Pandemia y consecuencias en la salud mental del personal médico

  • Los problemas físicos y psicológicos que el personal sanitario ha enfrentado tras sus jornadas laborales con pacientes contagiados de COVID-19
  • Los trastornos mentales que llegan a sufrir las personas que están trabajando en el sector salud y las características para detectarlos

Por Saira Carrasco e Itzel Garduño

CDMX (Aunam). La doctora Lucía Ledesma Torres, licenciada en psicología con especialidad en el área clínica, habló de las dificultades mentales que el personal médico ha enfrentado durante la pandemia por COVID-19, a través de un webinar organizado por la Coordinación de Comunicación Social de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

Desde que en los hospitales existen zonas específicas para tratar pacientes contagiados por coronavirus, la fatiga física y emocional del sector médico (doctores, enfermeras, camilleros, etc.)  ha aumentado. La denominada depresión COVID-19, tiene diversas etapas que se añaden a un cuadro depresivo convencional y que afecta al personal médico de forma personal y laboral.

 

La angustia, la irritabilidad, enojo y ansiedad originada en este sector , es causada principalmente por: las medidas sanitarias implementadas en la vida cotidiana, las políticas gubernamentales establecidas por los países, entre otras, lo cual genera desconcierto e incertidumbre de lo que pasará con la población mundial en cuanto a temas de salud.

 

Trabajar en áreas Covid supone largas y extenuantes jornadas de trabajo, desequilibrio en el esfuerzo y la recompensa, violencia laboral, bajo apoyo social, además de la falta de equipos y materiales. Todos estos factores detonan en consecuencias que pueden ser perjudiciales específicamente en el personal médico.

 

Existe una constante preocupación por contagiarse de manera fácil y transmitir la enfermedad a familiares, el miedo o morir solo debido al aislamiento para tratar la enfermedad, así como la angustia económica por posibles despidos o falta de trabajo dentro de los hospitales.

 

A lo largo de estos diez meses, el personal ha pasado por reacciones adaptativas y desadaptativas. Una parte de este sector se ha acoplado para trabajar con pacientes contagiados. Aunque es cierto que posiblemente hayan pasado por lapsos de angustia y ansiedad, con el paso del tiempo lo han manejado de una mejor manera.

 

Contrario a este grupo existen otros que su estado emocional solo empeora con el paso de los meses, esto se ve reflejado a nivel cognitivo, de conducta, interpersonal o afectivo. Comienza a haber aislamiento social del resto de compañeros, desequilibrio emocional, aumento en los problemas personales y familiares, así como problemas alimenticios, desesperación, desgaste físico y emocional, trastornos de sueño e inclusive pensamientos de muerte.

 

Derivadas de estas conductas, surgen trastornos específicos en el personal de salud, por ejemplo, el síndrome de Burnout y la fatiga por compasión, la cual según la Dra. Torres surge por “no poder ayudar como queremos a los pacientes”. El primer síndrome afecta directamente en el desempeño de las actividades laborales, debido al desgaste emocional y físico, lo cual también llega a provocar indiferencia de parte del personal hacia sus pacientes.

 

Por otra parte, la fatiga por compasión, es un tipo de estrés surgido por la empatía hacia los pacientes tras la sensación de no poder realizar su trabajo de manera óptima. Específicamente en el campo laboral de la salud, puede costar vidas y en muchos casos provoca depresión por la constante convivencia con estas circunstancias que están fuera de control.

 

Tras el surgimiento de los problemas mencionados anteriormente, se han propuesto estrategias de apoyo para la salud mental del personal médico, entre las cuales se encuentran: la evaluación de los síntomas, su canalización y atención por parte de personal especializado como psicólogos. Además se sugiere llevar a cabo rutinas de autocuidado como la observación de los horarios de sueño y alimentación.

 

Es cierto que la vida de todas las personas se vio afectada con la llegada de este nuevo virus, pero el estrés y presión a la que el personal médico se ha sometido en los últimos meses ha sido mayor  por el aumento constante de la crisis sanitaria. Según afirma la doctora, la carga excesiva de trabajo ha repercutido en la mayoría de los aspectos de su vida y a su vez en la población en general, por lo que reiteró estar atentos al cuidado de la salud mental, tanto individual como de los demás.

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