para darte a conocer; es hablar de ti, de tus gustos, que te molesta, que te alegra y que te pone mal. Pero claro saber qué tipo de escritor quieres ser.

“Para ser escritor tienes que gozar de mucha paciencia y ser un buen lector y obviamente lo más importante saber escribir; tener visión que una editorial vaya a hacerte tú libro tan deseado, y este vaya a vender millones de copias. Muchos escritores empiezan con su vida para darse a conocer y saber un poco más de su escritor favorito. La mayoría de los escritores se hacen famosos cuando sus libros logran transmitir o te logran llevar a la fantasía de lo que estás leyendo y es lo que más amamos del escritor”, expresó la también ganadora del Premio Nacional de Novela Corta Valladolid a las letras, el Premio Inés Arredondo, y el Premio Estatal de Cuento COBAES. 

Asimismo, la escritora Aleyda Rojo fue ganadora del Premio Valladolid a las Letras por la novela Defensa de lo prohibido, además del Premio Estatal Cuento COBAES por Tú, el chino y mi marido, y ha sido en dos ocasiones becaria del FOECA. Ha sido reconocida por su trabajo como promotora de la lectura y se ha adentrado en el campo de la literatura infantil.

¿Cuál libro de los que ha escrito, es el que más le ha gustado?

Es difícil definir cuál de todos mis libros me gusta más, ya que cada uno fue una  experiencia literaria diferente, donde descubrí  tesoros del lenguaje, novedosos para mí y donde mi conciencia creativa se expandió en cada jornada de trabajo.

Mi primera novela, Más frescas las tardes, publicada en el 2005, significó mucho porque quité de mi discurso los vicios periodísticos; Caballero Dinosaurio, fue un reto porque logré instalarme en un tono infantil no alcanzado antes.

¿Qué la motivó para ser escritora?

Yo quería dejar huella, ser una persona diferente, y a muy temprana edad me di cuenta que tenía una habilidad para transmitir emociones a través de las palabras. A los siete años declamé unos versos en un festival escolar y ese fue mi punto de partida.

¿Se puede vivir de ser escritora? 

No se debe pensar en vivir de la literatura, sino en vivir para ella. Para conseguir el pan diario se puede uno apoyar en cualquier oficio. Muchos escritores y escritoras han desarrollado oficios muy humildes que les permitieron, sin embargo, crear obras gigantes. 

Los libros en mi caso, me ofrecieron la inteligencia para visualizar una vida basada en la riqueza del conocimiento, en la abundancia de emociones, en la energía de respuestas atrevidas para cada problema. Defensa de lo prohibido y Ataque a la piedad, dos novelas que realizan las acciones básicas de una guerra, me dieron la fortaleza de saber que nada me faltaría, mientras tuviera libros cerca de mí.

¿Tiene algún autor o autora en el que se haya inspirado? Y ¿Cuál es su obra favorita de este? 

Yo quiero, tengo la ambición de ser clásica, por eso me apoyo y me inspiro en autores que vivieron antes del siglo III de nuestra era. En el siglo tercero toda la libertad se derrumbó y desde entonces el ser humano no levanta el vuelo, por eso estoy con los gigantes en ficción y en historia. Homero, los trágicos, Aristófanes; todos me apoyan.

¿A qué edad, le empezó a gustar escribir, que dijo yo quiero escribir?

Escribí y viví la literatura a muy temprana edad, pero me enfoqué a ella con mayor ardor desde el 2000. La mayoría de mis libros los he publicado en el Instituto Sinaloense de Cultura, a través del COBAES y por cuenta propia. En el 2007 COBAES publicó Tú, el chino y mi marido, un cuento sobre la infidelidad que me regaló un premio estatal; en el 2014 mi cuento Viuda del Tigre me trajo otra gota de miel con el Premio Doctor Enrique Peña de Mocorito. No me han faltado pues los incentivos, pero el mayor de todos me lo ofrecen los lectores.

¿En pandemia, no atrasó ninguno de sus planes como escritora? 

En pandemia tuve la necesidad de gastarme mis ahorros y no pude publicar un libro de cuentos que tengo preparado.

¿Cómo se ve aquí en cinco años profesionalmente? 

Siempre me visualizo como una persona intensa, enamorada de la vida, rodeada de libros, sana, llena de energía, con viajes y publicaciones.

¿Cuál es su obra más popular y porque cree que tuvo tanto alcance y apoyo?

Cinco novelas y cuentos publicados en antologías y revistas, me han hecho Aleyda Rojo, pero la mejor parte de ser yo misma, me la entregaron los días frente a los borradores, corrige y corrige cada línea. La talacha es más emocionante que el show.

¿Cree que se hacen buenas adaptaciones de libros en películas? ¿Cómo se logra ser una buena escritora? ¿Tomó clases de literatura? ¿Qué consejo podría darle a los jóvenes que se quieren dedicar a la escritura y literatura? 

Por eso mi respuesta a las últimas preguntas las fundo en una respuesta: no hay literatura sin esfuerzo. Si alguien sólo ama la idea de la fama que mejor abra un canal en Youtube. Ser escritora es algo más que eso.


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