21 de diciembre de 2020

Violencia digital en México: reflejo de una problemática estructural

Fotografía tomada de La Pancarta de Quintana Roo.

Por Mónica Vázquez Delgado | 
México (Aunam). Olimpia Coral Melo tenía 18 años cuando su novio publicó en internet un video íntimo de ambos, el cual visibilizó el machismo de los sistemas jurídicos, sociales y mediáticos de nuestro país respecto a la violencia digital. 

Huauchinango, Puebla es la región natal de Olimpia y el lugar donde comenzó su lucha feminista...una lucha que aún no termina y en la que colectivas y asociaciones civiles se han sumado a la Ley Olimpia, iniciativa, que de acuerdo al Senado de la República, “tipifica y sanciona el acoso, hostigamiento y difusión de contenido sexual en plataformas de internet o redes sociales, así como las agresiones en contra de las mujeres en medios de comunicación”. 

En 2017, Luchadoras, medio de comunicación feminista, publicó el informe “La violencia en línea contra las mujeres en México”. En él se describieron como preámbulos las similitudes de este tipo de violencia en Bosnia, Herzegovina, Colombia, la República Democrática del Congo, Kenya, México, Paquistán y Filipinas: 
  1. Las mujeres jóvenes, de entre 18 y 30 años son las más violentadas en los espacios digitales.
  2. El 40% de las agresiones son cometidas por personas conocidas de las víctimas.
  3. Los perfiles de las mujeres que son agredidas corresponden a mujeres que viven una relación sentimental con su agresor, mujeres profesionales con perfil público que participan en espacios de comunicación (periodistas, investigadoras, artistas y activistas), y finalmente, mujeres sobrevivientes de la violencia física o sexual.
Asimismo, de acuerdo con Artículo 19, Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), Digital Rights Foundation, Women’s Media Center, Women Action Media y Coming Back to Tech, organizaciones citadas en el informe, catalogaron 13 tipologías de violencia digital:
  1. Acceso no autorizado: ataques a las cuentas o dispositivos de una persona de forma no autorizada.
  2. Control y manipulación de la información: robo de información con los fines de modificar o falsear datos personales, tomas de fotografías y videos sin consentimiento (no necesariamente con contenido sexual), y control de cuentas en plataformas digitales.
  3. Suplantación y robo de identidad: creación de perfiles o cuentas falsas, usurpación de sitios web, hacerse pasar por una persona, robo de identidad, dinero o propiedad.
  4. Monitoreo y acecho: vigilancia constante a la vida cotidiana de una persona o información (ya sea pública o privada).
  5. Expresiones discriminatorias: comentarios abusivos, discursos lesbo/homofóbicos y coberturas discriminatorias de medios de comunicación.
  6. Acoso: conductas de carácter reiterado y no solicitado hacia una persona que resultan molestas, perturbadoras o intimidantes.
  7. Amenazas: mensajes, imágenes o videos con amenazas de violencia física o sexual.
  8. Difusión de información personal o íntima sin consentimiento: compartir o publicar sin consentimiento información privada o no, que afecte a una persona.
  9. Extorsión: obligar a una persona a seguir la voluntad o las peticiones de un tercero, que la controla o intimida para obtener sus propios beneficios.
  10. Desprestigio: descalificación, daño o perjuicio de la trayectoria, credibilidad, trabajo profesional o imagen pública de una persona, grupo o iniciativa, a través de la exposición de información falsa, manipulada o fuera de contexto.
  11. Abuso y explotación sexual relacionada con las tecnologías: ejercicio de poder sobre una persona a partir de la explotación sexual de su imagen y/o cuerpo contra su voluntad, en donde la tecnología es intermediaria y fundamental para llevarlo a cabo.
  12. Afectaciones a canales de expresión: las tácticas o acciones deliberadas para tirar y dejar fuera de circulación canales de comunicación o expresión de una persona o un grupo.
  13. Omisiones por parte de actores con poder regulatorio: falta de interés o reconocimiento por parte de las autoridades, intermediarios de internet, instituciones o comunidades que pueden regular, sancionar y solucionar violencia en línea.
Fotografía tomada del Facebook del Frente Nacional por la Sororidad.

En México, el Módulo sobre Ciberacoso del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) declaró en 2015 que nueve millones de mujeres han vivido ciberacoso, definido por esta institución como: “la intromisión de naturaleza repetitiva en la vida íntima de una persona, utilizando para ello, medios electrónicos, fundamentalmente internet y teléfonos celulares”. Además, en 2016, mencionó que los tipos de violencia digital más cometidos en nuestro país fueron: 23.7% la infección por virus en dispositivos, 10.7% creación de identidades falsas, 3.9% rastreo de sitios web y 3.2% la divulgación de información personal. 

Recientemente, Olimpia Coral, en entrevista para Milenio, declaró que debido a la pandemia, las denuncias por violencia digital habían aumentado en México, ya que a través de Defensoras Digitales, página web del Frente Nacional por la Sororidad, la organización fundada por Olimpia y en la que diversas colectivas se han agrupado para informar respecto a los procesos legales y psicológicos ante este tipo de violencia, recibía en promedio tres casos diarios y aumentó por el confinamiento a ocho casos. 

También, Derechos Digitales publicó su informe en julio de este año, titulado “La otra pandemia: internet y violencia de género en América Latina” en el que habla del acceso restringido a internet como un problema, que desde la perspectiva de género, provoca un aumento en la violencia doméstica, debido a que las víctimas desconocen la información sobre asociaciones e instituciones que acompañan a las mujeres agredidas en los procesos jurídicos y terapéuticos. Y en segundo punto, el informe habla de los hostigamientos de las defensoras de derechos humanos, quienes son víctimas de “agendas racistas, misóginas y patriarcales en internet”. 

Sobre nuestra región, el sitio web acoso.online difunde material gráfico respecto a cómo ejercer la sexualidad de manera segura en internet y qué hacer ante una agresión digital. 

Del mismo, modo Chidas en línea, un proyecto de colectivas feministas latinoamericanas están desarrollando una investigación sobre cómo afecta la violencia digital a las adolescentes mexicanas de entre 12 y 17 años. 

República Morada: el estatus de la Ley Olimpia 

Marcela Hernández es la encargada de la Comisión de Atención a Víctimas y del Enlace Administrativo y Legislativo dentro del Frente Nacional por la Sororidad. Sus funciones son orientar a las víctimas, cuyas denuncias llegan por medio de mensajes de la página de Facebook del Frente. En entrevista, comentó que la Ley Olimpia se ha aprobado en 27 estados del país, sólo faltan Chihuahua, Campeche, Nayarit, Tabasco y San Luis; sin embargo, esta aprobación debe pasar por el Congreso y finalmente promulgada por el presidente.

El 26 de noviembre de 2019, la Cámara de Diputados, por medio de su Boletín N°. 2778 informó la reforma que se hizo a la Ley General de Acceso de las Mujeres en una Vida Libre de Violencia, al incluir la violencia digital como otro tipo de violencia contra las mujeres. Quedó definida como: “aquellos actos de violencia de género cometidos en parte o totalmente, cuando se utilicen las tecnologías de la información y la comunicación, plataformas de redes sociales, correo electrónico, mensajes de texto o llamadas vía teléfono celular, que causen daño psicológico o emocional, refuercen los prejuicios, dañen la reputación, causen pérdidas económicas, planteen barreras a la participación en la vida pública o privada de la víctima o puedan conducir a formas de violencia sexual o física”. 

Para Marcela, la violencia digital es un problema estructural-patriarcal que normaliza y generaliza las agresiones. “Como en todas las violencias de género, se culpabiliza, responsabiliza y revictimiza”, dijo. Además, agregó que la Ley Olimpia es un primer paso para que mediáticamente y legalmente se conozcan este tipo de agresiones, pero que no sólo se trata de legitimar sanciones, sino que el Estado genere protocolos de prevención y contenidos de educación digital. “El punitivismo no es la solución”, concluyó. 

La Red en Defensa de los Derechos Digitales comparte la idea de Marcela y argumentaron en una de sus publicaciones que se necesitan medidas que atiendan el problema sistémico de raíz. Por ejemplo, “ofreciendo caminos para aquellas mujeres que no deseen someterse a un proceso penal o que prefieran mecanismos alternativos de solución, tales como la propuesta de capacitar al Instituto Nacional de las Mujeres en la atención de situaciones de difusión de contenido sexual con plataformas digitales”. 

Este noviembre (2020), Luchadoras, realizó el informe Justicia en trámite. El limbo de las investigaciones sobre violencia digital en México” , en el cual, de acuerdo con la entrevista que le hicieron a Olimpia Coral, la Ley Olimpia consiste principalmente en tres modificaciones legislativas: 1) la sanción de la difusión no consentida de contenido íntimo; 2) el reconocimiento de la violencia digital como una modalidad y 3) la sanción del ciberacoso. 

El informe concluye que en los últimos tres años se abrieron dos mil 143 carpetas de investigación en 18 estados del país por el delito de difusión de imágenes íntimas sin consentimiento. Las Fiscalías son la principal barrera para dar seguimiento a las denuncias, ya que 83% de las carpetas siguen en trámites, algunas llevan empolvándose en las oficinas jurídicas mexicanas por más de tres años. Finalmente, el 84.46% de las víctimas fueron mujeres. 

Al respecto, Martha Alicia Tudón, coordinadora del área de Derechos Digitales de Artículo 19 para México y Centroamérica, mencionó en entrevista, que internet debe ser concebido como un espacio cívico, en el que se puede organizar, expresar y respetar las diferentes opiniones. “Cuando hablamos de violencia digital con perspectiva de género nos referimos a la restricción de acceso a las tecnologías, mismas que son asequibles y controladas en su mayoría por hombres. Además, la violencia estructural hacia las mujeres se traslada ahora al espacio virtual. Es un copy-paste del espacio físico”, comentó. 

Para Tudón, el Estado, las instituciones encargadas del tema de conectividad, las plataformas digitales y la sociedad son los actores mexicanos, a nivel jerárquico, que deben pronunciarse y accionar en defensa de los derechos digitales.  

Foto tomada del Facebook del Frente Nacional por la Sororidad.

Sobre la Ley Olimpia, la coordinadora del área de Derechos Digitales de Artículo 19 dijo: “ha visibilizado las violencias digitales. Reconozco su lucha y exigencia de justicia. Es un movimiento social-feminista digno; sin embargo, las autoridades deben entender que esta Ley no es la única vía para erradicar la violencia de género”. 

Los cuerpos violentados en el espacio digital 

“La difusión de imágenes íntimas sin consentimiento, la objetualización, la sexualización, la criminalización y la revictimización son algunas de las formas en que el cuerpo de la mujer es violentado en el entorno digital”, explicó Ixchel García Aguirre, investigadora del área del ciberfeminismo para Luchadoras. 

Graciela Natansohn, investigadora argentina y co-autora del artículo académico Violencia contra las mujeres en red, vigilancia y el derecho a la privacidad opina que se debe romper con las fronteras por las cuales se ha separado conceptualmente los cuerpos de los espacios offline y online, para así, reflexionar que la violencia sistémica se traslada y adapta desde cualquier entorno. “En internet te pueden agredir con amenazas y vigilancias que te obligan a retirarte de un espacio, cuyo acceso a él es un derecho tuyo”, dijo. 

En 2018, Amnistía Internacional publicó su informe #ToxicTwitter: Violence and Abuse against Women Online, y en el que se concluyó que las mujeres eran las principales víctimas de violencias y abusos en Twitter, debido al sexismo y misoginia global. Asimismo, se declaró que las amenazas en internet hacia las mujeres son en su mayoría sexualizadas, en las que se incluyen referencias explícitas de su cuerpo.

Foto tomada del Facebook Frente Nacional por la Sororidad.

Por su parte, Martha Tudón, de Artículo 19, opinó que la imagen compartida sin consentimiento del cuerpo de la mujer lo objetiviza, concibiéndolo como producto de consumo. 

Rita Segato en su texto La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez: territorio, soberanía y crímenes de segundo estado, plantea que los abusos del cuerpo de la mujer son un mensaje patriarcal en el que se inscribe la voluntad del agresor. “La víctima es expropiada del control de su cuerpo”, menciona. Si esto se lee desde los espacios virtuales, el control se traslada a través de la difusión de material visual no consensuado por medio de las plataformas. 

Sandra Triay, psicóloga especializada en educación sexual y terapia con perspectiva de género, expuso durante la entrevista los dos principales pasos que se llevan a cabo para atender a una mujer víctima de violencia digital. Uno de ellos es un acompañamiento multidisciplinario, en el que se incluyen a las abogadas, si es que deciden procesar legalmente. El segundo es trabajar en la culpa, en el cual se le devuelve la responsabilidad al agresor.


Triay dijo que a través de los procesos terapéuticos la víctima se reapropia de su cuerpo, ya que en cualquier tipo de violencia digital, se genera un “despojo” de la autonomía y autopercepción corporal. “Se debe recalcar que somos mucho más que esas evidencias digitales”, finalizó. 

Internet: libertad sexual y activismo feminista 

A la par de la visibilización de las violencias digitales en México, diferentes colectivas y activistas hablan también de internet feminista, en donde el espacio virtual debe convertirse en un lugar seguro y digno para las mujeres. Expresar las ideas y el disfrute sexual por medio de las tecnologías debe ser una libertad y no una culpabilización social. 

Ixchel García de Luchadoras dijo sobre este tema: “el acceso a internet debe ser para apropiarnos del espacio, modificarlo, participar y expresarnos. A través de él amplificamos nuestros discursos sexuales, sociales y políticos”. 

García dijo que internet ha permitido romper con silencios históricos, como lo fueron los movimientos del #MeToo o #MiPrimerAcoso, por lo tanto la relación entre derechos digitales y feminismo significa “tomar y/o crear tecnologías por y para las mujeres”, enfatiza. 

Mencionó también que si bien la Ley Olimpia colocó en la agenda mediática, política y pública el tema de la violencia digital, se debe monitorear y vigilar las reformas legislativas, porque las soluciones desde el Estado podrían ser la regulación del internet, acentuando la represión y censura. 

“La arquitectura de internet debe ser realizada con perspectiva de género, en el que se expresen libremente las cuerpas y cuerpos. Se requieren políticas públicas educativas y de prevención para que dejemos de hablar de violencia de género en lo presencial y por lo tanto en lo digital”, declaró Martha Tudón de Artículo 19.
 
Foto: Beatriz Osnaya | Archivo Aunam

En 2014 se reunieron más de 50 activistas mundiales en Malasia, convocadas por la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC) para redactar los Principios Feministas de Internet, un conjunto de puntos que tienen como objetivos construir un entorno virtual que se sume a las demandas por la igualdad de género. Un entorno libre de violencias y sede de encuentros y luchas. 

“Apropiarnos de internet es militar desde este espacio, es cuestionar el capitalismo de los algoritmos y crear nuestras propias redes de comunicación”, comentó la académica Graciela Natansohn. 

Ixchel García recalca que las mujeres deben experimentar la tecnología. “Vamos a crear nuestros espacios digitales, critiquemos y cuestionemos los que existen. Construyamos movimientos, resistamos juntas, propaguemos nuestros discursos. Habitarlo de manera segura es un derecho que se nos ha privado desde la ideología patriarcal”. 

Es así que la Ley Olimpia es más que una iniciativa y reforma legislativa, es un movimiento social que nombra la agresión y al agresor, sin embargo, la lucha por la erradicación de la violencia sistémica contra las mujeres es un proceso preventivo y educativo antes que punitivo.




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Obstáculos para la educación en tiempos de pandemia: Verónica Cabrera

  • Dificultades de crear espacios educativos óptimos en casa
  • Los retos de la adaptabilidad a los medios digitales para impartir clases

| Por Saira Carrasco e Itzel Garduño | 
CDMX (Aunam). La profesora de bachillerato en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Verónica Cabrera, comentó que la pandemia ocasionada por el SARS-Cov2 ha cambiado las dinámicas de aprendizaje y enseñanza en todos los sentidos.  Por lo que tanto ella como muchos de sus colegas se vieron forzados a modificar sus planes de enseñanza para adaptarlos a las nuevas circunstancias en línea. 

La socióloga y maestra en enseñanza, Verónica Cabrera, lleva 10 años impartiendo clases en diferentes instituciones en donde enseña materias relacionadas con ciencias sociales, sin embargo, el inicio de la pandemia la ha llevado a sentir que es la primera vez frente a un grupo de alumnos debido a que los nuevos espacios académicos no facilitan la educación a la que está acostumbrada; hacer dinámicas grupales interactivas, convivir y platicar con sus alumnos era parte de su rutina.

De los retos más grandes a los que se ha enfrentado es el adaptarse a las plataformas digitales, aunque considera que la universidad le ha proporcionado los cursos y la capacitación necesaria para poder usarlas en la práctica no es lo mismo; siempre surgen algunas dificultades sobre la marcha. Aunado a esto se encontró con un nuevo fenómeno en donde a los alumnos se les dificulta encontrar la diferencia entre lo académico y lo personal cuando se trata de la tecnología. 

Aunque la profesora se siente satisfecha con el apoyo dado por la UNAM, hay otros aspectos que la institución no cubre: los profesores tienen que poner los equipos electrónicos que a veces son más de uno para poder impartir de manera adecuada las clases, luz, internet y lugares físicos para enseñar diariamente, sin embargo, está consciente que es prácticamente imposible brindar estas facilidades a todos los docentes de la universidad.

Además de las dificultades tecnológicas a las que los docentes se enfrentan, otros de los retos que tanto estudiantes como profesores afrontan es a la distinción de espacios: “El estar todo el tiempo en casa no te permite tener claridad entre las fronteras que hay entre el trabajo y lo hogareño, tampoco tienes una definición clara de los tiempos… es una situación que ha replanteado el sentido de la cotidianeidad que creo que impacta en la educación” comentó.

Recalca que las desigualdades de circunstancias entre los estudiantes se han evidenciado de una manera más grande, como la falta de espacios académicos óptimos para que los alumnos puedan estudiar en sus casas, así como la falta de recursos como internet y aparatos electrónicos que faciliten el que puedan conectarse diariamente a clases. Ante estas dificultades, la maestra en enseñanza tiene que ser un poco más flexible en cuanto a la cantidad y tiempos de entrega de trabajos y tareas.

Una de sus motivaciones para ser maestra es que siempre se vio trabajando con jóvenes ya que le interesa sus formas de pensar. Considera importante enseñarles a crear hábitos que los puedan ayudar durante toda su vida, como es la lectura y el pensamiento crítico. En estos últimos meses ha tratado de inculcar estas habilidades más que nunca ya que son herramientas que los ayudan a ser autodidactas, lo cual es de suma importancia en estos tiempos.

Para la docente, es importante que sus alumnos entiendan que la escuela debería ser un espacio de paz, donde los alumnos se conozcan y comprendan la diversidad: “Deben comprender que la escuela es un espacio de resistencia pacífica en medio de un mundo de odio”. Desde su perspectiva, las redes sociales y espacios virtuales académicos han traído fenómenos nuevos como el hate entre alumnos, situación que muchas veces los docentes no pueden controlar. 

Mencionó que siempre han existido estas actitudes, pero ahora se presentan de una manera más visible en los medios digitales. Considera que además de los métodos de enseñanza, hay otros aspectos de la vida de los estudiantes que han cambiado, como las formas de socialización. Antes se lograba con una convivencia diaria en los salones de clases, pero ante la actual situación ha tenido que implementar nuevas estrategias para que sus alumnos se sientan seguros y en confianza en el salón virtual.

Las dificultades tecnológicas y las barreras que conlleva impartir clases a través de una pantalla son algunos de los retos a los que todos los docentes se han enfrentado, sin embargo, la educación es un aspecto de la vida que, como muchos otros no puede parar: adaptarse y evolucionar conforme a la pandemia es y seguirá siendo fundamental para tratar de mantener la enseñanza lo más simple posible a nuestra vida antes del Covid-19.


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20 de diciembre de 2020

¡No se detiene! Realiza Aunam Primera Jornada Cultural



Por: Ana Carolina Pecina Cordero | 
CDMX (Aunam). Para cerrar una semana de festejos por sus 20 años, la Agencia Universitaria de Noticias presentó la primera Jornada Aunam por la Diversidad Cultural.

Esta jornada contó con la actuación de músicos, bailarines, poetas y performers, y fue conducida por Natalia Castrejón y José Luis Ruperto, estudiantes de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) y también colaboradores de la Agencia.

La primera presentación corrió a cargo de Laura Uscanga, bailarina, coreógrafa y actriz, quien junto a sus bailarines Adriana Mosqueda y Armando Rojas, llevó al público a un recorrido por África y su legado cultural en géneros latinoamericanos.

Bésame Mucho, La bamba y la Conga de San Benito estuvieron acompañadas de movimientos energéticos, gritos y trajes que complementaban la energía transmitida por los bailarines, incluso a través de la pantalla. Mediante la música y los bailes la Compañía de Ritmos Afros Sangre Nueva presentó un pedazo de la historia recordando a nuestra tercera raíz.

Marconio Vázquez, cuentacuentos desde hace 20 años, presentó el cuento La abuela y el Mole. Acompañado de una guitarra y de su voz, recordó la gastronomía mexicana  y la concepción de la muerte, así como las celebraciones realizadas en algunos pueblos de la República.

La actriz Yos Gutiérrez y Pablo Martínez, director de escena en la compañía Dramatis Cali, presentaron Gloria: no lo vi, lo viví; la historia de una mujer periodista y su forma de vida en medio de una pandemia, así como las complicaciones, retos, miedos y sentimientos que aparecieron junto con ésta.

Su actuación reflejó no sólo la realidad de quienes por necesidad deben salir a trabajar, sino también la de niños, jóvenes y adultos que deben permanecer en casa y que vieron su vida pausada, así como de las personas que perdieron a algún ser a consecuencia del COVID-19.

Karloz Atl recitó un poema en náhuatl, seguido de él llegó Aramara Mar, poeta de los pueblos originarios de Tlalpan, ella interpretó algunos haikus, tres versos cortos de origen japonés, de la naturaleza llamados Arena y mar, además recitó el poema de su autoría La fe y el miedo.

Caro Argueta, cantautora y estudiante de Ciencias de la Comunicación, junto con su guitarra, interpretó: Afortunadamente, una de sus primeras canciones y Luz tersa.

Aunam ha sido, durante 20 años, la plataforma mediante la cual diversas generaciones de periodistas universitarios han desarrollado y consolidado diferentes habilidades en el periodismo actual, pues gracias a la Agencia están expuestos al ambiente laboral y a las exigencias que requiere el oficio.

A pesar de la pandemia por COVID-19, las celebraciones de aniversario de Aunam transcurrieron de manera exitosa en las plataformas digitales; durante una semana realizaron mesas redondas con diferentes temas relacionados con el periodismo.

Para finalizar su celebración de aniversario, Aunam realizará en diciembre un taller de periodismo científico, impartido por Mónica Santos. Se puede consultar toda la información al respecto en las redes sociales: Facebook: Aunam y Twitter: @AunamNoticias.

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Diálogos: una infancia entre guerras de Vicente y José

  • Conversatorio entre la periodista Cristina Pacheco, el diseñador Vicente Rojo y la directora del MUAC, Amanda de la Garza sobre el libro Jardín de niños 
| Por Daniela Mora Luevano y Ingrid Alejandra Reyes Barajas | 
CDMX (Aunam). La periodista y escritora Cristina Pacheco, el diseñador Vicente Rojo y la directora del Museo Universitario de Artes y Ciencias (MUAC), Amanda de la Garza participaron en un conversatorio en torno al libro Jardín de Niños de José Emilio Pacheco y Vicente Rojo, con el objetivo de fomentar la lectura.

La actividad, a través de la página de Facebook: Universo de Letras UNAM, giró en torno al contenido del libro basado en la infancia que tuvieron José Emilio Pacheco en la Segunda Guerra Mundial y Vicente en la Guerra Civil Española. 




Dentro de la plática, Amanda de la Garza, destacó que el libro combina tanto la literatura como el arte visual, lo cual, crea una mezcla enriquecedora. Por su parte, Cristina Pacheco destacó lo artístico que tiene el libro, “Creo que al encontrarse José Emilio y Vicente en el trabajo no solamente nos crearon el mundo, sino que lo detuvieron para siempre. Una infancia que está pintada con los colores del arcoíris”.

En la primera edición del libro únicamente salieron a la venta 121 ejemplares, y por la misma razón y debido a la cotización de éste, Vicente Rojo en 2019 decidió hacer una colaboración con Ekaterina Álvarez y Alejandro Cruz Atienza para una segunda edición que contuviera mayor distribución del mismo. 

Por ello, durante el evento, Ekaterina Álvarez, editora, y subdirectora de comunicación en el MUAC, Alejandro Cruz Atienza, director de publicaciones de El Colegio Nacional y Alejandro Magallanes, ilustrador, hablaron del proceso de la impresión, edición y del significado del libro.

Alejandro Cruz comentó que en la parte de la impresión se intentó cuidar el mayor número de detalles, y se procuró que fuera lo más fiel posible a la primera edición. El material de la portada contiene un papel que contrasta un recuadro en material brillante, el fondo de ésta es opaco, en la guarda se encuentran tres lápices de color rojo, amarillo y morado, y en la primera hoja un manchón del lápiz rojo, y el color del papel tiene una tonalidad café.

Una cita del libro que destacó Cruz Atienza, dado que le pareció emotiva, es la siguiente: “el espacio de la niñez es el espacio del mundo y del conflicto, es el espacio de la familia, el de las pérdidas, la guerra y la destrucción, espacio de la creación y de las posibilidades.” 

En tanto, Ekaterina Álvarez, al momento de hacer la edición con Vicente destacó que tuvo que salir a imprimir el libro, debido a que Rojo medía algunos detalles a través del monitor con apoyo de una goma, comenta que el choque entre el mundo digital y el físico, conjunto a la acción del diseñador le recordaron la esencia y su preferencia por los ejemplares en físico.

Alejandro Magallanes analizó el color de las manchas azules y rojas ubicadas en algunas páginas del libro, relaciono que las primeras representan nubes, mientras que las segundas sangre, posteriormente señaló que las casas con manchas rojas representan casas con sangre y las que las tenían grises eran casas incendiándose. Asimismo, comentó quelas casas tienen los colores de la bandera republicana, en relación con el contexto de Vicente y además se encuentran en el campo de guerra civil española.

Jardín de niños en sus primeras páginas encuentra las fotos de los autores en puntillismo, en su desarrollo alterna una página para un diseño y otra para un poema. También hay algunas fotografías de niños fallecidos tras la guerra y al final, concluye con una serie de postales.

El evento concluyó, tras dos días de mesas de diálogo, conversatorios y talleres, se agradeció la presencia a todos los participantes. 

 
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