La educación, frente a un reto desconcertante: Sara Alcalay


  • Profesora de la FCPyS: “los imprevistos ponen a prueba a la sociedad, pero jamás debe detenerla” 
  • En su opinión “cuando las clases virtuales fueron un hecho, movieron toda mi realidad”
Por Diana Michelle Olvera Ascencion y Ximena Sánchez Hernández 
CDMX (Aunam).. A la profesora de Estadística I, III, y taller de especialización metodológica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, Sara Alcalay, le tomó con sincera sorpresa el cambio repentino hacia un contexto virtual, lo cual, trajo nuevos obstáculos, al enfrentarse a un nuevo mundo por descubrir y sobre todo del que aprender en el contexto de la pandemia mundial. 

Al compartir cómo llegó a la docencia, la profesora Alcalay explicó que en el camino se dio cuenta de las herramientas teórico-metodológicas de las que carecían los alumnos y  junto con otras compañeras propusieron recursos escolares, que poco a poco la acercaron a las aulas y aunque no tenía experiencia el interés y ganas de prepararse la llevaron a la enseñanza. En sus propias palabras: “es algo que no decidí desde que entré a la licenciatura ni la maestría, pero es algo de lo que no quiero salir”

En dos años y seis meses, la docencia la ha obligado a no estancarse, a retarse a sí misma y a sus conocimientos, y al contrario de lo que se pensaría, ella lo disfruta al máximo. El compartir y aprender de sus alumnos, quienes le abren un panorama en el análisis, le ha permitido aprender de otras perspectivas, lo cual es su mayor gratificación como profesora. Sin embargo, la pandemia llegó y con ello la necesidad de reinventarse nuevamente. 

“Cuando nos informaron de las clases virtuales no podía parar de pensar ¿Que voy a hacer?”, refirió la profesora Sara, quien inmediatamente recordó las desigualdades económicas en las que están inmersos varios de los estudiantes de la facultad, por lo que no cuentan con las herramientas necesarias para estudiar en un sistema presencial, poniéndolos en un peor contexto con las clases virtuales. 

Ella recordó que: “lo primero que pensé fue, cómo voy a adecuar para ellos esta modalidad y después me di cuenta de que ni yo tenía las condiciones ni los materiales para adaptar la materia”. Y reflexionó que no solo los alumnos  carecían de los recursos y habilidades para enfrentar la pandemia, sino que también la comunidad docente se encontraba en  desventaja. 

Las primeras clases que impartió a distancia las cataloga como llenas de dificultades, ya que tuvo que adquirir una nueva computadora porque con la que contaba no podía desarrollar el curso correctamente, ni brindar una clase de calidad. Por otro lado, la falta de asistentes a sus sesiones representaba una limitante con la que ella no sabía cómo lidiar. 

La palabra con la que la profesora definió esta situación es: reto. Un nuevo contexto de constante aprendizaje, y que además sirve como espejo para mostrar las grandes desigualdades en las que se desenvuelve la sociedad; al tener que adaptar todos los materiales a los que la mayoría puede acceder, para que de esta forma los alumnos avancen y no se vean rezagados por las limitantes económicas y sociales que carecen. 

La docente expresó que “no se aprende sólo leyendo. Se requieren materiales específicos”. Consideró que si bien, el contexto virtual contribuye a que los alumnos sean autodidactas, a los profesores no se les da la oportunidad de crear lazos de confianza con sus alumnos disminuyendo el apoyo que se les puede brindar, limitándose a enfrentarse a archivos, aplicaciones y lecturas digitales. 

Alcalay reconoció el gran esfuerzo que realizan los alumnos, que a pesar de vivir un momento tan desconcertante trabajan para superarse, inclusive realizan distintos trabajos a mano, lo que le resulta gratificante para su esfuerzo, porque como docente, también tuvo que informarse, tomar cursos para el manejo de plataformas digitales. “Fue un proceso de aprendizaje, de comenzar a ver otras alternativas”, refirió.

Para la profesora Alcalay es muy importante la empatía de profesores a alumnos y viceversa, porque la pandemia suma una carga emocional que puede influir en las personas de diversas formas, por esto mismo invitó a los involucrados a valorar el esfuerzo que se hace para aprovechar al máximo lo que se aprende,  porque la universidad solo se vive una vez y por lo mismo hay que valorarla. 

Por último, resaltó la importancia de nunca bajar la guardia, y siempre estar preparados para el futuro con planes de estudios actualizados y capacitación, ya que nunca se sabe que puede pasar porque los imprevistos están presentes en toda la vida, pero es responsabilidad de todos buscar las formas de solucionarlos. Insiste, sobre todo, en no olvidar a aquellos que no cuentan con las condiciones favorables que pueden gozar otros. 


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