12 de septiembre de 2020

Deleite sensorial; Monet experience, en México

Por Dulce Roxana Ordaz | 
México (Aunam). Crossmedia inició la “nueva normalidad” con una exposición inmersiva del impresionista más afamado de Francia: Claude Monet; la cual presenta sus pinturas más icónicas y las de diversos pintores representantes del impresionismo como Edgar Degas, Berthe Morisot, Alfred Sisley y Camille Pissarro. 


Han pasado algunas semanas ya desde que el semáforo epidemiológico cambió a naranja en la Ciudad de México (CDMX); con ello se reanudaron diversas actividades tanto económicas como culturales. 

Lo impresionante de la exposición estriba en un viaje virtual al jardín que Monet tenía en Giverny, lugar donde se inspiraron muchas de sus obras. Además, el intenso aroma a pino, que atraviesa hasta el cubrebocas más grueso, complementa el encantador espectáculo visual con cambios de luces. 

Sin duda alguna, las pinturas e imágenes proyectadas en pantallas gigantes con entorno 360° y acompañadas por diversas piezas musicales, trasladan al espectador hacia Francia en el inigualable siglo XIX con el acelerado ritmo de la Revolución Industrial.


Cabe destacar que la exposición cuenta con todas las medidas sanitarias para evitar cualquier contagio por Covid-19. A la entrada es imprescindible el uso de cubrebocas y la toma de temperatura; y, por si fuera poco, dentro de cada sala se encuentran marcas de sana distancia, así como recipientes con gel antibacterial.

La experiencia inmersiva de Claude Monet permite liberar el estrés causado por la pandemia. Los efectos audiovisuales y el ambiente de cada sala producen sosiego a todo aquel que acude a pasar un buen rato. 

La exposición se mantendrá hasta finales del mes de noviembre en Forum Buenavista (Eje 1 Nte. 259, Buenavista, Cuauhtémoc, 06350 Ciudad de México, CDMX) y con un costo de 120 pesos. 




HORARIOS

Lunes, Martes, Miércoles de 10:00 a 19:00 
Jueves, Viernes de 10:00 a 20:00

Sábado de 09:00 a 20:00 

Domingo 09:00 a 19:00.





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11 de septiembre de 2020

Pintas virtuales: nueva forma de demandas feministas

Por: Yulissa Arcos | 
México. (Aunam). Como parte de las protestas contra la violencia hacia las mujeres, las activistas de la colectiva feminista Aquelarre Cihuacóatl, en Hidalgo, convocaron a un “Pañuelazo Virtual” debido a los continuos casos de agresiones de género durante la etapa de confinamiento por SARS-coV-2.

Universidad Autónoma de Hidalgo pintada con las frases: “Basta de cubrir abusadores”, “Las mujeres deciden” y “No quiero tu piropo, quiero estudiar”, entre otras. 

El pasado 25 de agosto, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dio a conocer el informe sobre violencia contra mujeres, en México, según la incidencia delictiva y las llamadas de emergencia al 9-1-1.  De acuerdo con las estadísticas, la Ciudad de México registra un total de ochenta feminicidios, mientras que el estado de Hidalgo presenta once casos en el periodo que va de enero a julio de 2020. Por el contrario, la organización Servicios de Inclusión Integral (Seiinac) documentó 37 muertes violentas de mujeres en lo que va del año. 

Por ello, miembras de Aquelarre Cihuacóatl, Colectiva Feminista Hidalgo, iniciaron un movimiento virtual. A través de redes sociales, las activistas compartieron una serie de pintas en espacios culturales: la Universidad Autónoma de Hidalgo, la iglesia de Actopan y hasta los gigantes de Tula fueron pintados, de forma simbólica, para protestar en contra de los casos de violencia que han surgido en los últimos días. También, como una forma de no olvidar al resto de las víctimas.

Tras las críticas hacia esta nueva forma de demanda digital, las organizadoras tuvieron que aclarar que los monumentos y los espacios rayados se encuentran en perfectas condiciones; se trataba de un acto alegórico. Sin embargo, recalcaron su descontento con la sociedad que reclamaba los recintos  y no la vida de las mujeres: 

“Esta es la prueba de que no les importan nuestras vidas. Que se preocupan mucho por unas paredes y unos monumentos rayados, que por toda la violencia, las desapariciones y feminicidios en Hidalgo”, se leía a través de un comunicado. 

Pintas en la Catedral Basílica de la Asunción de Santa María Santísima en Guadalajara. 

A pesar de ello, otras colectivas feministas de diversos estados de la República Mexicana se unieron al movimiento como un acto solidario. Veracruz, Colima, Jalisco y Oaxaca fueron algunos de los lugares que hicieron una pinta digital en los monumentos correspondientes a su región. “Mi cuerpo, mi decisión”, “Estado opresor”, “Las niñas no se tocan, no se violan, no se matan” y “La pandemia más grande es el patriarcado” fueron las insignias que se leían. 

Impulsadas por los recientes feminicidios y desapariciones, convocaron a  una marcha de resistencia feminista que tuvo lugar en el Reloj Monumental de Pachuca el pasado 29 de agosto. Al movimiento asistieron alrededor de 200 personas; sus principales reglas eran cumplir con las medidas de sanidad. Las activistas, en Hidalgo, mantienen la lucha por violencia contra las mujeres; ni la contingencia sanitaria las podrá detener. 




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Mismo trabajo, diferentes realidades

Por Mauricio Diaz, Emilio López, Sebastián Pavón e Isai Monterrubio | 

México (Aunam). Mover a 8 mil 855 millones de personas en la Ciudad de México (CDMX) no es trabajo fácil y se tiene que hacer todos los días. La llegada de la pandemia provocó un cambio en el transporte público de la capital, con sus grandes diferencias entre el transporte concesionado y el de la Ciudad de México, donde el primero es más importante.



 Según datos de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México (SEMOVI) un 82% de las personas usan todos los días el transporte público concesionado de ruta, conformado por personas que poseen un microbús o autobús. 

Para poder dar el servicio público deben de tramitar un permiso con el gobierno, una vez que cuenten con este, deben integrarse a una de las 103 rutas que hay en la CDMX. Mientras que el transporte de la Ciudad de México con la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) contrata a los conductores y les otorga el autobús para dar el servicio.

Arturo Medina y José Arreola son conductores del transporte concesionado (microbuses). Erick Ávila, por otra parte, trabaja en la RTP. Ellos son conductores del transporte público de la Ciudad de México. Desde la llegada del covid-19 el trabajo de los tres no ha visto una pausa por la importancia que este implica. Sin embargo, ciertas diferencias en su entorno laboral hacen que un trabajo sea más riesgoso que el otro.

Ese riesgo es equiparable a las personas que trabajan con materiales radioactivos, donde las prendas acondicionadas, equipos de protección y herramientas especiales, son necesarias para la seguridad. Acá el peligro de  la radioactividad cambia por la del contagio viral, un enemigo invisible similar, donde un cubrebocas, gel antibacterial, guantes y una careta son la diferencia entre la vida o la muerte.

A pesar del latente riesgo en el trabajo de los tres, las unidades de la  RTP ofrecen una mayor regulación por parte del gobierno, lo que significa una mayor garantía en la limpieza de las unidades. Caso contrario a lo que pasa en el transporte concesionado. Aspectos que podrían determinar si un vehículo es un foco de contagio o no.

Barrera contra el virus

Hasta el mes de Abril, 48 millones de personas, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se movían en los distintos servicios del transporte público, siendo los servicios de transporte concesionado de ruta fija (microbús) y de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) los más expuestos frente a un posible caso de contagio debido a su cercanía e interacción con los usuarios.

Erick Ávila trabaja en la RTP. Es uno de los 4 mil 368 conductores que hasta el mes de abril seguían laborando en la Ciudad de México, trasladando a 6.1 millones de ciudadanos diariamente, según datos del INEGI. Una actividad que por su estatus de socialmente esencial, no ha detenido su andar o siquiera ha modificado algún horario, pese a la pandemia,  pero sí ha sufrido cambios abruptos en otros aspectos.

“Tenemos un plástico que nos cubre totalmente a los conductores, nos dan cubrebocas, nos dan gel y traemos otro aparte para las personas que vayan subiendo”. Al igual que estas medidas, una de las más importantes es la limpieza de la unidad, la cual aumentó con la llegada de la pandemia. “Hay un grupo que viene y sanitiza la unidad, aparte de los lavadores que tenemos en la base”.  Estas medidas fueron implementadas por parte de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México (SEMOVI) , a manera de garantizar la seguridad del usuario y su conductor.

En el transporte público concesionado, a diferencia de la RTP, la historia es totalmente diferente: las medidas son más precarias e informales. El personal de conductores, según datos proporcionados por el periódico “El Economista”, consta alrededor de 18 mil, más del doble que la RTP, constituidos en 103 rutas que cubren la totalidad de la CDMX.

José Arreola conductor de transporte concesionado comenta: “Tomamos nuestras precauciones, usamos una cubeta con jabón y cloro; ya en la persona utilizamos cubrebocas, usamos playeras de manga larga tratándonos de cuidar lo mejor posible”. 

Estas son las acciones que los conductores de transporte concesionado llevan a cabo, sin embargo, siguen en constante contacto con los usuarios. Estas medidas de protección no son proporcionadas por una institución, ellos mismos ponen el dinero de sus ingresos en pro de su seguridad.

La limpieza de la unidad, una de las partes más importantes en esta situación, es realizada por ellos mismos “lo hacemos nosotros los conductores, con una franela, una cubeta de jabón y cloro. Limpiamos principalmente los pasamanos. Lo hacemos de tres a cuatro veces en el día”. 

“No hay apoyo de la ruta ni de nadie, aquí todos estamos por nuestra cuenta, lo dejan a uno a como se pueda defender”. Aún con la emergencia sanitaria los apoyos médicos a este medio son inexistentes por parte de las autoridades “No voltean a ver a este lado, somos la parte más olvidada”, afirma José.

Al igual que José, Arturo Medina es conductor de transporte concesionado. Él comenta que su seguridad se veía comprometida por la falta de información: “Al principio no se creía esto, todos decían que no pasaba nada, ya después poco a poco se fue viendo lo que estaba pasando”. 

Una de las medida que decidió implementar fue mojar las monedas con cloro: “El cambio que doy hasta húmedo está, ya nomás se me quedan viendo, pero por las dudas mejor me cuido, uno nunca sabe”.

El grado de exposición en el trabajo de los tres es muy peligroso, existe una alta probabilidad de que contraigan del virus, esto abre paso a otra gran diferencia: A los conductores de RTP, al momento de la llegada de la pandemia les dieron incapacidad a los más vulnerables, como personas con alguna enfermedad degenerativa, diabetes o hipertensión. 

De igual manera, su seguro médico cubre totalmente el posible contagio. A parte de estas ayudas, en su base les hacen pruebas de Covid-19 y cada que regresan a la base hay una persona que les toma la temperatura, esto según un conductor del módulo 3  de RTP.

De 100 ni un 20

La necesidad económica arrinconó a José Arreola a seguir laborando, siendo su única opción para subsistir el salir a recorrer “con temor” su respectiva ruta. “Nos están permitiendo trabajar un día sí y un día no”. 

Desde el inicio de la pandemia sus ingresos se vieron afectados. “Es demasiada la baja que hay. Vamos a hablar que de un 100 por ciento, yo creo, ahorita de ingreso, ni un 20 por ciento” narró José con profunda desilusión.

Esta situación obligó a los choferes de microbús, como Arturo y José, a permitirle el acceso a la unidad a cualquier persona aunque no tuviera puesto un cubrebocas. “Nosotros, por la problemática que estamos viviendo de que no hay pasaje, no podemos darnos ese lujo”, comenta José. 

En otro extremo, Erick declara que los choferes de RTP sí tienen la facultad de negarle el acceso a las personas que no utilicen cubrebocas, además de explicarles que “es para la seguridad de los demás y también de él mismo”. Esta acción, la cual disminuye la afluencia en su unidad, no repercute económicamente en Erick; él recibe su salario íntegro. 

Los choferes de RTP durante la pandemia mantuvieron su salario y su condición de empleados, un contexto diferente al de Arturo, quien tuvo que dejar de trabajar por seguridad propia y de su familia.

Él expone que en un inicio no temía salir a rodar por la ciudad, a pesar de las recomendaciones de su familia, “Yo les decía: ¡No, yo sí me voy!...pero te pones a pensar en un contagio; llegas ¡Y vas a contagiar a todos!”. Arturo finalmente decidió cambiar el volante, por el riesgo que representaba, y ceder ante las recomendaciones familiares.  

Arturo confesó que él no llegó a usar la mascarilla, ya que salió a recorrer la Ciudad durante pocos días, una vez ya instaurada la cuarentena. “Ahorita llevo más de un mes que no trabajo”, aunque acepta que se ha visto afectado económicamente. 

Sin embargo, Arturo, a diferencia de José, se pudo dar el lujo de dejar de recorrer su ruta para dedicarse a otros oficios provisionalmente. “Aquí con mis cuñados. Giovani (su cuñado) tenía jardinero [...] y lo descansó y me dieron a mi la chamba”. 

La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció el 25 de abril del presente año que el Gobierno daría un apoyo de 400 millones de pesos (mdp) a los microbuseros. Los 400 mdp serían repartidos en bonos mensuales para combustible con un valor de 4 mil pesos, sin embargo, 4 meses después de anunciado el apoyo, Arturo menciona no haber recibido ni un solo bono.

El miedo anda sobre ruedas

Arturo reflejaba el miedo con cada palabra. “Aquí con nosotros, fijate que muchas personas ya no quieren seguir trabajando en el transporte ahorita”. Con tristeza narraba la pérdida de algunos compañeros a causa del virus “Conozco a varios que les pegó y ya no regresaron”, tenía motivos de sobra para temer. Uno de ellos es el nulo apoyo que el gremio les proporciona “¿Ellos en qué te pueden ayudar?” con ironía se preguntaba Arturo.

Los choferes no son los únicos que sienten miedo cuando están en la unidad. Talía, quien es usuaria del transporte público en México, reporta que a pesar de no requerir con frecuencia el servicio, siente miedo al usarlo y más al tener contacto directo con el propio microbús “sí me agarro de los tubos, pero siento feo. Siento que me pican las manos”, aunque confiesa que para ella, las unidades de RTP están más limpias “porque son del gobierno y le ponen un poquito de atención; a los otros no hay quien los regule o quien vea si van limpios o no”.

Por otra parte, Erick menciona que, a pesar de todas las medidas de seguridad y de los materiales que la RTP les proporciona, siente algo de miedo, miedo que le hizo adoptar nuevos hábitos como el de usar guantes mientras hace su recorrido. Incluso menciona que su familia también tuvo que adaptarse al nuevo estilo de vida “al principio mis niños tenían un aerosol y decían ¡No pases!. Hasta que me rociaban todo: ahora sí pásale”. A pesar de todo Erick disfruta de su trabajo y se siente a gusto con él, “el ser operador me gusta, hago mi trabajo bien; me encanta”.

No obstante, el miedo no es algo general en los usuarios. Maria Eugenia declara que no siente miedo al usar los servicios del transporte público, “me da igual porque me protege el de allá arriba”. Maria Eugenia es una de las usuarias que utiliza el RTP por necesidad, ya que tiene un local en Zapotitlán, en la alcaldía Tláhuac. 

José menciona que no solo el virus da miedo, sino también el propio gobierno, quien además de no apoyar a los microbuseros al grado de poder llamar “casi olvidado a este sistema”, implementa operativos para remover ciertas bases no autorizadas que los propios microbuseros habilitan en las calles “Vienen sobre de ellos correteándolos como delincuentes y ¡No es justo!. Todos estamos prestando un servicio, estamos haciendo un trabajo”, un trabajo muy necesario, el cual “no alcanza a cubrir con sus unidades todo el sistema de transporte”.


La cromaticidad de las realidades laborales de los tres personajes es muy variada; mientras que a Erick le proporcionaron materiales para prevenir un contagio, a los microbuseros ni siquiera les ha llegado el apoyo que Claudia Sheinbaum anunció hace 4 meses. 

La Semovi se ha mantenido alejada de la realidad de los microbuseros y al momento de ser entrevistada, para lograr ampliar el panorama con respecto a la situación actual del transporte público, opacó la transparencia ignorando las llamadas y los correos, dejando sin voz a la parte institucional de este reportaje 

Trabajar en el transporte público hoy en día representa un riesgo para el conductor y su familia, aunado a la preocupaciones de completar la quincena, que limiten su movilidad o que la policía los hostigue.

Algunos han podido buscar otras fuentes de ingresos fuera del transporte público, sin embargo, muchos tuvieron que trabajar con el miedo y la preocupación que día a día los acecha.

Por no poderse dar el lujo de esperar a que la normalidad llegue o aún menos probable, que el Gobierno extienda la mano, por ahora un cubrebocas, gel antibacterial y una cubeta con cloro y agua, tendrán que ser suficientes para esquivar a la muerte. 

Fotos: Aldebarán 18 y Gobierno CDMX | Wikimedia Commons





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10 de septiembre de 2020

Crónica y ficción por Martín Luis Guzmán

Por: Yulissa Arcos | 
México. (Aunam). El Colegio Nacional transmitió a través de Facebook Live una charla conducida por el escritor Juan Villoro: “Martín Luis Guzmán: la Revolución en tiempo real”, nombre que recibió la conferencia en honor al diplomático mexicano. En tan solo dos horas, Villoro ilustró a cuatrocientos espectadores sobre la obra El águila y la serpiente escrita por Luis Guzmán.




Pero, ¿quién es Martín Luis Guzmán? Fue un diplomático, escritor y periodista que desempeñó cargos políticos durante la época revolucionaria. Coincidía con la ideología maderista para después convertirse en asesor de Francisco Villa. También, fundó algunos diarios con perspectiva política: El Honor Nacional, periódico oposicionista al gobierno de Victoriano Huerta. Además, dirigió a El Mundo y a El Sol y la Voz. Colaboró con las revistas Romance y Tiempo. 

Entre sus obras más reconocidas se encuentran las novelas La sombra del caudillo publicada en 1929, Memorias de Pancho Villa de 1940, Muertes históricas de 1958 y la crónica El águila y la serpiente de 1928. Esta última llamó la atención de Villoro quien, a lo largo de la presentación, resaltó los elementos más importantes de este trabajo que mantiene una esencia periodística y a la vez concentra una narrativa de ficción. 

La cercanía de Luis Guzmán con los mayores representantes de la Revolución mexicana, lo condujo a describirlos de una forma poco común pues hace un retrato crítico de los personajes; su perspectiva sobre las personas con las que convive y  que resultan tan importantes para el nuevo proyecto de “nación” de aquella época. De esta forma, Villoro considera que la fragancia cronística coexiste con la narrativa de ficción, producto de los sentimientos de Guzmán. 

En resumen, El águila y la serpiente es un trabajo que narra algunos momentos de la revolución mexicana, si bien, no son episodios catalogados como “relevantes” o imprescindibles para la historia, pero forman parte de ella. La descripción de cada escena, a través de la mirada de Martín Luis Guzmán, es una de las cualidades más significativas del texto.

El escritor del siglo XX hace un espléndido uso de efectos sensoriales que transportan a los lectores a aquella realidad; sonidos, colores, aromas y matices son finamente trazados: “Convoca a imágenes en el cerebro”, afirma Juan Villoro. 

El cronista Martín Luis Guzmán hace una selección de la realidad para después someterla a su propio criterio y sus vivencias personales; el texto inicia y termina en cuanto a su experiencia. De ahí que Villoro lo considere como una crónica “en tiempo real”.






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“Mi música la hago para salvar mundos”: Noé Tinoco

Por: Daniel Muñoz | 
México. (Aunam). No todos los músicos comienzan su recorrido a temprana edad. Existen otros tantos que encuentran el gusto musical sobre el trayecto de la vida. El cantautor nicaragüense Noé Tinoco crea música revolucionaria a punta de pluma y guitarra. 


A través de un Faacebook Live de EVOLHU, dedicada al acercamiento de personas que visualizan sus sueños lejanos, Tinoco expresó aquello que busca al escribir sus canciones, así como el significado de ellas y lo que han causado en sus seguidores a lo largo de carrera artística.

Además, afirmó que el gusto musical no inició a temprana edad, sino que se convirtió en cantautor hasta los 18 años de edad, pues antes no tenía idea de lo que era una guitarra, “aprendí con una guitarra prestada que le faltaba una cuerda, aprendí los acordes sin una cuerda”. Comentó que en un país como Nicaragua es difícil vivir de la música, pues no existen los medios para subsistir. 

Asimismo, pasada la mayoría de edad, fue que encontró en la música el rescate para su forma de vivir, “la música salvó mi vida, de no haberla conocido, hubiera sido un delincuente”. Descubrió que su mayor acierto fue el hecho de escribir canciones, en las que con MI, con SI y con LA, se adentraba a un universo y lenguaje que transmitía emociones y mejor aún, revoluciones.

De esa manera, Noé tiene la intención de salvar mundos y crear consciencia a través de sus canciones, pues la mayoría de ellas hablan de la revolución sandinista. Una de las canciones más representativas para Tinoco, lleva por nombre Comandante, en la que habla del revolucionario y fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Tomás Borges. En ella busca una llamada de respeto al personaje.




Noé Tinoco no se ve toda su vida creando contenido musical. No ve un camino largo en ello, pero recomienda a los jóvenes músicos no cansarse, insistir y resistir. Ya que, dice, es impactante cuando levanta el teléfono y escucha “tu canción me trajo paz”.



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9 de septiembre de 2020

Semestre de caos: El martirio de las clases en línea

Por Alexis Leonardo García González y Oswaldo Alexis Yáñez Zapata | 

México (Aunam). El Coronavirus comenzó en un lugar al que nosotros consideramos lejano, sin embargo, en unos cuantos meses el problema de unos se convirtió en el de todos. Poco a poco el lema de “Quédate en casa” pasó de estar en un idioma poco entendible para la mayoría de los mexicanos hasta mudarse en nuestra lengua natal.
  

La pandemia llegó para cambiar la vida de millones de personas las cuales no estaban preparadas para un fenómeno de tal magnitud. El confinamiento obligado trajo consigo fuertes consecuencias como desestabilidad económica, política, social, educativa y de salubridad en la mayoría de los países en los que ha tenido un impacto considerable, México entre ellos.  

Aunque el sector económico sea de los más afectados, también destacan las nuevas políticas de salud pública que deben entrar en vigor con la llamada “nueva normalidad”. La limitación del servicio de transporte público, cierre de plazas, cines, teatros, bares, etcétera, el uso casi obligatorio de mascarilla en vías o establecimientos públicos y la publicidad para fomentar el confinamiento son algunas de las medidas más importantes que ha tomado el Gobierno de la ciudad de México para evitar el contagio y la propagación del virus.   

¿Educación pública? 

Las instituciones públicas y privadas encargadas de la educación se vieron obligados, al igual que muchos otros servicios en el país, a cerrar sus puertas. El repentino parón de actividades llevó a la improvisada aplicación de sesiones escolares en línea y junto con éstas surgieron dificultades tanto para estudiantes, profesores y trabajadores.  

Cada institución contó con una forma diferente de adaptar las clases a su formato en línea. Sin embargo, los estudiantes más afectados son aquellos los cuales no cuentan con los recursos para acceder a una educación desde casa. 

“[...] la escuela de Chapingo es que su matrícula de alumnos viene de todo el país, y la mayor parte de los alumnos venimos de pueblitos, zonas rurales muy lejanas donde no es fácil acceder al internet. Y con todo esto de la huelga y que los alumnos no puedan conectarse constantemente han hecho difícil que podamos avanzar, la situación es muy delicada, no se ha resuelto nada, los profesores dejan tarea como pueden y van a calificar como puedan, pero realmente no estamos llevando unas clases y un control eficiente”.  

Santiago, estudiante de la Universidad Autónoma de Chapingo ubicada en Texcoco, cuenta el cómo está viviendo la situación de su escuela, la cual, además, pasaba por una huelga de trabajadores. Con un tono poco tranquilo, narra cómo muchos de sus compañeros que no tenían la posibilidad de tomar clases en línea fueron obligados por la institución a darse de baja para no reprobar el semestre.  

Con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) únicamente el 65 por ciento de la población mexicana cuenta con acceso a internet. Y según información del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) sólo 44 de cada 100 estudiantes de instituciones públicas cuentan con internet. 

El tiempo avanza, hay alumnos que perderán un año o incluso más de sus vidas académicas por no contar con recursos suficientes o por problemas externos a ellos. “[...] muchas instituciones ya avanzaron al siguiente semestre y nosotros todavía seguimos atrasados, y la escuela no ha dado indicaciones correctas. Ya estamos avanzando un poco en línea, lo que se puede, y eso es de forma ilegal según lo establecido en la Constitución y la Ley del trabajo porque la institución sigue en huelga, los trabajadores siguen en huelga y no ha habido una respuesta clara por parte de la administración central de la escuela”.  

¿Pasión o compromiso? 

Los estudiantes que no se vieron en la necesidad de dar de baja su semestre en línea se tuvieron que enfrentar a otro tipo de problemas, algunos de los más comunes son el surgimiento de trastornos mentales como estrés, ansiedad, depresión, aumento de pánico, bipolaridad o trastornos alimenticios o sentimientos de claustrofobia.  

“Hace unas semanas, estaba muy saturado de tareas. Sólo leía por leer, sin comprender. Me estresé mucho porque no me quedaba claro nada de lo que leía, fui a decirle a mi hermana que ya estaba harto de las clases, estaba con el sentimiento de estar harto de todo, de las tareas en especial”, comenta Eduardo Bravo Díaz, estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Al igual que otros universitarios de la institución, tuvo que empezar el semestre en línea, sumado al paro total de actividades que inició antes de la pandemia y terminó hasta meses después.  

Para Eduardo la presión en el pecho, el insomnio y los ataques de ansiedad no son desconocidos, pues a lo largo de toda su vida académica ha sufrido este tipo de trastornos. Sin embargo, tras el arribo de las clases en línea ha notado un aumento.  

Los trastornos de salud mental en la comunidad estudiantil de nivel superior no es algo reciente. La presión que se vive en un ambiente tanto para profesores como alumnado suele tener como consecuencias capítulos de estrés o ansiedad. Sin embargo, con las clases en línea pudo haber un aumento considerable. “En los últimos meses me ha aumentado la presión en el pecho, tengo sudor y siento que me falta el aire. Antes del confinamiento tenía episodios similares semanales o quincenales, pero actualmente se han vuelto casi diarios. Me da mucha desesperación el no poder dormir”. Incluso ha tenido sueños al respecto: “Sueño que veo gente en la calle y me aterra”. 

Al igual que Eduardo, muchos estudiantes se vieron forzados a tomar clases en las que aprendían poco y había escasa o nula comodidad. “Pues a mitad de la cuarentena como por mayo me empecé a sentir muy mal. No tenía ganas de nada, No quería entrar a mis clases, porque para empezar son muy poco disfrutables en estas condiciones, tener que pasar 6 horas seguidas frente a la computadora no es nada agradable, y también porque no me sentía feliz, ni cómoda”, dice por videollamada Carolina Herrera Flores, se nota el cansancio de sus ojos. Está por entregar uno de sus trabajos finales.  

Los estudiantes que también sufrieron un gran impacto, fueron aquellos que necesitan de la práctica constante para recibir una buena formación. Como el caso de los estudiantes de Veterinaria y Zootecnia. Algunas de sus clases consistían en el trato directo con animales. Christian Loaeza Ruíz, estudiante de esta carrera en la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, cuenta un poco de su experiencia en el curso en línea:  

“Pues de las 5 materias que llevé, 2 las dí de baja: una porque las clases en línea no fueron satisfactorias para mí, literal fueron por comentarios de Facebook y la otra porque simplemente no me gustó (era optativa). De las 3 materias restantes, sólo 2 dieron clase en línea (por medio de Zoom) y dejaban diversos trabajos y evaluaciones por diversas plataformas y la materia restante sólo dejó un trabajo y ya”.  

Otro sector estudiantil afectado por las clases en línea, son los alumnos foráneos. Los que rentan en la Ciudad de México para poder estudiar tuvieron que seguir pagando renta sin ir a clases y algunos tuvieron que regresar a sus estados con el riesgo de contagiarse durante el viaje. “Me quedé con las ganas de no tomar las clases para evidenciar que las cosas estaban mal pero no podía darme el lujo de jugarle a la revolucionaria por la incertidumbre de la economía del lugar donde vivo (Taxco), y empecé a tomar las clases en línea disgustada”.  

Miriam no pudo encontrarle un gusto a las clases en línea. Pero tuvo que cursarlas todas para no ver afectado su promedio.  

“Me ha sido difícil porque el internet no llega a mi cuarto, mi papá tuvo que traer una laptop prestada de su trabajo ya que en casa sólo hay una de escritorio, y ahorita el instrumento que ocupamos es prestado”.  

En la sala de su casa se distraía muchísimo, “tenía que subirme a mi cuarto y aún así. ¿Has visto los memes de que a los foráneos se les va el internet? Pues no es un meme, es verdad. De una clase me sacaba como cinco veces, y cuando exponía, que me tocó exponer dos veces a las siete de la mañana, tenía que bajar a despertarlos porque me daba miedo que a media exposición se me fuera el internet, y eso nos causó muchos conflictos familiares”.  

Live and let play 


De igual manera, algunos estudiantes que tuvieron la oportunidad prefirieron ahorrarse el trabajo de las clases en línea, dándose voluntaria y temporalmente de baja en el semestre. Tal es el caso de Ricardo, estudiante de Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas. “En un principio opté por al menos cursar dos materias”, cuenta a través de mensajes Ricardo: “Al principio mi rendimiento estuvo bien, entregaba todo y me preparaba para las clases en línea. con el tiempo solo dejé de hacer las actividades porque me distraía mucho en mi casa y era difícil seguir el hilo”.

Al estar casi todo el día encerrados en casa, las distracciones como la televisión o consolas de videojuegos resultan tentaciones que influyen en la atención prestada a las clases en línea: “Prefería ver alguna peli o jugar Xbox que leer la actividad”.  

Los números en relación con los videojuegos en cuarentena no mienten. En marzo de este año se registró un nivel de ventas récord en todo el mundo, a raíz del anuncio de las medidas de distanciamiento social en contra de la epidemia del coronavirus. Andrew Little, analista de Global X, confirma que el gasto de los consumidores en videojuegos incrementó un 65% a mediados de marzo, en comparación con el mismo periodo de 2019.  

“Desde que empecé a aplazar las tareas. Decidí dejarlo (el semestre) porque quiero subir mi promedio”, agrega Ricardo al explicar su preferencia por realizar otras actividades recreativas: “Decidí dar de baja todo para que en lugar de pasarla por pasar, le dedicara tiempo y seriedad”. 

Sin embargo, no todo ha sido tranquilidad para él. “Al principio de la cuarentena me sentía mal. No dormía bien y no comía bien. No sabía qué hacer con tanto tiempo libre”. Incluso al abandonar las clases en línea, persisten señales de estrés. “Lo que me causa ansiedad es pensar en que ahora debo más materias y tendré que hacer extra, intersemestral o recursar el semestre”. 

Ricardo, pese a no haber cursado el semestre en línea, no considera que su cuarentena esté siendo poco productiva: “trato de al menos aprender algo y me inscribí a algunos cursos”. Ante un inminente nuevo semestre en línea, Ricardo sigue pensativo.  

“Estoy pensando en inscribirme el próximo semestre porque no me gustaría atrasarme más. Pero como ya escogemos la opción terminal, siento que estaré más motivado porque veré cosas que me llamarán más la atención”. 

Un camino menos tormentoso  

Existe también otro sector de estudiantes que cursan sus clases en línea en entornos tranquilos, sin otra prioridad o preocupación que no sea la de estudiar. Arturo, estudiante de Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, cursa todas sus materias y nunca pensó en dar de baja el semestre. 

“Algunos tuve que buscarlos. La mayoría buscó contactarnos”, menciona con relación a sus profesores. Cuenta con todas las herramientas básicas para tomar sus clases en línea. “Tengo un escritorio para hacer las tareas”. Y aun teniéndolo, considera que su aprendizaje ha sido de un 6 en una escala de 10.

A diferencia de otros estudiantes, las clases en línea no le han quitado el sueño, sólo persiste una preocupación general por la epidemia. “Me he sentido tranquilo. Pero creo que, como muchos, he tenido un sin fin de emociones, sobre todo cuando comenzó esto, era algo preocupante”.

Carlos, estudiante de Ingeniería de la UNAM, cursa de igual manera todas sus materias en el formato en línea. “6 materias en mi facultad, 2 laboratorios y 1 clase de idioma”, explica a través de mensajes. Además de contar con las herramientas suficientes para cursarlas como un teléfono celular moderno y una computadora de escritorio. 

Le han tocado distintos tipos de profesores, “hay algunos que toman conciencia de la situación y hacen su mejor esfuerzo por impartir todo el temario de manera correcta. Por otro lado, hay profesores que no dan ni una clase en línea y todo te lo mandan para que tú lo estudies. O bien, en el peor de los casos, nunca se contactan con los alumnos”. 

Actualmente la escuela es su prioridad y no le distraen otros factores. Además de haberse adaptado de forma correcta a esta nueva modalidad. No tiene que preocuparse por trasladarse de su casa, ubicada en el Estado de México a la Universidad. 

“(Me siento) Generalmente tranquilo por el hecho de no tener que transportarme de mi casa a la escuela todos los días. Sin embargo, a veces estoy un poco de mal humor por el ruido que hacen los vecinos”. 

De la falla a una educación estable 

Las clases en línea no tuvieron el resultado esperado, en gran medida por su apresurada aplicación. No se tomaron en cuenta aquellas personas que no contaban con los recursos para tomar las clases y en algunos casos fueron obligadas a dar de baja sus semestres para no salir más perjudicados. Se sabe que un semestre presencial es difícil para docentes y alumnos, por lo tanto, su adaptación en línea sería aún más difícil por la pérdida de interacción.  

El estrés, la presión, la depresión, y demás trastornos mentales aparecieron como consecuencia de un semestre pesado y de una situación de incertidumbre global, dejando a la escuela como baja prioridad.  
Las autoridades educativas no lograron entender el amplio grupo de estudiantes que día con día asiste a las aulas. La organización caótica de un semestre en línea, no debe recaer únicamente en los profesores, ya que ellos fueron arrastrados de igual manera a un sistema lleno de lagunas y fallas.  

Debemos comprender nuestra realidad como país, entender a nuestros estudiantes y profesores, sus carencias, miedos y sueños, sólo de ésta forma, lograremos superar las fallas y trascender a una educación para todos, bajo cualquier circunstancia.  







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8 de septiembre de 2020

Pumas mantiene paso firme

Por Omar Peralta | 
México (Aunam). Pumas venció a Puebla por marcador de 4-1, en partido correspondiente a la jornada 8 del torneo Guardianes 2020. Con este resultado, el equipo auriazul llegó a 16 unidades, para escalar hasta el subliderato de la tabla general. 


El equipo visitante se puso al frente por conducto de Salvador Reyes, que aprovechó un balón largo y batió a Alfredo Talavera a los nueve minutos. Pumas mantuvo el acecho al rival y al 32’ empató el cotejo, por conducto de Favio Álvarez, que conectó con un sólido derechazo un desborde de Carlos González.

Los universitarios no cesaron en su presión y con sus transiciones ofensivas buscaban la remontada. Así, al minuto 36, Alejandro Mayorga incursionó en el área rival y fue derribado. El colegiado pitó pena máxima, y Carlos González colocó su rúbrica en el marcador con el 2-1. 

En el segundo tiempo, el cuadro de Andrés Lillini logró incrementar la ventaja: Johan Vásquez encontró un rebote por parte del arquero poblano, Iván González, para empujar el balón sin mayor oposición y poner el 3-1. Al 63’, Juan Ignacio Dinenno colocó las cifras definitivas en el marcador con un bombazo desde fuera del área. De esta manera, el atacante argentino llegó a seis anotaciones durante la presente campaña. 

Con este resultado, Pumas alcanzó los 16 puntos, a sólo uno de León, líder de la competencia. Puebla, que para este partido tuvo seis bajas por covid.19, se quedó con 10 unidades, para situarse de igual modo en el puesto 10. En la doble jornada, los capitalinos visitarán a Santos Laguna el miércoles y recibirán a Atlético San Luis el próximo domingo. La Franja le hará los honores al América y jugará en casa de Bravos.

Imagen: Twitter Club Universidad Nacional 






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El drama del verano llegó a su fin

Por Omar Peralta | 
Mundo (Aunam). Lionel Messi no pudo romper el candado de platino. El argentino se mantendrá en Barcelona, ciudad a la que llegó con trece años, hasta 2021. La negación de la cláusula de salida ha tirado por la borda todas las conjeturas sobre su futuro. El 10 tomó la decisión: prefiere quedarse un ciclo más para no demandar al club de su vida.
 

La cruzada entre Messi y la directiva blaugrana, encabezada por Josep María Bartomeu, ha llegado a una tregua. En entrevista concedida para Goal España, Leo dejó claras sus intenciones: “Voy a seguir en el Barça y mi actitud no va a cambiar por más que me haya querido ir. Voy a dar lo mejor. Siempre quiero ganar, soy competitivo y no me gusta perder a nada. Siempre quiero lo mejor para el club, para el vestuario y para mí”, dijo el astro argentino.

Con la prolongación del campeonato español, producto de la pandemia por covid-19, la fecha límite (10 junio de 2020) para solicitar la cláusula de escape quedó superada. En ese sentido, la dirigencia argumentó que Messi no manifestó antes de ese día su deseo de marcharse. La Liga cerró filas en torno al caso, para dejar en claro que si Messi pretendía marcharse debía abonar los 700 millones de euros estipulados en la cláusula.

El Barcelona ha asumido que quedarse con Messi por un año más tendrá un costo muy alto: en 2021, si no hay renovación de contrato, se marchará gratis adonde él quiera. Las finanzas del Barcelona, como las del futbol en general, han resentido los efectos de la pandemia. En mayo pasado, la plantilla acordó una reducción del 30 por ciento de su sueldo, para apoyar a los trabajadores del club. 

La derrota de 8-2 ante el Bayern Múnich en la Liga de Campeones rompió la válvula de presión. Messi hizo saber al Barcelona que se quería ir y sus posibles destinos comenzaron a llenar primeras planas. El Manchester City tomó delantera, aupado por el reencuentro de Messi con el mejor maestro que ha tenido: Pep Guardiola. Ya en 2014 y 2016 el club inglés había tratado de ficharle, pero nunca antes tuvo tan cerca la posibilidad. Con la decisión de Messi, los jeques y Guardiola tendrán que esperar un año más. 




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7 de septiembre de 2020

Llegan las Viñetas Brechtianas a la Benito Juárez

Por: Rodrigo Herrejón | 

Ciudad de México. (Aunam). Desde las avenidas Uxmal, Municipio Libre y Cuautémoc, se podían ver las fuertes luces de colores que se reflectaban contra unas paredes de lona blanca que rodeaban un escenario rústico con estructuras de metal.


La Alcaldía Benito Juárez permitía el acceso exclusivo a autos que se estacionaban en filas frente a semejante escenario; ellos son el público. Los carros no significaban más que el simple resguardo y distanciamiento que la crisis global ha impuesto. El enemigo número uno sigue allá afuera. 

Un piano, que adornara el escenario, comenzó a exclamar su música en un compás corto y fluido que desataba las prisas de los actores con vestimentas de gala y fuera de la época actual, se movían a prisa al rededor del escenario para comenzar con sus actos, y también, es ahí donde surge la interpretación el artífice poeta alemán, Bertolt Brecht. Esta puesta en escena es un fársico homenaje a sus obras. 

El piano cesa su canto y comienza un recital de un estilo cabaretero de la Alemania Nazi que se compone de un repertorio de poemas, canciones y teatro, con modo elocuente, del poetastro teutón. 


Entre cada acto, el piano vuelve a sonar para que cada uno de los personajes brille con un portentoso canto; al final, los aplausos no se escuchan, fueron intercambiados por el sonido de un claxon y el intercambio de luces delanteras de los autos. 

El grupo teatral de Perro Teatro y la Alcaldía Azul, se juntaron para llevar a cabo el Festival EstacionArte 4x4 para invitar a la meditación, la reflexión y el análisis, que son el resultado de las propuestas que Brecht para los espectadores. Sin embargo, el público se siente satisfecho de volver a presenciar los actos dramáticos que el teatro puede ofrecer.  


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