Aikido: arte marcial, deporte, tradición y juego


Por Karina Ocampo Castillo | 
México (Aunam). En el marco de las actividades del Seminario permanente de Antropología del deporte y el juego, el licenciado en antropología social por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Josué López Velázquez, presentó la ponencia Aikido: aproximaciones desde la antropología de la experiencia. 

 El antropólogo señaló que la ponencia tenía como finalidad, en primera instancia, entender el concepto de las cinco tradiciones formativas del Japón, para después analizar la práctica del Budō denominado como Aikido, el cual busca generar experiencias y reflexibilidad en los y las practicantes, y con ello, repensar la finalidad de la práctica de manera constante, así como su importancia dentro de las vidas de dichos sujetos. 

Explicó que el Budō cuenta con las cinco tradiciones formativas del Japón: el Taotismo, Confusionismo, Folcor, Budismo y Shinto. Considerado, de esta manera, una actividad marcial, al contar con las características de la sujeción del sujeto que responde a una finalidad futura, muchas veces incierta; el dilema de la vida y la muerte dentro del sujeto practicante, y el disiplinamiento interior del sujeto mismo. 

“Cuando pasamos al término de la vivencia y experiencia en el Aikido podemos ver que es a partir del disciplinamiento que se potencializan las técnicas corporales de dicha actividad. El disciplinamiento es lo que va a mover al sujeto a sus puntos límites de su cuerpo y dentro de su mente, a través de las técnicas corporales, un cuerpo dócil el cual va a ser manejado, orientado y encausado dentro de las tradiciones formativas a algo más allá: trascender”, explicó el antropólogo.
 
El Aikido, entonces, detalló Josué López, prioriza y siente la práctica, esas técnicas corporales que conllevan a una necesidad de expresión, y es a partir de esas experiencias que se traspasa las capacidades de entendimiento del sujeto dentro de la práctica y es a partir de la palabra que se comparte la misma experiencia vivida, convirtiéndose en una dinámica cíclica. 

Por lo tanto, el antropólogo concluye que el deporte y la práctica marcial están diferenciadas, ante todo, a partir del desarrollo de los modos de ejecutar la actividad, donde la diferencia puntual es la búsqueda de la trascendencia del sujeto en el caso del Budo. Esta búsqueda de la trascendencia se encuentra dentro de la práctica tradicional del Aikido. 

Dicha experiencia es visible dada la necesidad de generar narrativas sobre estos momentos, los cuales, al ser comunicados de maestros a estudiantes, a través de la enseñanza oral, proveen conceptos que concentran estas experiencias y técnicas corporales, dada la relación maestro-estudiante que lo permite. 



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